6. Yoongi
Yoongi tenía a sus propios demonios acechándolo desde la oscuridad, y apenas lo dejaba dormir, por eso a las tres de la mañana estaba vagando por los pasillos de su casa.
Las palabras que le dijo a Jimin, el odio que le gritó a su hijo y las marcas que le hizo a Lisa eran actos que nunca iba a perdonarse.
Y aunque realmente se le hacía incómodo el que su hijo fuera hetero, estaba luchando contra esa parte de su mente.
No es que odiara a ese tipo de gente, él en verdad no lo hacía, o solía hacer.
Pero cuando cumplió 8 años y entendió que él sólo tenía una madre, preguntó dónde se encontraba la otra. Porque él sabía que la señora Min no era su madre biológica incluso si le había dado el apellido. Su mamá, TaeYeon, le dijo que Jessica, su verdadera madre, no había estado lista para entrar a la maternidad por lo que se había ido. Pero que ella siempre se había ocupado de darle amor por dos personas. Como todo niño quiso conocerla y fue insistente hasta que a los trece años escuchó a su mamá contándole a su nueva esposa, la señora Young, que su verdadera madre se había ido en el segundo que supo de la existencia de Yoongi y confesado que era heterosexual. Su madre no había sido más que una pantalla para su orientación sexual todo ese tiempo, luego de Yoongi, que hubiera sido un Jung en vez de Min, se había mudado a Estados Unidos y cortado todo tipo de posible conexión.
Y puede que desde entonces Yoongi les tuviera un poco de rencor a los de esa clase, pero no por eso había tenido el derecho de desquitarse con su primogénito.
Yoongi iba descalzo, para no hacer ruido, arrastrando sus pies por la alfombra. Jimin había aceptado dormir con él, solo acostarse a su lado, luego de haber visto sus ojos azules llorosos con los que se había sentado al pie de la escalera cuando Jungkook directamente se había ido a su habitación y encerrado sin haberle hablado.
Sin embargo, tener al amor de su vida durmiendo a su lado no lo ayudó a conciliar el sueño.
La habitación de Lisa estaba al lado de la principal, así que se dirigió allí primero.
La contempló un momento, su cabello estaban por todo alrededor de su cara, llevaba su pijama de flores, que estaba levantado un poco, revelando su pancita y bajo el brazo tenía al Señor Arcoíris, ese oso la acompañaba a todos lados y estaba presente en la mayoría de las fotos familiares. La sábana, como siempre, le tapaba los pies ya que la niña alegaba que desde allí los monstruos solían llevarse a sus presas.
Yoongi sonrió melancólico, por haberla extrañado tanto y se acercó a la mesita junto a su cama, encendió la lámpara que él mismo le había comprado, que llenaba la habitación con sombras de forma de golondrinas, según Yoongi cuando se la entregó a Lisa, los pájaros eran él y Jimin, sus papis, que siempre iban a estar protegiéndola cuando durmiera.
Observó las paredes un momento y luego se arrodilló a su lado, besó su cabecita y le acarició su cabello por un tiempo. Con un te amo murmurando contra su frente, siguió su camino a la habitación de su hijo.
Luego de casi una semana volvía a tener a su familia bajo su techo, bajo su cuidado, y era tan hermoso estar en la casa mientras todos dormían, se sentía como el guardián de esas tres personas qu alegraban su vida enormemente.
Pero, quizás sólo dos personas estuviera dormidas, porque mientras más se acercaba a la habitación de Jungkook más sonidos se escuchaban. Respiraciones fuertes, pero se escuchaban lejanas como si estuvieran haciendo eco en un lugar vacío.
Preocupado abrió lentamente la puerta, encontrando la cama vacía. Por debajo de la puerta del baño, la luz se filtraba, revelando donde Jungkook se encontraba.
Al pegar la oreja a la puerta pudo escuchar a su hijo intentar ahogar sus sollozos, sintiendo a su corazón hundirse hasta la altura de su estómago. Pero no fue eso lo que lo hizo alarmarse y entrar al baño sin aviso, fue la maldición saliendo en una voz rota y el repiqueteo de algo pequeño de metal, chocando contra los azulejos del baño.
Y Yoongi vio borroso cuando divisó una pequeña gota de sangre gritando de agonía en lo blanco pulcro del piso del baño.
"No, no, no, no" murmuró, cayendo de rodillas y tomando la pequeña hoja de afeitar entintada de culpa.
No vio la reacción de Jungkook al verlo entrar, todo en lo que podía enfocarse era en la sangre y aunque no fuera mucha, aún así se sentía como un maldito océano para Yoongi.
Con sus manos temblorosas, y sus oídos tapados por el llanto de Jungkook, que ya no lo retenía, tomó los brazos de su hijo, quien luchaba en el piso para alejarse de él, arrastrándose hacia atrás incluso si su espalda estaba contra la pared.
Sin saberlo, Yoongi seguía repitiendo no una y otra vez mientras hacía todo lo posible por detener el sangrado. Había comenzado a llorar también, su mente gritando ¡mira lo que has hecho!. Tomó la pequeña toalla que había en el suelo; y decidió ignorar el hecho de que todo lo que se necesitara para este tipo de cosas estuviera ordenadamente presente en el baño, como si su hijo lo hubiera hecho otras veces y supiera exactamente qué hacer; y la presionó contra el corte en su muñeca derecha, besando su otra mano, quien había sido el causante de la abertura.
