Capitulo 2
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La feria de las raresas místicas, un lugar para atraer humanos y quitarles el dinero, estafandolos haciéndoles creer que las criaturas mágicas o míticas eran las raresas de ese mundo, cuando en realidad... Los mismos humanos son las rarezas mas extrañas y escasas de todo ese mundo.
Mientras se adentraban a el lugar y revisaron los diferentes locales se les hacía cada vez más largo, todos se estaban aburriendo allí, las criaturas mágicas que entretenían a los humanos con sus dones trataban de estafarlos a ellos también, pero no había nada que ellos no hayan visto durante sus años de vida.
Dick sostenía una llamada telefónica con Tim mientras ayudaba a buscar en los locales el paradero de Rose, Damian y Talía iban al lado de este estando al tanto también de la llamada y de sus alrededores.
-la encontraron?- escucho Dick al otro lado de la línea.
-Aun no- respondió suspirando -El lugar es grande... No sé cuánto tiempo nos lleve-
-Necesitan más ayuda?- pregunto después de unos segundos.
- Emiko y Oliver necesitan tu protección-
-Les he dado algunas posiones que prepare, estarán bien por un par de semanas- El entusiasmo de Tim para querer ser más incluído en la travesía que podría quitarle la vida a cualquiera era admirable para sus hermanos.
El problema era ese, podría quitarle la vida a él, y aunque Tim fuera bueno como aprendis de magos especializados en posiones, no quitaba el echo de que seguía siendo un humano, su descendencia era de echiseros, no muy poderosos, pero muy inteligentes, pero aunque no fuera así, a su familia le preocupaba el echo de que Tim podría morir por no a ver desarrollado magia propia desde que nació y depender de sus posiones.
-No creo que haga falta, pero te avisaremos si es así, nos encontraremos en el edificio de Oliver y buscaremos algún lugar para pasar algunas noches-
Si lo tuviera enfrente, juraría poder ver su rostro de decepción, algo que le dejaba mal sabor de boca.
Damian y Tim no se llevaban del todo bien, pero eran familia, puede que el quisiera romperle la nariz cada que habría la boca o que Tim no desaprovechara la oportunidad de reclamarle por todo, pero le gustará o no sabía que la protección de Dick hacia Tim lo estaba lastimado, de una manera en la que posiblemente se sentía inservible a pesar de a ver escapado de las manos de Jason.
Lo pensó unos segundos y detuvo su pasó, volteando a ver a Dick bastante serio, haciendo que el detuviera su andar y cualquier cosa que saliera de su boca, Damian le arrebato el móvil y lo llevo a su oído.
-Drake- pronunció de manera brusca
-Damián?- escuchó del otro lado.
-si terminaste con los Queen... Más te vale estar aquí en menos de una hora, la rueda de la fortuna será el punto de encuentro- Dick abrió los ojos con sorpresa.
-Damián que estás...?- Dick intento hacercarse para detenerlo.
-Una hora, Drake- hablo fuertemente a el aparato y colgó.
Se lo devolvió con brusquedad a Dick, después dió media vuelta y reanudó su andar.
-Pero que diablos hiciste?- pregunto siguiéndole, estiro la mano tratando de detener a su hermano, pero la mano de Talía detuvo la suya antes de tocar a Damian. -eh?-
-Timothy ya no es un niño, y quiere ayudar, el que trates de protegerlo está bien, pero mientras más lo mantengas atado, su explosión podría empeorar...- dijo Talía con voz serena, soltandolo lentamente -y llevarlo más rápido a la tumba que una batalla más-
-Pero él...-
-Damián sabe que lo quieres proteger... Pero lo sobreproteges demasiado, se más sutil, sigue cuidando de él pero también dale libertad, no te parece que a tu lado corre menos peligro que lejos de ti?-
Dick suaviso sus facciones, meditando un momento, suspiro y asintió levemente, Talía devolvió el asentamiento y continuo su camino detrás de su hijo, seguida de Dick.
