Era su cumpleaños y quería hacerle algo especial así que compre un pastel y un par de cosas más. Llegó más temprano de lo usual a casa, que suerte que ya tenía todo preparado, dejé una nota en la mesa del comedor y subí a la habitación a esperar.

La vi abrir la puerta con una sonrisa, se saco la ropa quedando en ropa interior frente a mí, agarre la soga que había comprado y la coloqué por detrás de su cuello deslizando ésta por su espalda hasta sus caderas donde hice círculos alrededor. La besé por un largo rato, le quité el brassier y baje mis besos por su cuello, dejándole un regalo, hasta llegar a sus senos, los mordí suavemente, los lamí y los bese a mi antojo mientras ella se retorcía en la cama. Mis manos acariciaban con cuidado su cuerpo mientras bajaban a sus bragas donde se escabulleron dentro y acariciaron la zona, la penetre con dos dedos y mi boca seguía atendiendo sus senos, mis dedos se movían de adentro hacia fuera con rapidez y sus gemidos eran música para mis oídos.

Terminamos comiendo pastel, lo hicimos de nuevo en la cocina, en la sala, en el baño hasta que nos cansamos y decidimos ir a dormir.