Un disparo en la costilla
—Mis padres vendrán de visita—anunció TaeSuk en la cena provocando que sus hijos se quedarán estáticos, y JungKook empezará a toser con violencia al ahogarse con el agua que bebía.
—¡¿QUÉ?!—gritaron todos a la vez claramente alterados, hasta Yoonyo que pecaba por calmada la mayoría del tiempo.
—Llegan mañana temprano—siguió diciendo el omega antes de beber de su copa con agua.
—Taesuk, ellos no pueden venir.
—Y también deseo que no vengan, pero lo harán—exclamó con tranquilidad la madre de la manasa Jeon levantándose al terminar de cenar.
Los hijos del matrimonio miraron a su padre.
—Haz algo, papá—dijo Taejun mirando al alfa—. Los abuelos no deben venir.
—Y es algo que no quiero—dijo JungKook levantándose de la mesa—. Convenceré a su madre de que no los deje venir.
—Muy tarde, llegarán mañana a las 5:00 a.m.—dijo el omega apareciendo en el comedor—. Sean valientes, podemos sobrevivir un día con ellos.
—Dilo por tí—exclamó JungKook tomando a Yoonyo y a Daejun en brazos—. Me iré a un hotel con los niños, volvemos cuando tus padres se vayan.
—Estoy de acuerdo con papá—exclamó GyeunHyo.
—Eres un miedoso de primera, Jeon JungKook—refutó el omega con una sonrisa, no podía creer que su familia fuera tan débil.
—No es miedo, TaeSuk, es ganas de vivir—exclamó el alfa soltando a sus hijos para alzar su suéter, y mostrar una cicatriz en sus costillas—. ¿Ves esto? Es la cicatriz de la operación que me debieron hacer para sacarme la bala que tu papá me disparó.
—Eso fue hace nueve años, JungKook.
—¡Y tú padre sigue queriendo matarme!
—Jungkook, no puedes asegurar eso—se quejó el omega a lo que el alfa negó—. Por favor, háganlo por mi.
—Ta bien mami—dijo Yoonyo caminando torpemente hacía el omega para abrazarlo por la pierna.
El omega acarició los cabellos de su hija, antes de sentir como Daejun lo abrazaba.
—Yo también te apoyo mamá—dijo Daejun sonriéndole. El omega mayor miró a su esposo e hijos alfas.
—Estamos tres omegas versus ustedes tres, alfitas.
—No vamos a caer—dijo Taejun a lo que el omega solo sonrió...
—Debimos contratar un servicio de limpieza—comentó GyeunHyo mientras limpiaba limpiaba la mesa de la sala—. Esto es agotador.
—Casi no haces nada—se quejó Taejun tirando el trapo con el que limpiaba la estatua de Buda que se encontraba en el lateral izquierdo cerca de la nueva televisión.
—Alcen los pies, que si se los barro se casarán con un viejo—dijo JungKook mientras barría, hasta que se detuvo para ver a sus hijos mayores—. ¿Por qué no puedo usar la aspiradora?
—Mamá dijo que la uses solo para recoger pelusa—exclamó Daejun mientras cambiaba acomodaba los almohadones del sofá.
JungKook hizo una mueca de disgusto pero siguió barriendo. TaeSuk salio del comedor con Yoonyo en sus brazos.
—Cuando terminen de limpiar, se pueden ir a dormir, recuerden que deben levantarse temprano, estaré con mis padres aproximadamente a las 6:00 a.m.
—Está bien mamá—dijeron los niños terminando sus deberes. JungKook tomó la aspiradora de mano para recoger la pelusa que pudiera estar en los sofás.
—Bien.
Y el omega se dispuso a llevar a su hija a dormir. Los niños terminaron sus deberes y se fueron a sus habitaciones, JungKook en cambio suspiró. Aún le faltaba lavar los platos.
Quién lo diría, de mafioso a sirviente. Su vida sonaba como la canción que le cantaban los ratones a cenicienta.
JungKook entró a su habitación sintiendo como zapato después del trabajo. Quería dormir durante varias horas, o era así hasta que vio a su esposo sentado frente al tocador aplicando cremas en su cuerpo. Su adorable omega se cuidaba tanto para seguir siendo bonito.
—¿Terminaste?—preguntó TaeSuk girándose a verlo. El alfa no dijo nada y se acercó, el omega le miró a través del espejo cuando lo vio tras de él—. ¿Kookie?
TaeSuk no supo que pasó, no cuando su espalda terminó contra el vidrio y él sentado sobre el tocador, con JungKook entre sus piernas.
