Capítulo 25.- Decisiones dificiles
-Futuro alterno-
-Cuando supimos que Konoha fue atacada, supimos que era cuestión de tiempo para que la guerra llegará pero jamás pensé que se convirtiera en una matanza.- Mifune, el líder de los samuráis estaba sentado junto con los Kages en la tienda de reuniones mientras dejaba su espada en la mesa acompañado por dos generales de las familias samurái.
-¿Entonces Akatsuki es más poderoso que antes?
-Sí, nuestros intentos de vencerlos han resultado infructíferos. Son más fuertes que en ocasiones anteriores y por lo que deben escuchar a cada pelea en la que nos enfrentamos perdemos shinobis.- Decía Kakashi tomando la palabra en primera instancia, recordando las múltiples batallas desde el inicio del conflicto.
-Nuestra mejor oportunidad en estos momentos es ir a una tierra donde tengamos la ventaja por unos días, nuestros refugios se acaban y acaban de destruir el más grande, literalmente estamos corriendo como venados asustados.- Darui no podía admitir que estaban perdiendo una guerra que parecía que podían ganar.
-Nuestra alternativa propuesta por el Hokage, la cual nos sorprendió a todos ir un antiguo refugio en Konoha.- Gaara retomó una idea que su amigo había dicho, llevándose las miradas llenas de duda por parte de los demás Kages.
-La aldea de la hoja es la zona más peligrosa por el momento, los pocos espías que han sobrevivido saben que se encuentra todo Akatsuki, entrar sin quien nos detecten es un plan suicida. – Kurotsuchi siempre fue una opositora a muchas cosas que el Hokage proponía aunque en esta ocasión tenía las bases para no aceptar esa idea.
-Aunque ha sido la única propuesta hasta el momento, comparto la preocupación de la Tsuchikage.- Chojuro respaldó a la mujer de Iwa y más cuando ni siquiera combinando el poder de los Kages del pasado y presente, pudieron ganar.
-Pero es la mejor opción que tenemos, lo que pasó en Kiri fue un desastre y no quiero arriesgar vidas inocentes en Suna y Kumo. La otra alternativa es ir a Iwa pero el trayecto es largo y muchos ninjas están cansados.- Mei como consejera de Chojuro daba otras alternativas, mientras los Kages expresaban sus preocupaciones, Mifune le susurró algo a uno de sus generales para buscar algo.
-Comprendo. Las familias Samurái hemos discutido sobre esta situación mucho antes de nuestra llegada y pensamos que hay un lugar ni Akatsuki puede encontrar. ..General Takeshi, por favor.- El general Takeshi regresó con un mapa en sus manos para ponerlo en la mesa al desenrollarlo.
-Nosotros lo llamamos: la isla de hierro.- El general señaló una isla muy alejada de las fronteras de Kiri, esto sorprendió a todos los Kages dejándolos pensar.
-Nunca he escuchado de esta isla.- Dijo el albino mirando el mapa, tratando de usar su Sharingan y copiar la ruta pero el general samurái con un toque elegante volvió a enrollar el mapa antes de que eso pasará
-Ningún shinobi lo sabe Sexto Hokage, esta isla es de territorio samurái y solo nosotros sabemos el camino, no será un paseo por el rio pero es la ruta más segura ante su situación.- Dijo el general volviéndose a sentar a lado de su líder. Mifune esta vez mirando a su segundo general, más experimentado que Takeshi: El general Kaito.
-El plan es evacuar a los heridos, usar navíos señuelo para despistarlos en caso de que se lleguen a enterar de nuestro plan, sí tenemos suerte podremos desviar su atención pero debe hacerse en la noche. Las rutas ya están hechas y podremos tener a nuestra disposición barcos.- Expresó el general con gran experiencia, los Kages podrían agradecer que los Samuráis venían con un plan ante las pocas opciones que les quedaban pero había algo que les preocupaba.
-¿Séptimo?-
Las miradas de todos cayeron en el rubio que estaba más callado que una tumba, pensando y metido en sus pensamientos, mirando al vacío, no pareciera que estuviese escuchando. Su mirada se enfocó a Mifune mostrando un parpadeo discreto.
-Necesitamos su opinión entre este conflicto, la vida de sus hombres y mujeres dependen de la decisión.- Mifune fue directo, sin titubeos ni medias tintas pero el rubio no se quitaba de encima las palabras de Nagato en esa proyección.
“Entréguenme el pergamino y recibirán salvación…o sufrían las consecuencias”
-¿Cuándo partirán?- Naruto habló con seriedad, respuesta concreta a la petición del líder de los samuráis.
