Prólogo
#2 Prólogo: ¿puedo ser un héroe?
—¿Alguien sin Kosei puede convertirse en un héroe?
Aquella pregunta me lleva persiguiendo desde que soy un niño.
Todos los días me hacía esa pregunta. Al igual que otros niños siempre he soñado con ser un héroe, pero la suerte no me sonrió y nací sin un Kosei.
Debido a esto siempre me han molestado él restó de niños. Y dentro de casa la cosa no mejoró.
Mi padre siendo una escoria de persona al enterarse de mi discapacidad no tuvo mejor idea que abandonarnos a mi madre y a mí.
Esto afecto de mala manera a mi madre, debido al estrés se descuidó físicamente a tal punto que hay personas que no la reconocen tras muchos años sin verla.
Yo por otro lado...
He aguantado por mucho tiempo muchos abusos de mis compañeros, por eso recurro a usted Profesor.
—dijo finalizando su narración el joven Midoriya.
Frente a él estaba el profesor Radiuyu quien era el encargado de cuidar la biblioteca de la escuela donde el joven Midoriya estudiaba, además de ser una de las únicas 2 personas que conoce sin Kosei
—Entiendo que has pasado por muchas cosas en tu vida Midoriya, pero no entiendo en qué puedo ayudarte.
—dijo con calma el profesor mientras bebía un sorbo de su taza de café.
Por un par de segundos la biblioteca se quedó en un silencio incómodo, con solo ver la cara del chico de pecas se podía notar que este quería decir algo, pero tenía miedo de hablar.
—Y-y. Y... Yo leí el libro profesor Radiuyu.
Esas palabras desconcertaron por un momento a Radiuyu pues no entendía de que hablaba. Hasta que un pensamiento cruzó su mente.
Rápidamente se levantó de su escritorio y corrió hasta una sección apartada de la biblioteca, al llegar al estante correcto retiró los libros y en la parte trasera había un espacio vacío de polvo, cosa que indicaba que algo se había movido recientemente.
Radiuyu empezó a volver a colocar los libros que quitó del estante.
—¿Cómo lo encontraste Midoriya?
—pregunto sin voltear la mirada pues había escuchado los pasos del chico.
—el profesor Kuremenzu contó una vez sobre él y pensé en buscarlo.
—Ya veo, tendré que hablar con Kuremenzu sobre eso
—respondió tranquilamente mientras colocaba el último libro en su lugar.
El profesor Radiuyu solo hizo un gesto para que Midoriya lo siguiera, así ambos regresaron a su escritorio.
Tras sentarse de nuevo Izuku saco de su mochila el libro del que tanto hablaron.
Su cubierta se veía vieja, con cuero despegando, sus páginas tenían un tono amarillento y desgastado debido a múltiples lecturas.
—Midoriya ¿Qué es lo que lees cuándo abres el libro?
—La pregunta desconcertó al pecoso, miro de nuevo al libro y sin abrirlo respondió.
—La historia de dos héroes. Ambos llegados de otro mundo, el primero buscaba regresar a su hogar junto a sus amigos, pero estos preferían este nuevo mundo lleno de magia y fantasía.
—esas palabras sorprendieron al profesor Radiuyu quien miró con una sonrisa nostálgica.
—Y el otro héroe llegó un tiempo después de que el primero completará su aventura, él llegó solo y aunque sea la pasaba genial en este nuevo mundo al final decidió también regresar a su hogar junto a su familia.
—entonces eso dicen. Dime Izuku ¿Quieres ir a ese mundo? ¿Es por eso que preguntaste si alguien sin Kosei puede ser un héroe?
—Sí, y-yo quiero ser un héroe, incluso si no es en mi propio mundo.
—Ni el profesor Kuremenzu ni yo sabemos cómo volver y cuando abriste el libro no fuiste mando a Ivalice por lo que no sé dé otro modo para ir.
—Dijo causando que la expresión de Izuku cayera, pues pensó que eso significaba que no había forma de ser un héroe.
—pero incluso sin magia podemos enseñarte algunas cosas de lucha, los Hume somos muy variados a la hora de combatir. Kuremenzu y yo podemos enseñarte lo que sabemos y quién sabe puede que uses magia en este mundo.
—dijo con una sonrisa, pero su monólogo aún no terminaba.
—así que sobre tu pregunta Izuku Midoriya mi respuesta es: ¡SÍ PUEDES SER UN HÉROE!, pero tendrás que dar todo de ti. ¿Entendido?
Izuku respondió afirmativamente, las palabras no salían de su boca debido a la emoción que sentía en ese momento.
Podría convertirse en un héroe y sería entrenado por dos personas que habían logrado viajar a un mundo lleno de magia y convertirse en grandes guerreros allí.
—Bien. Hablarle con Kuremenzu y te avisaré cuando empezaremos. Prepárate porque esto será algo serio.
—la mira del profesor Radiuyu mostraba la seriedad del asunto, pero está solo recibió la mirada determinada del joven Midoriya.
Sin que alguno de los dos lo notará aquel viejo libro brillo levemente. Sus páginas dejaron de ser amarillas para ser blancas.
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El entrenamiento de Izuku empezó, después de un día corriente de clases Izuku fue al gimnasio de la escuela.
Allí encontraban los profesores Radiuyu y Kuremenzu. Ambos estaban con sus ropas formales de profesores, al ver a Izuku lo saludaron con un movimiento de manos.
—Al fin llegas Midoriya.
—dijo Radiuyu al ver a su estudiante llegar.
Izuku había llegado de los vestuarios pues lo primero que hizo fue cambiar su ropa por una más adecuada para una situación como está.
—bien, Izuku hoy para empezar haremos una revisión de tu condición física, dependiendo de eso haremos una rutina. No te sobre esfuerzos.
—dijo Radiuyu mientras sostenía una tablilla dónde iría anotando el desempeño del chico en lo que respecta a su físico.
El profesor sopló un silbato dando inició a las pruebas que habían preparado para Midoriya.
Su fuerza, velocidad, resistencia, salto de altura, salto de longitud y otras medidas fueron tomadas por los profesores que anotaban manualmente todos los resultados.
Tras esto las pruebas habían terminado, los profesores revisarían los resultados y prepararían los entrenamientos que tendría el chico de pecas.
Midoriya fue a los vestidores donde busco su mochila y emprendió su viaje a casa.
Mientras caminaba se regresó empezó a anotar en su libreta los resultados que había hecho, pues los escuchó de los profesores al final de cada prueba.
—¿Soy tan malo?
—se preguntó al notar que sus resultados estaban incluso por debajo de los estudiantes promedio de su clase.
Era decepcionante, siempre supo que era el más débil de su cursó, pero ahora no podía tener estos resultados por el objetivo que tenía.
La noche anterior había estado investigando diferentes métodos de entrenamiento para mejorar su físico y aunque quería tomar la iniciativa sabía que lo mejor era esperar el veredicto de sus profesores pues así no habría errores.
El chico siguió su camino a casa mientras escuchaba música para intentar relajarse, mientras caminaba no pudo evitar tener un mal presentimiento, como si algo le faltara, giro su cabeza y él la expresión en su rostro solo podía mostrar HORROR. Se había olvidado de cerrar adecuadamente su mochila.
Izuku reviso rápidamente su mochila para revisar si algo de allí se había caído
—NONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONO
—Decía a gran velocidad, solo para detenerse al notar que ninguna de sus cosas se había caído, cosas que le calmaba pues no tendría que volver como un loco buscando sus cosas en plena calle.
Cerro su mochila y suspiro de alivio, entonces de repente una mano se posó sobre su hombro, esto causo que la tención regresa abruptamente al cuerpo de Midoriya.
Rápidamente volteó a ver de quién se trataba, era una mujer rubia de ojos amarillos a pesar de ser la primera vez que le veía en persona la reconoció al instante.
—Ryukyu
—Susurro al reconocer a la heroína la cual solo sonrió ante el reconocimiento, la mujer movió los labios para hablarle al chico, pero la música en sus audífonos estaba bastante alto por lo que no entendió nada
—p- p- Perdón no te escucho
—Dijo para rápidamente quitarse los audífonos y escuchar a la mujer la cual sostenía un libro que al verlo al joven Midoriya casi le da un paro cardiaco.
—este libro es tuyo ¿cierto?
—Pregunto levantando el libro.
—S- ¡Si, Muchas gracias! ¿De dónde lo sacaste?
—Pregunto preocupado mientras tomaba el libro y lo colocaba dentro de su mochila, aunque fue por un segundo pudo notar como las hojas estaban más limpias, pero no tenía tiempo para centrarse en eso
—Vi como se te callo hace unas calle, te llame pero no escuchabas.
—P- Perdón por eso. Muchas gracias
—Respondió haciendo una reverencian la mujer sonrió por la actitud del chico, el noto esto y cuando la vio sonreír sintió un fuerte déjà vu, pero decidió ignorarlo para hacer algo aún más prioritario.
...
...
...
¡PEDIR UN AUTÓGRAFO!
Pero para su mala suerte el celular de la mujer sonó un tono de llamada, era una melodía bastante movida la cual el chico reconocía, la mujer se despidió con un movimiento de manos y se retiró.
—Midoriya solo sonrió, aunque no obtuvo el autógrafo, encontrarse con un héroe en estado civil es algo que un friki como él solo podría soñar
El sol estaba cerca de ocultarse, por lo que Midoriya acelero el paso para regresar a casa.
...
[1537 palabras]
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