Capitulo 1.- Prólogo
"Pasado, presente y futuro. Los tres estados del tiempo, en donde el pasado nos muestra lo que hemos aprendido, donde el presente forjamos nuestras decisiones y en donde el futuro cosechamos nuestras acciones y con ello cargamos con las consecuencias.
Mi padre alguna vez me dijo, que yo debía forjar mi propio camino ninja en este mundo de paz, en un mundo sin guerras y sin más conflictos...por fin era todo paz. Pero ahora estoy en una búsqueda de ese camino, uno donde veo muerte, sangre, sufrimiento y agonía.
Mi aldea, mi hogar está en llamas, desolada y en ruinas ¿Y no hubo nadie para salvarla? Si, hubo alguien, pero nos fueron destruyendo uno a uno, como si fuéramos sus presas y ellos los lobos, no sé como pero volvieron: Akatsuki.
Nos atacaron de sorpresa, justamente en el cumpleaños de la abuela Tsunade, una gran explosión en el monte de los Hokages nos llamó la atención y el Hokage junto con sus hombres más confiables fueron a ver la situación, las capas de nubes rojas se alzaban al cielo como una señal de muerte y estaban ahí, enfrente de él como si nada, cada uno de ellos había muerto de formas diferentes pero estaban ahí, con una mirada de venganza y de conquista. La gran batalla por Konoha nos llevó alrededor de una semana y por fin...caímos.
Nos derrotaron a todos ese día, nadie pudo vencerlos y ni siquiera el poder combinado de tres Kages de la hoja pudieron ganarles, eran más fuertes que la otra vez, más despiadados y más astutos, nos hicieron correr, huir como ratones asustados dejando la aldea a su merced, no sabíamos cómo atacar así que la Alianza Shinobi volvió para hacerles frente e iniciar un ataque masivo a la recién tomada Konoha: pero fue un error.
Atacamos con todo esa vez y aun así nos vencieron, fuimos humillados enfrente de los civiles y todos nos dieron la espalda, nos acusaban de aves de la tragedia y el Hokage fue señalado de ser un monstruo. La gran purga Shinobi comenzó.
Uno a uno, clanes en clanes, Akatsuki mataba a quienes no se rendían ante ellos y quienes lo hacían, les sellaban para siempre el chakra, no más shinobis, era su nueva ley. Las grandes aldeas poco a poco sufrimos guerras civiles con los protectorados, también nos dieron la espalda las pequeñas aldeas y nuestros mayores aliados, los samuráis también, todo lo que habíamos construido hace ya años se desmoronaba en un parpadeo.
Todos empezamos a perder lo que más amamos, padres y madres, hermanos y hermanas...familias enteras, amigos de la infancia, Akatsuki destruyó al 30% de los shinobis y la cacería continua.
Pero hay una esperanza, un Jutsu en especial que solo el Hokage sabe de su existencia y por azares del destino yo me entere de él: El Jutsu de Espacio-Tiempo.
Un Jutsu tan poderoso que ni Madara Uchiha podría controlar, creado hace ya tiempo en la primera guerra shinobi para detenerla, uno del clan Uzumaki fue capaz de contener tan gran poder para crear un Jutsu, sin embargo dado a su naturaleza de una gran concentración de chakra, nadie puede usarlo, demonios ni siquiera la sangre Uzumaki podría con dicho poder pero se tuvo que intentar. Cuando nos acercábamos a nuestra gran esperanza, el líder de Akatsuki nos atacó por sorpresa y casi se hacía con el pergamino y en un capricho del destino el pergamino tomo mente y conciencia propia partiéndose a la mitad y su poder se dividió.
Después no supe que paso, lo último que recuerdo fue haber aparecido a las afueras de Konoha pero por alguna razón lo sentía diferente. Cuando me levante observe que había caído cerca del valle sin fin, era imposible, ese lugar se había destruido hace ya meses y vi el panorama del lugar, tenía vida, como si alguien no se hubiera acercado en años y sabía que algo andaba más por lo que tuve que describir que había pasado.
