CAPÍTULO 113
Cuando introduje dos dedos en su apretado coñito, Lili soltó un quejido por haberla desvirgado pero al comenzar a masturbarla aumentando lentamente la velocidad y profundad de mis embestidas comenzó a pedir entre gemidos que la cogiera más duro sin pensarlo dos veces le hice caso mientras que con la otra mano le seguí estimulando el clítoris, Lili no tardo en llegar al orgasmo, pero como quería seguir escuchándola decir palabras en su idioma natal entre gemidos en vez de sacar mis dedos agregue otro y comencé a masturbarla con más intensidad, transcurridos unos 10 minutos Lili se corrió dos veces quedando totalmente agotada por lo que meto dejarla descansar. Monserrat se estaba cogiendo a Aní y aunque quería unirme decidí mejor salir a asustar porque mi reserva de energía estaba por terminarse.
Con la energía tan baja asustar al principio fue muy difícil, pero a medida que me iba fortaleciendo se volvió más fácil. Con mi emergencia recargada busque más pantis para mí colección luego regrese a casa encontrándome con Scarlett cocinando totalmente desnuda después de mirarla por un instante empecé a darle besos en la espalda.
Después de chuparle los senos por un rato me arrodille para hacerle una paja rusa hasta hacerla eyacular en mis senos. Scarlett me devolvió el placer que le había dado fallándome vaginalmente, después del sexo Scarlett sigo haciendo cocinado y yo fui al cuarto y tuve sexo con Nora.
Teresa.
Mientras caminaba por el parte contoneando mis caderas, para llamar la atención de algún hombre que le gustarán las chicas de mi edad y quiera pagar por mis servicios, se acercó una monja para preguntar porque estaba vestida así sin sentir ni un poco de vergüenza le respondí que estaba prostituyéndome también le dije que sí quería divertirse conmigo un rato podía darle un precio especial, la monja se enfado por haberle hecho ese tipo de propuestas y siguió su camino segundos después un hombre obeso para preguntar cuando cobraba cuando estaba por responder la monja se devolvió y fingió conocernos.
Como necesitaba seguir trabajando para cumplir con mi cuota, cuando termine el café me levanté para irme, la monja me sujeto por un brazo y antes de pudiera reaccionar comenzó a besarme apasionadamente cuando se separó saco un billete de 100.000 pesos y pregunto sí era suficiente para contratar mis servicios sin pensarlo dos veces moví mi cabeza en señal afirmativa transcurridos unos minutos ya estábamos en un cuarto.
Después de tener sexo y las presentaciones pertinentes Gloria me contó que la dejan salir del convento un día por semana para que pueda visitar a su madre que está internada en un hospital y venir a su antigua casa para asegurarse de que todo estuviera en orden.
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