Abrazos
Pacifica y Melody se encontraban en la cocina de la cabaña haciendo el almuerzo. Ambas mujeres tenían una relación cordial y amable, ninguna tenia problemas con la otra, lo que facilitaba cocinar.
-¿Es tu tercer hijo, verdad?- Pacifica pregunto mirando el vientre de 6 meses de Melody.- Donde estan los otros?
-Ricardo esta en Japón por un intercambio cultural y María esta de vacaciones con unas amigas. Estoy algo preocupada por ellos... No los veo desde hace tanto...
-Seguro estan bien.- Pacifica contestó con una sonrisa calida y algo triste.
¿Su madre estaría preocupada por ella? Talvez deberia verla a ella y a su padre...
Saco esos pensamientos de su cabeza, aún no se sentía lista, había tenido varios enfrentamientos agrios con ellos hasta que se independizo y comenzo a vivir con Mabel en California.
-¿Te ocurre algo?- La dulce y maternal voz de Melody la despertó de su trance. Contesto que estaba bien, aunque la mujer no parecía creerle, pero esta decidio hacer la vista gorda.- Ya hemos terminado, gracias por tu ayuda, Pacifica.
Todos se sentaron a comer, había un ambiente alegre en la mesa.
-¡Dipper, tienes una nueva cicatriz!- Mabel exclamó emocionada al ver el brazo de su hermano que ya se alejaba bastante del fideo que tenia a los 12 años.
-¿Está?- Dipper señaló en su brazo una pequeña cicatriz no mayor a 3 cm. que acompañaban a otras de variados tamaños.- Me la hice cuando fui con el tío Ford a sacar algo de pegamento de la nave.
-¿Y está?
-Un accidente buscando un monstruo de otra dimensión que escapó.
-¿Y está?
-Me corté con papel.
-Tus historias son increibles, Dipper.- Mabel hablo emocionada mientras su hermano emitia una leve risa.
-El mismo nerd de siempre.- Stan se río un poco tambien.
Pacifica contemplaba todo callada. Con una sonrisa, Mabel la invitó a unirse a la conversación. A Pacifica le gustaba ese clima familiar tan agradable, muy diferente a cuando estaba en las pocas cenas con sus padres.
No pudo evitar sentirse algo mal por eso.
Ya en la cocina, la ojiazul se dispuso a lavar los trastes sucios en el lavadero, tratando de ignorar la tristeza que la invadia, sin exito.
Se llevo una sorpresa cuando unos brazos la tomaron por detras de la cintura, estos la aprentaron fuerte, con algo de delicadeza.
-Mabel...- La rubia la reconocio facilmente y se dejo llevar por el abrazo, ihnalando el aroma a chicle de la castaña, dejando que se apoye en su espalda.
Mabel acaricio la cintura de la rubia, haciendo que esta de un salto, le dedico un tierno beso sobre la fina bufanda que tenia. Sonrio al ver las marcas de sus besos, frescas, sobre ella. Bajó un poco el sueter besando su espalda de forma casta.
-Quiero cumplir una fantasía...- Susurro al oido de la rubia sonrojada que trato de forcejear un poco, no era el momento ni el lugar, pero la castaña la alzo sin dejar de abrazarla.
Pacifica se altero un poco al ver que estaba siendo cargada por Mabel. La castaña se sentia feliz mientras al mismo tiempo hacia que su prometida se volteara, mirandola.
La abrazo con todas sus fuerzas, casi dejandola sin aire, trasmitiendole su amor. La rubia se sonrojo demasiado al sentir como los pechos de ambas se tocaban por el contacto, los pensamientos pervertidos florecieron en ella, haciendo que correspondiera con fuerza bruta el abrazo.
Mabel también se sonrojo por el fuerte roze entre ellas y se separo un poco, disfruto ver el pequeño puchero de Pacifica, como la niña mimada que es.
-Pervertida.- Mabel disfrutaba decirlo.- Yo solo quería abrazarte de forma pura.
La rubia le dedico su típica mirada de enfado con el ceño fruncido pero era nuevo el enorme color rojo que había en sus mejillas.
-Tu eres la más pervertida de las dos.- Pacifica respondió sin tomar en cuenta lo que dijo.
-Eso es correcto, ambas somos pervertidas, solo que yo te supero en creces.
-¡Yo nunca dije que fuera una pervertida!
-Lo eres, Paz, aceptalo.- Mabel ignoró los reclamos de la ojiazul y tomó sus brazos, haciendo que rodeen su cuerpo, recargandose en su pecho.- Como yo lo acepto.
Pacifica se callo algo furiosa y muy sonrojada, aceptando el abrazo de Mabel y acariciando sus cabellos marrones. La Pines trasmitía una calidez muy agradable, acurrucandose en sus senos como si estos fueran dos almohadas.
-Son como dos almohadas grandes y suavecitas.- Mabel trató de no reir al ver el rojo intenso en el rostro de Pacifica. Ella tambiŕn debería estarlo, sentia el calor corporal de la rubia junto al latido algo acelerado de su corazón, esto le brindaba mucha tranquilidad.
Ambas sentían el amor que las unía. No se separaron en ningún momento, deseando fundirse en ese abrazo, que sea eterno, sin final, trasmitiendo todo de ellas sin palabras.
Un pequeño grito emocionado junto al ruido de una camara las desconcerto. Sin separarse, vieron al menor de los Pines emocionado junto a Soos que sostenia dicho aparato.
-Ignorenme, sigan.- Dipper tenía un brillo en los ojos y una sonrisa rara.
-¡Soos, entregame esa camara!- Grito Mabel.
-Claro que si, amiguita. ¿Quieres una copia?- Mabel asistió ansiosa.- Te la dare.
-¡Kyaa! ¡Yo también!- Gritos fangirls por parte de Dipper.
-Familia de locos.- La rubia sonrió, ya estaba bastante acostumbrada. Una idea cruzo en su mente y abrazo ella misma a Mabel de frente, la castaña se sonrojo, correspondiendo al instante.
Ese abrazo era dulce, trasmitiendo sincero amor y algo más por parte de la rubia...
-Gracias...- Susurró suavemente Pacifica.
Porque la calidez de aquellos abrazos le recordaron el hecho de que Mabel siempre estara para ella y con ella su rara familia que a pesar de todo la aceptaban.
Los recuerdos amargos de su familia biológica siempre estarían con ella junto al asunto pendiente que tenía con sus progenitores pero tambien su eterno amor y agradecimiento a Mabel por brindarle y aceptar ese sentimiento.
-¿Porqué?- Mabel le preguntó con dulzura. No quería separarse nunca de ella.
-Por lavar los platos.- La rubia se separó bruscamente de ella.- Como tu forma de pago por las marcas.
-¡Pero tú las aceptaste, tramposa!- Mabel reclamo sorprendida.
-Las marcas nunca estuvieron en el contrato. Solamente las fantasías.
Dipper y Soos no entendían nada salvo una cosa.
Mabel debería lavar los trastes de una comida para ocho personas.
Sexta fantasía romántica: Abrazos.
Realizada.
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Pacifica es una pasiva neko tsundere con todas las letras xD
No solo inclui una fantasía sino tambien algo de lo ocurrido con la familia Northwest, aunque muy poco, es un asunto delicado para Paz y no quiero escribirlo tan pronto.
Tengo una familia numerosa asi que es un castigo lavar los platos, pobre Mabel... Pero se lo merecia jaja
Cuidense! Gracias por todo!
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