🌈♥"Diálogos"♥🌈
Charlie descendía por las escaleras del segundo piso de Farben University, cada paso resonando suavemente en el amplio y silencioso corredor. Sus zapatos de cuero rozaban los peldaños de mármol, mientras una suave brisa se colaba por las ventanas, levantando ligeramente los bordes de su camisa blanca. Al girar en la última curva, sus ojos se encontraron con Eminem Grey, quien estaba apoyado contra la pared, sumido en sus pensamientos, con la mirada perdida en un punto invisible del pasado.
La presencia de Charlie rompió el hechizo. Eminem, al verlo, parpadeó, regresando al presente, y sus ojos grises se iluminaron al reconocerlo. Una sonrisa lenta y cálida se dibujó en sus labios, como si la simple vista de Charlie hubiera traído luz a su melancolía.
—Espero que me hayas extrañado,—dijo Charlie, su voz resonando con un toque de travesura, mientras descendía el último escalón y se detenía frente a Eminem. Una chispa de alegría iluminaba sus ojos, una sonrisa que desbordaba energía y afecto.
—Por supuesto,—respondió Eminem, su voz baja y cargada de una ternura casi palpable. Dio un paso hacia adelante, acortando la distancia entre ellos, moviéndose con una delicadeza que contrastaba con su usual aire despreocupado.
Charlie inclinó un poco la cabeza, su cabello cayendo en desordenadas ondas sobre su frente, mientras una sonrisa más suave, casi vulnerable, aparecía en sus labios. Se acercó un poco más, hasta que solo un escaso centímetro separaba sus rostros, y sus labios parecían estar al borde de rozarse.
—Me alegra oír eso, porque yo también te extrañé,—murmuró Charlie, sus palabras casi un susurro, cargadas de una emoción sincera y contenida. Sus ojos buscaban los de Eminem, como si en ellos pudiera encontrar una confirmación silenciosa de lo que ambos sentían, mientras el tiempo parecía detenerse entre ellos, en ese momento lleno de posibilidades.
Sin embargo, la universidad estaba plagada de guardias de seguridad en cada pasillo, vigilando con ojos atentos, como si anticiparan cualquier acto indebido. No obstante, existía un rincón en Farben University donde ni las cámaras ni los guardias tenían acceso: los baños.
Charlie, con una sonrisa traviesa y una mirada cristalina que dejaba entrever más de lo que decía, rompió el silencio—¿Te atreves a entrar en los nuevos baños mixtos, o acaso tienes miedo?
Eminem arqueó una ceja, esbozando una sonrisa desafiadora.—¿De verdad lo preguntas?
Charlie no necesitó más. Con un brillo de complicidad en sus ojos, dio media vuelta y, con voz firme y segura, lanzó la invitación,—Sígueme...—Caminaron por los corredores unos minutos hasta llegar a la puerta por la cual una vez al ingresar no se encontraba ningún modo de grabar cualquier cosa que ocurriese dentro.
Charlie, ingresó a uno de los cubículos y colocó el cerrojo junto a Eminem que también se encontraba dentro. Este último ocupaba la posición de estar sentado en el retrete y Charlie se posicionó encima de él para poder tomarlo del rostro y besarlo tan aproximadamente como pudiera.
Sus cuerpos comenzaron a calentarse y no solo era lo único. El bulto de Eminem Grey, estaba tan erecto que Charlie podía sentirlo debajo suyo. No fue hasta luego de unos instantes que se concretó el mayor pecado que podría ocurrir en una institución educativa, la profanación de los baños con actos sexuales impropios para el sitio y para el espacio tiempo.
Para Eminem era sumamente satisfactorio poder sentir a su chico encima de su miembro, su piel de tes blanca como la nieve se había puesto tan roja como el mismísimo carmín.
Sus ojos se conectaban de tal modo que Eminem sentía cualpa por aquél secreto que llevaba consigo. Pero que sabía que tarde o temprano debería decirlo.
Eminem con Charlie eran casi una sola persona que llegaron al clímax al mismo tiempo, los gemidoa y jadeos eran miy sofisticados, casi silenciosos para no levantra sospechas, pero eran callados por los besos apasionados de Eminem para con Charlie.
Luego de aquél encuentro pasional, Eminem Grey había sentido lo que verdaderamente era pasión, porque no solo era el sexo lo importante, sino con quién era ese encuentro sexual y pudo darse cuenta que sin Charlie Sit. George, el perdería la noción de existir, porque él, era el amor de su vida y el amor de nuestras vidas no pasa segundas veces por las puertas del corazón.
Aunque no habían sido los únicos en disfrutar el espectáculo. Lo que los jóvenes no se habían dado cuenta es que en el último cubículo de los nueve que se encontraban en aquél lugar, estaba Blaz Heber. El psicópata que deseaba ver muerto a Charlie y ahora tenía más motivos para sentir rabia.
Mientras tanto, en otra parte de Farben University, Jared Hidalgo hablaba con Susy Monroe de como había sido su vida fuera de Alemania hasta que regresó para terninar sus estudios ta que se había ido al extranjero como estudiante de intercambio en Francia.
—Je t'aime beaucoup.— expresó Blaz en francés para impresionar a Susy.
—¿Y eso significa?—preguntaba Susy sorprendida de la fluidez al hablar.
—Qué me gustas mucho.—dijo Jared cortando la distancia entre ambos.
—Susy, debemos ir a clases.—habló una tercera voz, la de Blaz que se notaba muy celoso de que su hermanastra hablara con chicos.
—Sí crees que vas a mandarme, estás muy equivocado hermanito.—sentenció Susy besando a Jared delante de todo quién pasaba por enfrente de ellos.
Claramente no faltaron los silbidos, vitoreos por la galanteria de ambos y el coraje de romper una de las reglas de la institución que impedia la demostración de afectos físicos dentro del edificio.
—No, claro que no voy a mandarte, pero sí voy a reportarlos con la dirección para que los separen de clases.—refutó Blaz con su móvil en mano, mostrando una foto del beso.
—Eres un jodido cretino.—comentó Susy luego de aquella falta de compromiso afectivo entre casi hermanos.
—¡A ver que ocurre aquí!—vociferó la profesora Alejandrina Macielle.—He escuchado los ruidos desde el otro corredor.
—No ocurre exactamente nada profesora.—dijo Jared.
—En realidad sí ocurre Sra. Directora, mi hermana ha roto las reglas.—pronunció Blaz mostrando la foto.
—Acompañenme, usted, usted y usted.—inquirió la docente señalando a los tres jóvenes.
—¿Y yo por qué?—decía Blaz.
—No ve los letreros de los pasillos, furante mi dirección están prohibidos los teléfonos durante clasey fuera de las mismas. Puede usarlo de la puertade esta institución para afuera Sr. Blaz Heber, así que acompañeme.—finalizó Macielle.
Así los jóvenes la acompañaron hasta la oficina de dirección. Que sus paredes eran de diferentes colores al igual que cada pasillo, una cosa es decirlo, pero ver esos pasillos eran más tenebrosos que si estuviesen pintados de un solo color. Ya que de este modo la universidad parecía un laberinto sin salida.
—Benjamin Slowly, aquí le traigo estos jóvenes para que les diga como dben comportarse.—pronunció Macielle.
—Gracias Alejandrina.—dijo Benjamín quitando la vista de unos papeles que revisaba.
Una vez Macielle, cerró la puerta detrás suyo. Benjamin se paro del asiento y abrió otra pierta, que parecía ser una sala de estar.
—Adelante.—eximió Benjamín, entrando al sitio él también.
—Director....—expresó Susy queriendo explicarse.
—No es necesario señorita, por ahora solo van a sentarse en sioencio reflexionando sobre el mal compartamiento que han tenido loa tres rompiendo las reglas.—enunció Benjamín.
—No entiendo.—dijo Blaz.
—Tomen.—pronunció Benjamín otorgando a cada uno una tasa de café.
—¿Y esto?—formuló Jared.
—Como les dije, esta vez han tenido suerte y lo único que harán será meditar con una tasa de café, pero en el futuro no sé que podría equipararles el destino de la vida si rompen las reglas.
—¿A que se debe todo esto?, solo besé a un chico—sentenció Susy.
—Sí, pero en esta institución nunca nos gustó que rompan las reglas, no querrá usted terminar en sendas equivocadas señorita Monroe.—dijo Benjamín aquello último con una mirada de tono muy oscura.
—Creo que entiendo director y claro que no se volverá a repetir.—espetaba Blaz, quién a pesar de ser un psicópata y no tener sentimientos sabía a que se refería Slowly, la muerte sería el próximo castigo si no seguían sus directrices.
Slowly, se quedó en silencio con ellos durante todo un buen rato, hasta que finalmente, tomó las llames de aquél diván y les abrió para que pudieran irse.
—¿Que fue toda esa mierda?—inquirió Jared una vez estando lejos de la oficina.
—Mira niño extranjero, sino quieres terminar muerto va a ser mejor que no te vean a los besuqueos con mi hermana otra vez, ¿te piensas que las muertes se acabaron con que la institución cambiara de dueños?, ¿O con que la policía siga investigando los casos de desaparición?—formuló Blaz apuntalando el pecho del chico a empujones.
—Bueno, ya está bien Blaz. Se entendió lo que quieres decir.—comentó Susy viendo que a su alrededor habían unos cuantos guardias que miraban la situación.
Finalmente, las aguas se tranquilizaron, y trataron de hablar más calmados yendo hacía sus casa, puesto que por el castigo ya habían perdido la última clase del día.
CONTINUARÁ...
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