-Yo...

Ambos miraban expectante.

-Me han tratado mal estos últimos días, me han pegado, gritado, maltratado y no han creído en mí.

La sombra parecía feliz.

-Pero...- ahora Ginger estaba feliz y no la sombra- ellos me han protegido desde que nací, sus mentes quedaron confundidas cuando cada uno empezó a salir con otras personas y como no encontraban a quien culpar, me echaron la culpa a mí. Pero veo ahora, en esta habitación de hospital, que realmente se preocupaban todavía por mí. Yo...

-No te atrevas- el hombre de sombra se aproximaba peligrosamente.

-Yo los perdono.

Dicho esto, un rayo de luz atravesó a la sombra, el grito de dolor para luego esfumarse.

-¿Qué ocurrió?

-Creo que, si cumplí mi misión, aún existe un poco de amor en esta familia

-¿Voy a volver con ellos?- pregunte

-Lamentablemente no- dio un suspiro- adonde tu iras, ya no tendrás que sufrir, no te preocupes, tu perdón llego a ellos, volverán a amarse e iniciaran de cero.

Mire a mi mamá y mi papá, fui hacia ellos y deposite un beso en cada uno de ellos.

-Ginger, estoy listo

Ella sonrió, dirigió su mirada a la ventana y un rayo de luz entro por esta.

Galopando por el rayo de luz, apareció Unicornio.

-¿Vamos?- Preguntaron ambos.

Asentí y monte en Unicornio seguido de Ginger y nos dirigimos hacia el cielo. Volví mi mirada por última vez al hospital para luego centrarla en el lugar más hermoso que ya he visto.