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🌺002: "Travesuras"

-Entonces, ¿No recuerdas tu nombre?.-El chico negó con la cabeza.-Entonces no se si pueda ayudarte...

La jovén miró al chico el cual ladeaba una poco la cabeza y miraba sin emoción a la chica, la cual tomaba tranquilamente una taza de té. Aquella mirada si expresión era todo un rompecabezas para ella, ya que no sabía lo que el chico quería decir o lo que siquiera pensaba, trataba de decifrarla. Sintió un escalofrío al sentir aquella mirada.

Incluso le recordaba a un pequeño venado.

-Pero trataré de ayudar en lo que pueda. Aunque aún sigo pensando que es un sueño.

-Creeme esto es más que real. Y cuando más pronto sepa lo que me sucedio o quien me hizo esto, podré irme más rápido.-El chico bostezó.

-¡Ah!.-La chica se sorprendió al ver la hora que era.- Se me hizo tarde, tengo que irme.-La chica se quitó el mandil que anteriormente había usado para cocinar y dejó su taza de té sobre la mesa.

-¿Uh?

-Tengo una entrevista para poder entrar a la universidad, por lo que llegaré tarde está noche.-La jovén se sentó en la entrada mientras se ponía sus zapatos rápidamente.-Te veo luego...

Y sin más se fue.

Aún se preguntaba ¿Cómo es que ella lo puede ver?

Como sea, la chica lo podía ver y eso nada lo podía evitar, pero de algúna a otra manera quería seguir pasando desapercibido.

"Corazones rotos atraen corazones rotos"

-Señorita Nakahara, no se duerma.-La voz de la maestra hizo que la jovén diera un pequeño brinco. Las risas de sus compañeros resonaban en todo el salón.

Sin duda las clases eran agotadoras, aún no se acostumbraba a su nuevo horario. Había logrado entrar aquella universidad por recomendación de su madre, pero sin embargo, aquella Universidad no tenía la carrera que quería estudiar, por lo que se metió a otra carrera y no sabe como salir de allí. Tal vez sea venganza de su madre.

-Si, perdóne.-Se reacomodó en su lugar algo avergonazada.

-¡Órden!.-La maestra mandó a callar los alumnos.

Odiaba las dos horas seguidas de matématicas, y no, no odiaba la asignatura, odiaba a la maestra que explicaba como un rayo y detestaba que preguntara "¿Entendieron?" Cuando era obvio que nadie había entendido.  Lo bueno es que era fin de semana, pero por algúna razón sus profesores se descargaban más en ese día y engargando cada vez más tarea. Tenía suerte de que era nueva por lo que su maestra tenía un poco de "compasión" por ella. Escribia rápidamente lo que estaba en el pizarrón antes de que su profesora lo borrara. Tenía suerte de que su madre le estuviera dando clases particulares de matématicas desde los cinco años, así que ya no se preocupaba por tener que aprender aquellos temas.

Las clases habían terminado, los chicos salian libremente suspirando de que todo acabará. La jovén suspiraba agotada mientrás guardaba sus cosas, ya quería llegar a casa y decansar, olvidandose por completo de que aquel chico seguía allí. Aún no se acostumbraba a darle asilo aquel extraño chico, aunque más bien el le estaría dando asilo a ella.

-Eres Koemi, ¿Cierto?.-Giró encontrandose con una chica algo bajita, con cabello rosa pálido y ojos color miel.-Soy Koda Takami.

-Amm hola.

-Eh visto que eres buena en matématicas.-La jovén peliblanca la miró extrañada.

-Eeeh....

-Quería saber si me podrías ayudar.-Koemi posó una mano sobre su cuello rascando incómoda y desviando la mirada.

-No lo sé.-La jovén la miró con suplica.

-Por favor.

-Bueno.-Dijo la jovén resignada.

Después de todo no conocía mucho a sus compañeros y no había hablado casí con ellos desde que entró a la escuela.

-Mmm está bien.-La jovén suspiró rendida. Escribió en un pequeño papel su dirección.-Toma, puedes ir mañana a mi departamento, allí podremos estudiar tranquilas.

-¡Muchas gracias!.-La jovén se fue de allí con una sonrisa.

Koemi tomó sus cosas y se fue.

[...]

-Por fin...-Se dispuso a tumbarse en el cómodo sofá, aventando sus cosas por ahí.

-Ah, ya estás aquí.-Dijo el pelirubio sárcastico.

-mmegsecito degscansar.-La jovén se encontraba bocabajo sin hacerle mucho caso al rubio. Y sin más solo se quedo dormida.

