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Capitulo 3.- Un mensaje

Créditos al autor: Shadowauditore1992


-¿Y-yo Tsunade-Sama?- Sakura estaba incrédula de lo que escuchaba, la Godaime en turno, su maestra, Senju Tsunade la había elegido como su sucesora aun por encima de Naruto, el héroe del mundo shinobi y su reacción no se hizo esperar, pero Tsunade aún tenía más cosas que decir.


-Así es Sakura, quiero que tú seas mi sucesora como Hokage de la aldea, lo pensé desde el momento en el que termino la guerra y concluí que estas capacitada para tener la responsabilidad de proteger a Konoha.- Decía la rubia de forma seria y concreta, su decisión estaba hecha y quería evitar escuchar las palabras del consejo que no lo veían algo bueno, Tsunade quería cambiar eso, que el Hokage en turno eligiera a su sucesor por su cuenta y no por el consejo, Sakura tras asimilarlo, opto por tocar un punto muy importante.


-¿Y Naruto? ¿No pensó en él?- Sakura se levantó abruptamente y su tono de voz fue de moderado a alto ante la decisión de su maestra, la rubia solo veía a su alumna cuestionar su decisión y quería ver hasta dónde iba a llegar.


-Lo pensé, pero...


-¿Pero qué?- Sakura interrumpió muy abruptamente a su mentor con su tono de voz aún más alto, ella no se iría hasta recibir una explicación.


-Es muy impulsivo, no quiero por su impaciencia la aldea sea afectaba, mucho menos Naruto, no quiero que le pase nada, le falta madura aun.- Fue la explicación de la Godaime, una que estuvo llena de seriedad y discusión con ella misma, a su criterio le faltaba madurar, pero había algo más, ella quería cuidarlo de ellos, el consejo de ancianos, guardando sus pensamientos con respecto a eso para un momento más adecuado, Sakura al oír esas palabras, simplemente no lo podía creer.


- Pero Naruto ese el indicado Tsunade-Sama, él ha ayudado a la aldea en infinidad de ocasiones, derrotando a los enemigos más poderosos y peligrosos de los tiempos, lo menos que se merece es ser Hokage ¡Lo merece después de cómo lo trato la gente en el pasado! Después de como yo lo trate...- Sakura puso casi un grito al cielo por la decisión de su maestra, anteponiendo el sueño de Naruto por algo así, Tsunade sacó una buena conclusión ante la explicación de su alumna, una igualmente valida.


-Lo amas demasiado, que incluso me estas desafiando ante una decisión que he hecho ¿verdad Sakura?- Las palabras de Tsunade fueron acertadas antes una Sakura algo avergonzada por su enojo, justificado para ella y más por el chico rubio.


-No quiero lastimarlo, no otra vez Tsunade-Sama y mucho menos a hora.- Llevo sus manos a su corazón sintiendo una pequeña punzada pensando que si llegara a pasar a ser la nueva Hokage, estaría traicionando a Naruto y pisoteando sus sueños


-Entiendo.- Tsunade solo sacó el sombrero de Kage y lo puso en el escritorio únicamente tocándolo, teniendo una mirada algo perdida.


-¿Tsunade-Sama?- Pregunto algo preocupada la ojiverde mientras su maestra la veía, pero ya no era una mirada seria, ahora era completamente diferente.


-Escúchame Sakura, si algo me llegara a pasar, no importa lo que pase, quiero que te encargues de Konoha como Kage. Esta situación de los rebeldes es muy delicada y con la minima chispa puede estallar un conflicto a gran escala ¿Me lo puedes prometer?- Tsunade no quería obligarla a nada, era lo menos que quería, pero ante esta situación, ella esperaba la confianza de su alumna, la ojiverde de igual manera, toco el sombrero de kage sin dudar en su razón.


-Lo prometo, no le fallare.- Dijo Sakura en una confirmación directa ante su mentora.


-Yo sé que no lo harás.- Tsunade estaba depositando su confianza en Sakura, para demostrar que aun siendo la Legendaria Perdedora, aun podía hacer elecciones correctas, mientras que la chica de cabello rosado, solo pensaba en una cosa.


"Naruto... ¿Qué debo hacer ahora?"




Campamento Rebelde: División Kiri




-Señor, vengo a dar mi reporte.- Un shinobi de la rebelión se dirigía con toda velocidad a la tienda del líder del movimiento, quien como un juego de damas, había hecho su movimiento hacia una de las cinco aldeas de la alianza. Solo en la tienda, se encontraba el enmascarado de Yōhei, meditando con su traje de guerra, al escuchar la entrada de uno de sus hombres, no se dio la vuelta para verlo y únicamente se quedó meditando enfrente de las velas que estaban ahí.


-Adelante.- Su voz era más grave por la máscara infundiendo miedo, el shinobi únicamente se limitó a seguir indicaciones y mostrar su informe.


-Sí señor, nuestros espías han sobornado a más de 50 shinobis de Kiri, obteniendo información importante, sus murallas y defensas fueron aseguradas al máximo, están al pendiente de lo sucedido en Kumo, la neblina les da gran posición para ataques de güerilla pero también actúa a nuestro favor. Sus reservas duraran una semana en caso de un asedio, hay un total de 200 shinobis quitando a los espías y a los que los han traicionado, la Mizukage se ha reunido todas las noches con el consejo de ancianos, al parecer ellos tomaran acciones militares a gran escala contra nosotros.- El ninja revelo una información muy interesante en oído de Yōhei, quien se levantó lentamente de su meditación para mirar a uno de sus hombres, la mirada fría era sin duda un intimidante y detrás de esa mascara lo era más.


-Excelente información, nos será útil en el momento adecuado.- Yōhei camino incluso pasando al shinobi de largo para salir de la tienda y tomar aire, el rebelde lo siguió con muchas incógnitas aun en su mente que quería discutir con él y rodeados de árboles, el shinobi le pregunto a Yōhei sobre la situación.


-¿No atacaremos ahora?- Pregunto sin vacilar, Yōhei solo estaba atento a lo decía uno de sus hombres, pero él ya tenía algo en mente y estaba dispuesto a decírselo sin problemas.


-No...primero hay que darles...un mensaje.- Sin decir nada y en un movimiento rápido, Yōhei desenvaino su katana y como la luz atravesó el cuerpo del rebelde que no pudo verlo antes, una nube de humo apareció y revelo que ese shinobi, era uno de los de espionaje de Kiri, pero de alto rango y aun así fue descubierto por el líder rebelde ¿Pero cómo era eso posible?


-C-Como lo-lo supiste.- Pregunto con poca fuerza el espía mientras tenía la katana aun atravesada, Yōhei no lo había matado, esa era parte de su diversión.


-Yo puedo reconocer a mis informantes, espías y asesinos...Shinobi de Kiri.- Dijo con pesadez el líder de la rebelión mientras veía a un oponente de rodillas y escupiendo sangre por el ataque.


-N-No ganaras...la Mizukage te detendrá.- Dijo el espía de Kiri, sin saber lo que Yōhei estaba pensando, el enmascarado solo vio los árboles y a pesar de que no se veía, tenía una sonrisa algo macabra.


-¿Sabes cuantos hombres se necesitan para dar un mensaje?- Puntualizo Yōhei ante el espía quien no entendía lo que decía y ambos miraron a los árboles al mismo tiempo, pero esta vez, colgados en los troncos y ramas, estaban varios espías de Kiri, diez en total sudando en frio el shinobi. Yōhei volvió a moverse con rapidez para atravesar el cuello del ninja de la niebla con un dardo de gran grosor y poniendo la cuerda delgada en el cuello de su oponente y con rapidez, subió al árbol para ejecutar de forma definitiva a su rival. Yōhei solo veía agonizar al espía en busca de aire y luego...murió, era el onceavo espía en morir a manos del líder de los seguidores de Madara.


-Ninguno.- Yōhei contesto su propia pregunta mirando su "mensaje", era la prueba de la seriedad del movimiento y de su habilidad para enfrentarse incluso a los Kages, comenzó a hablar consigo mismo verificar que todo esté según lo planeado, una gran cantidad de chakra fue liberado en el campamento que en realidad era un Genjutsu, uno de mayor rango para atraer a los espías y seguir en su juego como tal.


-Debo de admitir, que todos los shinobis de las cinco aldeas son persistentes pero siempre estoy un paso delante de ustedes ¿Cómo sigue la operación, Yamanaka?- Yōhei se comunicaba a través de la mente mediante uno de sus mayores generales, un hombre de ya 40 años, cabello rubio entre largo y corto llegándole al cuello, con una herida muy profunda en su ojo derecho y con el símbolo de Konoha rayado, un miembro del clan Yamanaka quien estaba a con toda la fuerza rebelde prácticamente en los linderos de Kiri, dispersados para no ser descubiertos, una fuerza alrededor de 100 hombre y con arma secreta oculta en los árboles y la neblina.


