Capitulo 4.- La tormenta llama Shinachiku
Futuro alterno / Tienda del Hokage-
-Veras... primero quiero que te relajes y escuches bien lo que te voy a decir Sakura-chan...lo menos que quiero es que te enojes.- Fuera del bullicio que estaban haciendo el resto de la alianza Shinobi y los samuráis en orden de ayudarse los unos de los otros, Naruto estaba conversando con Sakura ya que había un cabo más que tenía que atar el Hokage, con una Sakura sentada en un banco comenzó a temer lo peor en relación a su hijo mayor cerrando el puño arrugando sus ropas.
-¿Qué? ¿Le paso algo a nuestro hijo Naruto? Dime que no es lo que yo pienso, ¡No me lo perdonare si esos malditos le hicieron daño! –Sakura al cabo de segundo perdió los estribos tomando a Naruto de su chaqueta con fuerza con una expresión de pocos amigos, Naruto solo enmudeció tratando de tocar las manos de la pelirrosa para calmarla.
-No, no...él está bien no le paso nada...es solo que...
-Entonces dime que es, no te quedes callado, quiero saber ¿Dónde está nuestro hijo? ¿Dónde está mi pequeño Shina?- La Ojiverde interrumpió a Naruto tratando de no golpearlo por la angustia, Naruto solo suspiro entendiendo la preocupación de su amada pero no sabía cómo explicárselo. Al final pudo quitarse las manos de Sakura y se limitó a acariciarlas.
-Pasaron tantas cosas, entre ellas el ataque de Akatsuki y el ver que seguían aquí me hizo entender que estaba desesperado y tuve que usar algo que jamás creí que utilizaría así que Shina y yo entramos a un amplio túnel debajo del monte de los Hokage. Hasta llegar a una puerta de acero con el símbolo del clan Uzumaki... siendo uno de los secretos del mundo shinobi. Le empecé a contar a nuestro hijo sobre un Jutsu, el más poderoso jamás creado le mostré una caja de madera con bellos decorados a su alrededor...el legendario pergamino de espacio-tiempo.- La explicación de Naruto dejó sin palabras a Sakura quien no dejaba de ver los orbes azules de Naruto con una expresión de sinceridad pero a la vez de temor.
-¿Espacio-Tiempo? Naruto...
-Creí que eran puros cuentos al principio pero Oba-Chan me lo contó todo y por eso quise investigar hasta que lo confirme. El pergamino de espacio-tiempo fue creado por un shinobi hace mucho...solamente un Uzumaki lo podría hacer usando una gran cantidad de chakra con todas las naciones para poder controlar el tiempo a su antojo.- El rubio aún tenía en su mente ese pergamino y la información que había obtenido de él, Sakura solo se quedó pensando ¿Acaso era posible la manipulación del tiempo? ¿Lo era?
-Entonces eso quiere decir que se puede viajar en el tiempo para corregir el pasado.- La ojiverde no podía asimilar muy bien la explicación del Hokage pero Naruto llegaría a la parte que más le importaba a la pelirrosa.
-Si, en cuanto le termine de contar a Shina, Akatsuki nos encontró, tomaron el pergamino de espacio-tiempo al mismo tiempo nuestro hijo los ataco partiendo la mitad del pergamino... en ese momento comenzó a salir una luz brillante iluminando todo el lugar abriendo un portal mandando a nuestro hijo a otra época, no pude hacer nada.- Naruto se sentía frustrado al no ver esta reacción tan imprevista del pergamino en su hijo.
-¿Qué? ¡Mi Shina! ¿Y la otra mitad? ¡¿Dónde está?!- La pelirrosa ya estaba completamente asustada por su hijo, después de tanto tiempo y ahora él desaparecía como si nada y la kunoichi intentó incluso destruir lo que había a su alrededor pero por su bien tendría que pensar con la cabeza fría.
-Akatsuki lo tiene, por eso tenemos que plantear una estrategia para quitarles de las manos la otra mitad del pergamino de tiempo... antes que cumplan con su objetivo y si es posible hacer que Shina regrese a casa- El Hokage hablaba con seriedad mientras trataba de calmar a Sakura tomándola de los brazos.
-S...solo espero que nuestro hijo este bien... y no haga nada imprudente.- Decía la ojiverde sintiendo el calor del rubio reconfortándola respirando hondamente.
