🌈🍸Fetiches de Blaz🌈
En un rincón apartado del campus de Farben University, el sol brillante bañaba el paisaje con una luz cálida y dorada. Era una tarde calurosa de verano, una de las últimas que se dieron antes de las grandes tribulaciones, el campus estaba lleno de vida y actividad. El cielo estaba despejado, sin una nube a la vista, y el sol proyectaba sombras largas y suaves sobre el césped verde y bien cuidado.
Blaz se encontraba sentado en el césped, en una zona tranquila y un tanto oculta del bullicioso campus. Su posición le permitía observar sin ser visto. Sus ojos, fijos en la pista de atletismo a lo lejos, seguían cada movimiento con una intensidad inquietante. El césped bajo él era de un verde vibrante, pero a medida que se adentraba en el área más sombreada, el color se hacía más apagado y fresco. La suave brisa que se levantaba de vez en cuando proporcionaba un alivio temporal del calor abrasador, moviendo ligeramente las hojas de los árboles cercanos.
Mientras tanto, la pista de atletismo era un hervidero de actividad. Los estudiantes aprovechaban el día soleado para hacer ejercicio al aire libre, disfrutando de la calidez del sol en sus pieles. Eminem y Charlie estaban en medio de su rutina diaria de entrenamiento, sus cuerpos en movimiento y sudando bajo el sol intenso. La luz del sol hacía brillar sus pieles, resaltando las gotas de sudor que perlaban sus frentes y se deslizaban por sus torsos tonificados. El aire estaba cargado de energía y determinación, con el sonido de las pisadas en el pavimento y el murmullo de las conversaciones de otros estudiantes que se mezclaban en el ambiente.
Blaz, observaba con una mezcla de fascinación y deseo. Sus ojos, ocultos tras un par de gafas de sol oscuras, se centraban en los movimientos precisos y coordinados de Eminem y Charlie. Cada gesto, cada esfuerzo, era analizado minuciosamente por Blaz. La intensidad del sol parecía reflejarse en la intensidad de su mirada, un foco de atención que no dejaba escapar ningún detalle.
Se mantenía inmóvil, su mente inmersa en pensamientos oscuros y perturbadores, la combinación del calor, la luz y el silencio relativo de su escondite creaba una atmósfera cargada de tensión, enmarcando el escenario para el inquietante plan que tenía en mente. El sol continuaba su curso por el cielo, marcando el paso del tiempo en el campus, mientras Blaz permanecía en su rincón, su presencia silenciosa era una sombra que acechaba desde la distancia.
Blaz había desarrollado una obsesión con estos dos, y aunque lo intentara, no podía apartar la mirada. Había algo en la manera en que el sudor perlaba la piel de Eminem y Charlie, algo que despertaba un deseo oscuro y profundo en él. Era una atracción irracional, casi animal, y sabía que se estaba hundiendo más y más en ella.
A medida que la tarde avanzaba, empezó a idear un plan. Sabía que después de la rutina, Eminem y Charlie se dirigían al vestuario para ducharse y cambiarse de ropa. Su fetiche era algo que lo había acompañado desde hace tiempo, un impulso incontrolable hacia la ropa interior usada, especialmente la impregnada de sudor y el aroma del ejercicio. Este fetiche lo consumía por completo, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para satisfacerlo.
Esa tarde, mientras Charlie y Eminem caminaban hacia el vestuario en silencio, Blaz se deslizó entre los árboles que rodeaban el campus, siguiendo sus pasos sin ser visto. Sabía que algo había cambiado desde su encuentro con Coule, aquel extraño personaje que había perturbado la paz en Farben University. Eminem y Charlie estaban inquietos, su conversación era tensa, cargada de preocupación.
—¿Crees que Coule realmente sabía lo que le pasó a Clementina Bernasconi?—murmuró Charlie, rompiendo el silencio mientras se quitaba la camiseta empapada de sudor.
— No lo sé, pero esa mirada... no parecía estar mintiendo— respondió Eminem, su voz baja y grave.—Algo en él no está bien, y no quiero estar cerca cuando las cosas se pongan feas.
Blaz escuchaba cada palabra, su obsesión creciendo con cada segundo. Sabía que lo que estaba a punto de hacer era peligroso, pero el impulso era más fuerte que la razón. Mientras Eminem y Charlie se duchaban, tratando de sacudirse la sensación inquietante que Coule les había dejado, Blaz se deslizó dentro del vestuario. Su respiración era rápida y superficial, su corazón golpeando contra su pecho mientras se acercaba a las mochilas de los dos chicos.
El olor a sudor impregnaba el aire, y Blaz cerró los ojos, inhalando profundamente. Su fetiche por la ropa interior usada, especialmente aquella empapada de esfuerzo físico, lo dominaba por completo. Sabía que tenía que actuar rápido, antes de que salieran de la ducha.
Con manos temblorosas, Blaz abrió las mochilas y encontró lo que buscaba. Los boxers usados de Charlie y Eminem estaban ahí, aún tibios por el calor de sus cuerpos. Blaz los agarró con avidez, presionándolos contra su rostro, sintiendo el aroma acre que tanto lo excitaba. Era un placer oscuro, retorcido, pero para Blaz, era todo lo que importaba en ese momento.
Mientras se escabullía del vestuario, los murmullos de Eminem y Charlie aún resonaban en sus oídos. Sabía que habían sentido el peligro que se cernía sobre ellos, pero no podían imaginar que la amenaza estaba mucho más cerca de lo que creían.
