[ 04 ] oh my god, you again.
De acuerdo, yo puedo, sé que puedo. Esta vez voy a prestar atención que del otro lado no haya nadie detrás de la puerta para no recibir un segundo no deseado en la cabeza, además, no creo que pueda ser tan torpe para recibirlo dos veces.
Sólo abre la puerta, y entra, todos van a estar allí esperándote y preguntando como estas, iba a tener que armar una buena excusa por mi ausencia de ayer si es que ya no se enteraron de mi vergonzoso encuentro con Christopher. Hablando del príncipe de Hollywood, ya quiero ver su cara cuando vea que yo soy su co- estrella, tendría que ponerme una cámara en la cabeza para grabar eso en vídeo y recordarlo todo el tiempo, porque sería lo más gracioso de la vida.
Como sea, volviendo a la realidad, solté un suspiro largo dentro de mi auto, tomé mi bolso y me lo coloqué sobre mi hombro y así luego bajar de este, en cuanto estuve a punto de cerrar la puerta escuché un sonido de algo cayendo al suelo, era las llaves del auto. Maldije en voz baja y me agaché para tomarlas, pero una mano desconocida se adelantó a hacerlo antes que yo.
—Debes tener más cuidado con lo que dejas caer al suelo aquí en el callejón, no sabes quién podría robártelo.
No sabía si aquello era alguna clase de chiste o qué, pero rodé los ojos y le quité las llaves de la mano antes de que hiciera lo que dijo.
—Sí, y también debo tener cuidado quienes me ayudan a recogerlo. — Levanté mi mirada y me quedé congelada por el hermoso chico que tenía en frente a mis ojos, lo peor aún, es que lo conocía. — Gracias, espera ¿Acaso tú eres...?
—Chase Jackson, si, exactamente él, es un placer. — Él extendió su mano en mi dirección y la estreché en forma de saludo mientras ambos nos levantábamos del suelo.
Chase Jackson, uno de los actores jóvenes más prometedores de la actualidad y de la industria del entretenimiento. Si bien no ha estado en muchos proyectos, en cada uno de ellos tuvo mucha atención por su belleza y talento en la actuación, diría que estaba por llegar al nivel de Christopher pero él era otra cosa de otro mundo.
A veces el mundo no sabe a quién darle verdaderamente la atención, y la mía estaba puesta en Chase. No me gustaba ni estaba enamorada pero si admiraba su trabajo.
Sólo eso.
—Yo soy Megan Waldorf, el placer es mío, admiro mucho tu trabajo y de verdad es un placer. — En ese momento me di cuenta que nuestras manos llevaban estrechadas demasiado tiempo, por lo que me solté de él sin dudar. — ¿Acaso también trabajas en la película de las brujas en la playa?
— ¡Claro! Soy uno de los protagonistas, más bien el mejor amigo de la protagonista, por favor dime que eres tú.
— ¡Oh por dios! Si soy yo. — Ambos reímos por aquello. — Al menos ya conozco a uno con los que voy a trabajar, más bien el segundo.
— ¿El segundo?
—Ya lo vas a ver, te vas a reír. Creo que ya deberíamos ir entrando, nos deben estar esperando.
Chase asintió con la cabeza y se fue caminando pasando por mi lado mientras que yo cerraba la puerta de mi auto porque sabía que era probable de olvidar de cerrarla por distraída.
Me acerqué a donde se encontraba y él me abrió la puerta para que pudiera pasar primero. Un obstáculo pasado, listo.
Los dos caminamos por los pasillos hablando como si fuéramos los mejores amigos de toda la vida, lo cual me daba tranquilidad el primer día de trabajo, más bien el segundo porque al primero no pude llegar por culpa de ya saben quién.
Mientras pasábamos puertas, pasillos y ascensores del edificio las ganas de vomitar se acercaban cada vez más. Sabía que no tenía que haber desayunado demasiado porque no estaba preparada para este día.
Una vez llegamos a la puerta en donde se estaban haciendo la reunión de productores, directores, actores etcétera, Chase abrió la puerta para dejarme pasar a mi primero otra vez, como un caballero. Todos allí estaban hablando dispersado alrededor de la gran mesa en el centro, al parecer todavía faltaba gente para que llegara, de todas formas la persona que estaba esperando ver ya se encontraba allí, justo en frente de mi pero él dándome la espalda, para el momento sorpresa.
— ¡Megan! Me alegra que hayas podido llegar el día de hoy, ¿Cómo está esa cabeza?— La directora de la película, Helen, se acercó a mí para darme un gran abrazo con toda la confianza del mundo, aquello me tomó por sorpresa pero de todas formas se lo devolví.
—Estoy perfecta, gracias por preguntar, aunque a veces duele un poco pero hey, el golpe lo recibí ayer, todavía puede sanar un poco más. — Contesté con un tono de broma causando que ella se riera de mí. Toda una comediante.
—Eso es genial, ahora debo presentarte a quien será tu co-estrella, seguro te emocionas. — Helen habló con tanta emoción que lograba ser contagioso a estas horas de la mañana. Nunca creí que una directora fuera tan feliz. — ¡Christopher!— Gritó mientras iba a buscarlo, eso llamó su atención.
El momento que había estado esperando estaba por pasar y estaba con unas ganas muy fuertes de soltar una carcajada sin siquiera haber pasado anda. Pero ahora es cuando debo de actuar.
—Te presento a la que será tu co-estrella en la película, Megan Waldorf. — El rubio se giró a mirarme en cuanto Helen me presentó, sus ojos se abrieron en grande por la sorpresa de haberme visto allí.
—Hola Christopher Wilde, es un placer conocerte. — Levanté mi mando para saludarle desde el aire moviendo mis dedos de atrás hacia adelante en el proceso con una sonrisa burlona.
