No era muy tarde cuando salieron de clases con dirección a tu casa, al igual que casi todas las tardes. Tu novio era bastante protector, si podía acompañarte lo haría sin siquiera pensarlo.

Cuando llegaron, te extrañó no escuchar el agetreo de tu madre, ni siquiera te había avisado que saldría, no era su obligación, pero el no encontrarla te extrañó un poco.

—¿Te vas a quedar un rato? —Preguntaste dándote la vuelta hacia Kook, la soledad no era tu mejor amiga, pero si tenía algo que hacer, no le podías retener solo para que te acompañase.

—O-oh, sí —Respondió con sus mejillas un tanto coloradas—. Me gustaría cambiarme la camisa del uniforme —Te comentó—. ¿Puede ser en tu habitación?

Lo miraste un tanto extrañada, sabías que a Jungkook no le gustaba entrometerse mucho en tu hogar, por esa razón la mayoría de las veces que iba a tu casa pasaban en tu habitación. Siempre con la puerta abierta, decía tu madre, tú solo reías ante sus palabras. Jungkook nunca había actuado de forma pervertida, más bien se caracterizaba por ser alguien dulce y cariñoso.

Ya en tu habitación pudiste observar que Jungkook se encontraba algo ansioso y nervioso, te preocupaste al pensar que algo malo le ocurría.

—¿Pasa algo, Kook? —Tomaste asiento en tu cama, viendo como se sacaba la vestimenta que iba sobre la camisa.

—No, no —Dijo dándote la espalda—. No pasa nada, solo hace un poco de calor, entonces... estoy algo incómodo. ¿Me traerías un vaso con agua?

—Ah, claro —Te levantaste para ir a la cocina en busca de su pedido—. Regreso enseguida, aprovecha para cambiarte —Pasaste a su lado dándole un beso en su mejilla.

Fuiste a la cocina y con el vaso en mano regresaste a tu cuarto. Jungkook ya se encontraba con una de sus típicas camisetas blancas, sentado en la orilla de tu cama viendo hacia afuera.

—Toma —Le extendiste el vaso.

—Gracias —Respondió dando un sorbo—. Mi mamá me llamó, al parecer tu mamá está con ella.

—Ah, ¿es así?

—Síp, dijo que mandaría a tu mamá de vuelta a casa cuando se aburrieran. Ya sabes cómo son, les encanta pasar tiempo juntas —Dejó el cilindro de vidrio en la mesita de noche—. También me dijo que te cuidara y no hiciera nada raro, ¿lo puedes creer? Incluso dijo que buscará un tutorial de cómo poner un preservativo por si las hormonas se nos alteraban.

—Adoro a tu madre, es tan graciosa  —Reíste por su expresión ante tus palabras— ¿Qué? Es verdad que es muy graciosa. Admítelo.

—Lo sé —Dejó caer su cuerpo hacia atrás—. Pero tal vez tenga razón... Yo... hum... Últimamente he tenido ganas de... hacerlo —Te comentó disminuyendo el volumen de su voz en la última frase.

Ahora quien tenía una expresión de total sorpresa eras tú.

—¿Hablas en serio? —Peguntaste un poco nerviosa, tus mejillas se sentían con una temperatura más elevada. Ver A Jungkook tan serio hablando sobre ello te producía una sensación extraña.

—Bueno... sí. Es como las sensación de querer comer tu dulce favorito y no poder hacerlo por "x" razón, es más fuerte el querer comerlo... y eso me ha pasado contigo.

—¿Entonces lo deberíamos hacer... ahora? —Preguntaste dudosa.

Te sentaste a su lado, dejando caer tu cuerpo hasta quedar en su misma posición. Miraste el cielo de tu alcoba esperenando su respuesta. Intentabas sonar segura, pero en verdad estabas bastante nerviosa.

Muy nerviosa.

—No, no —Dijo exaltado—. No me malentiendas, solo lo comenté porque pensé que era lo correcto... Ya-ya sabes, llevamos un tiempo juntos —Se reincorporó y tu seguiste nuevamente su acción—. Mira, sé que aún somos jóvenes, pero quiero hacer las cosas bien y no parecer un calenturiento —Apoyó su mano en tu muslo—. Nuestra primera vez, me gustaría que fuera muy especial y sin problemas... He oído de algunas personas que los preservativos no siempre evitan el tener un hijo... y tengo miedo de arriesgarnos.

Asentiste, asimilando y comprendiendo sus palabras. Jungkook era alguien reflexivo, pero nunca llegaste a pensar que pensaba eso.

—Es muy lindo de tu parte, Jungkook...

—No lo es, amor. Me siento avergonzado por ser tan directo, pero ya no me lo podía guardar más —Te sonrió un poco más aliviado. Tras unos segundos en silencio, entrelazó sus dedos con los tuyos— De todas, formas no quiero quedarme sin probar mi dulce, ¿me concederías unos cuantos besitos? ¿Unos toques?

—Claro que sí, tontito. Eso ni siquiera me lo debes pedir —Te acercaste a su rostro para depositar un beso en sus labios— Te amo un montón, Kook.

—Yo también te amo, te amo muchísimo —Aclaró, regresándote el beso.

De esa forma su tarde se pasó entre besos y toques sobre tu cama. Jungkook te abrazaba con fuerza impidiéndote escapar, tú solo te dejabas llevar por los besos, de vez en cuando arrugando la parte superior de su camiseta gracias a que estos mismos subían su intensidad.

Tal vez no habían tenido relaciones, pero la excitación no hizo falta, hasta con un simple roce Jungkook lograba alborotar todo tu ser.

Cada cosa sería a su vez, mientras tanto disfrutarías el tiempo junto a él. En una de esas su camiseta podía desaparecer y no ibas a desaprovechar la vista.