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Capítulo 3

Miraba atentamente mientras el humano se alimentaba, sin notar que estaba flotando hacia la superficie lentamente. Reaccioné cuando mi cabeza ya estaba fuera del agua, aunque me quedé muy quieto pues no había notado mi presencia todavía. En un momento se detuvo, esa fue mi señal, entonces de apresuré a sumergirme en el agua nuevamente.

El humano soltó unos sonidos muy agudos, de miedo o terror a mi parecer. Unos minutos después me preparé mentalmente, ya me había visto por lo que me decidí a salir a pesar de esa muy mala primera impresión. Él ya no estaba cerca de la orilla, sino que estaba pegado a la pared más cercana tal vez por precaución, entonces chapoteé en el agua para llamar su atención. Lo vi levantar la mirada hacia mi dirección y parpadeó un par de veces, yo ya había visto su rostro de cerca aunque no me tomé el tiempo de hacerlo detenidamente pues estaba ocupado rescatándolo de las violentas olas de la repentina inundación.

Lo vi acercarse, parecía aliviado y soltaba sonidos tras sonidos, tal vez me estaba preguntando dónde estaba, quién era yo o cómo había llegado a la cueva. Si, tenía mucho qué explicar. Pero no entendía su lenguaje de sonidos. Cuando se acercó lo suficiente noté que su cuerpo se paralizó de repente, vi sus ojos recorrer mi cuerpo, deteniéndose en mi aleta.

Es tu oportunidad, dile hola, dile tu nombre, pregúntale si es hembra o macho, me decía mi conciencia rápidamente. Mis pensamientos chocando entre sí y no haciendo nada en realidad, también estaba paralizado. Atiné a acercarme, nadando lentamente para no asustarlo y lo vi cerrar los ojos por el miedo. Tal vez pensó que le haría daño. De repente sus ojos hicieron contacto con los míos, nuestras miradas nuevamente se cruzaron, estábamos observándonos el uno al otro y parecía más calmado.

Sus ojos quedaron fijos en mi aleta otra vez y no sabía qué debía hacer, estaba un poco nervioso. Si saludaba podría hacer que grite, así que decidí ir y tomar los restos de los peces para sacarlos fuera de la cueva. Yo mantendría limpio el lugar para el humano y ya había tenido un progreso, finalmente me había visto, ya que estaba seguro de que jamás había visto a alguien de mi especie. Me alejé para darle un momento, no quería asustarlo más con mi presencia pues debía hacer que confiera en mí.

Una vez fuera del pasadizo arrojé las espinas y restos de lo que comió para que la corriente y los demás peces se deshagan de todo aquello antes de que llamen la atención de depredadores grandes. Si eso sucediera tendría que enfrentarme a él para alejarle de esa zona.

¡Lo hice, lo hice!, me decía mientras comenzaba a nadar de un lado al otro. El humano me había visto y no podía contener mi alegría. Ahora debía pensar qué hacer, entonces recordé el objeto humano que había encontrado.

Nadé a las rocas que estaban cerca de la tierra, había dejado la cosa ahí porque la herramienta que cortaba me había parecido muy útil y no quería que la corriente se lo lleve. Lo revisé con cuidado, notando que podría colocar más cosas en los compartimientos, como pequeñas rocas por ejemplo. También había un objeto transparente, una "botellita" de la cual mi madre había hablado. En ellas podrías guardar lo que quieras pero al mismo tiempo eran frágiles, tendría que tener cuidado con ella.

La noche me sorprendió, interrumpiendo mi examen del objeto humano, pues el crepúsculo cubrió todo con su negrura, así que regresé a la cueva. No podía dejar al humano solo por mucho tiempo o sino dejaría el lugar seguro otra vez, era un poco testarudo. Mis ánimos estaban altos, como el cielo ya que el humano me había visto luego de mis otros inútiles y fallidos intentos. Ya imaginaba a Ackley burlándose, gracias a Odisea no me lo había encontrado.

Ahora sólo quedaba presentarme y comunicarme con el humano, pensé al nadar velozmente. Vi la entrada submarina y nadé por el pasadizo, al momento de salí del pozo, vi que el humano se encontraba dormido cerca del brillo de las algas. Lentamente me acerqué, sin hacer ruido, y me senté en el borde. Debía esperar un poco para que el agua se escurriera de mi cuerpo sino me llenaría de tierra, estrujé mi cabello muchas veces hasta que pude secarme completamente. Sólo entonces fui capaz de acercarme.

