Capitulo 3.- Replantear estrategia
-¿Bolt? ¿Qué haces aquí?- Shinachiku, el shinobi del futuro sintió el chakra del joven Bolt Uzumaki que estaba detrás de él y el muchacho vio lo que era una gran batalla.
-Despareciste y pensé que tu...
-Descuida, no lo iba a dejar solos, tenía que investigar por aquí y luego estos sujetos me emboscaron.- Decía Shina analizando el cuerpo de alguno de los jinetes, estos no les darían problemas a los muchachos.
-Anda tenemos que ir con tus amigos para que se recuperen.- Shina se encaminaba a reunirse con Bolt mientras el chico veía de todo, espadas y arcos rotos y en el suelo, manchas de sangre, tragando saliva.
-Están ¿Muertos?- Un escalofrío pasó por la espina de Bolt, Shina se detuvo mientras le daba la espalda al Gennin, aunque no quería no había otra opción.
-Sí.- Con eso dicho, Bolt estaba frente a un shinobi muy poderoso, había destruido con toda una división de jinetes que ni siquiera entre el equipo 7 pudieron y ambos regresaron al refugio en silencio total, había cabos sueltos aun.
-El refugio-
-Quizás no es el mejor lugar para descansar pero ahora tenemos que hacerlo.- Al regresar al refugio, ambos rubios se sentaron al calor del fuego mientras cuidaban la entrada y con Sarada y Sabaku aun inconscientes, tendrían que esperar lo mejor.
-Lo sé, lo sé.- Bolt volteo a ver a la Uchiha de la cual él estaba muy preocupado por su condición e incluso sintiéndose mal por no haber actuado.
-¿Pero qué hacían ustedes por este lugar?- Preguntó Shina esperando una explicación y poder juntar las piezas del rompecabezas.
-La Sensei fue con el Hokage para una misión de escolta con el señor feudal y creíamos que sería una misión sencilla pero al llegar vimos que era una trampa, muy tarde lo pudimos ver pero tratamos de mantenerlos a raya. Vinieron muchos más y la Sensei...ella...maldición ¡Es mi culpa!- Bolt golpeó el piso con fuerza molestó, aun no se perdonaba lo que él consideraba su cobardía y su indecisión, se sentía humillado.
-Si tan solo la hubiera salvado quizás ella estaría con nosotros.- El Uzumaki se mordía el labio queriendo tirar su tranquilidad por la ventana pero Shinachiku no le iba a permitir eso tan fácil, después de todo, él conocía ese tipo de desesperación.
-Tú Sensei es una persona muy fuerte y valiente, apuesto que ella está bien y además no abandonaría a tres chicos solos por estos lugares y más con esa clase de enemigos. Yo te prometo que vamos a encontrarla, de veras.- Shina le regaló una sonrisa cálida posando su mano en el hombro de Bolt y hubo una especie de conexión entre ambos y Shina sentía algo en Bolt que le recordaba a su difunto hermano y sentía la necesidad de protegerlo.
-Mmm... ¿Dónde estoy? Mi cabeza... ¿Qué pasó?-La voz de la Uchiha se escuchó en la cueva aun con la mirada borrosa, la joven de lentes lentamente se paraba tocándose la cabeza, Bolt se acercó a ella aliviado de verla despierta.
-¡Sarada! ¿Estás bien? ¿Puedes levantarte? ¿Me escuchas?- El Uzumaki tomo a Sarada de los hombros agitándola un poco.
-Dios Bolt, tu voz es inconfundible si me lo preguntas.- Sabaku también estaba despertando y lo hacía a su manera regañando a Bolt mientras este intentaba pararse, Sarada por otro lado al ver la fogata tuvo una reacción algo nerviosa separándose de Bolt recordando el fuego de la explosión.
-Tranquila Sarada, estamos a salvo.- Bolt y Sabaku trataron de calmar a la Uchiha quien estaba muy confundida por la situación.
-¿Dónde estamos? ¿Qué pasó con esos sujetos? ¿Y quién eres tú?- Sarada miro al rubio de ojos verdes sorprendida mientras reincorporándose y levantándose.
-Cálmate Sarada estas muy nerviosa, relájate por favor.- Sabaku calmó a su amiga posando su mano en el hombro de Sarada, mientras Shinachiku miraba la situación y la actitud de la chica haciéndole pensar muchas cosas.
"No se parece en nada a su padre ni a mamá pero...tiene las mismas expresiones que la tía Karin"
-Me alegro que estén despiertos pero deberían descansar ahora, estuvieron a nada de encontrarse con la muerte por medio del fuego, es una suerte que pasaba por aquí y vi el escándalo que esos sujetos habían hecho.- Shinachiku se levantó limpiándose las manos por el polvo, Sarada se le quedó viendo, estaba sorprendida de como un shinobi los había rescatado, pensaba que no había nadie que los salvara.
-¿Nos salvó? Pero también tengo la duda de quién eres.- También expresaba su punto de vista Sabaku de brazos cruzados, Bolt sentía que sus amigos estaban desconfiando de él y tuvo que intervenir.
-Ustedes sí que son desconfiados, déjame que los presente. Chicos él es...este...uhmmm.- Un silencio incomodo se hizo presente en el refugio y los tres Gennin y Shina no mencionaban nada.
-¿No sabes su nombre verdad?- Lo evidente hizo que Bolt se avergonzara y dando una sonrisa mientras buscaba o intentaba recordar el nombre, cosa que jamás supo.
-Tarado.
-Es mejor que yo me presente Bolt pero gracias por tu amabilidad.- Decía Shina acercándose a él mientras acariciaba su cabeza con mucha seguridad.
-Mi Nombre de Shinachiku Kodoku y soy un ANBU de inteligencia en una misión pero creo que ya cambio la situación.- Dijo con mucha educación y con una historia creíble, para ser honesto consigo mismo, era lo mejor que se le había ocurrido mientras Sabaku y Sarada analizaban cada palabra del rubio a su manera.
-¿Un ANBU? Pero no tienes el uniforme clásico.- Sarada lo miro de arriba abajo y era cierto, no se parecía en nada, Shina tuvo que pensar en algo rápido ante la agilidad de deducción de Sarada.
-Es que era una misión encubierta, no puedo estar todo el tiempo con ese uniforme, Sarada Uchiha.- La azabache se quedó en silencio acomodándose sus lentes y mirarlo con una expresión idéntica a su padre.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-El símbolo en su espalda la delata y es muy difícil que alguien no sepa que eres una Uchiha.- Shina pudo ver el chaleco de la Uchiha y dicho símbolo mientras ella no tenía nada que refutarlo, no por el momento.
-Oh ya veo.- Dijo la Uchiha de brazos cruzados observando a Bolt y a Shina de reojo por alguna razón.
-¿Y usted conoce a Bolt?- Pregunto Sabaku mientras su compañero de equipo volteaba a ver a Shina.
-Claro, supongo que no les has contado ¿verdad?
-Jejeje no pensé que te volvería a ver.- Se excusaba Bolt con una sonrisa y como siempre, Sarada quería saber el meollo del asunto que ocultaba su compañero de equipo.
-¿De qué hablan?- Sarada jaló el brazo de Bolt para que no le ocultara ningún secreto ya que ahora como equipo tenían que contárselo todo.
-Ya se los contaré en algún momento, lo prometo- Decía Bolt para no hacer que su amiga soltara su conocida furia contra él.
-Es lo mejor, por ahora tendremos que estar en esta cueva unos días, tengo el presentimiento que esos jinetes nos van a buscar- Shina aun veía como la lluvia era intensa mientras Sarada puso una cara de preocupación, su madre había sido alcanzada por el fuego de esa explosión y tenía miedo de que fuera peor de lo que creía.
-Descuida Sarada, vamos a ir por ella te lo prometo.- Bolt interrumpió sus pensamiento para hacerla sentir mejor, él compartía su sentimiento de preocupación pero gracias a las palabras de Shina lo conseguirían juntos.
