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30(final)

Luna había llegado al shinigami con un ratoncito blanco entre sus fauces. No negando que usó un poco de la ayuda de su madre para atraparlo. Había sido una rápida emboscada, Kitty lo interceptó por detrás y una vez el roedor corriera hacia al frente, Luna saltó detrás de una piedra y lo capturó. Cuando llegó con él, dijo aquel ratón a sus pies, con la frente en alto exclamando su victoria, creyendo que ya era toda una señorita.

La Muerte recibió orgulloso a su hija y su pequeña presa, sabía que esos instintos de asesina eran herencia de él, eran tal para cual.

Dabriah llegó después, la rebelde llegó sucia, con una que otra rama y hoja seca pegada a su pelaje. Kitty le había ofrecido ayuda y uno que otro mimito con sus patitas suaves. Pero su hija del medio se negó, quería hacer esto completamente sola, aunque tuviese que perder su primera vida por ello. Y persiguió a una ardilla por toda aquella zona del bosque hasta que la atrapó. Aquel desecho peludo era mucho más grande que la presa que había traído su hermana mayor,sorprendiendo y enorgulleciendo a sus padres y claro, provocando celos a Luna.

—lo siento Luna, no es mi culpa que yo sea mejor cazadora que tú.-exclamó Dabriah con orgullo.

—hey...-Kitty interrumpió a sus dos hijas.- ninguna es mejor que la otra, ambas son igual de valiosas y fuertes.

—Y a ambas las amamos muchísimo.-Dijo la Muerte, dandole un besito sobre la frente a cada una, sin embargo, enseguida noto que faltaba un pequeño más al cual darle su beso.-y Eris?

Kitty reaccionó mirando a su alrededor.-Es cierto ¿dónde se habrá metido?-

—¡aquí estoy mami!.-Habló una voz infantil atragantada pero muy eufórica.

La familia se dio la vuelta, viendo como Eris venía acercándose hacia ellos, más sus dos padres se dieron cuenta de que había algo raro en su andar, saltando y tambaleándose, parecía que aquello que sostenía con su boca se arrastraba entre sus piernas. Hasta que llegó y entonces dejó su presa junto a la de sus hermanas, las dos meninas y sus padres quedaron con sus rostros sorprendidos, ya que no se esperaban para nada que Eres, ese pequeño tímido y pacificador, que siempre tenía miedo y prefiere ocultarse detrás de sus dos protectores, llegara a ellos con un faisán fresco de la cacería. El pobre ave tenía el cuello perforado, estirado tal cual una carne descompuesta de la basura, desplumada entre sus patas y con gotas de carmesí brotando de sus heridas.

Eris se sentó frente a su presa, levantando su cabeza hacia sus amados padres, esperando su respuesta. Mas estos se sonrieron sorprendidos entre sí y Luna y Dabriah anonadadas se acercaron al ave y con sus patitas lo golpearon curiosidad, esperando algún movimiento, pero no paso nada.

—ese pollo está bien frito...-Luna susurro sorprendida.

—yo pensé que Eris traería algún insecto...tal vez un caracol.-Dabriah admitió.

—¿un caracol para almorzar? eso no suena rico...

—ya los he comido, no saben tan mal ¡y con salsa picante saben mejor!.

—eew...

—¿qué? Pero miren que tenemos aquí ¿qué es esto que trajiste, pequeño? .-preguntó Kitty sorprendida, mirando al ave que había casado su hijo.

—creo que es un faisán, Papá Lobo dijo que hay muchos por aquí y tenía razón...-Eris expresó inocente.

—Eris ¿lo has atrapado tu solo?.-La Muerte preguntó, arrodillado para así inspeccionar al animal, en efecto, esa vida ya no existía en ese mundo.

—e-eh, s-si! .-Eris afirmó.-estaba distraído comiendo y recordé lo que Mami me dijo, entonces lo atrape.

—si así fue, supongo que entonces te costó mucho atraparlo ¿no? .-cuestionó la ladrona felina.

—oh sí, cuando salte hacia él trató de escaparse muchas veces, hasta me picoteo con su pico.-Eris exclamaba, tal cual el narrador de un fantástico cuento de hadas, alzando sus patitas en señal de asombro.-pero luego recordé lo que Papá Lobo me enseño, que los mordiera por el cuello ¡y funciono!.

