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Capítulo 20.- Un nuevo amanecer

Al día siguiente-

 

Un nuevo día llegó al país del fuego,  el viento sopló de forma apacible y el silencio reinaba, un silencio sepulcral. En la puerta de la aldea escondida entre las hojas aún se encontraban algunos cadáveres tras la gran batalla que concluyó con la caída de Konoha. Las kunais y lanzas clavadas en el suelo como las manchas de sangre de los guerreros caídos.

Los edificios destruidos, las calles llenas de muerte y sangre, en absoluto silencio ante lo que había pasado pero en ese momento se escucharon trotes. Uno de los invasores montado en su corcel, inspeccionando el área, armado con sus flechas y espada por cualquier intento de una emboscadas.  En los tejados se encontraban arqueros preparados por si un enemigo llegaba a caer sobre ellos desde el cielo, los mejores tiradores del ejército.

El campamento de estos soldados estaba lleno de actividad pero todos estaban en posición, firmes y esperando órdenes.  Tres soldados con una expresión de pocos amigos sostenían a Hinata esposada, la Hyuga con la mirada derrotada viendo al piso, tenía miedo, estos sujetos eran más peligrosos que el mismo Madara, quizás una expresión atrevida pero quien más había atacado a Konoha de esta magnitud y realmente ocasionar bajas importantes. Los soldados en eso escucharon el cuerno de su nación y en su caballo iba pasando el temible Hanzo Khan, líder de los jinetes del infierno con nueva armadura y con sus armas bien puestas en su espalda. En su mano derecha llevaba el estandarte de su nación, el país de los caballos.

Con mucho orgullo la elevó al cielo, los soldados muy orgullosos de su poder militar mientras el cuerno seguía escuchándose en toda la aldea, ocasionando que los civiles salieran a ver qué pasaba no sin antes ver que eran escoltados en fila por los soldados. No había queja alguna, no había un intento de insultarles tan siquiera, la moral estaba por los suelos, nadie supo cómo llegaron ni como lograron hacerse del control de la aldea en poco tiempo, soldados profesionales sin uso de chakra pero con un conocimiento de ello tan alto que era lo peor.

Hanzo pasaba por las calles de Konoha alzando el estandarte al mismo paso que sus mejores soldados, orgullosos de su misión y poderío, Hinata caminaba de forma débil, su tobillo no estaba en las mejores condiciones y provocaba que constantemente se cayera, alentando la marcha.

-¡Camina shinobi!- Uno de los guardias golpeó a Hinata en el estómago aumentando el dolor físico de la esposa del Hokage, estaba esposada con grilletes a prueba de chakra y no era conveniente atacar ahora.

La marcha continuó llegando a la plaza principal de la aldea, donde se erigía el monumento a los ninjas caídos en las guerras shinobis, Hanzo se detuvo bajándose del caballo y tocando aquel monumento.

-Guerreros que dieron su vida a su patria serán recordados- Dijo Hanzo en un susurro, dio la orden que uno de sus hombres se encargará de su caballo mientras el ingresaba a un edificio principal: La torre del Hokage.

Acompañado por varios soldados, Hanzo ingreso dando indicaciones a todos ellos, actuando como una sola mente bien organizada. Entrando a diversas oficinas, destruyendo armas y quedándose con algunas, tomando documentos importantes hasta que Hanzo quedó solo mientras sus hombres estaban inspeccionando cada oficina.

-Es la hora de un nuevo amanecer- Hanzo llegó al balcón del Hokage, donde el viento soplaba fuerte, caminó hacia del balcón observando a una aldea reducida a cenizas pero lo que más le importaba era su población, todos los civiles reunidos en el centro de la plaza mirando al líder invasor mientras Hanzo se mantenía de brazos cruzados.

-¿Son todos?- Preguntó Hanzo a uno de sus hombres.

-Si mi señor, son todos.  Algunos están en la enfermería siendo curados por nuestros hombres.- Respondió su soldado haciendo una reverencia.

-¿Y Senju?-

-Aceptó las condiciones impuestas, se rindió ante la situación- El soldados respondió esto mientras que en otro edificio, siendo llevada con esposas en sus muñecas, Senju Tsunade era llevaba por los soldados hacía la prisión que era el único lugar que no había sido destruido. Ella se rindió por voluntad, no hablaba ni decía alguna palabra, como si estuviera en trance, algo estaba pensando pero no podía hacer nada ahora, sentir el chakra del zorro en la espada de Hanzo le hacía ver que ella no sería un oponente para dicho poder, ella pensaría un plan pero hasta ese entonces, ella estaría en la prisión junto a la mayoría de shinobis.

-Perfecto, disparen la bengala.- Hanzo dio la orden y el soldado disparó una bengala de color amarillo al cielo, siendo observaba por todos los civiles observando al temible líder de los invasores.

-¡Gente de Konoha! ¡Les pido su atención!- Habló con voz fuerte Hanzo, mostrando una mirada muy fría, cortante y tétrica, asustando a algunos aldeanos mientras el perímetro era cuidado por sus guerreros con lanzas y espadas al frente.

-Tal vez se han de preguntar ¿Cómo fue que esto pasó? Y la respuesta de simple…Pasó lo que estaba predestinado a pasar.- Hanzo caminó de un lado a otro como una fiera ante su presa.

-Han vivido en el falso paraíso que les han prometido. Han vivido con una venda en los ojos por generaciones…y solo por medio de la guerra lo verán. Observen a su alrededor y vean sus hogares destruidos, ruinas han quedado y su patrimonio destruido. Menos…los de los shinobis.- Hanzo llegó al punto de su discurso incendiario.

-Los ninjas se han adueñado de esta aldea, imponen sus leyes ante ustedes gracias a sus habilidades, se han puesto en lo más alto de la pirámide ¡Les han arrebatado su vida!- El líder de los jinetes fue lapidario, creando enojo en los aldeanos.

-¡Mentira! ¡Ellos han visto por nosotros!- Gritó un aldeano a lo lejos siendo respaldado por los demás, Hanzo río e inesperadamente bajó del balcón a toda velocidad para estar al nivel del suelo y ver a la muchedumbre temerosa. El general avanzo mientras sus escoltas le protegían hasta quedar a centímetros de ellos.

-¿Han visto por ustedes? Les preguntaré algo a todos ustedes algo. ¿Acaso algún shinobi les ha sido honesto?- Una pregunta extraña que hizo que todos enmudecieran.

-¿Acaso algún ninja les ha dicho la verdad de lo que pasa realmente? ¿O viven en una burbuja?- Hanzo habló con mucha pasión y fuego en la sangre. –La verdad es que este no es un mundo lleno de paz, no lo es…Les pregunto ¿Después de la 4ta guerra Shinobi, algo cambio?

Incluso entre los soldados de los invasores estaban preguntándose eso en silencio.

-¿Acaso alguien les dijo por qué perdonaron a un sujeto como Sasuke Uchiha?- Una llaga muy profunda. -¿Por qué perdonaron a un traidor, a un asesino y a un manipulador? ¿Por sus actos en la guerra? ¿Actos que muchos shinobis en el pasado hicieron y fueron sepultados en las arenas del tiempo? Les diré la respuesta…Por poder.

-El Ultimo de los Uchiha es poderoso y Konoha se niega a perder poder, se niega a perder su estatus ¡Se niega a ser débil! ¡Se niega a que las demás aldeas opinen al respecto! ¿Se lo han preguntado?-. El líder de los jinetes fue duro.

-¡La promesa de terminar con la militarización de niños ha sido una mentira y siguen enviando a niños a luchar! Y si se es así.- Hanzo señalo una pila de cadáveres con muchos shinobis muertos, incluso Gennins.- Serán tratados como guerreros, sufriendo su destino.

-El Hokage es débil, les ha engatusado con mentiras. La paz eterna no existe… ¡Y jamás existirá!- Hanzo desenvaino su espada Ryusei y con el poder del Kyuubi lanzó una cuchilla de fuego hacía el monte de los Hokage, destruyendo el rostro del  séptimo poco a poco, siendo una señal de una nueva era.

-La era del shinobi ha terminado…la era de caballo ha comenzado ¡Y todas las aldeas tendrán justicia! ¡Primero sus habitantes! Hoy…y siempre.

Unas palabras y una acción firme, Hanzo Khan mostro el poder que poseía, no solo el de su voz, sino el de su ejército, levantando una bandera de su nación en lo más alto mientras la espada Ryusei seguía emitiendo chakra, algo curioso ¿verdad? Konoha quedo en silencio.

La voluntad de fuego…se apagaría ahora.

 

 

-Guarida de Orochimaru-

.

.

La calma era distinta en la zona, con la única luz de las antorchas bastaba. En la enfermería se encontraba Sakura dormida a un lado del Hokage, el sueño le había vencido pero aun así no se iba a separar de su amigo, su amor clandestino. Algo que en estos momentos no podía expresar por esta situación.

La ojiverde lentamente empezó a despertar, sus esmeraldas lo primero que visualizaron era el rostro del rubio dormido o al menos daba la impresión de estar dormido.

