16
"no soy muy de gatos".
Eso fue lo que le dijo el lobo encapuchado le dijo al presumido y arrogante Gato con Botas hace muchos años dentro de esa prisión de cristal. Era algo que alguna vez mantuvo con firmeza y presumió con desprecio cuando se trataba de la vida restante de su eterno rival.
Y mientras Kitty preparaba la leche en los biberones, Ahora él se encontraba en el sillón tirado, quieto y con una leve sonrisa mientras dos gatitas blancas y uno bicolor se encontraban amasando su rostro, escalando sobre su cabeza con torpeza, atacando con sus patitas y jalando sus puntiagudas orejas o jugando entre ellos.
-miua...-Eris se hizo bolita sobre la frente de su padre, su cabecita miraba hacia todos lados, temblando en temor al no saber como volver a bajar. Además de que le daba miedo que sus dos hermanas, que ahora jugaban entre ellas, lo lastimaran.
La Muerte entonces lo sostuvo con cuidado de su lomo con sus dos dedos y lo bajo para que quedara sobre el sillón a su lado. El pequeño gatito bicolor levanto su vista carmesí hacia su padre y con curiosidad se acerco para subir por su cuello hasta llegar otra vez a su frente.
Se quedo quitecito mirando todo desde ahí...y volvió a maullar al no saber como bajarse.
si...definitivamente, La Muerte no era muy de gatos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro