Astral II
Después de aquel sueño premonitorio en el que visité a mi bisabuela, que bloqueé convenciéndome de que todo había sido un sueño o producto de mi imaginación, nunca volví a tener una experiencia así. Incluso envidiaba a mis hermanos por lo que contaban. Era costumbre que mi hermana soñara con los que habían fallecido. Solían decirle que estaban bien del otro lado, y no le contestaban cuando ella les preguntaba cómo era ese lugar, sólo sonreían. Yo atribuía esto a algún mecanismo inconsciente de ella para superar las pérdidas. Igual, una parte de mí deseaba vivir algo así porque quería alguna prueba de que había algo más.
Durante una crisis en la que me cambié de carrera y empecé a estudiar locución, abandoné el ateísmo sin proponérmelo. Una productora de radio me invitó a una sesión de Reiki y me hizo tan bien, percibí tanto la energía, que empecé a creer que podían existir otros planos y dimensiones y tal vez el alma. Hice el curso y comencé a hacerme Reiki. En toda esa época nunca tuve una experiencia paranormal ni de percepción extrasensorial, más allá de sentir a la energía fluir por las manos. Pasaron unos años y dejé de hacerme Reiki, más concentrado en trabajar, estudiar y crecer profesionalmente. Volví un poco a mi ateísmo, quizás a una especie de agnosticismo, y había descartado un poco mis experiencias espirituales en Reiki considerándolas más un estado de conciencia generado por la concentración profunda que otra cosa. De pronto, un día cualquiera, sucedió. Estaba durmiendo una siesta en el cuarto de mis viejos, que estaban afuera. Creía que había despertado, sin embargo sentía que flotara en el agua. Escuché voces provenientes del baño. Eran dos personas, un hombre y una mujer discutiendo. Pensé que eran mis padres y los llamé.
Para mi sorpresa, mi voz surgió de manera diferente. Como si fuera ondas que salieran directamente de la garganta y se propagaran a través de un medio diferente al aire, casi líquido, similar a las vibraciones de un sonar. Los que estaban en el baño me escucharon e hicieron silencio. Intenté levantarme de la cama y no pude. Sin embargo, sentía mis manos flotar, las veía transparentes y... Lo noté cuando quise observarme. Mi cuerpo estaba quieto, durmiendo. Y yo, de alguna forma, todavía adosado a él, me estaba moviendo en otro cuerpo, transparente, de energía o algo así. Cuando comprendí lo que estaba pasando tuve pánico. ¿Quiénes eran esos seres a los que no podía ver? ¿Podían ser... espíritus? ¿Qué iba a suceder si me separaba de mi cuerpo? Horrorizado, empecé a pensar con fuerza que quería regresar. En seguida, sentí que caía y caía, y abrí los ojos. Fue como despertar, pero yo estaba seguro de que había sido otra cosa. No quise ir al baño a ver. Sabía que aunque fuera, lo que estaba allí no se vería desde este plano.
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