Fue mucho mejor de lo que pensé.
— ¿Tú otra vez?
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Los ensayos salían a la perfección, los arreglos de escena entre escena debía de anotarlos en un pequeño cuaderno porque eran demasiado para memorizar a la primera. Las personas allí estaban felices de la química que había entre Christopher y yo sin siquiera haber hecho una prueba antes, además de que se sorprendían por el hecho de que no nos "conocíamos", aunque en teoría es así, además de lo que pasó anoche, este chico es un total desconocido para mí.
— ¡Bueno chicos! Tómense un descanso, conózcanse entre ustedes y luego volveremos a retomar, ¿Les parece bien?— Habló uno de los productores en voz alta en la mesa, esas palabras lograron que se levantarán todo el mundo de sus sillas y comenzarán a dispersarse.
Cuando quise levantarme de mi asiento, sentí una mano tomándome de la muñeca, como si me detuviera. Giré mi cabeza y al notar quien era sonreí con burla.
— ¿Podemos hablar?
—Claro, no hay problema. — Contesté y Christopher y yo salimos del salón para poder hablar afuera de este, nada sospechoso.
— ¿Por qué no me dijiste que eras la protagonista de la misma película qué yo?— Preguntó el rubio una vez afuera, parecía un poco más alterado causando que me riera internamente.
—Porque no preguntaste.
— ¿Y no planeabas decirlo tampoco?
—Para ser sincera, no realmente, porque ver tu cara de sorpresa lo fue todo para mi.— Con esa respuesta el semblante alterado de Christopher se fue borrando y terminar con una sonrisa mientras negaba con la cabeza, eso se me contagio.
—Eres muy mala y eso que recién nos conocemos, no quiero ni pensar más adelante.
—Mejor no lo pienses, porque ni imaginando lo vas a poder adivinar. — Dije con una sonrisa. — Por cierto, no sabía que actuarás tan bien, sólo pensé que eras un cantante sin talento para la actuación.
—Te puede sorprender las cosas que puedo hacer, soy muy talentoso créeme.
Una voz a lo lejos nos hizo mirar para atrás en el pasillo, allí aparecía Jessica Olson, la actual novia de Christopher caminando en nuestra dirección.
—Christopher, hey, creí que ibas a estar ensayando adentro. — Ella se colocó a su lado y antes de que pudiera preverlo se comenzaron a besar con ternura al frente mí.
Incómodo nivel comen al frente de pobres.
—Jes, ella es Megan, mi co-estrella y Megan ella es Jessica, mi novia. — Nos presentó Christopher a las dos, una pequeña sonrisa apareció en mis labios extendiendo mi mano en su dirección y así estrecharla con la suya.
—Es un placer conocerte. — Dijo la castaña con una sonrisa en mi dirección.
—Puedo decir lo mismo, encantada. — Contesté y me solté de ella. — ¿Saben? Iré adentro para que puedan hablar tranquilos, fue un placer Jessica una vez más.
Los dos estuvieron de acuerdo conmigo, abrí la puerta del salón y por suerte todavía no habían empezado, la primera persona a la que mis pies se dirigieron fue a Chase quien se encontraba hablando con una de los actores también, en cuando me vio acercarme se alejó de ella y vino en mi dirección.
— ¿A dónde habías ido?— Preguntó con curiosidad, miré qué en sus manos tenía un vaso de café de la máquina, lo señalé y Chase entendió enseguida mi acción ya que me lo compartió.
—Hablando con Christopher, había algo que tenía que decir para seguir molestarlo. — Llevé el vaso a mis labios y comencé a dar varios sorbos para después entregárselo nuevamente. Chase frunció el ceño confundido.
— ¿Acaso ustedes ya se conocían?
—Se podría decir que sí, pero no es algo de qué preocuparse. — Me encogí de hombros mirándolo. — No planeo juntarme mucho con él, ya sabes lo que dicen, los plebeyos no se juntan con los de la realeza.
—Pronto dejaras de ser una plebeya de Hollywood para convertirte en una princesa, con esa actuación estoy seguro que todos te van a amar en cuestión de segundos.
—No lo sé, me gusta ser una plebeya.
Los dos reímos por aquello, la voz de Helen resonó en el salón y todos volvimos a nuestros asientos porque era momento de volver a los ensayos. La pareja de enamorados se sentaron juntos, como si fueran parásitos del otro.
Eso me daba escalofríos.
Los ensayos y arreglos una vez más salieron a la perfección, cuando me tocó la primera escena con Chase todos aplaudieron por el desempeño de ambos. Definitivamente iba a ser mi mejor amigo en la película como en la vida real.
Después de varias horas por fin nos dieron el permiso para irnos, era de noche, si, estuve todo el día metida ahí adentro por lo que mis ojos comenzaban a cerrarse, siendo qué mañana otra vez a la misma hora por un mes completo hasta que podamos empezar a grabar por fin.
—Waldorf. — La voz de Chase me llamó la atención desde atrás causando qué parara mis pasos en medio del pasillo.
—Jackson.
— ¿Quieres que vayamos a comer algo? Yo invito. — Las últimas dos palabras salieron en un tono de voz cantarina, rodé los ojos por la forma en la que quería convencerme.
—Por qué no, vamos, pero te advierto que tengo mucha hambre.
—En eso somos dos. Primero las damas. — Chase hizo una reverencia a mi lado extendiendo su mano al frente de mí.
—Por supuesto que sí.
Bueno, cena gratis y encima un nuevo amigo en el primer día de trabajo. Eso sí le llamo suerte.
No se olviden de votar y comentar, significaría mucho.
Su opinión es muy importante para mi y para la continuación de la historia.
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