-Buenos días Naruto- La pelirrosa lentamente acarició la mejilla del rubio, sintiendo su calor aun en su estado, sonrió de forma tímida pero buscaba reconfortarse en él.

-Ojala estuvo hubiera sido una pesadilla, aunque el sueño que compartimos es muy lejano ahora.- Sakura se levantó con cuidado, notando que su pierna mejoraba pero necesitaba cuidarse ahora más que nunca.

-¿Está todo bien?- En ese momento una voz le distrajo de sus pensamientos más profundos, aquel ninja rubio de ojos verdes le observaba desde la puerta sin exponer mucho su rostro.

-¿Shinachiku? Lo siento, estaba despertando apenas. En estos momentos veré como sigue el Hokage- Dijo Sakura con toda normalidad y mojando un trapo para la frente de Naruto. Shina en ese momento entró con un plato de comida y dejándoselo en una pequeña mesa.

-Supuse que tendría hambre, las saqué de la bodega, no se preocupe están  frescos los frutos- El muchacho rubio se empezó a alejar, dejando a Sakura encargarse del Hokage.

-Espera, solo un minuto.- La pelirrosa se acercó a él, parándolo en seco y dándose la vuelta, ambas miradas esmeraldas se reflejaban y Sakura sentía algo de tranquilidad. Fue en ese momento que Sakura le dio un fuerte abrazo al joven shinobi, provocando que se pusiera muy nervioso y tenso.

-Gracias por proteger a mis muchachos…no sabes cuánto te lo agradezco, me hubiera muerto de saber que estarían perdidos en estos momentos. Gracias.- La kunoichi sintió la calidez en el pecho del joven, Shina estaba paralizado y no sabía qué hacer. Sus brazos temblaron y no pudo resistir más, dándole un abrazo con todas sus fuerzas, se sentía vivo el joven tras muchas cosas terribles en su vida.

“Muchacho…si sigues así sospechará”

El rubio se separó lentamente de ella, sabía que estaba comprometiendo su verdadera tarea, ya se había expuesto demasiado.

-No tiene que decir eso Sakura-san, lo hice porque era mi deber. Le sugiero que coma. Si me permite, debo buscar algo. Con permiso.- Shina hizo una reverencia a la pelirrosa y ella solo asintió.

-Eres muy educado, tus padres deben estar muy orgullosos de ti.- La expresión de Sakura dejó nuevamente sin palabras del muchacho, simplemente él volteó regalándole una sonrisa.

-Podría decirse que sí. La veré después Sakura-san-

-De acuerdo…Shina.-

El ojiverde se alejó de la alumna de Tsunade sintiendo calor en su pecho y con los ojos brillosos caminando por el pasillo.

-Están orgullosos de mi…mamá- Dijo Shina en una voz entre cortada, dando la vuelta en uno de los pasillo y recargándose en la pared de forma pensativa.-Hace tiempo que no volvía a sentir un abrazo, si tan solo supiera...

-“A veces es mejor dejar las cosas así muchacho, no te aflijas ahora. Recuerda que no puede alterar nada de aquí, aunque tu intervención al salvarlos ya causo eso”- Dijo Kurama tranquilo pero consciente de la situación, Shina se quitó la banda que ocultada la banda del sabio pervertido para evitar más sospechas, sosteniéndola con fuerza.

-Lo se…ahora todo depende de que él despierte y una vez terminando esto. Volveremos a nuestra misión Kurama, solo habrá que esperar.

Shinachiku se quedó ahí, pensando en muchas cosas pero lo más importante es que su corazón empezaba a curarse, lo único que le faltaba era el abrazo de su madre, aunque no fuera de este tiempo.

Mientras Sakura continuaba haciendo chequeos a Naruto pero más calmada, el abrazo que le dio a Shina le había dado fuerzas para seguir adelante.

-Ese chico Naruto, si lo hubieras visto de inmediato te hubiera caído bien, es muy buena persona y debo decir muy fuerte. ¿Puedes creer que puede usar el estilo que Haku alguna vez usó? Aunque…es algo misterioso, jamás lo había visto antes. De seguro por ser un ANBU siempre estaba encubierto.- Sakura hablaba con el Hokage aun inconsciente pero no sabía que esas palabras las lograría escuchar como fuera.

-Mente de Naruto-

-“Vaya…esto es interesante”- Decía Kurama concentrado, siendo capaz de analizar la situación pero había algo diferente, Naruto estaba meditando para no perder el control.

-“Está tratando de despejar su mente. Si supiera lo que ha pasado hoy”- El zorro de las nueve colas solo sonrió. En ese momento sintió un calor inconfundible que hizo que Naruto dejará de meditar.

