Prologue
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La lluvia golpeaba los cristales de las ventanas en la enorme casa logrando que el frío se colara de a poco. La Noble casa de los Black se encontraba en silencio todos permanecían dormidos, o al menos eso parecía visto desde el exterior.
Cersei Black se encontraba despierta a pesar de las altas horas de la madrugada. Abrazaba a su hermano menor Regulus que temblaba por cada grito que escuchaba.
Su hermano mayor estaba siendo torturado por sus padres en el salón de la casa Black. Había cometido un error, un simple error y sus padres estaban siendo crueles con su hermano.
— Sssh — susurro Cersei acariciando el cabello de Regulus quien sollozo. — Son solo los monstruos ¿Recuerdas lo que te decía de niños?
Regulus asintió moviendo sus manos, dejando comportarse como un pequeño de seis años escondido en los brazos de su hermana mayor. — Sueños malos, sueños malos aléjense, pesadillas, pesadillas esfumence, buenos sueños, buenos sueños acérquense.
Cersei asintió acariciando el cabello de su hermano menor, esperando que se durmiera para que dejara de escuchar los gritos de sus progenitores y los lamentos de su hermano por los maleficios que estaba recibiendo, tapó con sus manos los oídos de Regulus intentando que no escuchara los gritos.
Una hora más tarde, Cersei escucho que los gritos pararon. El silencio penetraba cada rincón de la casa. Se levanto tras escuchar algunos golpes en la puerta al igual que Regulus.
La azabache abrió rápido tomando en brazos a su hermano que estaba al borde de caer desmayado.
— Regulus ayúdame.
El mencionado se puso de pie ayudando a su hermana con Sirius que estaba cayendo. Arrastrándolo hasta la cama.
Cersei le quito con cuidado los restos de la camisa rota para curarle las heridas. Se llevó la mano a la boca tras ver la sangre que corría en la espalda, Regulus retuvo las lagrimas al ver las heridas de su hermano.
Del pequeño baño individual, la chica Black saco un pequeño botiquín limpio con cuidado las heridas de Sirius.
— ¡Mierda! — se quejo Sirius tras sentir el alcohol en la espalda.
— No te muevas o te va a doler más— advirtió Cersei.
Los tres permanecieron en silencio mientras la chica curaba la espalda de su hermano mayor, Regulus le entrego una pomada para las cicatrices.
— Estoy cansado — hablo Sirius sentado al borde de la cama. — Ya no quiero esta vida.
— Ninguno lo quiere — confeso Regulus atreviéndose a mirar al pelinegro. — Esta casa nos esta desmoronando de a poco.
Sirius se puso de pie de un brinco agarrando a sus hermanos de las manos mirándoles con lágrimas en sus ojos.
— Vámonos — suplico. — Debemos irnos.
Regulus soltó la mano de su hermano. — No puedo irme.
Sirius asintió sabiendo que Regulus era el príncipe de la casa para sus padres. — ¿Cersei?
La chica quería irse, lo deseaba, pero no podría dejar a su hermano, ni mucho menos a sus primas, la necesitaban, todos la necesitaban.
— No — negó Cersei tomando las manos de Sirius entre las suyas. — No iré contigo, pero voy a apoyarte para irte, esta noche.
— Naciste en la familia equivocada, pero curaste a las piezas rotas de esta casa — hablo Sirius acariciando las mejillas de su hermana juntando sus frentes.
Entre los tres juntaron una pequeña maleta guardándole ropa a Sirius, el mayor se despidió de Regulus diciendo que si llegaba a necesitarlo le escribiera que siempre respondería.
Regulus se quedaría en la parte de arriba por si necesitaban una distracción. Cersei bajo las escaleras junto a Sirius los dos intentando no hacer demasiado ruido. Al estar en la puerta Sirius miro una última vez a Cersei.
— Ven conmigo — suplico de nuevo el Black mayor.
— No puedo — negó la ojigris. — Soy el ángel guardián de esta familia.
Sirius dejo un beso en la frente de su hermana oara despedirse. — Esta familia va a matarte o quitar tu brillo, ojalá puedas escapar antes.
— ¡Ama Walburga¡ ¡Amo Orion¡ El chico se va, ¡Él chico se escapa!— grito Kreacher.
Cersei miro a su hermano una ultima vez obligándolo a irse y cerro la puerta. Sus padres bajaron rapido encontrándose con su hija en la puerta con la mirada al frente y un rastro de agua en el suelo debido a la lluvia.
Walburga tomo un cinturón y golpeo a Cersei importándole poco los gritos de la chica o las súplicas de Regulus, lo único que importaba era la ira de la matriarca de la familia Black. Esa noche no pudo dormir, pero al menos sentía seguridad en su corazón, Sirius había escapado al menor uno de sus ovejas ya era libre de aquellos verdugos.
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