-Gracias Bolt por cierto toma tu chaqueta.- Sarada se acordó de que el rubio uso su chaqueta como apoyo a su cabeza y la recogió para entregársela pero Bolt la rechazó.
-No quédatela, hará algo de frío por la lluvia y la necesitas mejor que yo.- El Uzumaki rio pensando que había hecho lo correcto, Sarada por otro lado...
-Eres un tarado, te vas a resfriar y no estaré ahí para escuchar tus quejidos y estornudos.- Aun con el regaño incluido Sarada se puso la chaqueta y le dio la espalda al rubio mientras Shina observaba, sentía que había visto eso antes.
-¿Son así siempre?
-En los pocos días en los que he estado con ellos: sí.- Contestaba de forma sería Sabaku pensando en lo que vendría después, ¿Cuál era el plan? ¿Qué podían hacer ahora? Shina tendría que hacer unas cosas primero.
-Muy bien, es momento de que descansen.- Dicho esto Shinachiku con un pie afuera de la cueva buscaría algo más que simplemente problemas, Bolt se percató y se puso enfrente de él.
-¿Te iras de nuevo?
-Iré a investigar un poco más, además de conseguir provisiones, mientras tomen esto.- Shina le entrego más de unos veinte sobres de carne seca a Bolt mientras el rubio más joven arqueaba la ceja incrédulo.
-Cargo con unas siempre. Sarada estas a cargo.- Shina ya afuera de la cueva se disponía a marcharse pero Bolt no se quedaría con la palabra en la boca.
-¿Qué? ¿Pero porque?- Pregunto algo desafiante antes de que Shina partiera y estuviera más lejos, la actitud del ojiverde cambió radicalmente.
-Porque así evitara que tú me sigas como hace un momento cuando te pedí que no lo hicieras.- La expresión de Shina era de seriedad y de preocupación legítima, después de la tragedia personal que tuvo que vivir no iba a dejar que alguien más sufriera, Bolt dio un paso atrás aun molesto.
-No tardare, lo prometo.- Con eso Shina había emprendido el viaje solo en búsqueda de información, el equipo siete comenzó a tener sus dudas en Shina pero era con quien podían confía ahora.
-Ese sujeto es algo extraño.
-Pero sensato, es lo mejor que podemos hacer ahora y esperar a que esos tipos no nos persigan.- Decía Sarada sentándose de nuevo y pensando sus siguientes pasos.
-Shinachiku... ¿Por qué ese nombre me suena de algún lado?- Bolt miraba la lluvia atraído por el nombre del rubio ojiverde.
-Es un ingrediente del ramen, ¿Sera por eso?- Dijo Sabaku acertando de nuevo a la pregunta.
-Quizás.- Mientras Bolt y Sabaku pensaban sobre su salvador, Sarada quería adelantárseles y pensar más allá de las apariencias como su madre le aconsejaba.
"Algo me dice que él no es quien dice ser y por alguna razón se parece al Hokage, debo estar loca para pensar algo así"
-¿A dónde iremos a conseguir las provisiones muchacho?- Mientras lejos del equipo Siete, Kurama conversaba abiertamente con Shina quien volvía a donde se había enfrentado a los jinetes con sus cuerpos aun ahí, tenía una suposición.
-Supongo que la división de esos jinetes tenía un campamento cerca y por donde estaban bloqueando el paso no está muy lejos.- Shina fue más lejos de donde lo habían emboscado y para su sorpresa, había unas tiendas de campaña a lo lejos.
-Qué te dije Kurama, deberías de confiar más en mi Dattebayo.-Decía Shina encaminándose rápido para coger las provisiones que tenían ellos y de pasó saber cuál era la situación.
-Tratare muchacho si no mueres antes.- Las palabras de Kurama rondarían en la mente de Shina por un buen tiempo, ambos estarían juntos para poder salvar no solo su futuro, sino el futuro de este tiempo de una amenaza más grande.
-Futuro alterno-
-Sakura-chan...Shina....él.- Naruto aun abrazado a su amada mujer balbuceaba con temor, Sakura podía sentir el cuerpo del rubio temblando separándose un poco de él y mirándolo a los ojos levantándole el rostro.
-¿Dónde está nuestro hijo Naruto? Dímelo por favor.- La ojiverde sentía algo de temor a la reacción de Naruto, le comía la angustia de saber dónde estaba su hijo mayor, quería verlo y abrazarlo. Naruto suspiro y trato de explicarle la situación sin embargo algo ocurría a la tienda de Sakura, incluso algunos insultos, el rubio no podía concentrarse.
-¿Qué está pasando afuera?- Naruto soltó a Sakura con delicadeza para salir de la tienda solo para que su enojo volviera a crecer al ver a toda la Alianza Shinobi sorprendida y con una mirada de enojo y para el rubio estaba justificada.
-¡Maldito bastardo!- El grito de Naruto llamó a todos la atención mientras se cambiaba a su forma de estado Biju con un Rasengan abriéndose paso entre los shinobis de la aldea para lanzar su ataque solo para ser detenido por Kakashi y por Shizune con mucha fuerza, lo que Naruto estuvo a punto de atacar era la imagen del líder de Akatsuki.
-Espera Naruto, no es el verdadero es solo una proyección.- Kakashi trataba de hacer entrar en razón al rubio mientras la imagen de Pain lo observaba sin preocupación, la Alianza no podía decir lo mismo.
-No esperaba menos de ti Naruto, sabía que te levantarías de las cenizas. Veo que la Alianza aún se mantiene en píe, aun cuando hemos cazado uno por uno, exterminando a aquellos que se nos oponen, veo que les has metido en la mente la palabra: esperanza.- La voz de Pain reflejaba frialdad y sorprendido de aun ver a los shinobis luchar contra un destino que él había pronosticado como el fin de la alianza.
-Pero incluso la esperanza muere, con el tiempo la desesperación, la angustia, el dolor aumentara en cada uno de ustedes.- Observaba Pain a Naruto aun molesto y a cada shinobi con preocupación e incluso algunos cuestionándose sobre esta misión suicida.
-Le doy solo una oportunidad, de bajar las armas y de jurarme su devoción, así se podrán ganar mi piedad, de no ser así...da por hecho de que los cazaremos a todos y no dejaremos a ninguno con vida.-Las palabras del líder de Akatsuki eran tan reales como sus acciones pero más la oferta de perdónales la vida pero los Kages sabían que la promesa de una "salvación" sería un vil engaño.
-Tú tienes algo que yo necesito para rehacer este mundo y lo quiero a como dé lugar.- Pain se dirigió a Naruto mientras mostraba la mitad del pergamino sustraído de la bóveda del monte de los Hokage.
-Este es mi mensaje para la Alianza: ¡Entrégueme el pergamino y todos serán salvados!...Sino los condenare al dolor eterno.- Nagato arrugaba el pergamino con fuerza dando su sentencia final no sin antes darle un pequeño mensaje a Naruto.
-Salúdame a tus hijos Naruto, en especial a Orenji.- Ese comentario fue la gota que derramo el vaso, Naruto quería matarlo enfrente de todos cuando la proyección de Pain se había disipado.
-¡Miserable!- El rubio se había liberado de Kakashi y de Shizune para intentar lanzarse a la proyección, el ninja que copia tuvo que interponerse en su camino con su Sharingan activado.
-¡Cálmate Naruto! ¿No ves que es lo que quiere? Te está llevando a una trampa, este ataque a la fortaleza lo hizo para que estuviéramos vulnerables todos y matarte en el momento menos pensado. Tenemos heridos y los médicos están haciendo un doble esfuerzo, tenemos que pensar las cosas antes de actuar.- Kakashi ya no lo soportaba más, esta actitud de Naruto era muy egoísta de su parte y si era necesario lo iba a poner en un Genjutsu.
-¿Ya olvidaste como murió tu hijo? ¡Por esa actitud que estas mostrando! ¿Quieres que más vidas se pierdan? ¿Quieres que el sacrificio de todo el clan Hyuga sea en vano? ¡Cuantos más tienen que morir para que entiendas! ¡Cuántas familias tienen que sufrir por la pérdida de un ser querido!- El albino se mantenía firme ante un Naruto con una expresión de enojo pero su cuerpo quería moverse mientras el sentido común solo le decía: detente.