Mis brazos me ayudaron a arrastrarme hasta detenerme frente a él, de ese modo pude apreciar mejor su rostro, tenía cabello marrón y largo pero estaba enredado de alguna forma extraña aunque se veía muy bien. Sus pestañas eran largas y sus labios mostraban un tono rosado y saludable.

Podría quedarme horas viendo al humano pero comenzó a despertar debido a unas cuantas gotas que cayeron sobre él. Sus ojos se abrieron lentamente y rostro se torció en una mueca al mirarme. Aunque no se movió de su lugar, sólo hizo soltó un sonido agudo. Eso era bueno, ya no me tenía miedo.

Quedé un momento maravillado por sus ojos, no eran negros como los de mi raza sino que claros, muy claros y bellos. Su pecho hinchado llamó mi atención, subía y bajaba de manera rápida, no sabía si eso era normal o no.

Tal vez está así por tragar tanta agua de mar, supuse al acercarme. Noté además que su respiración era cálida y chocaba contra mi rostro. Levanté mi mano y rápidamente se protegió con los brazos. Pensó que le haría daño pero sólo quería presentarme. Sus manos eran diferentes a las mías y no pude evitar tocar una. Sus uñas eran muy cortas y los dedos estaban completamente separados, no había escamas pero sorpresivamente su piel era muy suave al tacto.

Toqué un poco más arriba, la muñeca también era suave pero el resto del brazo era de color negro y carecía de esa suavidad. Observé su cuerpo en busca de las curvas que mencionó mi padre pero yo estaba confundido. Sus curvas tal vez se debían por haber tragado tanta agua y estaba en presencia de un humano macho debido a la piel dura que protegía todo su cuerpo. Ahora estaba un poco confundido.

Mi mirada bajó a sus piernas, era la primera vez que veía las piernas de un humano tan de cerca que tampoco me resistí a tocarlo. El humano hizo unos sonidos y se sentó de un rápido movimiento para alejarse de mí. Ladeé la cabeza mientras intentaba comprender sus acciones, entonces entendí que no le gustaba que tocaran sus preciadas piernas, tal vez eso no se hacía, así que alejé mis manos y bajé mi cabeza para demostrarle que no fue mi intención asustarlo.

El humano hizo sonidos nuevamente, sus labios se movían de formas extrañas e hipnotizantes. Ese era un lenguaje extraño e interesante de sonidos.

—Soy Arán, cuidaré de ti. ¿Tienes un nombre? —mis señas parecían confundirlo más, entonces entendí que no se comunicaban con señas como nosotros, sino sólo con sonidos. Hizo ruidos y señaló su boca, tal vez intentaba que yo también hiciera lo mismo. No creí que la comunicación sería un problema pero encontraría la manera de entendernos.

En eso escuché que decía algo con mucha energía y me mostró su tobillo. ¿Notó que tengo curiosidad y me dejará tocarlo?, pensé y acepté la oferta con una gran sonrisa.

Su pie era diferente a su mano en forma pero también era igual de suave. El humano rápidamente comenzó a hacer sonidos más fuertes y abracé su pierna con mis brazos al pensar que le agradaba hasta que caímos al pozo. Me separé sorprendido y lo vi nadar hacia el pasadizo. ¡No puedes irte!, nadé y tomé su pie para traerlo de vuelta. Comenzó a luchar cuando lo sostenía de la cintura pero su fuerza no superaba la mía.

De regreso a la cueva, lo dejé en la orilla para que recupere aire y fruncí el ceño, ya era la segunda vez que intentaba dejar el lugar seguro y debía hacerle entender que se quedaría aquí a partir de ahora por su bien. Estaría a salvo de las olas, tormentas y animales depredadores. Estos últimos habían extendido sus dominios hacia las ciudades humanas gracias el avance del océano.

—Afuera es muy peligroso y no hay agua de cielo, morirás. Por favor quédate en la cueva... —No entendía, su mirada era de completa confusión y molestia, así que hice unas señas sencillas—. Yo me quedaré contigo aquí, no te dejaré solo.

Espera que esas señas hubieran sido suficiente, entonces él repitió mis señas con una mirada interrogativa y asentí sin poder ocultar una sonrisa de alegría. Había logrado que me entendiera, me sentía muy feliz al ver como también asentía con la cabeza y me sonreía. Esa era la primera vez que me daba una sonrisa y no me miraba con miedo.

Quería poder ver a mis padres para mostrarles los progresos que había hecho, y restregarle a Ackley en su cara que mi humano estaba sano y salvo. Además pude conseguir un lugar adecuado para él.

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