Pase días corriendo en espera de encontrar un rostro familiar pero sin éxito alguno, mi mala memoria actuó ahí, se me había olvidado que podía teletransportar hacía la aldea, una bendición por parte de mi entrenamiento y no dude en usarlo para ir a mi destino: Konoha.
Al momento de usarlo, me lleve una gran sorpresa al ver la aldea como si nada, estaba intacta e incluso mejorada, veía la gente pasar como si nada y yo sabía que este no era mi hogar, este era otro mundo para mí, pasando inadvertido entre la gente con una cama que mi mamá me hizo, me "infiltre" en esta Konoha pura y que sorpresa me lleve al descubrir todo lo que había pasado aquí, no era como lo recordaba, algo me decía que me había metido en un Genjutsu o algo así.
El caminar me hizo admirar todo lo que estaba en pie y luego...la vi a ella, una mujer de cabello rosado limpiando con poca energía y una mirada comparada como al misma muerte, no tuve palabras al verla así, no podía creer lo que veía...era ella...era mi mamá. No la reconocía, se veía muy cansada, sin vida, no...no podía ser ella, ella era diferente ¡Lo era! Y luego una niña, tendrá doce años y pensé que era otra conocida pero al verla bien supe que era Sarada ¡Pero qué estaba pasando aquí! Ella es hija de Karin, mi tía... ¿Dónde estaba y que clase de ilusión era esta?
Corrí de ahí lo más rápido posible para ocultarme a las sombras, no era lo que recordaba, ella podía ser mi madre, ella era una persona fuerza y con una llama poderosa en su corazón y no un cascaron vacío, una conversación ajena entre dos mujeres me dio la respuesta: ella se había casado...pero con el traidor, el asesino que casi nos costó la guerra hace años: Sasuke Uchiha.
No entendía lo que sucedía, ¿Él? ¿Esa vil escoria casada con mi mamá? ¿Y con una hija? Me sentí aterrado en ese momento y tenía que buscarlo a él, era mi oportunidad mientras mis pensamientos me traicionaban. Sabía que estaría en su oficina, era el único lugar en el que podía estar. Al estar afuera de la gran torre y mirar por la ventana, mi corazón me comenzaba a doler al ver esa imagen: mi padre...el Hokage, besando a otra mujer y no cualquiera: era la heredera del clan Hyuga.
No...esto no era posible ¡Tenía que ser una pesadilla! Lo veía tan... ¿feliz? No comprendía que pasaba y tuve que huir, estaba en mi hogar pero a la vez no, me sentía tan fuera de mí en esos momentos que no pude hacer nada más que esconderme, como un cachorro asustado, veía cosas que eran imposibles, oía cosas que me impedían pensar claramente, ¿Dónde estaba? ¿Mamá? ¿Papá? ¿Orenji? ¿Hikari? ¿Dónde están? Donde....
-Presente-
-Aquí estarán seguros, quédate con ellos.- En una cueva amplia y para poder protegerse de la lluvia y del caos que había afuera, dos rubios junto con una chica de lentes y un azabache en brazos entraba para dejarlos descansar tras la gran explosión, el rubio de ojos verde le dejaba a su cuidado de Bolt Uzumaki, el hijo mayor de Naruto, mientras este sorprendido por la aparición del ojiverde lo veía salir de la cueva.
-Espera ¿A dónde vas?- Pregunto Bolt mientras el muchacho rubio sonreía, al ver a Bolt preocupados.
-Veré que no haya peligro ¿Ok?- Bolt solo asintió gracias a esas palabras del joven viajero del tiempo, mientras este salía de la cueva con la lluvia a todo lo que daba. El ojiverde miraba como el incendio de aquella explosión se consumía y a lo lejos miraba una gran nube de humo y un brillo escarlata, ese brillo escarlata estaba proviniendo en la aldea escondida entre las hojas: el fuego la estaba consumiendo. El muchacho rubio no sabía que hacer ahora, si dejar a los chicos solos o ir en ayuda de la aldea.
-Shinachiku POV-
-Mamá...Papá...yo los salvare-Mi nombre es Shinachiku Uzumaki y esta es mi historia...una historia donde ha cambiado, una historia en la que el pasado y el futuro chocan en el presente y solo yo podre inclinar la balanza...o moriré en el intento.
Continuara...
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