Capítulo 33.- Sakura Haruno vs Hanzo Khan
El choque de las dos armas fue intenso que levanto tierra y soltó una ventisca endemoniada. Hanzo Khan, líder de los jinetes del infierno y usando la espada Ryusei con el chakra del zorro en su interior se enfrentaba a Sakura Haruno, estudiante de Senju Tsunade y que por primera vez usaba un arma única en su tipo.
Los dos combatientes intentaban matarse, dar todo de sí y para el líder de los jinetes esto se había tardado, Sakura fue a más con ataques intensos y partiendo la tierra con el filo de la hacha, Hanzo liberaba el poder del zorro de la hoja de la espada para mandar a Sakura lejos y chocar contra los árboles pero aun herida se lanzó con toda su fuerza haciendo que la hoja de la hacha se cubriera en su chakra e impactar de nueva cuenta contra Hanzo y esta vez siendo él quién se estrellara en un árbol pero en mejor condición física que la ojiverde.
La kunoichi resentía el dolor en su brazo que apenas podía curarse sin despegar la mirada de Hanzo, era hora de que Sakura aprendiera en el combate que arma poderosa tenía en sus manos.
-¡Adelante!- La pelirrosa lanzó su hacha y creo varios duplicados de la arma para impactar en el líder de los jinetes, usando la poderosa espada Ryusei para repeler los ataques pero el arma había hecho impacto en su pierna que le quitó equilibrio, regresando a la mano de la pelirrosa. Hanzo usó el chakra del arma para lanzar llamas cortantes hacía la kunoichi, usando la parte gruesa de su arma logró protegerse pero fue empujada con mucha fuerza.
El señor de la guerra y la ninja se miraron detenidamente, pensando en una estrategia para derrotarse entre sí, Sakura miró de reojo el refugio derribado con preocupación.
-Ojala los chicos ya hayan salido, estoy dando todo lo que pueda pero este sujeto tiene siempre algo para contrarrestar, no tiene ninjutsu, ni Genjutsu pero su taijutsu es muy completo y usando armas es un rival peligroso. Debo desarmarlo, es la única estrategia.- La ojiverde tomó el hacha a dos manos emanando su chakra pero entre el dolor de su herida y el sello que tenía era una carga más que pesada, aguantándose el dolor.
-No busca pelear, solo alentarme. Esta mujer a pesar de las heridas continúa atacando, puedo ver el fuego en su mirada. Nada que perder.- Hanzo no parecía sorprendido de la actitud de la ojiverde pero también sabía que confiarse sería su muerte, tomando su arma a dos manos, preparado para un ataque poderoso.
-¡Shanarro!-
-¡Es hora de morir shinobi!-
El grito de batalla de los dos combatientes inyectaba adrenalina en sus cuerpos dispuestos a hacer lo necesario para ver a su enemigo caer, el chakra de la pelirrosa chocó finalmente con el del zorro y la colisión solo expulsó una columna de chakra que se mezclaba. Sakura trató de moverse hacia adelante pero el poder que la espada Ryusei emanaba era difícil de repeler pero Hanzo podía decir lo mismo respecto a la ojiverde, ninguno quería ceder ante el constante forcejeo.
-Insolente mujer... ¡Es hora de que mueres!- Hanzo con un movimiento de muñeca logró mover la espada Ryusei que desvió la hacha y ponerse a un costado de Sakura para dar una estocada a los pulmones. Sin embargo la kunoichi pudo moverse y esquivar el ataque a pocos centímetros de su pecho y golpeo en la mejilla del señor de la guerra y dejarlo con la defensa abajo.
-¡No pienso caer hoy!- La pelirrosa usó sus conocimientos de taijutsu para crear una cadena de golpes y patadas sobre Hanzo, el líder de los invasores estaba siendo duramente castigado por la fuerza monstruosa de Sakura, poco a poco opto por defenderse y lograr contraatacar golpeando una de las costillas de la ninja.
El combate ahora se definiría en el combate de cuerpo a cuerpo, desarmados y con voluntad de fuego, Sakura y Hanzo daban una exhibición digna de taijutsu, aun recibiendo golpes y patadas, incluso cabezazos no parecía que tuviera fin respecto a su habilidades, una pelirrosa más fina en sus ataques y un señor de la guerra usando el territorio para su ventaja, su estilo muy pesado pero impredecible. Ambos se conocían al momento de repartir golpes y estaban conscientes de eso, buscando sorprender.