-¿Acaso no ibas a proteger a la aldea? ¿Al mundo Shinobi? ¿Acaso lo prometiste hace años? ¡Entonces piensa con la cabeza fría y date cuenta!- Naruto sentía como las palabras de Kakashi se metían a su cabeza haciendo recuento de todas las vidas perdidas a lo largo de la gran purga, enfriando las cosas en su cabeza y volviendo a su estado normal. Sakura había visto con mucha angustia la actitud de Naruto, no era como lo recordaba, estaba perdido en la rabia e impotencia y no pudo más con eso, también alejando a la gente pudo llegar hacía él para abrazarlo por la espalda recargando su cabeza en su espalda.
-Perdóname Naruto por alejarme de ustedes y por creer en falsas promesas, por transformarte en algo que no eres, perdóname por ser la culpable de tu sufrimiento, perdóname- Sakura sentía la respiración del rubio tranquilizarse pero no era suficiente para ella, comprendía que todo el daño era por su decisión llorando en silencio mientras Naruto lentamente tomó las manos de la ojiverde, no quería que se apartara de su lado, no de nuevo.
Kakashi tomo la palabra nuevamente pero para dirigirse a todos los shinobis presentes, tenía el mensaje pero tendría que escoger bien sus palabras ante una situación delicada.
-Escuchen todos, sé que la situación es muy difícil ahora: Las aldeas han sido tomadas, los escondites se agotan y los shinobis siguen murieron ante esto pero si nos rendimos ahora, Akatsuki nos va a destruir a todos. Hemos perdido familia, amigos, maestros y mucha gente honorable, sus sacrificios no pueden ser en vano, estamos solos ahora y solo podemos mantenernos juntos y luchar.- Kakashi esperaba que los shinobis hablan, quería escucharlos, quería saber sus frustraciones y no se molestaría si no quisieran continuar más con esto, Gaara se levantó junto con Temari del suelo y se acercaron a Kakashi para ponerse a su lado.
-Suna estará siempre con Konoha, si eso nos lleva al final de nuestros días.- Gaara mantendría su compromiso no solo con la aldea de la hoja, sino con su amigo, ambos se darían la mano y se apoyarían ante todo.
-Kumo no se va a quedar con los brazos cruzados ante esto, somos más que ninjas de diferentes países, somos hermanos al final.- Darui clavó su espada al piso en señal de apoyo a Kakashi mientras Choroju junto con Mei se ponían de lado izquierdo de Kakashi levantando su espada al cielo.
-Las olas van a romper con los planes de Akatsuki muy pronto.- El Mizukage estaba listo para todo con tal de proteger a su aldea y a las aldeas vecinas, Kurotsuchi bufó ante la cursilería del Mizukage pero supo que tenía razón, no era una opción, era estar juntos más que nunca.
-No tenemos nada que perder, mucho hemos perdido, Iwa siempre estará ahí para responder.- La Tsuchikage fue directa sin algún discurso emotivo pero se entendía, todos los shinobis sintiéndose motivados por las palabras de los Kages, reuniéndose y listos para seguir luchando hasta el final. En el proceso se estaban escuchando como los árboles se movían y de cómo la tierra se movía directamente hacia ellos.
-¿Qué es ese ruido?-Kurotsuchi se dio la vuelta al escuchar como ese ruido se acercaba más a ellos, todos preparándose para un segundo ataque o atentado.
-Es una marcha.- Kakashi sacaba su kunai y poniendo a Shizune detrás de él mientras los árboles se movían, para su sorpresa de todos los shinobis, unos estandartes aparecieron con un símbolo completamente diferente y los que llegaban poseían armaduras de color plateado con algunas mascaras.
-Sentimos mucho la tardanza pero teníamos que cruzar las llanuras.- Enfrente de la Alianza Shinobi, llegaba un viejo amigo suyo y un aliado importante.
