Capitulo 38.- El secreto mejor guardado
-Tiempo alterno – Konoha -
Dentro del monte de los Hokages, en la cámara donde estaba el pergamino del Jutsu Espacio Tiempo se encontraban Nagato junto con Itachi y Kisame, en palabras el Uzumaki, quería rebelar el máximo secreto que el Jutsu poseía. El líder de Akatsuki estuvo meditando y un aura de chakra se podía ver mientras el espadachín de la niebla y el último de los Uchiha lo veían.
-Ha estado ahí desde que entramos Itachi ¿Qué es lo que quiere descubrir?- Preguntó Kisame limpiando su espada, algo impaciente y sin resultado alguno respecto a descifrar ese secreto del que tanto hablaba Nagato. A él le hubiera gustado acompañar a Deidara o Yahiko.
Itachi no le respondía porque seguía atento a Nagato, sus movimientos cada vez eran más cuidadosos, además de creer que Nagato ya sabía que Konan se intentaría robar el pergamino.
-El Jutsu Espacio-Tiempo es algo de lo que jamás hemos escuchado, ni siquiera entre los Kages. Nunca fue usado por es un Jutsu con mente propia. A lo que Nagato nos ha dicho, solo un Uzumaki puede manejarlo hasta cierta forma. Todo lo que hemos visto, es un ciclo sin fin, siempre habrá guerras y conflictos entre clanes, lo he visto. No puede alejar a Sasuke de la oscuridad, no pude mantenerlo a salvo.- Itachi sintió una punzada en el pecho, todo lo que había hecho para protegerlo, incluso ser un fugitivo fue en vano, la sed de poder de Sasuke trascendió de una manera horrible, aun recordando como tuvo que darle muerte a su propio hermano.
-No te atormentes Itachi.- Kisame miró a su compañero tocando su hombro, no era extraño para él tiburón que Itachi aún pensara en su hermano. -Buscaste la forma de mantener a la aldea intacta, fuiste un peón de Danzou y también te convertiste en un peón de Obito. Fue placentero cuando descubrimos su verdadero plan. Y como nos deshicimos él.- Kisame recordó cuando en el la aldea de la lluvia, todo Akatsuki se reunió y rodearon a Tobi, el Uzumaki lo descubrió y fue una batalla sin precedentes pero el poder combinado de Akatsuki fue demoledor contra Obito, quien murió aplastado por una columna. Itachi le quitó su Sharingan para destruirlo.
-Ahora tenemos de todo el mundo shinobi, nadie será capaz de vencernos, será una pena cuando no quede nadie con quien luchar pero al menos lo habremos conseguido.- Dijo el ninja de la niebla algo decepcionado, su última gran batalla casi lo deja muerto y en su bolsillo llevaba la banda de la bestia verde de Konoha como un trofeo, un digno oponente.
Nagato los escuchaba pero no les interrumpiría ya que sus cuestiones y dudas eran justificadas, el Uzumaki seguía meditando y recordando como encontró a Shina y la otra mitad del pergamino, todo estaba alineándose pero no había un ganador definitivo.
-¿Qué es lo que lo llevó a ese nuevo mundo? ¿Por qué ahí? ¿Qué fue lo que deseaste con todo tu corazón?- Se preguntó Nagato lentamente levantándose de su meditación y mirando la plataforma de donde fue tomado el pergamino, sus manos parando por la plataforma y viendo que había piedras que no caían, congeladas en el tiempo.
-Con una sola mitad, el pergamino aún es demasiado poderoso, su chakra fluye como si fueran estrellas en el universo y Konan sabe a la perfección que no podrá usarlo, llevándoselo a Naruto, lo que ella no sabe qué pude aprender un Jutsu de ese pergamino.- Nagato hizo un movimiento de manos muy extenso y elevando su chakra. El Rinnegan incluso podía sentir ese chakra pasando por todo su cuerpo.
-Jutsu de tiempo: Profeta.
Delante de él y de sus acompañantes de Akatsuki aparecieron varios orbes grises cubriendo toda la habitación, el Uzumaki requería una concentración superior al promedio para mantener un Jutsu así.
-¿Qué es lo que pueden ver?- Lanzó la pregunta al aire el pelirrojo, manteniendo la concentración en el Jutsu. Itachi fue el primero en acercarse y ver uno de los orbes, Kisame lo hizo por su parte pero no había nada a destacar.
-Nada, pura neblina que cubre el campo.- Dijo el ninja de la neblina sin entender a qué iba con todo eso.