La Muerte, con el orgullo brotando en su corazón al ver las tres presas que trajeron sus retoños, se dirigió hacia los gatitos y los atrapó a los tres entre sus fuertes y grandes brazos, para así amarlos con abrazos, besitos y mimos con su nariz, su cola a su vez se empezó a mover su cola.

—Estoy muy orgulloso de ustedes, mis lindos gatitos. Si que son grandes cazadores.-exclamó la Muerte con euforia.

—¿Estás feliz papá Lobo?.-preguntó Eris alegremente.

—muy, muy feliz, Eris.-replico él.

—Pero tú no cazaste nada, Papá Lobo.-agrego Dabriah confundida.

—¿se dieron cuenta? .-La Muerte dejó a sus tres pequeños en el suelo, más él se mantuvo sobre sus rodillas para verlos mejor.-Yo no necesito atrapar algo para demostrarles cómo se hace. Ustedes tres ya están preparados.

los tres hermanos se vieron sorprendidos entre sí, no lo habían pensado de esa manera hasta ahorita que su padre se lo había dicho. Y se vieron emocionados.
—¿entonces significa que podremos ser grandes y valientes como tú?.-pregunto Luna.

—grandes no, pero valientes ya lo son.

—ay, espero algún día ser como tu Papá Lobo y hacer todo lo que sabes hacer.-Eris respondio.-quiero ser como tú cuando crezca.

La Muerte al escuchar aquello por parte de su hijo, guardó silencio, más en su rostro la sonrisa no se iba y de pronto, siendo esta nacida del orgullo y la alegría, se transformó en una de ternura y conmoción. ¿Igual a él? ¿con su capucha negra y sus guadañas?...sería tan adorable...y lo mas lindo, es que era algo que él si deseaba con su pequeño corazón.

—eso suena excelente...

—¡te queremos papá Lobo!.-Luna exclamó, en manada, los tres hermanos abrazaron a su padre.

Maldita sea...no habían vidas más tiernas que las de ellos.

Kitty presenció esto, sonriendo ella también, entonces puso una falsa cara pensativa, llevando su patita a su mentón, al notar que había cautivado la atención de sus mininos, ella sonrió.

—no se si tu puedas comerte todo ese pollito por tu cuenta, Eris.-dijo Kitty,levantando al ave de una de sus tiesas patas.-tal vez...podrías compartirlo con tu familia ¿no crees?.

—¡si,si, pollito para todos! .-Eris exclamó en un ronroneo, haciendo que sus otras dos hermanas aplaudieran de la emoción.

(...)

Cerca de un viejo árbol, con un par de ramitas secas prendieron una fogata. Quedando solo los restos del ratón y la ardilla que habían cazado las dos gatitas. tanto Dabriah como Luna compartieron de sus comidas, incluso con su hermanito y aun cuando sus pancitas quedaron rellenas, aún hubo espacio para el faisán.

En un círculo, los tres gatitos ronroneaba emocionados, dándoles enormes y rápidos mordiscos a su comida, como si fuera la última de sus cortas 9 vidas,aunque el shinigami les ganaba, puesto que de un solo mordisco y jalón, desnudo aquel hueso de faisán...¡hasta el hueso empezó a masticar!. De un momento a otro Eris se distrajo y cuando menos lo esperaba, su madre ya sostenía en una de sus patitas el muslo a medio comer del faisán.  Claro, ella ahora era una madre agotada, sin embargo eso nunca la detuvo de seguir siendo la mejor ladrona que hubieran podido ver el mundo entero, muchas veces jugaba con sus hijos,robandoles sus juguetes y bocaditos. Pero al final, solo arrancaba las risas de ellos.

Pronto los huesos habían quedado en una pequeña pila.

Tambaleándose por lo llenos que se encontraban, Kitty los guió donde su amado esposo lobo y ahí ella se sentó, dejando que estos buscaran de ellos como un cobijo para una pequeña siesta.

—Este ha sido el mejor día de mi vida.-expresó Luna, bostezando mientras se estiraba en el regazo de su mamá.
Kitty acarició la espalda de su niña,sonriendo como ronroneaba, ella también lo hizo.

—de tus vidas querrás decir, recuerda que mami nos dijo que nosotros los gatos tenemos nueve.-Dabriah replicó, haciéndose una bolita entre el brazo de su padre.

—a mi solo le quedan seis.-la gata bicolor admitió.

—¿no que eran siete ?.-La Muerte preguntó a su esposa.

—no, fueron seis, acuérdate de la vez que metí un tenedor a un horno para sacar una pizza.

—ah, cierto...

—bueno, supongo que es el mejor dia de mi primera vida.-Luna corrigió.

—creo que el dia que me muera por primera vez recapacitare en este dia.-Dabriah soltó una pequeña risa, empezando a amasar al shinigami.

—¿creen que cada vez que muramos veremos toda nuestras vidas pasadas o es solo la que estuvimos viviendo?.-Eris cuestionó.-Sería tan raro ver una y otra vez mi vida...y saber que fue muy aburrida.

Sus puntiagudas orejas blancas rodearon al igual que su mirada se trastornó en una de duda e inquietud...¿donde había visto esto antes?. Fue hace mucho tiempo...quizás fue durante el momento que perseguía a aquella leyenda presumida y arrogante de ojos verdes y pelaje naranja para arrebatarle su novena vida. Miró a Kitty, preguntando sin palabra alguna, la gata sabía lo que esto significaba para su amado, entonces asintió con la cabeza con una cálida sonrisa. Así, que con tranquilidad, comprendiendo la inocencia e imprudencia de sus niños, la Muerte entonces dijo:

—¿saben algo niños?...ustedes tienen un talento muy especial, sus vidas extra no las tiene nadie más, pero no por eso deberían quitarles valor. Deben apreciar sus vidas, todas y cada una que vivan o vayan a vivir, porque algun dia llegara su novena vida...y no les durará para siempre...y yo...-pensó un momento, su rostro se tornó en tristeza de tan solo recordar lo que él mismo provocaría algún día a sus seres amados.-...yo quisiera que ustedes sepan que tienen que valorar sus vidas...

—¿hasta la más pequeñita?.-pregunto Eris curiosamente.

—hasta la más pequeñita.-Muerte acaricio su cabecita con ternura.-porque el día que se vayan, no se llevarán nada, solo el amor que les dimos yo y su madre...

—si...hoy están y mañana no se sabe.-Kitty agregó, hablándoles con ese mismo tono amable y maternal.-son como las estrellas en el cielo y sus deseos. Asi que cuidense mucho ¿esta bien?.

—Si mamá...-dijeron los tres.

Pronto se quedaron dormidos y solo quedaron la Muerte y Kitty. El par de enamorados que enfrentando cualquier incoherencia de la naturaleza, se enamoraron, no importando quienes fueran y qué roles les había dado el universo sobre esa tierra, sus corazones se envolvieron, atreviéndose a construir juntos un futuro juntos y así, trajeron nuevas vidas a ese curioso y salvaje mundo...

Kitty se acercó a su marido, la mismísima Muerte y sujetándolo de su hocico, lo beso con ternura, para así, abrazarlo por su brazo.

—te amo, grandulón...

—y yo te amo a ti, princesa mia...gracias...por todo esto...

¿Cómo han pasado los años?. Lo último que el shinigami podría jurar es que apenas un día Kitty le había dicho que dentro de ella florecía la vida de sus hijos y a la siguiente mañana, eran niños pequeños. Cuando menos se lo esperase, los tres serían rebeldes adolescentes queriendo retar a ese mundo mortal...y sabía que él y Kitty estarian ahi para ellos, enseñándoles quea veces el amor y el valor eran lo más valioso que tenían mientras sus corazones todavía latian.

No podía esperar a que los demás vivos se enteraran, a que vieran a sus hijos y supieran quien era su padre...para que sus rostros alumbrados de la sorpresa destilaran al saber que del amor, la Muerte creó vida y entonces contarles a todos esa linda historia.

Todas las familias tenían una historia que contar...bienvenido sea el que quisiera saber de la suya...

F I N






Y con esto. Acaba esta historia Kittydeath.
Muchas gracias por leer 💗

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