—¡Willy!

Pasada la medianoche, luego de un ciclo de sueño, interrumpido por las pesadillas, Julieta, entró en la habitación del aludido, sin previo aviso.

Su hermano, apenas y tuvo tiempo, para cubrir su trasero, mientras Taylor bajo él, lo miraba con ojos agrandados de pánico.

—¡No prendas la luz! —Advirtió William con voz autoritaria.

<<¿No le enseñaron a tocar la puerta?>> Articuló Taylor en silencio, frunciendo el ceño, con cuidado de no mover ni un músculo, ni emitir ruido.

—¡El camarada Elmo no está! —Lloriqueó la chica.

William entornó los ojos, maldiciendo entre dientes.

¿Cuándo iba a reconquistarla Cullen?

Su testaruda, respondona e inmadura hermana, iba de mal en peor. Se había transformado en una cría de cinco años.

—Julieta... —¿Acabas de interrumpir mi noche de sexo salvaje, por un peluche viejo y apestoso? Preguntó para sus adentros. Bien adentro, donde tenía metida la... —Ahora mismo estoy muy ocupado. — Continuó con tono tajante. — Lárgate.

—¿Y si lo secuestraron?

Ignorando la orden de William, la chica comenzó a formular teorías en voz alta, sin moverse del umbral de la puerta.

<<Dile que se vaya...>> Le murmuró Taylor al oído, mordiendo el lóbulo de su oreja, como una advertencia de que iba en serio y de que, si no hacía algo a la brevedad, las consecuencias serían más notorias.

William gimió ante el sutil estímulo, lamentando tener una zona erógena tan expuesta.

—¡Y si se lo llevó la pelirroja loca!

—¡Fuera!

—¡Quiero al comandante Elmo!

—¡Y yo quiero tener sexo sin que me interrumpan!

Aquello dejó a la chica sin habla.

Alzando las cejas con asombro, maldijo su miopía.

—Ah... ¡Hola Taylor!

—Hola... —Se escuchó apenas la voz amortajada del chico, bajo las sábanas.

—¿Es Taylor cierto?

—¡FUERA DE AQUÍ!

Antes de que Julieta, pudiera preguntarle a Taylor acerca del paradero de su peluche de Elmo, un objeto pesado, impactó en la puerta, a escasos centímetros de su cabeza.

William respiraba pesado. Aquello era la gota que había rebalsado el vaso que contenía su infinita paciencia.

Taylor lo miraba con ojos encendidos de ira, la que desencadenaría más tarde una pasión desenfrenada.

Sin embargo, William, no preveía, más que celos, por el retorno de sus antiguos hábitos, de tener múltiples parejas, sin ningún tipo de compromiso.

Antes de que, volviera a recriminarle a su hermana, su metedura de pata se percató de que había huido.

Con los músculos de sus brazos tensos y las venas marcadas, por el esfuerzo de sostener su propio peso, se inclinó sobre el rostro de su pareja, para rozar sus labios.

—¿No creerás semejante tontería... eh?

Un sepulcral silencio, fue la respuesta del interpelado, que lo miraba con detenimiento.

—¿Amor?

En una sincronizada danza de sábanas enredadas y cuerpos sudorosos y ardientes de deseo, cambiaron de lugar, quedando, William bajo el cuerpo fornido del policía.

—Quedas arrestado por faltas a la moral y las buenas costumbres... —Murmuró Taylor a su oído, sentándose a horcajadas.

William ahogó un gemido, cuando sus labios volvieron a atrapar su lóbulo y el roce de su piel caliente, hizo contacto con la suya.

—Tienes derecho a guardar silencio.

Su mano, descendió por su vientre, deteniéndose en su ombligo y volviendo a retomar el camino, con lento placer.

William, se mordió el labio, al pensar, que no iba a hacer uso de su derecho, emitiendo todo tipo de sonidos en aquella habitación.

Y me le ocurrió otra idea...

Los capítulos a continuación, no estarán basados en Eclipse, -como la mayoría, porque esto se está deformando terrible brígido-

Agradecería mucho que me cuente, qué le parecen y recuerde.

Zangoloteos, críticas, comentarios, funas, oraciones, todo es bien recibido en este lado del charco.