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Capitulo 2.- Entra el shinobi del futuro

Lejos de casa, lejos de su verdadero hogar y en medio de un conflicto que jamás había visto antes, un grupo de shinobis se encontraba lejos de su Sensei y de su hogar, perseguidos como animales por un enemigo jamás visto y no tienen opciones más que esconderse. Pero no están solos, están con un shinobi que aunque ellos no lo saben, él es muy cercano a ellos. Un joven rubio de ojos verdes quien estaba viendo desde la entrada del túnel con preocupación el humo que aparecía en el cielo, difuso en sus pensamientos y sentimientos ahora él tendría que protegerlos en medio del caos pero lo más importante es saber si sus padres pudieron repeler la invasión, un viejo amigo suyo trataría de ver en sus pensamientos.

"¿Estas bien muchacho?"

-No...no lo estoy.-Shina miro de reojo a Bolt y a los muchachos aun inconscientes y sabía su labor pero la duda le estaba comiendo las ansias, mientras tanto Bolt ponía su chaqueta debajo de la cabeza de Sarada como una almohada.

-Creo que están mejor, no sé por cuanto tiempo permanezcan inconscientes pero estarán bien... ¿Hola?- Cuando Bolt alzó la mirada hacía la entrada ya no encontró a Shinachiku por ningún lado y esto le daba una mala espina y se preguntó ¿A dónde había ido?

Lejos del refugio temporal del equipo siete, en el bosque en el que casi mueren se encontraba Shinachiku Uzumaki mirando el panorama desolador que el mundo shinobi estaba viviendo, al borde de una guerra y todo esto le traía la pesadilla recurrente de su futuro, su tiempo, en donde la situación era peor, en ese futuro habían perdido la esperanza, la fe...y la guerra.

"Todo se está repitiendo, nuevamente está pasando. Un ataque sorpresa fue lo que nos desequilibró a todos, un solo ataque causo caos en toda la aldea y fue aquel fatídico día en que todo se perdió para todos nosotros. El día donde mi familia empezó a morir...el día en que estuve solo."

 

-Es un tipo de material diferente a la pólvora, mucho más volátil por lo que veo cubierto de aceite. Eso fue lo que hizo que el fuego se propagara con mucha intensidad y casi los matara de una sola explosión.- Shina tocó el polvo o el poco que había en el suelo en el bosque quemado, era algo que no había visto antes ni siquiera en las armerías de los Shinobis, confirmando sus sospecha de que eran completamente diferentes, uno ejercito sumamente letal y preparado para la guerra; observó en el suelo que las pisadas de los caballos se dirigían a un lugar con gran fuerza y velocidad.

-Las huellas parecen ir de regreso y van hacía la aldea...Eso significa que papá...- El joven rubio no dudo en correr a donde los pasos de los caballos se dirigían, Shinachiku por cada paso que daba recordaba que esto ya lo había vivido y parecía un círculo vicioso en el que estaba destinado a repetir sin importar la situación.

-No... ¡No esta vez!- A cada paso que Shinachiku estaba corriendo, sentía que las esperanzas de salvarlos estaban más cerca pero cuando menos se lo espero el muchacho rubio, una gran lluvia de flechas cayeron por todos lados bloqueando el paso y haciendo que Shina retrocediera sin dificultad, el ojiverde volteó a ver para todos lados sin encontrar nada

-¿Una emboscada? ¿Cómo fue que no la sentí?- Una flecha más casi le impacta en la frente a Shina quien la esquivo a escasos segundos, mientras que de los caminos empezaron a salir los jinetes armados con sus flechas a tirar a matar.

-Pero que tenemos aquí, un shinobi que se nos escapó.- Decía uno de los jinetes sonriendo cargando su arco con una flecha de acero, Shina veía como los invasores formaba un circulo para darle sin escapé, aunque él no lo necesitaría por el momento, solo tendría que ver como estos sujetos actuaban.

-Deben ser de los que estaban en misiones fuera de su territorio.

-No importa, a estas horas lo vamos a colgar en el árbol más cercano y dejara de ser un problema.- El líder de la división de reconocimiento de los Jinetes sonreía mientras acariciaba a su caballo, el ninja rubio se ponía en modo de ataque por si acaso.

-¿Quiénes son?- Shinachiku lentamente sacó una kunai de su bolsillo en su cinturón mientras los arqueros solo se reían en especial su líder.

-Somos tus verdugos ninja.- Cinco jinetes más aparecieron de la nada detrás de Shina quienes lanzaron sus flechas con furia pero eso no era nada para Shina quien logró esquivarlas con facilidad e incluso se tomó la molestia de tomar una de las flechas con sus manos, los jinetes apuntaron al joven ojiverde para no dejarlo moverse.

-Eres más rápido que los otros, me sorprende ver a alguien con tu habilidad.- Las flechas continuaron salieron de los arcos hacía Shina y con gran velocidad podía esquivarlas pero sin salir de su posición.

-Pero eso no los salvara de su destino.- El líder de la división de reconocimiento tomo su arco para disparar sus flechas de acero, Shina en su papel de esquivar las flechas pudo desviar con su kunai el arma del jinete mientras la lluvia de flechas terminaba, Shina estaba observando el panorama y cada vez más los jinetes se acercaban a él de forma cautelosa.

-Estas rodeado y no tienes a nadie que te cubra las espaldas, sabíamos que muchos shinobis vendrían a ver nuestra obra de arte pero ¿Uno? Eso fue nuevo.

-Podrán ser muchos pero no creo que sean tan hábiles como para vencerme aquí y ahora, así que abran el paso ¡Ahora!- Shina sonrió desapareciendo del centro de donde lo tenían rodeado y con la sorpresa de su lado, estaba sorprendiendo con taijutsu a los jinetes haciéndolos caer de sus caballos con fuertes patadas y puños reforzados con chakra.

-¡Nadie nos va decir que hacer! ¡Fuego!- Los otros jinetes que no habían sido derribados tomaron las bolsas de la pólvora reforzada para lanzarlas con fuego creando una gran lluvia de flechas liberando el infierno nuevamente y Shina entraría y quizás sin un boleto de regreso.

-¿Pero que fue eso?-Mientras que en la cueva en donde estaba Bolt junto con sus amigos, el muchacho se estaba encargando de cuidar a Sarada y a Sabaku que seguían inconscientes cuando sintió una gran explosión llevando su atención a ver qué estaba pasando, fue ahí cuando vio la gran nube de fuego muy cerca de donde ellos habían sido emboscados, supo que algo anda mal y al saber que Shinachiku no estaba, empezó a temer lo peor nuevamente.

-Otra explosión... ¡Oh no!- Sin dudarlo Bolt se encaminó para ir a donde estaba la gran nube de fuego, no pudo intervenir antes para salvar a su Sensei y no dejaría atrás a otro más quien intentara salvarlos, no esta vez.

-No tengo tiempo para esto, a cada instante me van atrasando en mi camino.- Decía para sí mismo Shinachiku con su cuerpo algo lastimado por la explosión pero aun manteniéndose firme ante sus enemigos cubriéndose con sus brazos mientras los jinetes empezaba a desesperarse al no poder vencer a un solo shinobi.

-Eres un cobarde, pero creo que los de tu clase son así o estúpidos. No eres más que un insignificante insecto, justo como esa perra de cabello rosado que matamos. Hubieras visto el rostro de esa mujerzuela, queriendo salvar a unos mocosos de una muerte segura, lo más seguro es que ahora su sacrificio fue en vano. Ella ha muerto en vano, es una lástima, ya que el Khan siempre ha querido una mujer muy exótica para tenerla a sus pies, fue un desperdicio y sobre todo...una inútil- Shina se quedó quieto con la mente vacía, el muchacho prestó atención antes las palabras del jinete, la imagen de su madre y la única mujer de cabello rosado pasó por su mente y en su corazón, no había dudas de que habla de su mamá y como se expresaban de ella, una total falta de respeto mientras los jinetes lo rodearon pero el rubio de su actitud algo retadora...cambio a una actitud más sería.

-¿I-inútil?- Los dientes de Shina empezaron a rechinar y su mirada reflejaba odio a esos jinetes, al apretar su puño con fuerza parte de su chakra empezó a canalizarse en todo su cuerpo y a expulsarlo lentamente.

-La tierra está temblando ¿Pero qué diablos pasa?- Uno de los jinetes noto a su equino inquieto, las piedras más fuertes y resistentes se movían mientras que Shinachiku estaba alimentado en estos momentos de enojo y de recuerdo de las palabras de su madre: de que jamás lo dejaría solo, por nada del mundo.

 

"No te preocupes Shina...mamá siempre estará contigo siempre, no lo olvides"

 

"¡Hijo, detrás de mi ahora!"

 

"Jamás te abandonare aunque me cueste la vida"

-Miserable.- El chakra del ninja rubio se elevaba con fuerza sacudiendo la tierra y haciendo que el viento y la lluvia se movieran con fuerza, como si un huracán azotara el lugar, los caballos comenzaron a asustarse tanto que incluso salieron corriendo derribando a sus jinetes para salvarse de la fuerza de la naturaleza.

-¿Pero qué mierda está pasando?- Varios jinetes veían como sus animales se alejaban del lugar reincorporándose para apuntar con sus arcos y flechas pesadas y explosivas.

-¡Disparen!- La lluvia de flechas no se hizo esperar y una por una comenzaron a crear una gran explosión ante un Shinachiku inmóvil mientras la tierra se sacudía y el fuego se intensificaba. Toda la división de jinetes de reconocimiento rio al último, estaba hecho el daño.

-Ya no será un problema.- El líder de la división fue quien se llevaría la gloria por esa acción solo para que segundos después escuchara pasos con mucha fuerza dejando a todos atónitos.

-¡Imposible!

-Tuvieron la oportunidad de apartarse de mi camino.- La mirada de Shinachiku cambio de sus ojos esmeralda a unos de tonalidad roja con una rejilla como pupila, su ira lentamente se estaba materializando como la espuma para adoptar una gran parte de su poder.

-Ahora van a morir.- Con la nube disipada por las flechas explosivas con las llamas rodeando al joven rubio, el muchacho había perdido la paciencia y la expresión de todos los jinetes fue de miedo y sorpresa al ver una aura naranja rodeando a Shinachiku pero esta aura tenía nueve colas detrás de él y emergiendo como el ave fénix el temible Kyuubi que veía a los jinetes con mucha malicia y placer de saciar su sed de sangre, pero Shina no estaba nada contentó y todas esas palabras que los jinetes habían dicho con mucha seguridad se iban a arrepentir de esto. Ante ellos estaba Shinachiku Uzumaki: Nuevo Jinchūriki del zorro de las nueve colas.

-Ubicación Desconocida-

??? POV

La oscuridad dominaba un gran laberinto, un laberinto sin fin y por alguna razón me es familiar, como si ya hubiera pasado por aquí antes. No se cómo explicarlo pero el aire se siente frío y...un momento, yo recuerdo esto, fue cuando Naruto, Sai, el capitán Yamato y yo estábamos buscándolo...¡Es la fortaleza de Orochimaru! pero solo veo símbolos del clan Uchiha por todas partes, todo está oscuro con muy pocas antorchas y...¿Qué estoy buscando? ¿Qué hago aquí?

"¡Mamá! ¡Mamá ayúdame! ¡No me dejes sola!"

¿Sarada? ¿Hija? ¿Dónde estás? Era su voz, lo juro por los dioses, era ella y se escuchaba muy asustada, con miedo...no ¡No!

"¡Sarada, hija responde! ¡Sarada!"

 

Corrí por todo ese pasillo y el frío era más intenso, la voz de mi hija se escuchaba más cerca de mi posición y con miedo, estaba aterrada y necesitaba saber dónde estaba y fue ahí que había un cuarto, tenía el símbolo del Sharingan pero sangrando, me aventé sin temor a nada rompiéndola sin importar que me doliera el brazo y ahí estaba...mi hija de rodillas cubriéndose la cara llorando, estaba sufriendo yo lo sentía.

 

"¡Sarada!"

Fue lo único que pude gritar y correr abrazar a mi hija quien no paraba de llorar, cuando me di cuenta la puerta se cerró dejándonos a oscuras y una mirada escarlata se observó frente a frente y yo podía reconocer esa mirada.

"¿Qué le hiciste, Sasuke? ¡Qué le hiciste a mi hija!"

 

Estaba ahí, como si nada viendo como mi hija lloraba y yo sufriendo de la angustia, Sasuke no se movió para nada ni decía nada, solo sus ojos, esos malditos ojos nos veían mientras yo quería mantenerme fuerte.

"Ya está hecho...es hora de tu prueba final Sarada...hazlo"

 

No entendía que quiso decir Sasuke ¿Prueba final? ¿De qué hablaba? Y luego sentí algo frío en mi pecho, mi respiración se me complicaba y trate de hablar pero no podía y luego...sentí la mano de Sarada con una kunai que atravesaba mi pecho. Escupí sangre y no podía entender que pasaba.

"¿Sarada? ¿Por qué?"

Ella se separó de mi dejándome clavada la kunai empujando mi cuerpo al suelo frío y duro del cuarto, mi hija estaba mal...no era ella pero Sarada me miro con una sonrisa con su Sharingan activado. No podía hacer nada más que detener la sangre por la kunai y luego...y luego...

"Lo hice padre...ahora soy una Uchiha de verdad...maté a lo único que se oponía entre mi verdadero camino ninja...adiós...inútil"

-¡NO!- La kunoichi pelirrosa ahogo su desesperación con un grito fuerte que se escuchó por un cuarto extraño, no era la guarida de Orochimaru y rápidamente tocó su pecho para no encontrar nada, todo había sido una horrible pesadilla pero Sakura Haruno lo sintió tan real, no era la primera vez que tenía esas pesadillas pero esta vez eran más intensas y reales. La ojiverde notó que estaba en otro cuarto, un muy ostento con decorados reales.

-¿Dónde estoy?- Sakura notó que tenía un mejor vendaje en su pierna fracturada aun sintiendo algo de dolor tratando de sentar bien.

-Lo último que recuerdo fue...¿Pero por qué siento cansada?- Sakura tenía la vista borrosa y el sueño le volvió a ganar, al parecer había forzado todo su chakra al final y solo despertó por reacción, la ojiverde volvería a dormir sin saber...que Konoha había sido tomada y que muy lejos de su posición, un nuevo shinobi estaba a punto de ser el equilibrio de este conflicto: el Shinobi del futuro.

 Continuara...
 

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