CAPÍTULO 110
La modista miro por un momento el rico coñito de Teresa luego comenzó hacerle sexo oral, no paso mucho tiempo para que mi zorrita empezará a gemir y apretar con fuerza las sábanas, cuando llegó al orgasmo intercambiaron posiciones, después de verlas tener sexo por un rato decidí unirme, la modista se sobresalto pero relajo casi al instante y dejo que le chupara los senos. Las tres nos divertimos por horas olvidándonos por completo de Monserrat estaba esperándonos hasta que entre al cuarto bastante molesta para reclamarnos por habernos olvidado de ella, las tres nos discúlpanos después le pregunté sí quería divertirse con nosotras Monserrat respondió que prefería los penes luego dijo que iba a trabajar un rato. Luego del sexo Teresa y la modista se quedaron dormidas y yo salí asustar.
Mientras caminaba distraída pensando en mis asuntos, me choque con una fantasma que también estaba distraída haciéndola caer al suelo, rápidamente estire una mano para ayudarla a levantar mientras le pedía disculpas, la otra fantasma respondió que había sido su culpa porque venía más distraída, pasados unos minutos acordamos que ambas habíamos tenido la culpa luego nos presentamos. Marta me contó que había su novio la asesino hace dos años en medio de una discusión a unas cuantas casas y pregunto si quería ir un rato, como tenía mi energía muy baja rechace su invitación.
Cuando recupere mis fuerza volví a casa encontrándome con Scarlett bastante ligera de ropa, sin pensarlo dos veces la cogí por su cintura y comencé a darle besos en el cuello, transcurridos unos minutos ya estábamos teniendo sexo Nora no tardo mucho en unírsenos.
Laura.
Después de Diana se entregó a mi y pareció disfrutarlo, se levantó abruptamente sin decir ni una palabra para ir al baño, pasado un buen rato salió y comenzó a vestirse sin siquiera mirarme ni una sola vez, al terminar salió del cuarto, por un momento pensé en darle espacio pero termine yendo tras ella porque quería hacer todo lo posible para que las cosas funcionen.
Diana sin poder ocultar su enfado pregunto sí podía dejarla sola por un rato, aunque sabía que tal vez estaba precisando mucho corte la distancia que había entre las dos y le di un beso, como Diana no estaba de ánimos me empujo, como soy bastante obstinada intenté besarla otra vez pero volvió a empujarme así estuvimos por unos minutos hasta que terminó correspondiéndome
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro