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El gran comedor🍽⚡

—Chicas —llamó la atención Nora—, tenemos más o menos una hora para estar en el gran comedor. Así que terminen de desempacar.

—Nunca he entendido por qué le dicen el "gran comedor" si solo hay uno en todo el campamento —hizo notar Melisa.

—¿Cómo es que voy a publicar mis videos en YouTube si aquí no hay ni siquiera Internet? —se quejó Caterin, que no parecía prestar atención a la conversación grupal.

—Tranquila —dijo Melisa con tono dulce—. Tus seguidores no van a morir por pasar dos meses sin tus videos.

—Pero sí se van a deprimir... o peor, van a irse con otra booktuber.

Melisa puso los ojos en blanco.

—¿Y de... qué tipo de libros hablas en tu canal? —me atreví a preguntar.

—Libros juveniles sobre todo. Abrí mi canal hablando de los libros de Cazadores de sombras de Cassandra Clare. ¿Los conoces?

—¡Sí claro! ¡A mí también me encantan! Sobre todo la precuela de Los orígenes —dije más confiada.

—¡Sí! —reaccionó eufórica—. ¡Soy team Jem Costairs!

—¡Yo... también! —coincidí, ignorando la mirada de Nora.

—Yo soy team Will —contrastó Vanesa.

—Pues yo me quedo con los dos —remató Nora—. Que uno me lea poemas y el otro me toque el violín.

Las risas llenaron la habitación.

—Ehm... ¿podrías ayudarme a poner esto en la pared? —pidió Vanesa a Nora.

—Claro —Nora cogió de sus manos un póster para colgarlo encima del respaldo de la cama—. ¿Eres ARMY?

—S-sí —contestó Vanesa con timidez.

—¡Ay no! —Saltó Caterin— Otra más en mi vida. ¿Eso significa que estaremos escuchando canciones de BTS a todas horas?

—¡No, no! —Se apresuró a decir la muchacha pelirroja—. Tengo audífonos.

—Por mí estaría bien —dijo Melisa—. Amo las canciones de BTS. Las escucho cuando escribo.

—¿"Solo" cuando escribes? —Caterin la provocó arqueando una ceja.

Melisa ignoró el comentario de su amiga.

—¿Te gusta escribir? —preguntó Vanesa.

—Sí, mucho. Mi sueño es ser escritora profesional, pero por ahora hago fanfictions en Wattpad; fue así como descubrí mi amor por la escritura.

—Y tiene muchos lectores —confirmó Caterin.

Nora había terminado de colocar el póster en la pared con la imagen de siete jóvenes asiáticos. Nunca me había interesado ese grupo, pero tampoco había escuchado ninguna de sus canciones, por lo que no podría decir si era tan bueno como muchos decían.

—¡Vualá! —dijo mi amiga—. Próxima parada, el gran comedor.
                           

Una vez que personalizamos nuestros respectivos espacios en la habitación, nos dirigimos en grupo hacia el lugar donde se celebraría la inauguración.

Según Melisa, la ceremonia consistía en escuchar el discurso de la directora, que no variaba mucho año tras año, y comer todo lo que te servían en la mesa hasta hincharte como una pelota.

Nora y yo íbamos en la retaguardia. Ella aprovechó el momento para molestarme.

—¡Así que eres team Jem! —susurró—. ¡Qué extraño! Porque mis oídos aún no se han recuperado de tu etapa furiosa de fangirleo con Will.

—¡Shh! —Le hice un chitón con el índice sobre mis labios.

—¡Oye! Que el problema no es quién sea tu crush —explicó ella—. El problema es que nunca dices lo que piensas por miedo a quedar mal con la otra persona. Tienes que ser más libre.

—Lo tendré en cuenta la próxima vez.

Nora arqueó la ceja en señal de que no me creía.
                           

Para mi grata sorpresa, la sala era una réplica exacta del comedor de Hogwarts de Harry Potter, salvo por un detalle: Los efectos de una noche estrellada encima de nuestras cabezas no estaban hechos con magia, sino con una sofisticada tecnología. Unos focos enormes en las esquinas daban como resultado una imagen holográfica en el techo. La ciencia era lo más parecido que teníamos a la magia.

Cuatro enormes mesas se extendían a lo largo de todo el salón; pero en lugar de unos bancos infinitos, había sillas antiguas para cada uno.

Mis compañeras y yo elegimos la mesa de la extrema derecha, para sentirnos como Harry y su pandilla. Nora apartó una de las sillas para que Vanesa pudiera ocupar ese espacio.

Reposando en la superficie de madera, había un plato para cada comensal, cuyo contenido era una incógnita, pues estaba cubierto con una cúpula de plateada reluciente. Caterin intentó echar un vistazo debajo de la suya pero Melisa le dio un golpecito en la mano.

No podía calmar mi ansiedad. Las personas llegaban en grupos y comenzaban a llenar las enormes mesas, que podrían tener capacidad hasta para unas cincuenta personas. Las risas y las exclamaciones resonaban por todo el lugar. Era la sensación más similar a leer: vivir la historia como si tú fueras el protagonista.

En la tarima al fondo, había una gran mesa en cuyo centro se alzaba imponente una silla más grande.

Minutos después, un reducido grupo de personas atravesaba una pequeña puerta lateral que casi pasaba desapercibida, y tomaba asiento en el reservado. A algunos ya los conocía: Estaba la señora de las gafas de media luna de la recepción y el chico que nos había dado la bienvenida. La que parecía ser la directora, caminó hasta el borde de la tarima para dirigirse a la audiencia:

—¡Bienvenidos a la quinta edición del fancamp! —A pesar de que lucía bastante joven, hablaba con una firmeza que hizo que todos guardaran silencio—. No quiero que sus comidas se enfríen, así que seré breve.

<<Si tienen dudas pueden consultarlas con nuestra cordial recepcionista, la señora Rochester, y con el administrador de la sala de videojuegos, Erik. El señor Roger es quien atiende con diligencia la taberna "El caldero seco", pero no ofrece más de un trago por persona —advirtió señalando a un robusto hombre con una copiosa barba que tenía toda la pinta de ser de los que fregaban los vasos con su saliva—. Carla está a cargo del maid café los martes y jueves y del café literario los miércoles y viernes. También trabaja en la tienda de cosplay los sábados. Ella les explicará cómo pueden obtener el dinero para comprar en esas instalaciones.>>

  La aludida se puso en pie. Parecía tener la misma edad que Erik. Su pelo rosa chicle era visible a kilómetros de distancia.

—Sencillo. Si tienen dinero real, guárdenlo para cuando estén de vuelta en sus casas, porque aquí solo se aceptan simoleones. —Mostró una pequeña moneda cuyo relieve no pude distinguir en la distancia—. ¿Cómo los obtienen? También sencillo: Tendrán que participar y ganar en las actividades que se realizan en el campamento, ya sea torneos de cartas Yu Gi Oh, competencias de Cosplay, quiz de conocimientos e incluso juegos de rol en la vida real.

—¡Tranquilas, chicas! ¡Yo invito al café! —nos susurró Nora, lo que provocó las risas del grupo, excepto de Melisa, que parecía estar buscando a alguien con la mirada.

—Cada semana traerá una temática para las actividades —seguía diciendo la pelirrosada—. La primera semana, será la del manga y el anime. —El anuncio fue recibido con vítores por la mayoría de los presentes, incluyéndome—. Y sucesivamente será el turno de los videojuegos, de las series, la literatura, las películas, la música, luego le seguirá la semana de la nostalgia, y por último, la semana del fin. Eso es todo ¡Graciaass! —Y volvió a ocupar su asiento en la mesa principal.

—Antes de que den rienda suelta a sus voraces apetitos —retomó la palabra la directora—, es de mi total agrado informarles que gracias a Erik tenemos este año una red interna para que puedan comunicarse entre ustedes con sus móviles mediante un chat, pero solo funciona en un radio muy limitado así que no se alejen mucho del centro. Eso sin duda es un avance respecto a años anteriores. Por primera vez, los móviles no serán completamente inservibles en el campamento.

—No tendremos Internet y no podemos comunicarnos con el exterior. Siguen siendo inservibles —se quejó Caterin.

—Shh —la calló Nora.

—... más les anuncio que, como cada año, ustedes serán los responsables de lo que se publique en nuestro periódico semanal "El taciturno". Los interesados en socializar sus trabajos podrán colocarlos, firmados con su nombre real o con un seudónimo, en el buzón de la recepción, y yo seré quien escoja los que saldrán cada semana. Esperamos que este año vuelva nuestra misteriosa escritora —dijo la directora con un guiño—. Ya pueden empezar a comer.

Los murmullos se extendieron por todo el local.

—¿A qué se refería con eso último? —pregunté.

—El año pasado —relató Vanesa— alguien con el sobrenombre de Lady Whistledown puso patas arriba a todo el campamento.

—¡Lady Whistledown! —exclamó Nora—. Como la chismosa de la saga Bridgerton.

—Sí —aceptó Vanesa—. Pero esta era más cool, porque no publicaba tantos chismes. Más bien se dedicaba a hacer críticas sobre los fandoms.

—¿Y supieron quién era? —pregunté intrigada.

—No, nunca se supo.

—Apuesto a que era la propia directora —conjeturó Caterin con un tono de aburrimiento—. Sería una buena forma de ponerle más picante al campamento.

—No creo —murmuró Vanesa.

—Oigan, ¿dónde está Melisa? —Se percató Nora.

Su asiento justo en frente del mío se encontraba vacío. Estaba tan concentrada en las explicaciones de la directora que no pude notar cuándo abandonó la mesa.

Comenzamos a buscarla con la vista por todo el lugar.

—Ni se molesten. Lo más probable es que haya ido a buscar al cabro... a su novio —declaró Caterin a su pesar.

—¿Y por qué su novio no vino hasta aquí? —quiso saber Nora.

—Porque él no va a donde está ella. Es ella la que va corriendo siempre detrás de él —dijo Caterin, haciendo un mohín de disgusto.

Tuvimos el suficiente sentido común para no seguir indagando al respecto.

Casi terminábamos de arrasar con nuestros deliciosos platos de comida cuando tres personas anacrónicas irrumpieron en el comedor.

Su entrada fue seguida de un silencio sepulcral.

Por la sombra que cruzó el rostro de la directora, intuí que no eran bienvenidos.

El sujeto de la derecha, era un hombre en sus cincuentas, con una amplia calvicie, y ataviado con un traje de importante ejecutivo. La mujer de la izquierda debía de rozar la misma edad. Su nariz puntiaguda, y sus hombros estrictamente rectos le daban una apariencia más bien geométrica. En cuanto a la señora del centro, decir que su falsa sonrisa inspiraba repugnancia era poco.

Su presencia allí no auguraba nada bueno y la expresión de Vanesa fue la confirmación:

—Son los antifandoms.

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FRIKI-DICCIONARIO

ARMY💜: Fans de BTS

Fanfictions: historias creadas por fans. Suelen ser versiones y universos alternativos de una historia original.

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