-¿El país del hierro?- Shizune se quedó sorprendida al ver el símbolo de los samuráis en las banderas aferrada del brazo de Kakashi.
-Creí que los samuráis nos habían abandonado.- Shikamaru apagó su cigarro al ver a los samuráis nuevamente, había pasado mucho tiempo de que no habían tenido comunicación con ellos y pensaron que los habían dejado.
-Disculpe por eso Shikamaru Nara, no los abandonamos.- El líder de los samuráis acaricio la empuñadura de su Katana con una sonrisa mientras de la nada, muchos más samuráis aparecían, todos con el símbolo del país del hierro pero con un símbolo personalidades y diferentes armaduras samurái dejando a todos atónitos.
-Las diferentes familias samuráis. Todas unidas por nuestros hermanos shinobis y contra un enemigo en común.- El líder de los Samuráis y unificador de las familias samuráis, Mifune, había traído a mucho más guerreros para ayudar a la Alianza solo que necesitaba tiempo para poder llamarlos a todos. Kakashi se sintió muy aliviado al ver el compromiso de los samuráis y supo que la esperanza había vuelto.
-Por cierto, encontramos a un shinobi muy herido en nuestro camino pero pudimos ayudarlo a curarse.- Mifune llamó a dos samuráis quienes tenían cargando en sus hombros a un ninja por todos y más para Lee y TenTen.
-¡Neji!- La experta de las armas aparto a todos de su camino e incluso a los samuráis para abrazar al Hyuga quien estaba muy cansado y recuperándose por las heridas.
-¡Auch! Eso duele TenTen.- Aun cuando Neji intentó hacer entender a su amiga que no fuera tan ruda con su abrazo, TenTen no le hizo caso alguno y lo abrazo con más fuerza.
-¡Eres un tarado! ¡Nos tenías preocupado a todos! ¡Creí que me dejarías viuda!- Decía completamente feliz la castaña mientras Lee se unió con ellos.
-¡El equipo está completo nuevamente!- Decía Lee con mucha emoción y orgullo y entre las quejas de TenTen y Neji, las cosas parecían mejorar, los samuráis también traían medicinas, equipo médico, comida, agua y más armas para los shinobis, la alianza sentía un segundo aire gracias a los samuráis pero aún mejor: Naruto tenía una luz de esperanza en su persona.
-Sakura-chan...te he perdonado todo este tiempo ¿Lo sabes?- Las palabras del rubio le llegaron al corazón a la pelirrosa quien lo abrazo con más fuerza, notó que el Hokage se había dado la vuelta para tener a Sakura frente a frente mientras el rubio acariciaba la mejilla de su amada.
-No te fallare de nuevo Sakura-chan, lo prometo-
-Ahora dime Naruto...¿Dónde está nuestro Shina?
-El Presente-
-¡Oigan, veo un hombre a lo lejos!- En la gran muralla del palacio del señor feudal por órdenes del mismo sus mejores hombres custodiaban las puertas y sus alrededores aun con la lluvia en el país del fuego cuando uno de los guardias observo que a paso muy lento un hombre cargando algo mientras el resto de los guardias lo observaban sin ver quién era.
-¡Vamos, no se confíen ni nada, puede ser el enemigo!- Cuando el vigía enfoco su mirada mejor, noto que el hombre que iba caminando tenía en su frente su banda de la hoja
-Tienen el símbolo de Konoha, bajen cinco.- Los cinco guardias bajaron de la muralla mientras otros dos abrían el mecanismo de la puerta lentamente y de los cinco soldados del señor feudal otros diez estaban detrás de ellos listos por si era una trampa; la puerta al abrirse por completo lograron contemplar lo que sería una imagen muy impactante para ellos.
-¿Pero qué demonios?- Uno de los soldados no dejaba de ver al shinobi de cabello albino con muchas heridas en su cuerpo y cubierto de sangre pero también lo que cargaba con él o más quien a quien cargaba, un rubio inconsciente con manchas de sangre en toda su ropa y una enorme herida en el pecho. Kakashi Hatake tenía cargando a Naruto con pesadez por las heridas de su cuerpo al punto del colapso.
Continuara...
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