Al salir al aire libre, Blaz se detuvo un instante, mirando hacia el cielo oscuro. Sabía que su obsesión solo estaba comenzando, y que pronto, la presencia inquietante de Coule sería lo último de lo que Charlie y Eminem tendrían que preocuparse.
Después de una intensa sesión de entrenamiento, Eminem y Charlie en el vestuario tenían la esperanza de relajarse y dejar atrás el calor del ejercicio. El ambiente en el vestuario estaba impregnado con el aroma a sudor y esfuerzo, un recordatorio del arduo trabajo que acababan de realizar.
Ambos se metieron rápidamente en la ducha, el agua caliente cayendo sobre ellos y ayudando a calmar los músculos adoloridos. Mientras charlaban sobre la inquietante presencia de Coule, la conversación fluyó sin que se dieran cuenta de los detalles que iban a cambiar su día.
Al salir de la ducha, el aire fresco del vestuario contrastaba con el calor residual del agua caliente, envolviendo a Charlie y Eminem en una atmósfera que realzaba la intimidad del momento. Los dos se ayudaron mutuamente a vestirse, mientras sus cuerpos permanecían todavía húmedos y brillantes bajo la luz del vestuario.
Charlie, con su torso aún cubierto de gotas de agua, se colocó una camiseta blanca que abrazaba su figura esculpida. La camiseta resaltaba su cuello definido y su piel clara, que contrastaba con el color del tejido. Sus músculos del torso y los brazos se delineaban con precisión, evidenciando el cuidado que ponía en su entrenamiento. Los jeans negros ajustados se ceñían a sus caderas y muslos, destacando la forma atlética de sus piernas, que se veían firmes y tonificadas. Sus zapatillas de planta baja, elegantes y cómodas, completaban su atuendo, adaptándose perfectamente a su figura estilizada y proporcionando el soporte necesario para el movimiento constante.
Eminem se colocó una camiseta oscura que contrastaba con su piel clara, abrazando su torso musculoso con una suavidad que revelaba la forma de sus músculos. Sus brazos, igualmente tonificados, se movían con una gracia segura mientras se vestía, mostrando la dedicación que ponía en mantener su físico en forma. Los jeans azules claros, de corte ligeramente suelto, caían sobre sus piernas de manera relajada, pero los detalles del diseño acentuaban su musculatura. Los zapatos blancos, con una plataforma sutilmente elevada, añadían un toque moderno a su atuendo, resaltando la figura bien definida de Eminem.
Mientras se vestían, intercambiaron miradas y sonrisas cómplices, la cercanía y el entendimiento mutuo evidente en cada gesto. La combinación de la frescura del vestuario y el calor residual del ejercicio creaba una atmósfera en la que cada detalle de sus cuerpos y atuendos se hacía aún más perceptible. La intimidad y el cariño entre ellos se reflejaban no solo en sus miradas sino en la forma en que se ayudaban, ajustando cada prenda con una ternura que hablaba de su relación cercana.
Ambos se movían con una sincronía natural, como si el simple acto de vestirse fuera una extensión de su conexión. La forma en que Charlie y Eminem se miraban y se tocaban reflejaba un amor y una complicidad que trascendían lo físico, una conexión profunda que se hacía evidente en cada pequeño gesto y cada mirada compartida.
Ambos estaban listos para continuar con su día, cuando un extraño vacío comenzó a llenar el vestuario. Al cambiarse y prepararse para salir, Charlie y Eminem comenzaron a notar que algo no estaba bien. Sus mochilas estaban revueltas y, al inspeccionar más de cerca, Charlie se dio cuenta con una mezcla de confusión y alarma de que su ropa interior no estaba en su mochila.
— Eminem, ¿Dónde están mis boxers?— preguntó Charlie, la voz cargada de preocupación.—Acabo de dejarlo aquí, estoy seguro.
Eminem frunció el ceño y empezó a revisar su mochila también.— No puede ser. La mía también está faltando... ¿Cómo es posible que nos hayan robado la ropa interior?
Ambos comenzaron a revisar el vestuario con más cuidado, el pánico creciendo a medida que se daban cuenta de la magnitud del robo. Los boxers que habían estado usando, los que aún estaban impregnados con el sudor y la esencia del entrenamiento, habían desaparecido. No había señales de forzamiento en las mochilas, ni rastros de alguien que hubiera entrado y salido.
— ¿Alguien más estaba en el vestuario?—preguntó Eminem, su mente tratando de encontrar una explicación lógica.—No vi a nadie más por aquí.
—No, yo tampoco. Esto es raro—respondió Charlie, con su expresión llena de incredulidad.— Alguien debió de haber entrado mientras nos duchábamos.
La sensación de vulnerabilidad se asentó entre ellos. Aunque lo que habían perdido no era de gran valor monetario, el hecho de que alguien hubiera invadido su espacio personal de esa manera los dejó inquietos. Sin ninguna pista clara, se miraron el uno al otro, ambos sintiendo una creciente incomodidad.
Sin embargo, lo que no sabían era que Blaz, con su fetiche oscuro y su obsesión perturbadora, estaba disfrutando del botín que había logrado obtener. Su plan había sido ejecutado con precisión, y la desaparición de la ropa interior de Eminem y Charlie era solo una pieza más en el enigmático y aterrador rompecabezas que estaba a punto de desvelarse.
CONTINUARÁ...
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