-Contando provisiones y equipo médico, cinco días como máximo.-
-Más tarde- Tiende de Naruto Uzumaki-
-Es una locura Naruto ¿Enserio quieres evacuar a todos pero tú quedarte e ir a Konoha sólo?- Kakashi estaba incrédulo ante las palabras del Hokage tras la reunión, el rubio estaba caminando de un lado a otro como fiera mientras el albino trataba de hacer entrar en razón.
-Kakashi tiene razón, es una idea suicida. Todos los Kages los enfrentaron y Tsunade-sama y los otros murieron, no puedes estar hablando enserio.- Shizune no estaba creyendo en las palabras del rubio.
-Si lo haces la gente pensará que eres un cobarde.- Shikamaru fue mucho más concreto, haciendo que el Hokage detuviera su andar y ver a sus ninjas de confianza.
-Entiendo lo que me quieren decir los tres pero Nagato me quiere a mí, sólo a mí y voy a enfrentarlo por mi cuenta, por eso les pido a los tres, en los que más confió que acaten mi decisión.- El ojiazul les decía su motivo, sentía el peso de todos en sus espalda y no quería fallar de nuevo. Además de una venganza personal por la muerte de Orenji y la desaparición de su hijo mayor.
-Esta es quizás mi última oportunidad, no voy a permitir que más vidas se pierdan por mi culpa, yo enfrentaré a Akatsuki. En cinco días los quiero a todos en los barcos y…
A la tienda entró cierta pelirrosa con una cara de seriedad, Shizune y Shikamaru se hicieron a un lado mientras Kakashi se ponía detrás de Naruto dejando a la ojiverde enfrente del Hokage
-Sak…
La mujer abofeteo al rubio enfrente de todos creando el ambiente más tenso y con una expresión de molestia pero sus ojos estaban brillosos y su mano roja como la mejilla del rubio.
-No…no puedo creer lo que estoy escuchando…Naruto… ¡Acaso no te das cuenta! ¡Él cuenta con eso, de que iras sólo a pelear! ¡¿Acaso ya olvidaste como murió nuestro hijo?! ¡¿Lo recuerdas?!- La espina que la kunoichi tenía clavada en su corazón no podía ser removida, como madre aún sentía esa impotencia de no poder salvar a uno de sus hijos.
-¡Nuestro bebé murió a manos de ellos! ¡Ya perdí a Orenji y Shina no aparece! ¡No quiero que nadie más se vaya! Por favor Naruto, reconsidéralo, tu corazón aún está débil y necesita estas malditas píldoras para que sanes al cien por ciento.- Sakura mostraba el frasco de píldoras mejoradas para tratar el problema cardiaco del Hokage, la ojiverde estaba al borde del llanto.
-Tiene razón Naruto, no podemos arriesgarnos así. El plan de los samuráis es lo más seguro, incluso si Akatsuki ataca podremos distraerlos.- Shikamaru habló como amigo, ya era un problema luchar cuando estaban al cien por ciento de sus capacidades y ahora con el problema del Hokage actual, sería peor.
-Tienes que escucharnos, esta puede ser la última oportunidad.- Shizune buscó que el shinobi entrará en razón.
-Los entiendo…es solo que…
-Naruto, Nagato no es el mismo con quien trataste, es otra persona y sus motivaciones diferentes. No podremos ganar, no en esta condición.- Kakashi habló con sabiduría y Naruto se quedó callado y no mostrarse impulsivo o terco, dándole una palmada del albino y salir de su tienda con una mirada cansada.
-Gracias por sus palabras…necesito aire fresco.
Todos viendo como el Uzumaki estiraba los brazos y se alejaba para poder pensar y refrescarse un poco, pero los tres ninjas de mayor confianza del Hokage estaban preocupados.
-Eso pudo salir mejor, Ahora debemos hacer el plan de evacuación.- El Nara prendió un cigarro para liberarse de la tensión.
-Es lo mejor Shikamaru, por el bien de todos y aunque el Hokage no quiera.- La kunoichi azabache tomó una silla para empezar a planear la situación a detalle.
-No es que no quiera Shizune, es que él quiere terminar con esto porque de alguna manera cree que él la causo.- El sexto entendía al rubio, por todo lo que le causaron, está vez Akatsuki llegó lejos y mientras hablaban, Sakura discretamente salió de la tienda con las píldoras del corazón de su esposo en mano, caminando con una expresión de seriedad.
-No voy a permitir que nos separen de nuevo, no está vez Naruto. Tendré que hacerte entender que no voy a dejar que nadie me puede separar de ti ni de mis hijos, ni siquiera tu terquedad- La pelirrosa caminó hacía la tienda médica, ella tenía que hacer algo para hacerle entender a su marido la situación y lo que es mejor para todos, quiera o no.