-Esa es la interpretación del futuro Kisame, es incierto y nos lleva a cualquier escenario pero siento algo más, como si alguien estuviera cambiando el curso de este tiempo.- Mientras Nagato continuaba con el Jutsu, podía ver algo dentro de los orbes.
-Lo veo.- Los tres integrantes de Akatsuki miraron al hijo mayor del Hokage quieto en la neblina del tiempo, cual cachorro perdido.
-Está buscando ayuda y se detiene, no sabe a dónde ir. Es como si tuviera miedo.- Dijo Itachi manteniendo la calma.
-Tiene miedo de cambiar el curso del tiempo, en el mundo en el que se encuentra, sabe que no podrá alterar su mundo estando en otro lado.- Dijo Nagato con seriedad haciendo que Kisame arqueara la ceja.
-¿Con eso que quieres decir?
-La técnica Profeta me hace ver el futuro de una persona, la única regla es que no puedo ver mi propio camino así que elegí al hijo de Naruto como ejemplo. Su presente actual lo ha llevado a un mundo distinto, donde las cosas son diferentes. Sin embargo su indecisión hace que el futuro que quiere esté nublado.- Respondió el Uzumaki a la pregunta del ninja de la niebla aun observando el orbe donde Shina aparecía. -La mitad del pergamino lo envió ahí para algo pero está dudando y teme que su intervención sea la responsable de llevar a ese mundo ninja en un caos. Únicamente afecta a ese mundo, no a este.
-Entonces hablamos de que el pergamino afecta solo una línea temporal ¿De eso hablamos?- Pregunto Itachi mirando detrás de Nagato, su expresión no cambiaba pero en el fondo mostraba curiosidad, incluso curiosidad del mundo en el que cayó el muchacho rubio.
-Así es, solo es cuestión de tiempo de tomar la mitad del pergamino y usarla para recuperar la otra parte. Y no solo tendremos un mundo en el cual habrá verdadera paz, sino dos mundos. El sueño de Jiraiya por fin se hará realidad y finalmente sentían nuestro dolor convertido en poder. Nadie se nos opondrá.
Nagato hablaba enserio, esto sería la llave que lo llevaría a la victoria definitiva, sabiendo que habría guerras donde el inocente pagaría las consecuencias, todo Akatsuki estaba comprometido, se cansaron de ser los manipulados y ellos serían los nuevos gobernantes del mundo ninja.
-Campamento Shinobi-
-Kakashi, la mayoría de los barcos samuráis ya han cargado con provisiones y con heridos, algunos también están cargados con pólvora y púas metálicas en caso de que Akatsuki las encuentre, no los detendrá pero nos dará tiempo.- Shikamaru entró a la tienda del Sexto mientras él estaba bebiendo algo de té, ni siquiera tenía su novela en sus manos.
-Bien Shikamaru, con suerte podremos irnos en la mañana.-Dijo Kakashi mirando la taza de té que Mifune le proporciono. El Nara le hizo compañía sentándose a su lado.
-¿Y qué pasará con el Séptimo? No le gustará el plan de huir.
-Y por eso es que fue dormido por Sakura, lo mantendrá así hasta que estemos en altamar o en la isla samurái. Es un terco por pensar en una estrategia suicida.- Respondió Kakashi mientras en otro lado, Naruto había sido dejado en una de las habitaciones de los barcos samurái, muy bien custodiado por ninjas de la confianza del albino.
-Que problemático es esto, jamás pensé que huiríamos.- El azabache sacó un cigarro para liberar la tensión, Kakashi estaba mirando al vacío.
-Nadie lo pensó, todo pasó tan rápido que veo los rostros de los demás, ya no veo esperanza.
-Eso mismo me dice Simada, no ve una manera de salir de esta e incluso siente la presión del resto del clan, es solo un muchacho para aguantar esas presiones.- Dijo Shikamaru hablando de su primogénito, el genio de su generación.
-Ni siquiera la nueva generación puede enfrentarlos…Sólo nos queda una esperanza.- Kakashi fue directo al punto, el ambiente de su conversación se hizo más tensa, ahora solo debían aguardar lo mejor.
-Y en otra parte-
Mientras los shinobis ajustaban detalles, Hikari estaba en su tienda limpiando su katana cuando alguien entró a su tienda sin pedir permiso, la Uzumaki tomó la empuñadura de su arma lista para atacar.
-Tranquila oxigenada, soy yo.- Dijo cierta chica de cabello corto con lentes, muy familiar para Hikari quien dejó el arma y se dio la vuelta para verla.
-Se pide permiso cuatro ojos para entrar, pero me alegra ver tu rostro Sarada- Dijo Hikari sonriendo, la azabache se sentó a lado de su amiga y rival para descansar un poco, además de platicar y reconectar su lazo de amistad tras la ausencia de Hikari.
-¿Así que fuiste a entrenar? ¿A dónde?- Preguntó la hija de Karin mientras se acomodaba los lentes.
-Por la frontera del País del hierro, entrené con algunos samuráis pero el entrenamiento duró poco por el conflicto. Muchos de ellos tuvieron que enlistarse para la guerra y yo me uní a ellos para llegar con ustedes.- Dijo la menor de los Uzumaki recordando el intenso entrenamiento para dominar el arte de la espada, los samuráis eran inclementes al momento de enseñar el arte de la katana.
-Entiendo, Mamá y yo estuvimos entrenando en el campamento, siento que podría ganarte con mi Sharingan de tres aspas ahora.- Sarada contaba cómo era el entrenamiento con su madre, Karin la había puesto al límite muchas veces, a pesar de ella tener en su sangre el Sharingan, no lo usaba mucho pero ahora era de vital importancia.
-Eso quiero verlo cuatro ojos.-
Las dos amigas empezaron a reír como en los viejos tiempos, aun con la diferencia de edad las dos realmente se querían como hermanas, fue cuando Hikari notó que Sarada tenía una cinta roja en el dedo índice.
-Veo que aún lo conservas Sarada.- La rubia señaló el listón y la azabache lo miró con detenimiento e incluso tocarlo de forma delicada.
-Sí…aún recuerdo cuando Orenji y yo nos perdimos en esa cueva, sólo teníamos un hilo para guiarnos y él me decía que saldríamos de la cueva tan rápido como canta un gallo y…
Sarada cortó la anécdota, sintiendo presión en el pecho, cubriendo su boca con sus manos y cerrando los ojos, trataba de ser fuerte pero la chica de lentes empezó a llorar a mares, Hikari no dudo en abrazarla con todas sus fuerzas.
-Yo también lo extraño Sarada.- Decía Hikari tratando de mantenerse fuerte y solo una lagrima pasó por su mejilla, Sarada estaba que se moría ahí mismo.
-Tonto Orenji...es un tonto, debí ir con ellos ¿Porque tuviste que jugar a ser el héroe? Idiota, prometiste que volverías a salvo.- Los sollozos de Sarada eran más intensos y ella no se soltaba de Hikari. Mientras las dos amigas se consolaban, alguien estaba observando la escena en silenció. Era dos cazadoras Anbu y uno de ellos era Akane Inuzuka, compañera de Shina y de solo ver a Sarada en llanto le partía el corazón y agregando más a la situación de no saber dónde está.
-Con Sakura e Ino-
-No lo sé Ino ¿Y si ella no me reconoce?- Mientras tanto en una de las tiendas, Sakura estaba petrificada a lo que iba a encontrar, tenía mucho miedo.
-No pasará nada Sakura, recuerda por qué lo hicimos, para protegerte y protegerla.- Le decía Ino con toda seguridad, la ojiverde lo recuerda, aquella vez que decidieron ocultarle algo tan importante a Naruto al iniciar la gran purga.
-Bien, aquí vamos.- La pelirrosa tomó aire y entró a la tienda, Ino le siguió sin ver que nadie le estuviera siguiendo y fue ahí mismo, donde estaba Sai y su hijo Inojin cuidando a una pequeña de unos cinco años. Una niña de cabello rosado y mirada celeste, sonriendo de alegría. Sakura la miró y sintió un calor en su pecho, su corazón se había chiquito mirando a la pequeña. A su hija, Hanami Uzumaki: la cuarta hija de Naruto y Sakura.
Continuara...
Notas del autor: ¿Pero qué está pasando doctor García? ¡Una cuarta hija! ¡¿Cómo pasó?! ¡Qué ha pasado!
Pues bueno, se puede decir que se va a explicar en los capítulos que vienen, el 39 y el 40. Antes de despedir el capítulo de esta ocasión, tanto Atenea como su servidor, estamos haciendo modificaciones en algunos capítulos para que quede bien, además de pasarlo a formato manga y muchas gracias a todos por el apoyo mostrado al fanfic!!
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