Capítulo 1
—Míralo, es tan pequeño —susurra. Acaba de terminar un labor titánico que nunca olvidará hasta el fin de sus días. Ahora descansa con su niño en brazos y siente todo su cuerpo un poco adormecido. Mientras amamanta a la pequeña criaturita, la puerta de la habitación se abre lentamente y se asoma la cabeza de un osito blanco.
—Hola —murmura el muchacho mientras ingresa y vuelve a cerrar la puerta. Su corazón late con fuerza debido a los nervios, la ansiedad y la preocupación. Las horas de espera fueron una tortura hasta que por fin le comunicaron que podía pasar a ver al bebé y a su madre—. ¿Todo bien? ¿Te duele algo? —Queda sin palabras al ver al pequeño, un hermoso y sano bebé de grandes mejillas, su cabello es una mezcla del tono de ambos, siendo oscuro en la raíz y luego rojizos en las puntas.
—Estás muy pálido —responde dándole una sonrisa—. Él es Matías, nuestro hijo.
—E-Este es el señor osito —murmura soltando aire. Él mismo ríe por su tontería y se acerca a su novia, deja un beso en su mejilla y labios para luego besar la frente del bebé—. Hola Matt, soy papá —saluda con los ojos llenos de lágrimas.
—Felicidades —saluda un enfermero a la pareja cuando entra a la habitación—. Necesito sus datos y el nombre del bebé para el papeleo.
—Soy Noelia Rosales y él es el Andreu Velasquez.
—Y el bebé es Matías —agrega el muchacho para luego darle los otros datos que el enfermero requiere. Al terminar este le hace una broma a Andreu, diciendo que casi prepara una camilla por si quedaba inconsciente.
Él casi se desmayó cuando recibió la noticia de que ella estaba embarazada, igualmente se descompensó al saber que el bebé ya venía y lo echaron cuando estaban en labor de parto para evitar que se desmaye. Después de todo es padre primerizo, así que los médicos entendieron perfectamente su reacción. Por otro lado, la nueva madre fue muy fuerte al soportar cinco horas de trabajo de parto, dando a luz a un bebé sano de cuatro kilos. Todos su esfuerzo han dado resultado y al día siguiente ya regresan a casa.
La vivienda es nueva ya que la compraron hace poco, ambos trabajaron muy duro y ahora podrán criar a su niño tranquilamente.
Cinco años después.
Matías, al ser hijo único, disfruta de la completa atención y cariño de sus padres. Tiene todo lo que un niño de su edad pueda desear, hasta la maestra de jardín de infantes está encantada con él. Allí conoció a nuevos amiguitos, aunque uno de ellos presume de algo que él no tiene. Un hermanito.
—Quiero un hermano, Luz dice que tiene uno y que ella juega con él —le pide a sus padres y se cruza de brazos cuando ellos tardan un poco en responder.
—¿Un hermano? —suelta el padre parpadeando rápidamente. Teme que su hijo ya sepa lo que se necesita para hacer un bebé a tan temprana edad.
—Tener un bebé significa mucha responsabilidad —responde su madre, colocándose de rodillas para estar a su altura.
—Eso me dijeron cuando quería un hámster y me lo compraron al otro día —murmura mirando a un lado—. Si no me lo quieren dar yo solito voy a descargarlo por internet. —Matt toma el celular de su padre y corre hacia su habitación para conseguir un hermano. Él no es muy paciente y espera que el WiFi funcione rápido.
Aunque Andreu toma el aparato para quitárselo de las manos. El hombre ríe al ver la mueca de su pequeño y trata de explicarle, buscando palabras simples que al mismo tiempo no revelen demasiado sobre el tema.
—Los papás y las mamás hacen los bebés, no se descargan.
—¿Cómo?
—B-Bueno, tu mami y yo nos damos mucho cariño. Luego nos unimos... Si, en cuerpo y alma hasta que un bebé comienza a crecer en la panza de mami.
El niño baja la mirada por un momento y luego toma de la mano a su padre para llevarlo con su mami.
—María dice que su papi tiene a los bebés en su panza, no importa si lo llevas tú o mamá. Lo quiero ahora.
—Matt, los demás no importan —Andreu cambia su tono cuando lo regaña—. Además hacer un bebé lleva mucho tiempo.
—¿Cuánto?
—Meses, tal vez años —contesta, viendo una oportunidad para terminar con la conversación.
Matt suelta un grito agudo y cierra la puerta en la cara de su padre. Luego salta a la cama mientras llora como nunca antes, culpando internet por haberle mentido y ser incapaz de descargar lo que quiere. Luego de gastar toda su energía en ese berrinche, queda dormido en la cama. Noelia entra a la habitación, le quita la zapatillas y lo arropa con cariño. Luego irá a charlar con Andreu al respecto, ambos consienten demasiado a Matt y deberían buscar la forma de ser más firmes.
Cerca de las ocho de la noche Matt despierta de repente luego de una pesadilla. Llama a su madre dando gritos desesperados y Noelia corre, dejando lo que estaba haciendo, para asegurarse de que nada malo le hubiera pasado. Andreu deja el trabajo al escucharlo, entonces ambos entran a la habitación para encontrar a su bebé en una esquina, cubierto con las sábanas y temblando.
Ella le da un abrazo mientras Andreu se asegura de que no esté lastimado, no hay ninguna herida y ambos suspiran aliviados. Aunque Matt continúa llorando. Unos minutos después se tranquiliza y suspira, sintiendo su garganta un poco lastimada. Entonces Noelia le pregunta que pasó.
—Tuve un sueño feo —responde teniendo su rostro oculto en el cuello de su madre. Ambos lo consuelan, asegurándole que ya pasó. Esa noche el pequeño insistió en dormir con ellos por el miedo de tener otro sueño feo, aceptaron luego de que haga un escándalo y durmieron lo mejor que pudieron. Andreu recibió un par de patadas por parte de Matt y Noelia tuvo que soportar sus gritos ya que suele hablar dormido.
El primero en despertar fue Matt, emocionado por ir al jardín y mostrarle un juguete que aún no había llevado anteriormente. Pero encuentra una hoja de papel sobre la almohada de su cama. Piensa que tal vez es de su mami, porque quiere que aprenda a leer y lo ayuda a practicar. Sin embargo no hay palabras en la nota, sino una serie de dibujos enumerados. Él sonríe al ver que se parecen a los dibujos de su papi y entiende el mensaje.
—¿Es un cumpleaños? —murmura al ver velas en las ilustraciones—. Un regalo sorpresa. —Matt aplaude ya que sus padres planearon una sorpresa para él. Con pistas y todo, saben que le gusta mucho las cosas relacionas con los detectives, incluso quiere ser uno cuando sea grande. Ahora, el primer paso para resolver el mensaje del dibujo es investigar qué significan las únicas inscripciones de la hoja.
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