-Guarida de Akatsuki – Konoha-
-Maldita sea, ya los teníamos ahí mismo ¿Por qué Nagato pidió que no atacáramos?- Preguntó Deidara haciendo aves de arcilla en uno de los sillones de lo que antiguamente era la oficina del Hokage, mostrándose aburrido.
-Debe ser algo importante Deidara, no comas ansias.- Respondió Sasori reparando su marioneta especial tras el combate contra Sakura con deseos de venganza en contra de ella.
-Pero tiene razón, pude al menos hace dos sacrificios ahí.- Hidan terminó de afilar su guadaña con una kunai más impaciente que él rubio de las explosiones
-Hidan, cierra la boca por favor y trata de mantener su religión bajo perfil ahora.- Kakuzu estaba sentado en el borde de la puerta mirando el paisaje tranquilo de la aldea, cosa poco común en él.
-¿En qué piensas Itachi? Has estado callado, más de lo acostumbrado.- El shinobi de Kiri miró al último de los Uchihas meditar y dejando ver su chakra mejorado gracias al poder de las bestia de cuatro colas, hasta que abrió los ojos mirando la entrada.
-Ya vienen.
Ahí fue que Nagato entró junto con Yahiko, con mucha seguridad y con toda la calma del mundo y los miembros de Akatsuki queriendo una explicación de la súbita retirada, en especial Deidara y Hidan.
-Sé tienen muchas preguntas y supongo que quieren que les una explicación sobre lo que pasó. -La verdad es que…encontré el pergamino y al muchacho.
Las noticias fueron impactantes para bien entre los miembros de Akatsuki, parecía que todo estaba acomodándose acorde a lo planeado pero había más información.
-Está en otra línea de tiempo, una donde puedo sentir caos y guerra. Esta es la oportunidad que esperamos, solo falta una cosa: La otra parte del pergamino.- Nagato sacaba el pergamino que tenía con el poderoso Jutsu a la mitad.
-¿Y cómo haremos eso?- Preguntó Deidara interesado por el método a seguir.
-Orochimaru…tráela.-
El Sannin traidor entró como siempre desde la sombras a su lado una mujer pelirroja con la maldición del Edo Tensei quien debía seguir las órdenes de la serpiente, mostrando a los miembros de Akatsuki algo de curiosidad aunque Itachi tenía una idea de quien era.
-Les presento a nuestra carta de victoria…Kushina Uzumaki.- Nagato le hizo avanzar a la mujer para quedar enfrente de todos los miembros, algunos sin cuestionar el método del Sannin.
-¿Conque jugando con el Edo Tensei verdad Orochimaru?- El rubio del arte explosivo se expresó de manera burlona del arte del Sannin.
-Está es una versión mejorada del Jutsu Deidara. No necesitas un cuerpo de otra persona para que su alma renazca en ella, es un molde nuevo que conserva sus habilidades y memorias. El Rinnegan en su ojo que le metí le hace peligrosa pero Nagato se encargó de que ella no puede liberarse, siendo un arma peligrosa.- Explicaba la serpiente sobre la situación de Kushina.
-Jugar con los muertos es algo despreciable, incluso para mí.-El lado religioso de Hidan salió a la luz mirando a Kushina con algo de asco por el uso de aquel Jutsu.
-Son unos…miserables…Si le hacen daño a mi hijo…
-No estás en posición para amenazarnos, ten suerte de que Orochimaru haya sido considerado para dejarte hablar-Nagato calló a Kushina con un golpe de autoridad. Ahora el siguiente paso del plan debía ser revelado.
-Él vendrá a nosotros. Quiere algo que nosotros también, es hora de dar el último golpe…finalmente nuestros esfuerzos verán resultados. Prepárense para acabar con esto...
Nagato no pudo hablar y todo miembro de Akatsuki también se puso en alerta al sentir un chakra familiar, Kushina podría sentir que algo venía a una gran velocidad y de la nada el techo de la torre del Hokage fue destruido con facilidad con un corte muy limpio. Ninguno se movió mirando al cielo y ver volar muchos papeles a su alrededor. Yahiko y Nagato fueron los primeros en ponerse al frente y mirar a aquel ángel observándolos: Un ángel de la muerte.
-Así que estabas escondida…Konan.- Nagato vio en los cielos a la ex integrante de Akatsuki, la una de las huérfanas de la guerra pero portando con orgullo su banda de Amegakure y con una capa distinta de que usaba con Akatsuki.
-Nagato…Yahiko…- La mujer de cabello azul empezó a acumular chakra a gran cantidad, Akatsuki no se veía temeroso pero eso iba a cambiar.
-¡Es hora de que muera Akatsuki!
Continuara..
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