-Calma Sakura-chan...Shina sabrá que hacer, es nuestro hijo después de todo.- Naruto le regalo una sonrisa aun cuando ella estaba de espaldas mientras la kunoichi médico no sabía ahora que hacer.
-Lo sé, sacó tu fuerza Shina y me recuerda mucho a ti cuando eras más joven...igual de galán que siempre.- Sakura soltaba una risa recordando los bonitos momentos que tuvieron antes de la gran catástrofe Uzumaki.
-Pero sacó tu inteligencia y tu buen corazón- Esas palabras tan conmovedoras de Naruto no las pudo soportar Sakura quien abrazado con todas sus fuerzas a Naruto e incluso arrugándole la ropa y el rubio solo se limitó a corresponderle el abrazo acariciando su cintura y su cabellera rosa.
-Él volverá y te prometo que seremos una familia de nuevo, aun si mi vida está en juego no los abandonare, ya no más- Naruto no solo reconfortaba a Sakura sino a él mismo sin quebrarse enfrente de su amada pero él ignoraba que de todos en la alianza, había una persona que sabía cómo estaba Shina y esa persona o más bien demonio estaba dentro de Naruto.
En lo más recóndito de la mente y cuerpo del Hokage, se encontraba en un estado de meditación el legendario Zorro de las nueve colas de ojos cerrados moviendo sus colas con tranquilidad, su ausencia le sirvió para saber más del paradero del hijo de mayor de Naruto y para suerte suya...lo pudo hallar.
-Así que aquí estabas, bien, supongo que ahora tendré que estar al pendiente de ti aunque no sé qué tanto has hecho todo este tiempo pero lo que si se...es que serás el nuevo ninja que sorprenda a todos.- Kurama de alguna forma sabía que su otra mitad de poder había sido usada de una forma distinta a la de Naruto pero confiaba en las habilidades natas del hijo mayor Uzumaki pero al final de sus pensamientos y del seguimiento que se le estaba haciendo a Shinachiku, Kurama confiaría en él...solo podían esperar lo mejor de él tanto en el tiempo donde cayó y de donde vino.
-El presente-
Mientras Shinachiku Uzumaki fue en busca de más provisiones e investigar lo ocurrido hace unos minutos le había pidió a Sarada Uchiha encargarse de sus compañeros principalmente de Bolt dejando su confianza en que ella podría manejarlo para evitar que el rubio hiciera una tontería y no se movieran de ahí hasta su regreso.
Mientras el equipo 7 aún tenían dudas sobre ese chico de ojos jade, especialmente Sarada, tenía muchas preguntas rodando en su mente: ¿Quién era realmente?, ¿De dónde habrá salido? Por alguna extraña razón sentía que lo conocía, esa mirada de antes le era familiar, quizás sea por el parecido del séptimo o quizás su imaginación, Sarada estaba sumisa en sus pensamientos mirando el fuego de la fogata sin prestar mucha atención a su entorno dejando con mucha inquietud a Bolt quien se acercó a ella para poder hablar con ella.
-Sarada ¿Te encuentras bien? Tierra a Sarada ¿Hola?- Bolt se puso enfrente de ella tomando los hombros de la Uchiha y decidió tomar medidas drásticas.
-¡SARADA!- El grito del Uzumaki sacó a la azabache de sus pensamientos y enfocando su mirada en él.
-¿Eh? ¿B...Bolt?- Sarada se dio cuenta que tenía los orbes de Bolt mirándola fijamente con preocupación y por alguna razón poniéndose roja como tomate y el cuerpo paralizado pero aguantándose las ganas de querer golpearlo.
-¿Que pasa Sarada? ¿Porque te pusiste roja?- Parecía que la ingenuidad venía de familia cuando le toco la frente preocupado por la situación muy extraña de Sarada pero para la azabache solo era una invitación para darle un fuerte golpe en la mejilla mandándolo fuera de la cueva.
-¡Eres un idiota Bolt!- Decía Sarada levantándose completamente enojada con el comportamiento del rubio, mientras este nuevamente entraba a la cueva algo mojado por los charcos de agua sobándose su mejilla.
