(23-Noviembre-2015)
No sé cuánto tiempo más podré soportar tus insultos . Papá no está, salió fueras por su trabajo. La responsabilidad de cuidar de mis hermanos y de mi es solo tuya, porque el "hombre" de la casa no está. Al parecer es demasiado para ti, no te sientes capaz de cuidarnos, de darnos de comer todos los días, de limpiar la casa. Dices que estás cansada, pero realmente no haces nada, te la pasas en tu teléfono o viendo televisión.
Gritas, siempre gritas, todos los días hay gritos, gritos que podrían ser conversaciones "normales", te quejas, siempre te quejas, dices que quieres irte de casa, que sin ti nosotros nos engusanariamos, dices que la casa es un asco, que estás cansada, pero...¿Cansada de qué mamá?
Si los perros hacen su desastre (tenemos cuatro) la que limpia lo que hacen ellos soy yo, obviamente no lo hago siempre...y te enojas, también existe mi hermano, sabes?, Pero a él nunca lo regañas como a mí, a él solo le reprendes, pero no le gritas como a mi
Últimamente has estado insoportable, me llamas al trabajo solo para gritarme. Me dan ganas de trabajar todos los días para no estar mucho tiempo en casa, pero también tengo clientes desagradables que me hacen sentir mal, así que "prefiero" estar en casa soportando tus insultos, pero...¿Hasta cuándo?.
¿Cuando te quitarás la venda de los ojos?, ¿Cuando verás que lo que haces está mal?, ¿Cuando entenderás que lo que nos dices y le dices a mi papá nos afecta?,
¿Cuando te darás cuenta que nos estamos volviendo locos?.
A veces muchas ideas descabelladas pasan por mi cabeza, cuando me gritas de la nada o por alguna razón estúpida, te miro fijamente y me controlo para mantener la boca cerrada, porque sé que eso solo empeoraría las cosas. ¿Sabes qué es lo que pasa por mi mente en esos momentos?. Me imagino golpeando tu cabeza con un martillo, una, otra y otra vez, porque solo así te cerraría la boca. Tú tomas medicamento controlado, tu psiquiatra no sirve para nada, porque en vez de mejorar te te empeoró, te enloqueció. En tus botecitos de medicamento, a veces me gustaría cambiar esas pastillas por veneno, o algúna otra pastilla que te haga daño, para ya no escucharte más. Pero no lo hago, porque sé que eso traería malas consecuencias, sé que podría acabar en la cárcel, pero lo más importante, dejaría a mi hermanita sola, y eso es un lujo que no puedo darme, si sigo soportando tu voz, es por ella, porque estoy luchando por una vida mejor para ella, y cuando pueda rentar una casa, me iré con ella de este infierno que tenemos como casa.
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