four, tyler hoechlin
right where you left me/the very first night, taylor swift.
Lo observé, estaba al otro lado del café, me sonrojé al ver cómo se dio cuenta que alguien lo veía y me dirigió una mirada. Y suponiendo que se dio cuenta de quién era siguió haciendo lo suyo.
Se levantó, pagó por su café y cuando creí que atravesaría la puerta de salida se devolvió y caminó hacía mi. Sentí como mi desayuno se revolvía en mi estomago, ¿me voy a desmayar? si, me desmayaré.
—Lorelei... —me mencionó en forma de saludo, inspeccioné su vestimenta: un suéter gris y unos pantalones del mismo color pero con un tono más oscuro
—Tyler, que coincidencia —mierda ¿por qué tuve que decir eso?
Él sonrió, y eso hizo que mi corazón quisiera salirse de mi pecho. Ojála pudiera tomar su mano y volver en el tiempo antes de que nos rompieramos el corazón mutuamente.
—¿Sigues escribiendo? —dijo, al ver en mi mesa mi computadora abierta
—Sí, estoy terminando la edición de un libro para una editorial, lo quieren publicar con su sello —asentí
—¡Eso es increíble!
Lo sería sí el libro fuera una versión de nosotros que si terminan juntos...
—Lo es... —reí bajito, ignorando mis pensamientos
—¿Me avisarías cuando saliera? Quiero leerlo, estoy seguro que es maravilloso—su sonrisa siempre había causado una montaña rusa de emociones en mí, y eso aún no cambiaba
—Claro, cuando salga te escribiré... —recordé que no tenía su número, lo había borrado después de aquella noche donde nos separamos
Absolutamente nadie sabía de nosotros, ni con el libro se sabría, porque no relataba algo real, cambié todos los detalles, no se menciona aquella noche en el hotel, o nosotros cantando en el carro cuando realmente me sentí enamorada de él, ni siquiera todas nuestras notas. Nadie sabría cuánto lo extrañaba.
—¿Tienes mi número? —su tono me daba a entender que él también había borrado el mío
—No, ahora que lo pienso no —reí un poco para disipar la tensión
—Oh... —él sonrió algo incómodo, pero tomó una servilleta y anotó la combinación de números—. Aquí está.
—Listo —le sonreí y por un momento sentí que sus ojos podían leerme, podían sentir todo mi nerviosismo, o saber todo lo que me guardaba
—Y ¿cómo te trata la vida?
Horrible, aún sigo en el psicólogo, gracias por preguntar
—Supongo que bien, varias editoriales han pedido sacar mis libros con su sello así que no me muero de hambre —respondí realmente—. ¿Y a ti?
La curiosidad mató al gato... pero nosotras no somos gatos así que tu sigue mamita
—Bien, seguí con la carrera de actuación estoy en varios proyectos.
—Eso es genial, ¿te sigue gustando la repostería? —reí, al recordar cómo se le dificultaba hacer postres por su impaciencia
—De hecho tomé un curso... —su sonrisa se tornó algo nostalgica—, era para dos personas entonces fui con Carrie porque pues... tú y yo ya no estábamos juntos para esa fecha
Un silencio nos inundo, y quise ponerme de puntillas para besar sus labios como lo hacía hace menos de un año. Pero no podía, no podía siquiera seguir mirándolo a los ojos sin sentir que iba a romper en llanto en ese instante.
Porque él había seguido su vida. ¿Y yo? yo me había quedado atrapada en esa noche donde rompimos, me quedé justo donde él me dejó. Quedé congelada en ese momento, el polvo permaneciendo alrededor mío, el tiempo avanzaba pero no para mi porque vivo en ese loop donde aún él me amaba y aún era la que él quería.
—Lorelei, ¿estás bien? —sentí como mis mejillas estaban húmedas, había empezado a llorar inconscientemente
—No, y temo que no lo estaré nunca —sonreí un poco, me volteé, deje un billete de diez en la mesa, tomé mis cosas y las guardé antes de salir de aquel café
Estaba atrapada, condenada a extrañarlo, porque algo me obligaba a quedarme ahí, quizás el sentimiento de cariño, quizás la nostalgia, quizás él en toda plenitud. Porque lo había conocido, como persona, como ser humano, y como amante.
—¡Lorelei! —me alcanzó, corriendo se posicionó delante mío evitando que siguiera mi paso
—¿Haz escuchado sobre la chica que se quedó congelada? —le cuestioné, él me miró confundido—. Porque yo sigo exactamente donde me dejaste, me quedé ahí, no me he movido, no he progresado, sigo siendo a la que le rompiste el corazón. Y no me dejaste otra opción que quedarme ahí para siempre.
Nota de la Autora: Bueno, estaba escuchando The very first night y dije mmm... tengo que escribir sobre esto, y que mejor que nuestro guapo Tyler Hoechlin. Después me apareció Right where you left me y algo en mí me dijo que escribiera también con esas metáforas y... ¡aquí está!
Es final abierto pero maybe habrá segunda parte.
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