Degustó sangre en sus labios, ya que Jungkook tenía las manos manchadas en algunas secciones pero siguió besándolas, cambiando sus no, por te amo que no eran nada más que la pura verdad.
El olor a sangre o la culpa, realmente no sabía cual, estaba empezando a marearlo. Y Jungkook estaba frío, con sólo un short, sin medias ni remera.
Su cara, al igual que sus ojos, estaban rojos y su cuerpo temblaba con la fuerza de sus espasmos.
Yoongi lo abrazó, casi subiéndolo a su regazo, envolviendo sus brazos alrededor de su torso desnudo. Jungkook acunaba sus manos heridas en su pecho y Yoongi los mecía de adelante a atrás para tranquilizarlo, con dulces palabras al oído, y luego acariciando su cabello húmedo por el sudor frío que recorrí su cuerpo.
"Todo va a estar bien, amor. Todo, te lo prometo, lo juro. Te amo. Te amo. Te amo" besos de vez en cuando eran depositados en su cabeza. "Vamos a estar juntos por siempre. Perdóname, Jungkook. Perdón, perdón. No es tu culpa, bebé. Te amo, te amo, te amo"
Luego de lo que parecieron horas, eternas horas de lágrimas por ambos hombres, se calmaron lo suficiente para levantarse y en silencio Yoongi le lavó las manos, sacándole la sangre seca y dejando ver sus cortes limpiamente.
Jungkook miraba al suelo mientras Yoongi curaba sus heridas, revelando otras que no estaban curadas en lo absoluto. Y todas eran recientes.
"Fue por lo que dije, ¿verdad?" la voz de Yoongi salía demasiado gangosa y rota, incluso si de sus ojos sólo salían pocas lágrimas ahora, su alma parecía estar llorando a cataratas, quemándole las mejillas en su camino abajo.
Su hijo intentó quitar sus manos pero Yoongi ejerció presión en sus dedos para que lo dejara desinfectar la herida para poder envolverlas con gasa.
Caminaron hasta la habitación, sentándose en la cama. Jungkook negaba con la cabeza lentamente.
"No" y luego comenzó a llorar de nuevo. "¿Por qué soy así, papá? Yo no quiero, ¿por qué?"
Y al ver que su propio hijo no se aceptaba por ser como era, hizo a Yoongi aceptar la heterosexualidad de Jungkook sin dudas.
Secretamente se preguntaba si el hecho de que se odiara era su culpa.
"Porque naciste así, cariño, y eso no se cambia y no quiero que lo cambies. Te amamos como eres. Ámate también. Eres tan buen hijo, hermano, alumno, amigo. Perdón, por todo. Perdón" y Yoongi era tan malo con las palabras que se desesperaba por hacerle entender a Jungkook que estaba bien que fuera hetero y que él lo amaba. ¡Jungkook tenía que saber que su papá lo amaba! Su pecho ardía por los acontecimientos, sus ojos goteando desde el segundo en que había entrado al baño. Cuando se escuchó el rechinar de la puerta, revelando a Jimin, Jungkook se tiró a sus brazos, llorando más fuerte. "No" musitó, escondiéndose en su cuello.
Yoongi lo apretó fuertemente contra su pecho deseando volver el tiempo atrás, haber reaccionado bien, haber aceptado a su hijo desde el primer segundo que las palabras habían salido de su boca, como Jimin lo había hecho.
Se dio cuenta el momento exacto en el que Jimin entendió lo que sucedía en cuanto miró el baño, sus ojos avellanos llenándose rápidamente de lágrimas y Yoongi no podía verlo a la cara. No cuando seguía sintiendo que todo era su culpa.
"¡No!" gritó su hijo, y Yoongi lo apretaba cada vez más, cuando Jimin quiso acercarse.
Yoongi negó con la cabeza, aún sin mirarlo, para que no se acercara. Jungkook, por alguna razón, así lo quería.
Si con sus sollozos habían despertado a Jimin cabía la posibilidad de que también lo hicieron con Lisa y Jimin pareció pensar en eso en cuanto se fue, dejándolos solos.
Jungkook se aferraba a la remera en la parte de su espalda, exprimiendo la tela fuertemente y seguramente la fuerza hiciera sangrar los cortes recientes pero Yoongi entendía la implicación de la forma en que se aferraba a él.
"Estoy aquí, hijo. No me iré" comenzó a mover su mano de arriba a abajo por la espalda de Jungkook, intentando tranquilizarlo de nuevo. "Te amo y estoy tan orgulloso del hombre que eres" agregó al final. Queriendo asegurarse de que su hijo entendiera.
Poco a poco se acomodaron en la cama, Yoongi se hizo una nota mental de comprarle una cama de dos plazas para futuras ocasiones, y Yoongi lo siguió abrazando incluso después de que Jungkook se durmiera.
Ambos de costado, con la cara de Jungkook enterrada en su pecho y sus brazos lastimados en el medio.
Besó su cabeza toda la noche, mientras en su mente vagaba por todos lados.
Jungkook era lo más importante que tenía en su vida, su pequeño niño era la razón por la que él estudió todos esos años, por trabajar cada día y querer un futuro.
Yoongi lo apoyaba, lo aceptaba más incondicionalmente que nunca, porque él lo amaba.
Amaba a su hijo por sobre todas las cosas.
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