El rubio tomó una manta y se la colocó encima.

La jovén tirada en el frío piso, mientrás una burbuja de baba se formaba en su boca y su manta estaba en cualquier lugar del sofá desacomodada, mientrás ella dormia placidamente.

Sin notar que eran casi las dos de la tarde.

El chico la observaba con la cabeza ladeada y con su típica mirada de aburrimiento. El timbre de la puerta se hizo presente, haciendo que la chica saliera de su dulce sueño.

-¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Qué paso?.-Decía la jovén desconsertada con su cabello despeinado y una grandes ojeras.

La jovén se levantó y miró su reloj.

-Es tardisimo, olvide que una compañera vendría a estudiar hoy.-Dijo la jovén.

-¿Cómo puedes olvidar una cosa de la noche a la mañana?.-Preguntó Free con sueño.

-Estaba cansada ¿Si?.-La jovén se dirigió al baño para aunque sea arreglarse un poco, pero el sonido de la puerta la desconsertaba.-Venado, ¿Puedes abrir la puerta?

-Olvidas que solo soy un fantasma, ¿Cierto?.-Dijo el rubio desde la sala.

Si pero no eres un fantasma normal! ¡Eres demasiado sárcastico! Que yo sepa los fantasmas solo asustan.-Dijo la jovén desde el baño, para despues salir un poco mas descente y no con la misma ropa de ayer.

-Boo...-Dijo el chico con su típica voz tranquila mientrás hacía un movimiento con las manos. Algo que para la chica había sido sumamente adorable.

-Que chistoso.-Dijo la jovén.-Muy bien, no vayas a hacer ruidos, ni a tirar cosas como la vez que el vecino vino a pedirme azúcar.-Susurró la chica estando por abrir la puerta, no sin antes darle esa última advertencia al chico.

El chico asintió.

La jovén abrió la puerta, dejando ver a la jovén pelirosa con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola, Koemi-San.-Saludó la jovén con emoción.

-Hola Koda. Pasa.-La jovén albina dejó pasar a la chica, que entró viendo asombrada el lindo departamento.

-Pensé que tenias compañero, te escuche hablar con alguién.-El pelirubio observaba desde el sofá con una sonrisa búrlona. Koemi le dió una mirada de "No te atrevas" y el chico subió tranquilo las escaleras, ocasionando algúnos rechinidos por parte de estás.

-A-aah solo hablaba por teléfono.-Miró al pelirubio que seguía subiendo tranquilamente y despacio.

-Ooh.

-Mejor vamos a estudiar.-La pelirosa asintió.

[...]

-Bien, este número lo tienes que simplificar ¿Entiendes?.-Explicaba, mientrás vigilaba al chico de que no hiciera ningún desastre, el cual solamente miraba sentado desde las escaleras con diversión.

-Si, entiendo.-La pelirosa solo estaba concentrada en sus ejercicios, sin darse cuenta de nada a su alrededor.

Derrepente el rubio se paro y bajó las escaleras, caminando hacía donde estaban ellas estudiando en la mesa de la cocina. Koemi no pudo hacer más que negar con la cabeza de que hiciera algo estúpido.

El rubio caminó hacía su compañera y estando cerca de ella, dió un soplido. Haciendo que Koda tuviera escalofríos.

-Oye, ¿Soy yo o tu casa está más 
fría?-.La jovén peliblanca miraba hacia un punto fijo.-Oye, ¿Qué te pasa? Es como si hubieras visto un fantasma.

Si, literal. Aquel hijo de su... miraba búrlon la escena. Maldecía internamente no haber ido a estudiar a otro lado.

-Si claro, un fantasma.-Rió nerviosa con ganas de querer volver a matar a aquel espectro tan lindo que miraba divertido la sitúación.

-Bueno, muchas gracias Koemi-San. Nos vemos luego~.Se despidió la jovén pelirosa.

Koemi se dejó caer en el sofá, aliviada de que su compañera se haya ido, y no por ser mala, pero mientrás aquel chico estuviera allí, no sabía de lo que sería capáz.

-Sabes que mientrás más te tardes en ayudarme a descubrir quien soy o que me paso, más seguiré aquí. Así que te conviene apresurarte. Ese es el trato para que te deje en paz.-La chica lo miró, mientrás el solo la observaba con aburrimiento.

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NOTA: Koemi llama venado a Free, por su respectiva personalidad la cual le recuerda mucho a la de un venado y también por no saber su  nombre.
Bueno creo que eso ya lo sabían.

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