Estábamos sentadas en la isla de la cocina, comíamos y hablábamos de cosas banales y que necesitaba comprar unas cosas, le pregunté si quería que la acompañara.

-Claro, en un rato vamos.
-De acuerdo - sonreí, la miré a los ojos y ella a mí, nos miramos por unos segundos y no lo pude evitar. Tire las cosas de la isla sin importar si era de vidrio o de algún material delicado, me acerqué a ella, la besé con ganas y pasión, me senté a horcajadas sobre ella, sus manos viajaban de mi trasero a mi espalda acariciandome, nuestras lenguas bailaban mientras subía mi camisa para retirarla.

-Eres hermosa - dijo y sus manos quitaron mi brassier, sus ojos veían ansiosos mis senos, sujete su cabeza y la empuje hacia estos, ella los lamió, los chupo y los besó a su antojo, yo gemía de placer en esa cocina. Sus manos viajaron a mi pantalón para desabrocharlo, lo hizo y sus manos viajaron a mi trasero por debajo de la ropa interior, amasó mis nalgas y las apretó, yo mordía su hombro. Una de sus manos viajó hasta mi zona v y me penetró con dos dedos mientras me besaba y yo trataba de reprimir un gemido.

-No quiero que te retengas bebé - dijo eso, mordió mi labio inferior estirando este y sus dedos se movían cada vez más rápido, me hizo gemir hasta volverme loca.

Me hizo suya toda la noche, me besó suavemente y me abrazo con amor, me quede dormida en sus brazos y supongo que después me cargo a la cama porque me desperté en esta.

Seguía abrazada a ella.