Asiento | K. Taehyung
Existen diferentes tipos de besos, Taehyung y tú estaban acostumbrados a los tiernos besitos; un toque dulce de labios era su todo. Pero en el momento en que esos pequeños roces se volvieron poca cosa, necesitaron seguir avanzando.
Besos más profundos y candentes fueron surgiendo entre ustedes. Los toques traviesos estaban a la orden del día, mas nunca creyeron que llegarían a necesitar tanto como para terminar en su vehículo siendo un desastre.
Todo estaba vacío y el lugar en donde se habían estacionado estaba casi sin iluminación, ¿podían pedir algo mejor?
Habían quedado en esa situación luego de ir a cenar a un restaurante en donde, por diversión, habías estado tocando cerca de su entrepierna toda la velada. Tu novio, ante tal provocación, apenas subieron a su movilización condujo lo más rápido que pudo para llegar a tu departamento. Aunque ni toda la velocidad empleada ni su resistencia, fueron lo necesario para esperar llegar a tu hogar.
En el estacionamiento subterráneo solo buscó el estacionamiento que les correspondía y ahí mismo se pasaron a los asientos traseros para poder continuar con su bella noche.
Agradecías enormemente el hecho de los vidrios fueran ligeramente oscuros y que justo te hubieras puesto un vestido. La tarea de exponerte sin miedo a que alguien pudiera verte hacía más agradable la experiencia.
Una batalla de besos era la que tenían, luchando por el poder de dominar tal acto. Taehyung habilidosamente coló una de sus manos por tu muslo interno y gemiste sonoramente cuando unos de sus dedos llegó a tocar tu feminidad. Aprovechándose de tu debilidad, introdujo su lengua, dando por ganado su mando.
Te separaste exaltada, observándolo con extrañeza, pero a la vez con un destello de deseo en tu mirada.
—Eres un tramposo —Soltaste sentándose en su regazo, apoyando una de tus manos en su pecho y llevando tu mano desocupada a su entrepierna—. ¿Te gusta tocar, uh? A mí también me gusta —Dijiste acariciando con lentitud sobre la tela de su pantalón.
Tae gimió de manera ronca echando su cabeza hacia atrás, por tu parte seguiste masajeando hasta que se comenzó a sentir más duro y húmedo. Sonreiste cuando la mano de tu novio tocó tu centro sin pudor alguno, levantando aún más tu vestido para poder tener una mejor visión de tu ropa interior y lo que había bajo ellas.
Acarició con cuidado por sobre la tela y cuando se aburrió de aquello, decidió que una buena idea era meter sus dedos por debajo de la tela, para de una vez comenzar a acariciar tus húmedos pliegues. Un dedo se introdujo y cerraste los ojos con fuerza gracias a la invasión repentina. Taehyung se mordió su labio inferior al ver tu reacción.
El impulso de cerrar tus piernas fue continuo, pero te lo impediste a ti misma. Te estaba gustando demasiado sentir esa atención ahí abajo.
—Muy bien, amor... —Susurró mientras movía su dedo en tu interior. El agarre que mantenías en su miembro aumentó un poco. Gimoteaste cuando gracias a tu acción, aumentó el movimiento de su dedo— Eres una chica muy buena, muy buena... —Un segundo dedo fue introducido, y el placer que te produjo fue tanto que tuviste que apoyar tu cabeza en su hombro derecho.
No solo estaba explorando tu interior, también se daba el tiempo de no dejar de lado aquel cúmulo de nervios que estaba por fuera.
—T-Tae, no... tu ropa se manchará —Le advertiste al sentir una oleada de calor en tu vientre bajo. Sabías que muy pronto se materializaría en humedad y te preocupaba que asta fuera demasiada.
—Shh... tranquila, la ropa se puede lavar luego —Respodió con una atractiva sonrisa, seguido de aquello sacó sus dedos de tu interior para palpar el exterior—. No sabía que podías llegar a mojarte tanto con solo unos toques, creo que tendremos que salir más seguido. ¿Qué opinas, cielo?
—M-me gusta la idea —Jadeaste intentando recuperar el aliento, aunque no lograste hacerlo cuando sus rosáceos belfos se estamparon contra los tuyos, mordisqueando y degustando lo más posible.
—A mí también —Opinó humectando su labio inferior tras separarse agitado—. Diría que me gusta demasiado, pero por ahora prefiero recibir atención de tu parte —Bajó su vista observando entre sus piernas—. Mucha atención —Fue lo último que dijo antes de liberar su erección y lanzarse nuevamente a tus labios.
Decir que los vidrios quedaron empañados, sería poco. El ambiente en el auto era un calor puro pero satisfactorio. Sus cuerpos agotados fueron el claro resultado de lo que había sucedido dentro. Menos mal que a nadie se le ocurrió estar por esos lados, o al menos no se percataron de ello por estar metidos en su burbuja de amor y excitación.
Y aunque el asiento quedó un poco mojado, preferiste pensar en que ese sería un tema que retomarían al día siguiente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro