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Capítulo 42.- La frontera

Era un nuevo día en Konoha, iniciando el tercer día después de la invasión de la aldea a manos de una fuerza desconocida para el mundo shinobi, mostrando estrategias diferentes y siendo fuertes oponentes para los ninjas.

Con la aldea tomada y siendo cazados cual venados, los que lograron escapar de la ocupación ahora tienen una misión de llegar a la frontera de la aldea y buscar refuerzos, un viejo dicho decía que los números no significan nada en una batalla pero estos guerreros eran una amenaza distinta.

El joven rubio de mirada esmeralda, alejado de su tiempo y mundo, Shinachiku Uzumaki empezó a despertar después de haber hecho guardia por toda la noche en la tienda del Hokage, aun en coma. El chico se estiró mientras los rayos del sol le pegaban en los ojos.

-Vaya sí que dormí bien.- Dijo Shina con una sonrisa pero que le duraría poco cuando vio que la entrada de la tienda del Hokage abierta, el shinobi tomó una kunai en caso de que fuera un jinete infernal.

En ese momento su cuerpo se paralizó y sintió un escalofrió, una figura con una capa de nubes rojas enfrente de Naruto.

-Fuiste difícil de encontrar Shinachiku pero todo terminó.- Nagato se dio la vuelta mirando a Shina quien trató de lanzarse al ataque pero fue detenido por el pelirrojo e incluso rompiéndole la muñeca para que soltará la Kunai.

-Sé que tienes algo mejor muchacho pero un shinobi sin sus manos no es nada- Nagato puso su pie encima de su muñeca para darle mucho dolor.

-¡No necesito ambas manos para luchar Nagato!- El rubio empezó a crear sus Rasengan con la otra mano disponible.

-Inténtalo muchacho y sufrirás las mismas consecuencias que todos los que me intentaron detener- Con las palabras de Nagato llegó la oscuridad en la habitación y a lado de Shina empezaron a aparecer los cuerpos Konohamaru partido a la mitad, Hanabi con el cuello roto y en sus brazos a Himawari, quien tuvo una muerte rápida. A Moegi con muchas kunais en su cuerpo y garganta, Sabaku con espadas en su pecho y sin un brazo, Sarada con una kunai en el cuello y con los ojos sangrando y Bolt atravesado por las barras metálicas de rodillas.

-¡No! ¡Nagato maldito miserable! ¡Ellos no tenían nada que ver! ¡Bastardo! ¡Voy a matarte!- Gritó Shina tratando de usar el poder del zorro de las nueve colas en su interior pero el pelirrojo Uzumaki le atravesó el pecho con otra barra de metal para evitar cualquier movimiento de parte del rubio.

-Así como tu hermano que murió por protegerte, todo aquel que esté contigo está condenado a morir, así que solo entrégame el pergamino y esto se detendrá.- Decía Nagato empujando la barra en el pecho de Shina, haciéndolo gritar de dolor.

-¡Jamás!- Shina se tuvo que mantener fuerte pero el solo ver a Hanabi, Bolt y a los demás muertos era algo que no podía soportar, un dolor sin precedentes y más cuando el peso de la muerte de Orenji seguía en su espalda.

-Valiente hasta el final. Entonces se testigo de las consecuencias por tu valentía- Nagato hizo aparecer a un Kakashi desangrándose y ciego, el albino trató de pelear pero Nagato fue mucho para él. Y a lado de él estaba la pelirrosa con su pierna fracturada y sin un ojo.

-Veamos si puedes cargar con sus muertes- Nagato atravesó con sus manos los pechos de los dos shinobis, arrancándoles el corazón enfrente de Shina y los gritos desgarradores de Kakashi y Sakura retumbaron en todo el lugar, el joven viajero estaba siendo atormentado por tan horrible acto.

-¡Nagato! ¡No por favor! ¡Te lo entregare! ¡Por favor basta!- Shina tenía el espíritu roto y llorando a mares, los cuerpos sin vida de los ninjas cayeron al instante y Nagato se acercó a Naruto.

-Demasiado tarde...tuviste la oportunidad para darme lo que yo quería. Descuida...verás con tus ojos un nuevo mundo.- Nagato lentamente levanto una barra de metal por encima de la cabeza de Naruto.- Y solo así...entenderás mi dolor.

-¡Nagato no! ¡Papá! ¡Mamá! ¡No por favor!-

-

-No...No...¡Papá! ¡Mamá!- El rubio abrió los ojos al instante, estaba muy pálido y sus manos temblando, sudando en frio con lágrimas en sus ojos, mirando por todos lados, no había rastros de Nagato.

-¡¿Shina?! ¡¿Qué pasa?!- Kakashi corrió para ver qué problema había en la tienda del Hokage, mirando al ojiverde tratando de asimilar que todo había sido una pesadilla, el muchacho trató de mantener la compostura pero le estaba costando trabajo. -Calma, respira un poco. Inhala y exhala.- El albino trató de calmarlo mientras el rubio se levantó de golpe y entrar a la tienda donde aún estaba el Hokage, nadie había entrado ni nada había pasado.

-Él no está aquí, él no está aquí.- Se repetía a si mismo Shina limpiándose su rostro y aparentando tranquilidad, sus manos le temblaban al recargarse en la mesa.- Él no debe saber nada, no voy a condenarlos.- Se decía a si mismo mientras Kakashi entró para ver qué pasaba.

-¿Una pesadilla verdad? Tranquilo chico, lo que haya sido ya pasó.- La voz apacible de Kakashi poco a poco hacía efecto en Shina pero no era algo que podría entender, no por el momento.

-Lo siento, iré a lavarme la cara.- Dijo el rubio aun con mucha tensión en su cuerpo, dejando la tienda y tratar de no perder la compostura.

Minutos después el resto de los ninjas se levantaron con la tensión en el aire, Hanabi con ayuda de Moegi se encargaban de Konohamaru y de Sakura para ver sus progresos en sus distintas batallas mientras Bolt cuidaba a su hermana con ayuda de Sarada y Sabaku, Kakashi mirando que aún no había respuesta de parte del Hokage. Shina se unió a ellos después de relajarse pero fue visto por todos, su semblante no era como el día de ayer y se limitó a tomar sus cosas para empezar la caminata hacía la frontera de la aldea.

-De acuerdo, yo iré al frente para detectar cualquier peligro, Hanabi quiero que lleves a Sakura mientras Moegi se encarga de Konohamaru, Bolt protege a tu hermana con la ayuda de Sarada y Sabaku, Shina ira atrás a cubrir la retaguardia.- Decía Kakashi formulando el plan pero en eso el Sarutobi empezó a mover la cabeza y a levantarse de la cama con su otra mano.

-No...Yo puedo moverme Kakashi.- Decía Konohamaru recargándose en un árbol, mirando su brazo vendado y con un cabestrillo, Moegi fue a donde estaba el ninja para ayudarlo.- Estoy bien, solo algo aturdido.

-¿Estás seguro? En tu condición eres un blanco fácil- Dijo la chica de cabello anaranjado mirando el brazo de su amigo.

-Estoy listo, no te preocupes, solo necesito a Udon...- Konohamaru observó que no estaba su amigo entre los ninjas. -¿Dónde está?

Todos guardaron silencio y Moegi le abrazó con fuerza, no estaría preparado para lo que venía.

-Udon murió Konohamaru, lo mataron cuando me protegió, varias flechas le impactaron en el cuerpo. No pude hacer nada por él...fui una tonta.- Moegi lloró en el pecho de su amigo mientras el Sarutobi sentía como la tragedia le perseguía, ahora cobrando la vida de su amigo.

-No quisiera interrumpir pero lo mejor que podemos hacer es avanzar, si por algo su compañero le salvó la vida a ambos, no hay que desaprovechar esta oportunidad.- Dijo Shina acercándose a los dos ninjas, no quería ser una mala persona pero con la situación de los jinetes rondando por la aldea, el tiempo era vital. - Yo les seguiré, hay que movernos.

Varios minutos después la caravana ninja recorría el campo a toda velocidad, la clave era reagruparse y realizar un contraataque, Kakashi al frente con dos clones vigilando el área mientras cargaba a Naruto, hasta ahora no había señales de los jinetes ni del propio Hanzo Khan, Hanabi al pendiente de Sakura que se movía poco tratando de que sus heridas no se abrieran mientras el equipo siete estaban al pendiente en los costados, únicamente Bolt cuidando a su hermana. Konohamaru y Moegi estarían listos para el combate pero la incapacidad del Sarutobi le daba desventaja. Shina en la retaguardia vigilando que no fueran sorprendidos por jinetes y también le ayudaría a estar ocupado en su mente, reponerse de la pesadilla.

-¿Así que él fue quien salvó a los muchachos? ¿Y a Sakura-san? Increíble, aunque nunca lo he visto en la aldea.-Dijo Konohamaru mirando de reojo a Shina.

-Kakashi dice que es un ANBU, que estaba en una misión afuera cuando estalló el ataque, es una fortuna ¿No lo crees?- Dijo Moegi con una sonrisa pero Konohamaru necesitaba más pruebas para creerlo, mientras Bolt no soltaba a su hermana mientras miraba a los costados.

-Hermano ¿Cuánto crees que nos falta? ¿Mamá pudo escapar? ¿Papá estará bien?- Pregunto Himawari preocupada mientras el rubio se mordía el labio, no quería preocuparla.

-Ya nos falta poco y con suerte, mamá estará del otro lado y papá despertará, ya verás que todo saldrá bien- Decía Bolt acariciando la cabeza de Himawari y dándole una sensación de estar protegida, Sarada le enterneció la escena poniéndose a lado del Uzumaki.

-No te preocupes Hima, todo estará bien, todo volverá a como era antes.- Sarada me sonrió a la niña mientras Sabaku era el que vigilaba del equipo siete. En tanto y lentamente estaba despertando Sakura quien estaba en la espalda de Hanabi.

-¿Están bien?- Preguntó la pelirrosa aún con algunas molestias en sus costillas y músculos.- ¿Estamos en movimiento? ¿Cómo?-

-Calma Sakura-san, está a salvo, traté de descansar y pronto estaremos en la frontera. La verdad es que me preocupe por usted, fue capaz de hacerle frente a ese sujeto y darnos tiempo para huir, fue imprudente.- La Hyuga le regañaba y Sakura no evito reírse pero con un dolor en la costilla.

-Lo siento Hanabi pero no podía arriesgarme, lo bueno es que están bien pero me gustaría decir lo mismo del Hokage.- La ojiverde miró al rubio en la espalda de Kakashi pensando en cómo despertarlo o en como devolverle su chakra.- Su líder es un demonio, jamás había visto a alguien pelear de esa forma, la espada que usa... lo hace más poderoso y difícil de matar. Ahora entiendo cómo fue que Naruto y Sasuke no pudieron con él.

-Lo sé, él y sus jinetes vencieron a mi padre y a muchos Hyuga, se suponía que el Byakugan nos daría ventaja pero nos conocen mejor de lo que esperábamos ¿Me preguntó porque hasta ahora nos atacan?- Preguntó Hanabi apretando más el paso.

-Eso quisiera saber yo y su verdadero objetivo.-

Las horas pasaron y no había señales de esos guerreros, ninguna explosión ni siquiera movimiento en los árboles o arbustos y esto a la larga era muy sospechoso para Kakashi quien estaba poniéndose tenso, se podía ver a lo lejos que estaban cerca de la frontera, solo un esfuerzo más para abandonar la tierra del fuego.

-Todos estén al pendiente de cualquier cosa sospechosa.- Dijo el Sexto Hokage con seriedad, los ninjas que podían pelear deberían estar preparados para lo que encontrarían del otro lado. La caravana ninja llegó finalmente y al tocar tierra se encontraron con la realidad. Un batallón de jinetes con sus caballos custodiando la frontera a la tierra salvaje con sus arcos listos al igual que espadas.

Kakashi notó que algunos estaban preparando flechas explosivas para no alargar la batalla y otros listos para atacar con las espadas.

-¡Kakashi Hatake! ¡El poderoso Khan ha dado precio a tu cabeza, ríndete y les perdonaremos la vida a sus acompañantes!- Grito uno de ellos apuntando su flecha a la cabeza. - Un momento... ¡El lleva al Hokage en su espalda, significa que no está muerto!

-¡Mierda! ¡Hanabi lleva a todos a un lugar más seguro!

-¡Disparen!-

La orden de Kakashi llegó al mismo tiempo con la orden de uno de los jinetes de disparar las flechas al mismo tiempo, los chicos del equipo siete iban a proteger a la caravana junto con Moegi y Konohamaru. Pero de la nada apareció un tentáculo protegiendo a todo el grupo de las flechas explosivas que crearon una fuerte explosión, los jinetes del infierno no sabían de dónde demonios aparecieron los tentáculos cuando cinco de ellos fueron asesinados rápidamente por un ninja de la nube y sus espadas.

El grupo de Kakashi vio al Jinchuriki de las ocho colas llegar dando lo mejor de sí, aterrizando enfrente de ellos haciendo su clásica pose con las espadas.

-¿Se encuentran bien? Un viejo aliado aún sigue en pie-Dijo el shinobi de la nube haciendo una rima pero ni tiempo a Kakashi para responder cuando los guerreros se abalanzaron a todos, los clones del albino fueron al ataque mientras el verdadero huía para poner a Naruto a salvo mientras Hanabi hacía lo mismo con Sakura y Bolt con Himawari. Sarada junto a Sabaku lucharon usando el entrenamiento que el Sexto les había dado en el refugio. Moegi ayudando a Konohamaru a hacer sus jutsus como el Rasengan en una lucha en la que Killer B se estaba llevando la diversión, le sorprendía como estos jinetes del infierno le conocían y podían aguantar sus estocadas.

-Ustedes sí que saben moverse, a ver por cuanto tiempo me entretienen.-


Continuara...

Notas del autor:

¡Y así lo dejamos para ver el mundo arder! Para dejarlos picados para el capítulo que viene, así que no se preocupen que ya estamos a 7 episodios de terminar la segunda temporada así que muy pronto llegaremos a la meta. De nueva cuenta muchas gracias por su apoyo en todo, incluso si son lectores silenciosos, nos ayudan mucho al final.

Nos veremos para

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