-Auch, ¡Porque el golpe Sarada! ¡Eso dolió!- El rubio se acercó nuevamente a Sarada pero a una distancia más segura.
-¡Estabas muy cerca!- Argumentaba la Uchiha de brazos cruzados aun molesta y no estaba arrepentida del golpe que le aplico a su compañero.
-Te mire distraída y pensé que te sucedía algo, ¡Por eso te pregunte como no me escuchaste te volví hablar! ¿Y así me agradeces?- El reclamo de Bolt era valió pero para Sarada solo eran balbuceos.
-¡Idiota! ¡hum!-Sarada solo le dio la espalda cruzando los brazos ignorando oírlo o algo parecido pero de alguna forma esta...agradecida por la preocupación que su compañero expresaba.
-Estoy bien...gracias- Fue lo único que dijo la Uchiha en un susurro mirando para otro lado mientras el rubio solo arqueaba la ceja.
-¿Eh? ¿Dijiste algo Sarada?-
-¡Nada cabeza de piña!- Sarada se volvió a sentar aun dando la espalda a Bolt mientras este solo quería saber qué demonios le pasaba a su amiga con una cara de pocos amigos.
En tanto el pelirrojo de ojos vino se encontraba recargado en una roca limpiando con un pañuelo su kunai ignorando los gritos de sus compañeros, aun con la duda sobre el chico que los salvo de la explosión.
''¿Quién era ese tipo ?... no creo que ser un anbu, su chakra se sentía diferente y familiar...''
-¿¡A quien le dices cabeza de piña!?-
-¡¿Ves a otro por aquí?!- Mientras tanto Bolt y Sarada seguían discutiendo haciendo que ya perdiera la paciencia Sabaku tirando su kunai clavándose al suelo.
-¡Oigan dejen de estar peleando, no dejan concentrarme! ¡Y porque de una vez no se dicen que se gustan y ya, basta de parloteos!- La molestia de Sabaku, justificada, hizo que los dos shinobis dejaran de parlotear por unos instantes.
-¿Qué?- Ambos lo voltearan a ver con una mirada de sorpresa para luego mirarse entre ellos sin palabras pero más enojados.
-¡Yo.. yo no me juntaría con un baka como el!- Sarada fue la primera en quejarse mientras señalaba a Bolt, el rubio algo despistado solo asintió para luego entender mejor la expresión de Sarada.
-¡Oye!
-Oigan...¿No les parece extraño ese chico, que nos salvó? - Cuando el rubio quiso quejarse, Sarada estaba poniendo orden y atrayendo la atención de sus compañeros con respecto al tema del joven rubio.
-Eso mismo estaba pensando, que él sea un ANBU se me hace sospechoso, ¿Y si es una trampa?- Sabaku ponía sus sospechas enfrente de todos pero era algo que Bolt no estaba dispuesto a pensar.
-Vaya que confianza...ya les dije que no lo es- Bolt expreso con sarcasmo en el comentario de Sabaku, Sarada pudo notar el cambio de tono del rubio.
-No es que no confiemos, sino que pueden haber muchos de los enemigos que se hagan pasar por alguien para tendernos otra trampa Bolt. Mejor prevenir que lamentar- Si dices conocerlo, ¿Porque no nos cuentas sobre él? Tengo curiosidad-
-Estoy de acuerdo con Sarada, cuéntanos Bolt, ¿Dónde lo conociste?- Tanto Sarada como Sabaku miraban a Bolt con intriga, el Uzumaki solo suspiro recargándose en una pared de la cueva mirando la salida de su refugio.
-Está bien, se los contare...
-En el bosque-
Luego de recoger los víveres que llevaban consigo los jinetes, Shinachiku Uzumaki, el poseedor de cabellos dorados y ojos jade que hacen resaltar su mirada analizaba cada detalle en ambos lados, tocando la tierra mojada y observando varias huellas que se dirigían al norte. Sentía que las cosas estaban empeorando observando las huellas de los caballos con mucha fuerza.
-Tierra fresca, aún siguen por aquí cerca y tendré que tener cuidado, más por los muchachos. Huellas de caballos...eso me dice que es una gran horda.- Shina dejaba caer la tierra de sus manos con enojo.
''Ten cuidado chico, tendremos que se cautelosos con nuestra búsqueda sin que nos descubran.''
