[ 03 ] party with a serenade.
—Está definitivamente no es mi casa Christopher, ¿Qué hacemos aquí?— Fruncí el ceño una vez estuvimos dentro de la gran mansión en la que vivía él, entramos por la entrada trasera que daba a la cocina y no había absolutamente nadie ya que estaban en plena fiesta.
Quien pudiera. Y yo vivía sólo con mi hermana en un departamento de un piso y una habitación. Aunque eso estaba por cambiar no podía evitar quejarme.
—Sí, antes de que pueda llevarte debía venir aquí primero, prometo que luego te llevo a tu casa y no tendrás que volver a verme en tu vida, ¿Es un trato?— Me giré para poder verlo a los ojos que me miraban con atención.
La simple razón de pensar que mañana me iba a volver a ver me causaba risa, iba a divertirme un poco más con mi co-estrella porque podía y era gratis, además el que sea tan bueno conmigo me daba curiosidad.
—De acuerdo, es un trato. — Los dos cerramos aquel trato tomándonos de nuestras manos y dando un apretón en ellas.
A momento de que me quise soltar no pude ya que Christopher comenzó a arrastrarme fuera de la cocina por detrás de él. Esa si no me la esperaba. Lo primero que vimos al cruzar la puerta de la cocina fue un montón de gente hablando con copas en sus manos y la música a todo volumen, era una fiesta dentro de todo tranquila y no alocada como me la hubiera esperado, además ni adolescentes habían sino más bien adultos.
Aun así por mi parte yo no podía dejar de mirar lo gigante que era su casa, hubo un instante que casi me desviaba del camino pero el rubio me colocó la gorra de su chaqueta que me había prestado y me hizo subir unas escaleras en forma de caracol a toda velocidad.
— ¿Por qué tanta obsesión con que nadie me vea? No soy tan fea. — Me solté bruscamente de su mano una vez estuvimos en el piso de arriba.
—No es eso, sólo que si nos ven juntos y entrando a hurtadillas van a pensar que estoy engañando a Jessica contigo, ¿Entiendes? Y las preguntas no van a dejar de caer.
—Entiendo eso, odiaría tener un escándalo contigo y esa chica, además ya tengo bastante con mi mío, gracias. — Le dediqué una sonrisa sarcástica a lo que él rodó los ojos y volvió a tomar mi mano para, esta vez, arrastrarme a una habitación del segundo piso en la cual tenía una gran ventana a un lado junto con un balcón, una chimenea en medio de estos dos y el color dorado parecía dominar todo el lugar.
—Esta es la habitación de invitados, así que confió en que te quedaras aquí.
—No lo sé, la idea de ir a recorrer toda tu casa es muy tentadora para mí. — Christopher me miró con los ojos entrecerrados causando que yo rodara los míos con una sonrisa. — Si me quedaré aquí rubio, ve tranquilo.
Él me dedicó una sonrisa y salió disparando de la habitación cerrando la puerta a sus espaldas. Solté un suspiro y comencé a analizar toda la habitación con más atención, para ser una habitación de invitados era demasiado linda, yo hubiera puesto una cama, un mueble y listo. No me volvería loca para que quedara perfecto.
La música que sonaba por toda la casa se había detenido de manera brusca, me acerqué a la puerta del balcón y la abrí para salir a esta, fue allí que el sonido de una guitarra comenzó a inundar mis oídos en una hermosa melodía. Me acerqué aún más al borde para poder ver que estaba sucediendo allí abajo.
Todos estaban alrededor de Christopher mientras él tocaba la guitarra y cantaba una canción que nunca antes había oído, supongo que era nueva. Hubo un momento en el que el rubio levantó la mirada y se encontró con la mía mientras cantaba, me puse a escuchar la canción atentamente.
—I, I can be everything you need, if you're the one for me, like gravity, I will be unstoppable. I, yeah I believe in destiny, i may be an ordinary guy without his soul, but if you're the one for me, then I'll be your hero. — Su sonrisa al decir cada una de esas palabras con las hermosa melodía que este traía, el contacto visual entre nosotros había dura más de lo que quería, aun así por alguna razón la sonrisa de Christopher se me vio contagiada.
Varios segundos después noté aquello y me puse seria otra vez, volví a entrar a la habitación antes de que terminara la canción. Abrí la puerta del cuarto, pero no sin antes mirar si había gente al rededor, para mi suerte fue así.
