Capítulo 18
Con el objetivo de ir a tierra firme, los Santoro se prepararon para liberar el ancla. Dominic se alistó con su traje de buceo y aseguró la cuerda a su cinturón, esperaba que la tarea sea sencilla ya que sólo debería seguir la cadena que lo conectaba al ancla hasta llegar a él.
—¿Están seguros de que hay tierra? —les preguntó Dante a sus padres—. Todo quedó bajo el agua...
—Él ha estado haciendo muchos dibujos, dibuja exactamente lo que ve —le explicó Bianca mientras ayudaba a Dominic con el tanque de oxígeno—. Él vio tierra firme —le dijo la mujer con certeza.
—Está bien, ¿qué puedo hacer? —preguntó, teniendo intenciones de ayudarlos en algo.
—Revisa la comida, si hace falta traeré más para ti luego de liberar el ancla —respondió su padre.
—Eh... Ya no hay.
—¿Te comiste todo? ¡¿En una noche?! —exclamó Dominic sorprendido y molesto—. Con una bolsa de cereal era suficiente, no sabemos si hay más comida disponible y debes racionar lo que tienes.
—Tenía mucha hambre —se defendió levantando la voz.
—Por decisión propia, nos traen peces para alimentarnos —respondió, refiriéndose a Ackley—. Sé más inteligente si pretendes seguir con vida de ahora en adelante.
Dante no fue capaz de decir nada al respecto y simplemente volvió a su cuarto. El silencio en el lugar era abrumador, incluso Ackley estaba sorprendido de que estuvieran callados. Dominic suspiró entonces, encontrándose con la mirada de su esposa.
—Fui muy severo con él —murmuró.
—No, tienes razón. Ahora cualquier error puede costarnos la vida y mientras más rápido lo entienda es mejor —Bianca lo reconfortó con sus palabras, al mismo tiempo que aseguraba la cuerda para que esté bien atada—. Yo hablaré con él después. Ten mucho cuidado ahí abajo —murmuró luego de darle un beso rápido. Dominic estaba preparado y se sumergió en el agua, Ackley ya estaba al tanto del plan de liberar el ancla, gracias a los dibujos de Bianca, y mantendría a salvo al humano padre.
Ambos comenzaron a nadar hacia las profundidades, Dominic tomó la cadena y se ayudaba con ella para bajar más y más. Al mismo tiempo Ackley nada cerca de él, adelantándose un poco para encontrar el fin de aquella cosa metálica. Gracias a su excelente vista bajo el agua, pudo ver una gran alga terrestre como las que se encontraban frente a las construcciones, la cosa alargada y metálica salía desde el alga. Dominic también notó que el ancla parecía estar atorado en las ramas de ese árbol.
Temiendo lo peor, el hombre movió sus piernas más rápido para impulsarse, apartó ramas con sus manos pero el ancla no parecía estar atorado en las ramas, sino más abajo. ¡Maldita sea!, maldijo ya que el ancla se encontraba incrustado en el tronco del árbol. Era mucho peor de lo que imaginó, cómo iba a quitar el ancla que estaba atravesando el árbol sin romperlo. ¿En el barco habrá una cierra o algo para cortar la corteza? ¿Cuánto tiempo le llevaría? ¿Gastaría mucho oxígeno?
Por su parte Ackley también entendió lo complicado de la tarea. Sin embargo el humano padre hizo un intento por mover el objeto de metal. Intentos fallidos desde luego.
Que patético, un padre debe ser fuerte para proteger a su familia. Ackley tocó el hombro del humano y lo apartó, quedando frente al árbol. Él no se molestó en tomar el ancla, sino que comenzó a rasgar la corteza. No era dura como las rocas y eso era perfecto, sus uñas habrían surcos rápidamente, descastando el tronco.
Dominic vio sus acciones sorprendido, no estaba seguro de que eso funcionaría pero tampoco iba a detenerlo. En cambio él se dispuso a buscar más comida para Dante, se sentía muy mal luego de lo que le había dicho y quería compensarlo de ese modo. No iba a alejarse demasiado con la criatura ocupada, así que decidió revisar la casa que está junto frente a ellos. La puerta parecía estar cerrada, pero las ventanas se encontraban destrozadas.
Con mucho cuidado de no cortarse con los vidrios restantes, Dominic nadó dentro de la casa. Le impresionó ver otro cuerpo, en esta ocasión era el de un hombre, que había sido atravesado por un soporte roto de la escalera de madera. Debido al tiempo que pasó bajo el agua, el cuerpo estaba descomponiéndose y cientos de peces ya se estaban alimentando de los restos. Debía apresurarse porque estar demasiado tiempo en esas aguas contaminadas no sería nada bueno para su salud.
¡Esto está tardando demasiado!, gruñó Ackley. La planta parecía ser suave pero para él le estaba llevando mucho tiempo destrozarlo. Aunque realmente sólo habían pasado unos minutos desde que comenzó. Ackley no era alguien paciente en lo absoluto.