Al cabo de unos segundos rondando el enorme lugar en busca de Damián, lo encontraron parado frente a una carpa pequeña con letras fosforescentes en luz blanca y azul donde perfectamente se podía leer "TAROT".
Talía volteo a ver a Damián, luego al letrero y de nuevo a su hijo.
-Allí?...- pregunto arrugando el entrecejo, Damián se encogió hombros -Original- soltó ella con sarcasmo.
-No es buena idea que los vea, quédense aquí, y esperen a Drake- ordenó, ni siquiera pidió o lo discutió y simplemente entro a la carpa.
Al entrar se vio miles de baratijas capases de engañar a el ojo humano, cosas sin valor que no servían para nada más que el teatrito que se montó en el lugar.
Frente a él había unas dos sillas y una mesa redonda con un mantel rojo y una bola de cristal sobre esta, obviamente falsa. El lugar iluminado por velas y algunas luces de navidad era un desastre para su perfecta organización de absolutamente todo.
Se acercó a la mesa y se sentó en una de las sillas, tocando ligeramente la mesa, escucho un pequeño estruendo, como si la persona se hubiera asustado.
Detrás de la mesa había unas cortinas igualmente rojas, un tono más oscuro, las cuales comenzaron a moverse mostrando a la persona saliendo de detrás de las cortinas.
Damian frunció el seño al ver a la mujer frente a él.
-Bienvenido!- exclamó con una sonrisa la mujer, una anciana de unos 63 años frente a él, con un gorro ridículo en la cabeza y una toga en colores morados y negros.
-Donde está- pregunto sin rodeos.
-Ah... Emocion!... Eso me gusta, la energía- dijo señalando -Estas ansioso por saber tu futuro, todos lo estamos-
Se sentó frente a él, saco una especie de botellita metálica de sus olgados bolsillos en la túnica y lo desenrosco, comenzando a beber de a pocos.
Damian afiló la mirada cuando el olor nauseabundo a licor llegó a sus fosas nasales cuando la anciana hablaba.
-Y dime querido... Que es lo que te trae a mi?, quieres saber tu futuro, tu fortuna, o...-
-Basta- la interrumpió -Donde está Rose Wilson- soltó irritado.
-Rose... Que?- pregunto la mujer deteniendose de beber, confundida.
-Wilson- repitió lentamente, con enojo.
La mujer lo pensó unos segundos y sonrió.
-Rose Wilson... Una enamorada que no está más entre los vivos a caso?- pregunto viendo hacia arriba sin prestar atención -Quieres hablar con alguien del más allá?- pregunto extendió sus manos frente a él -Bien... Entonces encontremos a tu enamorada-
Damián puso cara de asco de solo pensarlo, aparto de un manotazo las manos de la mujer. Detrás de ella un gato tigreado de ojos rojizos se asomó dando un maullido.
Damian se cruzó de brazos y miro directo a los ojos de la contraria
-Si no fuera por tu gato, Teekl, te habrías salido con la tuya-
La anciana volteo a ver detrás de si, notando al gatito que segundos después de sentir la mirada se subió sobre su regazo, la anciana soltando un suspiro de cansancio, sonrió ampliamente.
-Eso... Eso es trampa- dijo con tono de broma.
-Lo pregunto una última vez, Klarion- se levanto lentamente adoptando una postura intimidante -Donde está ella?-
Frente a él, la anciana fue desapareciendo en una luz rojiza que lo cegó por unos segundos, dejando en su lugar a el chico de cabellera negra vestido de traje y ojos rojizos, apodado en el infierno como el amo del caos. Klarion.
-No eres muy divertido... Sabías?-
-Lo dicen a menudo-
El chico suspiro -Casi te engaño- aseguro con vanidad.
-Quiza me dejen entrar al cielo si los engaño a ellos ... ¿No?-
-No-
Klarion rodo los ojos, Damián nunca le aceptaba una broma, pero el ser algo bromista estaba en él, así que no pudo evitar tratar.
-Entonces no sé nada- trato de salir de allí, siendo detenido por la voz de Damián.
-Pero tu deuda quizás sea reducida, y tendrás una de tus cadenas menos-
El afiló la mirada, pensándolo un momento, sonrió y contesto sin voltear.
-Tentador... Pero no tanto como estar con los tuyos en el cielo-
-Tus culpas y pecados aún son demasiado grandes-
-Que?... Allá arriba no practicaban el perdón?- pregunto con ironía.
-El perdón se gana-
Sentenció sin titubear.
-Y tú?... Has quitado muchas vidas si mal no recuerdo-
-Y también he perdonado muchas otras- se acercó a el dejando un metro de distancia -como perdone la tuya-
Klarion se tensó, el recordar que ni siquiera en el infierno era bienvenido le causaba náuseas, si, puede que el era la única criatura infernal que Damián dejo quedarse en la tierra, y una de las pocas criaturas que sabían que Damián era un ángel desde su nacimiento, pues ni siquiera su propia familia, exceptuando a Talía lo sabia.
Klarion comprendía que aún tenía que enmendar muchas cosas, era obvio que por provenir del infierno no dejarían entrar al cielo, y si volvía al reino de las penumbras lo iban a matar porque creerían que los traicionó, eso era seguro, y la mejor opción era la tierra, pero los ángeles limitaban sus poderes, para que ni en el cielo o en el infierno se enteraran que el seguía con vida, y lo rastrearan.
Soltó una maldición por lo bajo y finalmente volteó a ver a Damián.
-Cuántas cadenas me quitaras?-
-Dos- Contesto sacando un par de tijeras viejas de sus bolsillos plateadas con unos escritos bastante singulares que brillaban en dorado, Klarion apretó la mandíbula.
-Sabes cuánto pesan?- pregunto indignado.
-Quieres ser un humano o no?-
El rodó los ojos.
-Si- respondió irritado, dejando a su gato en el suelo -pero a este paso lo seré cuando tenga siglos encima-
-Entre más rápido hables más rápido se irán las cadenas- Damián agito un poco las tijeras frente a Klarion.
-Bien... Si, Rose trabaja conmigo aquí. Contento?- extendió las manos en su dirección como si fuera a ser esposado cual ladrón. -las cadenas-extendió la letra "a" canturrándola un poco.
Damián negó levemente -Donde está ahora?-
Klarion dejo caer sus brazos con cansancio a sus costados.
-Yo que sé?... Podría estar vendiendo droga alucinógena para atraer clientes humanos o perdiendo el tiempo con...-
-Por qué drogan humanos?... Su don ya no está?- pregunto algo inseguro de lo que podría pasar si Rose tenía un bloqueó o peor, si su don no estaba.
-Que?... Claro que no!... Mira, la tonta aún no controla bien su don, no es como tú hermanita la prodigio-
-Se que no es igual-
-Si bueno, lo único que se es que no es una completa estafa, me hago pasar por una anciana, ella consigue drogar a los humanos para conseguir tiempo y la mayoría de veces tiene visiones del futuro... Así que de algo sirve-
-usa algo para ser precisa?-
-Si... Tiene ayuda, creo que de algún brujo- volvió a extender las manos -puede que esté en la carpa grande... Sabes?, la de el circo- dió un paso a delante -te molestaria cortar mis cadenas?-
Pregunto con un tono de molestia, Damián rodo los ojos, finalmente marco en las muñecas de Klarion un patrón en infinito con sus dedos repetidas veces, hasta que esté comenzó a iluminarse de a poco, mostrando en ellas un par de esposas unidas por miles de cadenas en un dorado intenso, Damián levanto la mirada encontrando a un muy sonriente Klarion.
Le dedicó una mirada de advertencia antes de cortar dos de las cadenas con el par de tijeras que brillaban en un tono dorado igual de fuerte que ellas.
-Te advierto que si haces algo, te enviaré de vuelta a el infierno... Se divertirán contigo-
Le dijo entre dientes.
Salio de ese pequeño puesto de estafas con paso apresurado, sabía que Klarion quería ser humano, para liberarse de sus cazadores, quienes eran tanto del infierno como del cielo, las tijeras que él tenía eran el perdón, era una metáfora, que simplemente simbolizaban el cortar el vínculo del mal y guiarte hacia el bien, Klarion no seguiría el bien pero ya no sería una amenaza, tenía que compensar todo lo que hizo en vida inmortal para desaserse de las cadenas de forma justa, las tijeras solo eran una forma más rápida, un atajo.
-A la carpa del circo- soltó cuando su hermano y su madre lo vieron salir.
♦️💫♦️
Rose fue encontrada por el pequeño grupo cerca de un puesto de palomitas dentro de la carpa de el circo, fue una molestia tener que comprar entradas para la función, solo para hablarle, pero al fin y al cabo alcanzarla fue más tranquilo, aunque ella les reprochó el hechar a perder una venta de sus "posiones mágicas para la adivinación".
Negociar con Rose no fue tan difícil como lo fue con Klarion, solo tuvieron que prometerle un poco de apoyo económico, aúnque aún no definían una cifra, y no le explicaban bien cuál sería su trabajo, pero la función comenzó y a Rose se le olvidó que estaban negociando, alejándose para terminar buscando un lugar en primera fila para ver el espectáculo.
Dick tenía una expresión nostalgia, de alegría acompañada de una sonrisa rota, pues aquel lugar le recordaba demasiado a sus días en el circo, revivir aquellos tiempos, está vez como espectador se le hizo una idea muy buena, un buen cambio de aires, después de todo no se sabía si el día de mañana seguirían vivos para disfrutar momentos así, y revivir los buenos tiempos.
Damian decidió quedarse con Dick, acompañándolo en silencio, haciendo que el mayor sintiera una calidez como la que sintió hace años, al tener un momento con su familia.
Y Rose, pero ella era muy aparté.
Caminaron hasta las banquetas buscando un lugar, estando Talía alejada, pues lo veía como una perdida de tiempo, decidió esperar a Tim para largarse directamente a algún refugio.
Mientras que adentro las luces comenzaban un espectáculo para mostrar a el presentador, quien comenzó a dar la bienvenida a todos los humanos, ignorante de la presencia de las criaturas mágicas como lo eran Damián, Dick o Rose.
"Gracias a las recientes circunstancias, hoy será nuestra última presentación hasta nuevo aviso dependiendo de el toque de queda que comienza el día de mañana, la gran y última presentación de este año, de nuestro amado circo y la feria de las raresas místicas!... He aquí con ustedes, Damas y Caballeros!... Niños y niñas!... A mis más extraños fenómenos mágicos!... Asombrence con mis criaturas!!"
Las luces se apagaron de repente, sonando una música repetitiva, escucharon a Rose murmurar las palabras "i Will go You war", que suponían era el nombre de la canción que comenzaba a sonar.
Las luces ahora eran un espectáculo, parpadeando al ritmo de los bajos de la canción. Un reflector en luces violetas y azules finalmente destacó silenciando todas las demas, mostrando un aro metálico que colgaba de el techo, bajando con lentitud al girar, siendo una delicada figura de piel blanca la que destacaba al colgar de el aro.
"La bella ninfa del deseo y el pecado frente a sus ojos!" Se escuchó la voz del presentador mezclarse con la música.
La mujer que colgaba del aro estaba de cabeza, dejando sus brazos colgar elegantemente fuera del aro siendo únicamente detenida por sus firmes piernas luciéndolas en un par de medias de red de color negro al igual que su leotardo, el cuál dejaba muy poco a la imaginación.
Comenzando varios movimientos en el aro flotante demostrando su gran flexibilidad y talento.
Estando a punto de tocar el suelo, la mujer levanto la mirada a las personas de la primera fila, conectando la mirada de manera retadora al chico de ojos esmeralda frente a ella, dedicándole una fugaz sonrisa antes de dar una vuelta hacia atrás, Damián afiló la mirada ante la inusual vista que tuvo durante unos segundos.
¿Los ojos de esta ninfa eran como amatistas o lo imaginó?.
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