Bajé las escaleras de caracol con cuidado mirando para abajo para no encontrarme con ninguna persona no deseada. Al llegar a la planta baja salí corriendo a la cocina una vez más y abrí una de las puertas que estaban allí, esta me llevó a su garage.
Maldita sea por décima vez en la noche, tenía más de seis autos, la mayoría de ellos eran antiguos o como diría un coleccionista "clásicos," todos en perfecto estados. Caminé lentamente hasta uno color gris descapotable y pasé mi mano sobre esta con una sonrisa.
— ¡Megan! Oh por dios, te estuve buscando por todos lados. — La voz de Christopher me hizo pegar un salto en el lugar, él se encontraba colocándose una campera de color gris y mangas negras.
—Lo siento, sólo es que allí ya me quiero ir, mi hermana de seguro se debe estar volviendo loca, ¿Ya me vas a llevar a mi casa?— Elevé una de mis cejas esperando su respuesta.
—Claro, ¿Dónde vives?— Preguntó él mientras iba a buscar unas llaves de una caja que colgaba de la pared.
—Hollywood.
—Entonces será mejor que vayamos ahora.
Esperé a que el rubio se subiera primero a un auto, porque para ser exacta al tener tantos no tenía idea cuáles de ellos iba a tomar para llevarme a mi casa, y una sonrisa apareció en mis labios al ver que tomó el gris que estaba mirando. Esta vez sí me subí al asiento del copiloto y él arrancó, no sin antes abrir la puerta del garage que se abría con alguna clase de botón.
Ahora si, al fin ya me iría a casa después de unas horas tan locas para un primer día del trabajo al que ni siquiera pude asistir.
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—Gracias por traerme, eso fue no tan egoísta y creído de tu parte. — Dije una vez él se estacionó en frente de mi casa.
—No tengo idea de si eso es alguna clase de cumplido pero gracias. — Contestó Christopher con la mirada confundida aun sin borrar su perfecta sonrisa.
Si, perfecta.
—Ahora supongo que no nos veremos más. — Continuó hablando, tuve que desviar la mirada por varios segundos para no tener que reírme en su cara en ese momento, esto era cada vez más divertido cada vez que lo decía.
—Eso es algo bueno, mi gran Christopher Wilde. — Contesté con sarcasmo.
Antes de que dijera algo más, me bajé del auto y fui directo hasta la puerta principal de mi casa, saqué las llaves del bolsillo de mi bolso y abrí esta, me giré sobre mis pies para poder verlo y lo saludé con la mano, él respondió de la misma manera con su gran sonrisa.
Entré a la casa y cerré la puerta detrás de mí soltando un suspiro, en ese momento la luz de la cocina se prende de golpe ya que todo estaba a oscura causando que me asustara, pero rodé los ojos al ver a mi hermana allí parada con su bata y un vaso de jugo en sus manos mirándome como si fuera mi mamá.
— ¿Qué son estás horas de llegar hermanita?— Allison utilizó su voz serie mientras me seguía con la mirada a lo que yo iba a dejar mi bolso sobre el sillón.
—Prefería contarte mañana lo que pasó, porque si lo hago ahora no creo poder soportar tus gritos después del golpe que me dieron en la cabeza. — Dije yendo a la heladera y de allí sacar una lata de soda.
—Espera, ¿Cómo que te golpearon en la cabeza? ¿Estás segura que sólo fuiste a leer un guion o a una clase de boxeo?— Para cuando me di vuelta mi hermana ya estaba muy cerca de mí, tomó mi cabeza para poder ver mi frente con atención y hacer una cara. — Como sea que te hayas hecho necesitaras más hielo, eso sigue muy vivo.
— ¿Cómo que vivo?— Pregunté frunciendo el ceño y la empujé para que me dejara pasar. — Gracias por hacer que mi modo dramática por el golpe sea activado, hermanita.
— ¿A dónde vas a hora, Megan?— Escuché sus gritos detrás de mí mientras iba a nuestra habitación.
—Me iré a dormir y no importa cuánto hables, te voy a ignorar.
Ella continuó hablando pero mi cabeza sólo bloqueó el sonido de su voz y la ignoré por completo a pesar de que durmiéramos en el mismo lugar. Al llegar ni me esforcé en cambiarme la ropa que traía puesta, me dejé caer en la cama sin que cayera ni una sola gota de la soda y la dejé en la mesa de luz, en cuestión de tiempo ya estaba durmiendo, algo que necesitaba desde hace varias horas.
Un capitulo corto pero importante KLAHSDLASD.
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