-No te preocupes Kurama, se cómo pasar desapercibido sin que se den cuenta.- Con una sonrisa zorruna se levantó del suelo para seguir no sin antes de guardar las provisiones continuo su camino hacia el norte siguiendo las huellas. A cada paso veloz que daba, las huellas eran más profundas como si de a todo galope y pasos de jinetes a toda prisa, Shina sentía lo peor en su cuerpo y apretó el paso gracias a su chakra.
"Por favor que no sea tarde, por favor que no sea tarde ¡Padre!"
Shinachiku sumido en sus memorias hicieron que el camino fuera más corto y a la vista podía ver las puertas de Konoha pensando que todo estaba bien pero lo que estaba a punto de ver lo dejaría completamente helado abriendo sus ojos esmeraldas con gran sorpresa.
-No...esto no puede ser- El rubio sentía el frío en su espalda, su cuerpo se había paralizado, el campo estaba más que cubierto no solo de tierra mojada, sino pigmentada de sangre y diversos cadáveres ya sea de los invasores como los shinobis de la hoja. Shina sentía como el alma se le iba poco a poco y no dudo en ir a lo que fue el campo de batalla, el rubio miraba la zona desolada y llena de muerte en el aire al igual que todos los cuervos y más aves de rapiña estaban encima de los cadáveres alimentándose.
-No...tiene que ser un engaño, un Genjutsu ¡No puede ser!- El grito de Shina se podía escuchar en el viento, el rubio busco cualquier cosa que pudiera reconfortarlo pero solo veía cadáveres de shinobis y estos eran más a medida que se acercaba a las puertas y veía muy pocos jinetes, no podía pensar en otra cosa que encontrar a su padre o al mayor responsable de esta masacre.
Shina a las puertas de la aldea completamente en llamas y aun cayéndose, con flechas clavadas en la gran puerta, él rubio más molesto que nunca entraba lentamente mirando todo él caos provocado por la invasión, él desastre era de lo peor de lo que pensaba, aparte de la destrucción de los hogares y demás edificios, los cadáveres de shinobis y civiles fue la gota que derramó el vaso. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un ruido que venía de uno de los edificios destruidos y al acercase escucho el grito de una mujer.
-¡Cállate perra!- Mientras un grupo de jinetes se encontraba divertidos por su trabajo en estos momentos, un grupo de cinco invasores tenía a una mujer rubia en el suelo esposaba con muchas heridas en su cuerpo y una cortada en su mejilla.
-Te dijimos que te levantes perra ¿Este estúpida o qué?- Otro de los jinetes tomaba de la cabellera rubia a la kunoichi mientras intentaba defenderse.
-¡Váyanse a la mierda!- Fue lo único que dijo la ninja en un arranque de enojo, lo cual no fue de toda gracia de los jinetes, siendo recibida por una bofetada con mucha fuerza para sacarle sangre, la mujer de ojos verde agua los odiaba con toda su alma pero en su estado no era rival para ellos.
-Supongo que si no entiendes por las buenas, entenderás por las malas. Ya saben que hacer.- Dos de los jinetes tomaron de los brazos esposados de la rubia y con sus espadas le arrancaron su ropa dejándola expuesta de su pecho, la kunoichi estaba temblando de miedo por primera ya que estos hombres hablaban enserio.
-¡No! ¡Aléjense de mí! ¡Déjenme!- Los gritos de la líder del clan Yamanaka fueron en vano ante los jinetes quienes sonreían de forma lasciva.
-Te lo advertirnos perrita, el Khan nos dio órdenes de matarte pero primero vamos a disfrutar de ti y luego...te haremos una perfecta esclava de nuestro ejercitó- Ino estaba temblando al sentir poco a poco las manos de los jinetes acariciando sus pechos mientras ella cerraba los ojos intentando ser fuerte.
-¡Déjenme!
-¡Rasengan!- Desde arriba de los jinetes, Shina se dirigía a ellos para lanzarse contra los jinetes con mucha fuerza, la reacción de los invasores fue nula ya que el rubio impacto a gran velocidad provocando que soltaran a una Ino que estaba paralizada tomando parte de su chaleco razgado y mirando como un joven rubio había llegado para salvarla poniéndose enfrente de ella.
-Señorita...detrás de mí.
Continuara...
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