—¡Ahhhhhh! —De repente él creyó escuchar un grito agudo, por lo que se detuvo y miró a su alrededor, aunque los humanos no podían hacer ruido bajo el agua. Sólo en la superficie.
La madre y la cría están en problemas, se dijo y movió su aleta rápidamente para nadar a la superficie de regreso. Pudo ver la cosa flotante, aunque antes de salir del agua por completo, se detuvo para analizar la situación. Es imposible, pensó y decidió actuar al escuchar otro grito. Nadó con fuerza y dio un poderoso salto para caer sobre la borda. El barco se sacudió debido a esto y Ackley acabó en medio de los problemas, ya que la familia Santoro estaba siendo atacada por otros humanos. Él no sabía cómo habían terminado en esa situación pero vio a sus humanos golpeados y asustados.
Otros humanos habían llegado en otra cosa flotante y lastimaron a ambos. La cría estaba inconsciente y su cabeza sangraba mientras que la madre tenía cientos de cortes en sus brazos y piernas.
—¡¿Qué es esa cosa?!
—¡Saltó del agua de repente!
—Entonces mátenlo. —Los hombres comenzaron a discutir. Eran tres pescadores que habían quedado a la deriva por días, sus redes se habían destrozado y estaban desesperados por encontrar agua dulce. En su camino encontraron el velero y los abordaron pero Bianca se negó a entregarles toda el agua que tenían, incluso arrojó la llave del cofre al mar para que ellos no pudieran acceder a la comida ni al agua. Bianca hubiera compartido lo que tenían, pero ellos llegaron exigiendo todo y los golpearon.
—No lastimen a la criatura —les suplicó, viendo que se acercaban a él con sus cuchillos y arpones.
—¡Cállate, esto es tu culpa! —gritó uno de los hombres.
Ackley estaba en un debate interno en ese momento, los habían criado para proteger a los humanos. Pero qué debería hacer si ellos se lastimaban entre sí, no sabía cómo actuar y tampoco recordaba algún consejo de sus padres. Se encontraba paralizado hasta que sintió unos empujones, era ella, intentando que regrese al agua desesperadamente.
Incluso con esas heridas ella trata de protegerme también, pensó él. Finalmente decidiéndose qué hacer y justo a tiempo, ya que uno de los hombres estaba a punto de dispararle con un arpón en su aleta. Ellos pensaban que en tierra estaría en completa desventaja, sin embargo el joven tritón se movió velozmente con ayuda de su poderosa aleta. Debido a que su cuerpo estaba empapado, él se podía deslizar por la borda, esquivando al mismo tiempo el arpón. Derribó a dos de los hombres, sus garras cortaron con mucha facilidad la piel, sin embargo también sintió algo clavarse en su costado. Pero no le dio importancia ya que el dolor era muy leve y siguió atacando.
—¡Ahh! ¡Quítamelo! —gritó el hombre, pero los demás no podían hacer nada. Aunque ya no tenía a la criatura sobre él, sintiendo un agudo dolor en su estómago.
Ackley no perdió tiempo y fue tras el tercero, el hombre se apresuró a correr hacia su barco. Sin embargo la criatura lo sujetó de la pierna para detenerlo y lo hizo caer, aporreándo su cabeza una y otra vez contra el metal hasta que se quedó completamente inmóvil.
Luego de salir de su estado de furia, Ackley apenas podía controlar la respiración. Su pecho dolía al igual que su costado, además la sangre en sus manos resaltaba demasiado. El hombre que aún quedaba terminó desangrándose por las profundas heridas de sus piernas. Fue lo correcto, hice lo correcto, se repetía Ackley mientras intentaba tranquilizarse.
En eso sus brazos perdieron fuerza, resbalando y cayendo debido a la sangre. Al mirar su cuerpo finalmente notó el arpón clavado en su carne, sólo esperaba que ningún órgano importante estuviera dañado.
—¡Bia! ¿Por qué encontré la llave del cofre de la alacena en el agua? ¿Se te cayeron? —Dominic se había distraído al ver el brillo de las llaves en el agua y reconoció el llavero. Sin embargo, él quedó atónito al ver los cuerpos y toda la sangre—. ¡¿Están heridos?!
El hombre se apresuró a quitarse el equipo y acercarse a su familia. Bianca se sintió aliviada al ver que Dante regresaba en sí, además recordaba lo que había pasado antes del golpe.
—Mamá, ¿te hicieron algo? ¿Qué pasó? —le preguntó sintiéndose un poco mareado.
—Todo está bien, sólo vendaré tu cabeza. —Ella rompió un gran trozo de su ropa y envolvió su frente, incluso los ojos para tapar su vista.
—No debe caminar, lo llevaré adentro —Dominic mantuvo la calma al igual que su esposa y levantó a Dante, lo revisaría con más calma adentro. Por otro lado Bianca estaba a punto de quebrarse, quería gritar, llorar, golpear lo que sea, aunque respiró hondo y recobró el control al ver a la criatura herida.
—No hay tiempo para esto... Debo limpiar —se dijo a sí misma para luego atar su cabello.
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