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Capitulo 5: Día en familia



Tony decidió que era hora de enviar un mensaje a Shields, se puso su máscara de malvado y pidió a viernes una comunicación con el director de la agencia, cuando estuvo en una video conferencia con el mismo Nick Fury, con toda petulancia dijo lo que quería.

─Hey pirata, aquí Stark, te llamo para avisarte que tengo en mis manos a tu bello agente, me sorprendió que enviaras a cazarme a un inocente doncel, ¿en serio en qué cabeza cabe? Ah sí claro en tu calva, pero bueno te agradezco mucho el regalo, el chico esta hermoso y es una delicia en la cama. No sé si quieran rescatar a su agente o intentarlo, queda de ustedes, por ahora sólo les digo que está conmigo recibiendo mi hospitalidad y afecto.

Tony sabía muy bien el doble sentido de sus palabras podía ver lo enfadado que estaba el líder de Shields, al igual que la indignada agente que siempre le acompañaba.

─Si quieren recuperarlo podría no sé, quizá ofrecerles un trato. Piénsenlo ambos saldríamos ganando, si no igual gano, ese rubito es como decirlo suculento. Nos vemos.

Al momento la transmisión se cortó.

─Nunca debimos enviar a Steve, con ese monstruo.

─No lo sé Fury, siento que está mintiendo, creo que sí lo descubrió y apreso, pero dudo que lo haya violado.

O al menos eso esperaba la rusa, Steve era un chico dulce que no se merecía eso, además ella sabía que el jovencito sentía atracción por el mafioso, esperaba que este no hubiera hecho añicos sus ilusiones rompiéndolo. Steve podría parecer muy fuerte, pero era frágil. Después de todo era un doncel aun y con todo aquel rudo entrenamiento que había llevado y que lo convirtió en un soldado excepcional.

─Ojalá tengas razón Nath, ve con Clint y organicen una misión de rescate, quiero a Rogers de vuelta. Dile a Helen Cho, que prepare el arca por si es necesario al igual que una inyección abortiva.

─Entiendo, pero si Steve esta preñado, dudo que quiera la inyección, aun si ha sido violado él, él no mataría a un inocente.

─Ya lo veremos, dile igual que prepare píldoras supresoras, quizá podamos evitar que quede preñado y no tenga que pasar por esa elección, todo depende del tiempo apúrense a rescatarlo.

La agente asintió y salió de la sala en búsqueda de su compañero de equipo.

María Hill, se acercó a Fury le masajeo los hombros.

─Tranquilo, ellos van a rescatarlo y Stark, no sé por qué, pero no creo que sea tan malo, quizá debamos oír su propuesta, no digo que vayamos a ceder, pero debemos ganar tiempo, poner nuestras condiciones. Yo sé que aprecias mucho a Steve.

─Sí, es un buen chico, aun no sé por qué le permití enlistarse, no debí es sólo que...

─Creíste en su potencial, eso es bueno Nick.

El hombre asintió y abrazo a la chica antes de besar su frente. Para él María era como una hija, la adoraba, y Steve, bueno él era como un hijo también.

Steve se encontraba desayunando junto a Peter cuando Tony se acercó a ellos.

─ ¿Cómo la pasaron ayer?

─Bien.

Respondió el niño llevándose otra cucharada de cereal a la boca, eran Lucky charms y Peter los adoraba. Steve también tenía un bol lleno de Lucky charms, con leche.

─Me alegro, por cierto, Steve, ya sabe tu jefe que te tengo conmigo.

Steve borro su sonrisa al oír eso y pensó en como lo habría tomado Fury.

─ ¿Le dijiste que soy el niñero?

El rubio lo dudaba mucho, ya iba conociendo a Stark, el cual le sonrió travieso y se sentó a comer con ellos, claro su desayuno consistía en café y donas.

─Hoy la pasaré con ustedes, tengo el día para ti bebé, pero mañana debo salir de viaje, asuntos que responder con la Bratva, una tal familia Maximoff, está dando problemas con mis inversiones tecnológicas en Rusia, así que tengo que ver si formo una alianza o erradico el problema.

Comento como si hablase del clima.

─Cuida bien de Pete en mi ausencia, y aunque voy a llevarme a algunos de mis hombres conmigo, no creas que no habrá vigilancia, no intentes escapar.

─Papá, no seas malo, lo tatas mal, Steve es bueno, es mi nana ahora y se queda conmio, vamoa fugar, no tienes que tatarlo como si fuese un pisioneo. No me gusta.

Se quejó el niño haciendo un puchero que enterneció a ambos hombres. Steve sin poderlo evitar acaricio los cabellos del menor revolviéndolos.

─Bien cariño ¿a dónde te gustaría ir?

Pregunto Tony conmovido por el cuadro familiar, él en verdad quería a ese doncel a su lado permanentemente, aunque sabía lo difícil que sería conquistarlo.

─Al parque de diversiones.

Dijo el chiquillo con una perfecta dicción. A veces Tony, sospechaba que él podía hablar completamente bien, pero que gustaba de hacerlo como bebé en ocasiones, sobre todo cuando le reprendía o quería verse tierno.

─Muy bien, cuando terminemos el desayuno, Steve te alistara para que salgamos.

─Steve ¿viene?

Pregunto el niño con inocencia, Tony miro al rubio y dudo, le gustaría que fuese con ellos, pero a la vez si lo llevaba, seguro el capitán Rogers trataría de escapar, entre tanta gente y todo, no podía llevarlo amenazado y él vería su oportunidad.

─No lo sé...

─Quelo que venga.

Dijo Peter haciendo un lindo puchero.

─De acuerdo, Steve prepáralo para salir, tú también, hay ropa en tu habitación, vendrás con nosotros, sobra decirte que no intentes nada, habrá varios de mis hombres vigilando el parque y voy a colocarte un rastreador ¿estamos?

─ ¿Qué te hace pensar que no me lo quitaré?

─No podrás, será un rastreador subcutáneo que te pondré por medio de una inyección, no puede removerse a menos que te hagas una microcirugía.

─ ¿Pero ¿qué? ¿Acaso crees que soy un animal?

Peter jalo la tela del pantalón de Steve. para llamar su atención.

─Yo tengo uno aquí, dolió la pinchada, pero papá dijo que es pa potegerme, así siempre sabrá donde estoy y me buscara si lo alejan de mi o me meto en pobemas, me buscara hasta el fin del mundo.

Dijo el pequeño y el rubio asintió.

─Todos mis hombres tienen uno, vivimos en un mundo peligroso, no es sólo por control, es por protección, los veo aquí en una hora.

El rubio asintió cargo al pequeño llevándolo a alistarse. Se arregló también y no dejo de pensar que esa fuera su oportunidad de escapar rastreador o no. Antes de salir de la mansión, Tony le puso la inyección que le había dicho. Noto que varios de sus hombres disfrazados de civiles, les siguieron.

Peter no paraba de parlotear durante el camino y cuando llegaron sus ojos brillaron con entusiasmo, le tomo de la mano y corrió con él hacia el área de juegos.

Le parecía divertido y tierno ver como interactuaban padre e hijo en esa feria sin que hubiesen de por medio armas o negociaciones peligrosas, sólo una familia feliz. El pequeño siempre le preguntaba cosas, le miraba sonriente y aferraba su mano. En más de una ocasión intento alejarse y perderse entre la gente, pero uno de los hombres de Tony o el mismo lo capturaban al poco tiempo. Suspiro frustrado y decidió tratar de disfrutar el día. Peter monto en cuanto juego quiso, en algunos lo hizo acompañado de ellos. Después fueron a comprar golosinas, papas con salchipulpuos, manzanas con chamoy, algodón de azúcar, banderillas, marquesitas y churos con cajeta, fueron los aperitivos que se comieron ese día.

Después Peter quiso jugar a las canicas y gano una espada de juguete, Tony reto a Steve, en el juego de tiro al blanco y este acepto, sus tiros fueron perfectos, así que podría escoger un premio, dejo que el niño eligiese y escogió un peluche de un enorme oso más grande que él, era gracioso verlo intentar cargarlo. Después Tony participo en el juego dejándole impactado al notar su perfecta puntería, pues el rubio pensó que solo sus hombres eran los que usaban armas, al parecer no. Sonrió petulante cuando vio su cara de asombro.

─Vamos rubio, elige tu regalo, cediste el tuyo a mi bebo, es justo que te dé el mío.

Dijo guiñándole un ojo, Peter estuvo de acuerdo. No pudo evitar ruborizarme, sintiéndose en esa escena cliché donde en la cita el chico gana el premio para la chica.

Steve entonces eligió un pequeño tsum tsum de Iron man, no podía evitarlo, ese era su súper héroe favorito, Aunque algunos solían decirle que se parecía al capitán américa.

Tony rio al verle con el peluche.

─Espero duermas con él, y pienses en mí.

Sonrió coqueto y el capitán se sonrojo, ese hombre siempre enviaba mariposas a su estómago.

Cuando volvieron del parque, Tony decidió que fueran al cine a ver una película infantil, Peter eligió la de Spiderman, a él, así como a Steve le gustaban los súper héroes y a veces pasaban las tardes viendo caricaturas, juntos.

El final del día fue una cena amena de los tres en un restaurant familiar dónde Peter termino con la carita pintada y un globo con forma de perrito.

─Papá quiero un perrito más para acompañar a Flash. O y un gato igual.

─Vale, cuando seas un poco más grande y puedas cuidar de dos perros y un minino, los tendrás.

Respondió Tony sonriente, Peter hizo un puchero, pero acepto.

Cuando al fin Steve, adormeció al niño volvió a su cuarto, se sentía cansado, pero alegre, noto asombrado que varias horas atrás había olvidado los planes de escape y se reprendió por eso. Entonces entro Tony al cuarto y se sonrojo al verlo.

─Gracias por hoy pequeño.

─De nada y no me llames así.

Tony rio y se acercó a él.

─Cuida de mi niño, no sé cuánto demore, pueden ser un par de días o más, llamare a diario, mi avión sale en unas horas.

─De acuerdo, pero no te aseguro estar aquí cuando vuelvas, seguro Fury enviara un escuadrón de rescate por mí.

Tony rio por lo bajo.

─Considerando lo que le dije, sí, y debe haber enviado su comitiva, de igual forma estas bien custodiado aquí y sé que te veré a mi regreso o al menos eso espero. Si acaso, en el remoto caso de que tu gente logre burlar mis defensas y entrar, vete con ellos, pero no se les ocurra llevarse a Peter como rehén, o entonces no veras más a Tony Stark, este hombre de familia, veras al mercader de la muerte, ¿estamos?

─Tony, jamás haría eso, ese niño es adorable, nunca le haría daño.

El moreno sonrió.

─Tú también eres adorable, ven acércate, dame un beso para la suerte.

Dijo el mayor acercándolo a él, Steve se sonrojo de nuevo, sabía que debía negarse o apartarlo, pero no pudo y dejo que el millonario posara sus labios en los suyos y lo besara una y otra vez hasta dejarle los labios rojos.

─Dijiste un beso.

─No te opusiste a recibir más, descansa bonito. Y de nuevo gracias por hoy.

Tony salió sonriente del cuarto y un muy confundido Steve se llevó un par de dedos a los labios y presiono como sellando aquellos besos.



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