-¿Sentiste eso?- Pregunto el rubio al sentir dentro de su mente un aire caliente a su alrededor, logrando entrar a su cuerpo causando de forma instantánea.-Kurama… ¿Fuiste tú?- Preguntó el rubio confundido.

-No, fue alguien más pero de alguna forma logro darte algo de chakra, no será suficiente pero al menos podrás alargar más tu vida y con suerte sabrás que pasa afuera.- Dijo el Zorro de nueve colas sintiendo el chakra en el Hokage ¿Qué podría haber sido? Necesitaría pensarlo sin la presencia del rubio.

-Entonces ¿Puedo escuchar lo que dice Sakura-chan? Necesito saber más.- El oji azul se puso nuevamente terco como una mula, Kurama suspiro y creó un nuevo orbe donde podía ver, el rubio no esperó y se puso a observar a la pelirrosa que estaba cuidándolo de él con una paz en su alma pero las ojeras no engañaban a nadie.

-No puedo permitirme esto, está muy cansada y todo por mi culpa.- Se expresó Naruto en un tono de culpa.

No ha regresado Kakashi-Sensei y eso me preocupa ¿Y si lo descubrieron? ¿Y si vienen para acá? No podemos estar expuestos, ojala hubiera ido con él, así al menos estaría segura de la situación”

-¿Se fue Kakashi? Sé que puede protegerse así mismo pero no puede cometer ese tipo de riesgos, debo intentar recuperar más de mi chakra, estoy atrapado en mi propia mente por el momento. ¿Tienes algún consejo para mi Kurama?- Pregunto el Hokage al gran Zorro quien le miró pensando en una respuesta concreta.

-Ninguno que no te haya dicho antes, recuerda que si tú mueres yo muero, es necesario que yo te mantenga aquí por ahora, el que hayas recuperado chakra no significa que puedas despertar. El tiempo lo dirá, mientras tanto puedes ver todo desde aquí. No puedo hacer nada más.- Kurama fue al punto, Naruto no dejaba de ver el orbe, preocupado y temeroso. Sin saber que las cosas en la aldea empezaban a tomar una forma distinta.

-Mientras-

En alguna de las habitaciones del refugio se encontraba el hijo del Hokage, entrenando con unos clones a un ritmo muy forzado, el cuerpo del chico estaba exigiéndose al máximo con ataques más elaborados pero no era su fuerte el taijutsu pero continuaba, incluso intentar una versión mejorada de su Rasengan pero no podía mantener la concentración sabiendo que su familia y amigos estaban en la aldea sufriendo.

Bolt trató de hacer un Rasengan más grande que su mano pero un dolor muscular se apropió en su brazo, haciendo que soltará un dolor fuerte. Sus clones desaparecieron y el joven rubio cayó rendido al piso, una cara mostraba frustración y no dejaba de golpear el suelo.

-¡No es suficiente! ¡No es suficiente!- La rabia se iba apoderar de él hasta que recibió un balde de agua fría haciendo que se calmara. -¡Qué les pasa a los dos!- El rubio vio a sus compañeros de equipo con unas cubetas.

-Fácil, estamos haciendo que pienses con la cabeza por primera vez Bolt. Tienes que calmarte.-Dijo Sarada dejando la cubeta a un lado para reclamarle a su compañero rubio.

-¡Cómo quieres que me calmé Sarada! ¡Dime cómo quieres!- Replico Bolt de forma grosera al levantarse todo empapado.

-¡Anoche acordamos mantenernos calmados y luego te levantas a las 3 de la mañana para entrenar! ¡Acaso no eres considerado!- La Uchiha buscó por medio de la pasión en sus palabras la razón, los dos shinobis se la pasaron discutiendo, provocando que Sabaku suspirara pero estaban probando su paciencia y finalmente pasó.

-¡Los dos quieren callarse por lo menos cinco minutos!- El joven azabache estaba furioso y su voz se escuchó por todo el lugar, llamando la atención de Shina y de Sakura, incluso sintiendo un chakra fuerte. Bolt y Sarada enmudecieron mirándose uno al otro.

-En estos momentos, la aldea está sitiada, no sabemos cuál es la situación y no sabemos cuántos son, lo que sabemos es que nos superaron usando tácticas diferentes y harán lo que sea para acabar con nosotros. Por lo que debemos ser más listos que ellos. Los dos tienen razón, por un lado no nos podemos quedar aquí siempre y esperar a que algo milagroso pasara pero por el otro lado no podemos lanzarnos al ataque sin un plan o sería un suicidio. Así que por el momento debemos permanecer tranquilos sin olvidar las dos caras de la moneda.- Sabaku fue directo, no tomó partido de ningún lado, sus dos compañeros solo asintieron, era el que tenía la razón.