Sakura sorprendió al impactar en la tierra y levantar rocas afiladas, haciendo que Hanzo se retirará tratando de no caer y ser atrapada entre las rocas, sacando dos cuchillos logró maniobrar y lanzarlos a toda velocidad, la ojiverde esquivaría el primero pero el segundo se clavó en su costado derecho, mirando que el cuchillo tenía espinas para evitar ser removido con facilidad aunque eso no le importó a la ojiverde que se lo quitó para lanzarse al ataque. Hanzo la recibió con una patada baja desestabilizando su ataque y un codazo a la cara, Sakura logró darle una patada en la barbilla y lanzarlo por el aire unos pocos centímetros reincorporándose y ponerse detrás de él acumulando chakra en su puño.
-¡Este es el final!- La pelirrosa impacto con toda su fuerza en la espalda de Hanzo que salió disparado hacía el suelo y dejar un gran cráter. El señor de la guerra estaba con la mirada atónita y sin poder pronunciar algo. Sakura descendió totalmente cansada por el esfuerzo físico y las heridas pero había conseguido su objetivo.
-Ahora debo...tomar esa espada- Cuando la pelirrosa miró el arma, está se levantó del suelo emanando el chakra del zorro y en un abrir y cerrar de ojos regresó a las manos de Hanzo dejando a Sakura sorprendida, el chakra rojo del arma envolvió a su poseedor en un aura zorruna curándole las heridas físicas y permitiéndole levantarse.
-Imposible...no...Esto, esto no puede estar pasando- Balbuceo Sakura cayendo rendida, sin energías para continuar. Hanzo estaba de pie con una mirada de odio hacía la ojiverde, lentamente caminando.
-Esta espada...fue el primer intento de contener a los biijus, mucho antes de que existieran las armas legendarias del sabio de seis caminos, está diseñada para extraer el poder de esas bestias y asimilar su poder- Hanzo cojeaba pero con pasos pesados que hundían por donde caminaban.
Sakura trató de levantarse y seguir peleando pero el guerrero logró alcanzarla y golpear su abdomen con brutalidad y poner su bota encima de su espalda, el cansancio y las heridas le generaba dolor, injusto que Sakura no pudiera curarse mientras Hanzo con un chakra robado podía hacer lo que quisiera.
-Admito que fue divertido, ningún shinobi me dejó al borde de la muerte como tú así que te daré una muerte justa, como una guerrera que jamás se rinde- Lentamente Hanzo tomó su espada con ambos brazos para elevar el arma por encima de su cabeza.
-Tú cabeza será un símbolo para los shinobis, de que su mundo arderá-
Sakura cayó rendida en el pasto, aguantando el dolor y con frustración en su rostro, el fin se acercaba y solo podía pensar de su hija, en su equipo, en sus amigos y en Naruto.
-Lo siento...les fallé...perdóneme.
De la nada un resplandor apareció que levantó mucho humo, Hanzo se cubrió la mirada al ver el polvo pero también escarcha de nieve a su alrededor, el guerrero volteó y vio a aquel muchacho rubio que le enfrentó en la aldea, cargando a la pelirrosa y una mirada de odio. A su lado se encontraba Kakashi con unas kunai eléctricas.
-Hatake...- Hanzo se dispuso a atacar con una onda cortante pero aquellas figuras se transformó en humo, revelando dos troncos, todo un engaño. Hanzo abrió los ojos de golpe, la cara desencajada y una rabia en su sangre. Le habían visto la cara.
-¡Hatake!- El grito rabioso de Hanzo se hizo escuchar en todo el país del fuego y finalmente, lejos de la batalla se veía a Kakashi guiando el camino mientras Shinachiku cargaba a Sakura, el chico tenía un fuerte dolor en el pecho al ver a la pelirrosa sangrando y herida.
-N-Naruto...- Fue lo último que dijo antes de caer inconsciente, el rubio de ojos verde quería ir y matar a ese invasor pero la prioridad era escapar, al final, la batalla la ganó Hanzo...pero la guerra la ganó Sakura Haruno.
Ahora era momento de reagruparse y de pensar en la huida.
Continuara...
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