¿Cuando llegamos a esto?

Esa era la maldita pregunta que rondaba mi cabeza mientras el ambiente se volvía más pesado y caluroso, esas sensaciones que tienes cuando estás con esa persona y sabes que no puede terminar en algo que no sea sexual.

Sus manos iban explorando toda mi anatomía y era curioso, tocaba y besaba zonas con total curiosidad y fascinación que hasta podía parecer tierno. Sus expresiones al escucharme emitir sonidos de satisfacción era, era como ver a un niño que acababa de descubrir alguna función de su juguete nuevo.

Sus manos llegaron a ese lugar prohibido, la curiosidad en sus ojos en serio era impresionante, la ropa era un estorbo para él así que se tan topo como me la puse esta mañana, él me la quito. Esa sensación de adrenalina y placer fui increíble, sus dedos tocaban cada superficie que encontraba, pronto con sus dedos hizo algo que no esperaba en lo absoluto.

Primero fue uno, luego dos, hasta que se hicieron 3, el sonido que de mi boca salió fue como música para su ser, el bulto que antes ni se notaba ahora estaba más presente, su sonrojo era lindo (¿pero que iba a ser lindo ahora?), sus ojos tenían ese destello de satisfacción y deseo.

-¿Esto está bien para ti?- Ni siquiera podía pensar en responderle, esas sensaciones nuevas no me dejaban abrir la boca para decir algo, él lo disfrutaba, sabía que era un maldito masoquista pero ¿En serio a tal grado?

-¿Puedo...?- Sabía a que se refería, un leve asentimiento fue suficiente para ver como se alejaba de mi, su vestimenta era simple, un pantalon para domir y una comiseta. No tuve tiempo para reaccionar cuando el ya estaba listo.

-¿Estas segura de esto, amor?- Su voz estaba entrecortada, estaba editado, necesitaba esto, necesitábamos esto. Lo único pude hacer fue asentir de nuevo, se posicionó entre mis piernas listo para entrar, tan pronto como rozó su parte fue algo increíble, esa sensación de alivio y placer tan satisfactorio que olvidas todo. Para acostumbrarme fue lento, demasiado a mi parecer, moví mis caderas indicándole que lo hiciera más rapido. Sus ojos estaban fijos en mis pechos, subían y bajaban a una manera como si estuviera corriendo.

Su mano se dirigió al derecho, su otra mano se aferró a mi cadera, sus embestidas fueron más rápido. El sonido de nuestras pieles, los judíos y el calor de la habitación fue lo que ponía un ambiente perfecto para el momento.

Él hacia esos gestos que tanto amo, más de una vez lo había visto masturbándose con mis fotos, era un maldito Dios griego cuando hacia esas expresiones de placer. Oir sus gemidos, mi nombre saliendo de su boca, todo esto era maravilloso.

El clímax fue lo máximo, mis piernas temblaban, su pecho subía y bajaba repetidamente. Tenía los ojos cerrados mientras intentaba nivelar su respiración, pronto se calmo y se hacerlo para darme un corto beso mientras me ayudaba a sentarme.

Tan pronto como se levantó, me cargo como princesa con dirección al baño, "hay que limpiarnos antes de dormir" Esas fueron sus únicas palabras antes de llevarme a la bañera, se metió a la bañera conmigo mientras nos limpiaba a ambos. Sus manos limpiaban mi cuerpo y el suyo.

Estaba cansada, el baño término pronto, desnuda me llevó a la cama y me arropó

-¿No tienes alguna camiseta?- pregunte mientras lo veía ponerse ropa interior

-Es mejor que te quedes así- tranquilo se acostó a mi lado, su brazo rodeando su cintura, mi cabeza sobre su pecho. Esto fue mejor de lo que esperaba