En ese momento la puerta principal de refugio se abría, llamando su atención. El nuevo equipo siete fue corriendo a investigar ¿Acaso el enemigo les había visto? ¿Sería una pelea que tenían todas de perder? Debían saber lo que se enfrentarían.

-Esperen chicos, no es un enemigo.- Shina apareció detrás de ellos como un fantasma, sorprendido a los Gennin de ni siquiera haberlo notado.

-E-está bien.- Dijo Bolt quien estuvo a nada de sacar su kunai, mirando al ANBU caminar hacía las escaleras observando a la persona que iba bajando. Sarada y Sabaku solo enmudecieron.

“¿Cómo fue que no sentimos su presencia? ¿Ocultaría su chakra? Y esa velocidad…al menos esta de nuestro lado porque de ser el enemigo, no tendríamos oportunidad”

 

“Shinachiku…ahora entiendo porque es un ANBU, es un prodigio pero hay algo que no cuadra en esto”

Bajando las escaleras se aparecía Kakashi Hatake cargando a la pequeña Himawari que estaba dormida en sus brazos, Bolt quedo sorprendido dejando caer la kunai.

-¡Hima! ¡Hermana!- El muchacho rubio corrió para abrazar a su hermana, su corazón estaba llena de dicha al verla sana y salva.

-Tranquilo Bolt, ella está durmiendo. Afortunadamente la encontramos junto con tu tía- El albino reconfortó al Gennin mirando de reojo a su clon que cargaba a Hanabi también dormida. Bolt se puso feliz al verla.

En eso la puerta se cerró nuevamente con el sello que tenían para evitar ser localizados pero Bolt seguía buscando a alguien, Kakashi llevó a Hima a uno de los dormitorios seguido por su clon para dejar descansar a las dos Hyuga, el rubio se acercó a la puerta.

-Disculpe Kakashi-San….

-Ellas solo están cansadas Bolt, no te preocupes por eso, hay que dejarlas dormir.- Dijo Kakashi poniendo una manta en ellas pero sabía a donde iba su pregunta, a lo que había mencionado Hanabi antes le generaba conflicto en explicarle al chico el paradero de su madre. Después se acercó a él para tocar su cabeza.

-Bolt, quiero que tú y tú equipo se queden con ellas hasta que despierten. Necesitan encontrar una cara conocida ahora, además tengo que hablar de un asunto con tu Sensei. ¿Puedes hacer eso por mí?- Kakashi le sonrió en su máscara mientras Bolt miraba lo tranquilas que se veían, únicamente asintió.

Al salir el albino para reunirse con Shina, los dos compañeros de Bolt entraron para acompañar a Bolt. Sarada tomó el hombro de su compañero.

-¿Necesitas algo Bolt?-Preguntó preocupada la Uchiha mientras el rubio solo suspiró.

-Gracias Sarada pero…solo quiero saber ¿Dónde está mamá? Es todo.- Dijo Bolt aguantando sus sentimientos, estaba tan feliz de ver a su hermana y tía con vida pero el paradero de su madre para él era un misterio.

-La enfermería-

 

-¿Cómo sigue Sakura?- Kakashi cerró la puerta con Sakura cambiándole las vendas a Naruto.

-No hay cambios Kakashi-Sensei, no la hay nada, sigue en su estado de coma.-Decía la pelirrosa con una expresión serena, aliviada de ver al Sexto a salvo y como trajo a Hanabi con Himawari pero el caso de Naruto era muy difícil.

-Entiendo,  esperemos lo mejor para que despierte. Por cierto, tengo algo que siquiera mostrarte.- Kakashi sacó de su chaleco las instrucciones que los jinetes invasores tenían para dárselo a la pelirrosa. Sakura lo tomo para empezar a leerlo, sus ojos se abrieron como platos y arrugando el pergamino casi al punto de romperlo.

-No puede ser… ¡Tenemos que avisar a Kumo ahora!- Grito Sakura con toda sus fuerzas.  -¡No podemos dejar que otra aldea caiga.

Kakashi le tocó un hombro a su antigua alumna, mostrándose calmado, la pelirrosa no entendía.

-Descuida…yo me encargué de eso.

-¿Cómo?- Preguntó confundida Sakura sin entender las palabras del Sexto, Kakashi no solo había salvado a Hanabi y a Himawari, sino también había mandado un mensaje, uno en caso de emergencias como estas.

-Yamato.

.

.

-Continuara…

En nombre del autor y de la autora de este fanfic les deseamos felices fiestas y un gran año 2020

Continuara…

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