-Según lo planeado por usted, no nos han detectado aun.- Contesto el miembro renegado del clan Yamanaka mediante la mente, comunicándole la situación a Yōhei, quien se encontraba lejos de ahí.


-¿Y la corta destinos?- Pregunto el enmascarado, mientras el miembro del clan Yamanaka, veía como la maquila estaba lista y únicamente ajustando los últimos detalles.


-Lista para un ataque certero.- Contesto con seriedad el rubio, Yōhei estaba complacido con lo dicho por uno de sus hombres de confianza.


-Excelente, cuando la luna está cubierta de niebla...inicien el asedio a Kiri.- Dijo Yōhei empeñado en destruir el legado de la Alianza Shinobi y empezaría con él de la Mizukage, por ser una rama débil.


-Como usted ordene Yōhei-Sama.- Finalizo el Yamanaka convencido en las palabras de su líder junto con los demás que lo seguían para acabar con lo que Yōhei llamaba "injusticia" pero antes de eso...


-Irochi.- El enmascarado hizo una anotación para el hombre de nombre Irochi Yamanaka.


-¿Si, Yōhei-Sama?- Contesto rápidamente Irochi ante la voz fría de su líder, mientras este miraba al cielo.


-Cuando sea el momento...podrás reclamar el clan Yamanaka como tuyo.- Yōhei comenzó a caminar lentamente en el bosque para dirigirse con sus hombres para ver caer a Kiri mientras Irochi solo tenía un objetivo: Ser el líder del clan Yamanaka, el clan que lo traiciono, el clan que lo exilio y el clan donde su hermano fue el elegido para ser el líder del clan.


"Y cuando pase eso serás mía...Ino, y no habrá padre que te proteja. Lo siento hermano pero la zorra de tu hija será mía."




Florería Yamanaka




-¿Q-Qué fue e-eso?- Ino comenzó a tener un leve dolor de cabeza mientras estaba atendiendo algunas cosas en la florería, había visto algo o a alguien, pero no podía ver quien era porque se veía borroso, recargándose en el mostrador. Trato de caminar al baño, pero las fuerzas le ganaron y casi cayó al suelo, de no ser por Darui quien estaba ahí para ayudarla hubiera caído, el moreno detuvo la caída de Ino mientras se recuperaba rápidamente.


-Ino ¿Estas bien? Casi te desmayas.- Dijo Darui al ver a su amada desvanecerse de esa manera tan repentina, pero la rubia se levantó apoyada del moreno para reincorporarse.


-Darui...Tengo el presentimiento que algo va pasar, no sé con exactitud que es, pero, lo sentía tan familiar que...- Ino comenzó a experimentar un dolor de cabeza un más fuerte que el anterior y recargándose en la pared pesadamente, Darui tomo con cuidado a Ino para ser su soporte.


-Ino- Darui comenzó a preocuparse por la condición tan repentina de la rubia, pero a pesar de su fuerte temple, ella estaba sufriendo un dolor de cabeza como nunca.


-Mi cabeza, me duele.- Dijo de forma quejumbrosa la líder del clan Yamanaka, la rubia fue a la parte trasera de la florería por un vaso de agua y un medicamento para el dolor de cabeza, Darui fue con ella para poder ayudarla, únicamente viendo a Ino sudar y respirando rápidamente, pero su dolor de cabeza ya había pasado.


-Estas sudando ¿Quieres que te lleve a casa?- Dijo el moreno mirando a su amada en esas condiciones, pero la rubia era fuerte y no se detendría por esta situación, Ino continuo con su trabajo, pero no sin antes, darle un beso en la mejilla a su amor.


-Estoy bien cariño, gracias por preocuparte por mí.- Dijo Ino muy tranquila al ver que tenía a Darui a su lado, quien se preocupada de todo lo que a ella le pasaba, la trataba como se merece. El moreno solo acerco a Ino a él para tenerla aún más cerca y poder admirar su belleza.


-Siempre estaré al pendiente de ti, mi bella flor de la montaña.- Con esas dulces palabras, Darui se quedó abrazando a su rubia con delicadeza mientras Ino inundaba su cabeza en el pecho del moreno, tratando de estar mejor, pero no podía evitar pensar que esa visión tan extraña era tan real y algo familiar, pero fuera lo que fuera, estaba a punto de pasar.

 

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