—El mundo se puede ir a la mierda—exclamó el alfa antes de lamer el cuello de su omega—. Y a la mierda se puede ir una simple mamada—dijo desabotonando la pijama de TaeSuk.
Jeon estaba harto de solucionar sus erecciones con una felación de parte de su esposo. Lo odiaba. Y mientras lo desvestía, el omega buscó los labios de su esposo antes de unirlos a los suyos.
Ambos se empiezan a desnudar. Sus feromonas se mezclan demostrando los deseos sexuales que ambos quieren apagar. JungKook acaricia la cintura de su esposo, mientras frota su erección contra la entrepierna del omega. Ambos gimen deseosos.
—Mierda, Jeon, fóllame—ordena el omega besando la manzana de Adán del alfa, antes de enganchar sus estilizadas piernas a las caderas del mayor que lo alza sujetándolo por el trasero para guiarlo a la cama, donde el omega termina acostado con su esposo sobre él.
Jeon se separa para quitar aquel molesto pantalón de pijama que el Lee portaba, llevando consigo los boxers de este, los cuales ya estaban manchados del lubricante natural del omega.
—¿Estás listo, amor?—pregunta JungKook lamiendo el pezón izquierdo de su esposo.
—Sí—y con eso TaeSuk termina apoyado sobre sus antebrazos, con la frente sobre el colchón. Gime cuando escucha a JungKook jadear y frotar su entrepierna aún vestida contra su trasero.
El alfa se desviste en movimientos rápidos, y frota su glande contra las nalgas de su esposo. Cuando JungKook lo penetra TaeSuk gime agudamente antes de sentir los dedos de JungKook entrar en su boca. Mierda su esposo sabe de antemano la fijación oral que tiene y sabe complacerlo.
Las penetraciones de JungKook son rápidas, profundas, salvajes facilitadas por el lubricante del omega. Sus pieles chocan. El alfa lo sujeta del cabello jalándolo para que termine con la espalda arqueada. Los dedos del Jeon salen de su boca y bajan hasta sus pezones.
—Extraño que amamantes—gruñe JungKook contra el oído de su esposo antes de apretar el pezón derecho del omega que gime y aprieta las sábanas debajo de él al sentir el falo de su marido golpear su próstata.
Ambos se extrañaban en el ámbito sexual. No es lo mismo tener sexo en una casa en la que están sus hijos, en comparación cuando eran novios.
—Kook—gime TaeSuk antes de sentir como su esposo se separa antes de darle la vuelta, dejándolo con la espalda contra el colchón.
El omega tiene el rostro rojo, sus ojos están húmedos tentados a sollozar por el placer. Sus pezones están erectos, sus muslos blancos ahora con marcas rojas donde fue sujetado por Jeon cuando se empezaron a besar.
—Debo dibujarte así—exclama JungKook abriendo las piernas del Lee para sujetarlo por los muslos, los cuales condujo a su cadera—. Te ves tan lindo así todo destruido, bebé.
Se siente bien, jodidamente bien
—No digas eso—se queja el omega ladeando su rostro apenado.
—Digo la verdad—exclama JungKook guiando su miembro a la entrada de su esposo antes de sonreírle y penetrarlo con fuerza sacando un jadeó al omega que clavar sus uñas en los brazos del alfa.
—Mierda Jeon, se siente bien.
JungKook sonríe al escuchar su apellido de los labios de su omega. Tantos años y aún cuando lo jodía su pareja le seguía llamando por su apellido.
El alfa pronto vuelve a un ritmo rápido de embestir aquel hermoso cuerpo de su pareja. Sí, duele pero se siente bien, placenteramente bien.
JungKook se inclina y empieza a besar y marcar aquel cuerpo delgado. TaeSuk en cambio toca el abdomen marcado de JungKook, mientras sube sus manos hasta clavar sus uñas en lo hombros del alfa cuando el abuso a su próstata aumenta. Gime encantado. Maldito Jeon JungKook y su increíble movimiento de caderas.
El alfa se inclina para mordisquear sus pezones con leve fuerza, sabiendo cómo complacer a su esposo que mueve las caderas para encontrarse con las embestidas del alfa.
TaeSuk empieza a sentir aquella tensión en su bajo vientre, desliza su mano hacía su miembro que gotea el presemen, sujeta su falo y sube su mano por toda su extensión, rápido y lleno de desesperación.
JungKook le embiste más rápido, sujetándolo fuertemente por sus piernas. TaeSuk coloca sus talones en la espalda baja de Jeon para instar a que vaya más profundo.
—Vamos bebé, ven para mí—ordena JungKook golpeando repetidamente el punto de placer del omega. El alfa jadea cuando siente al menor apretarse a su alrededor—. Eres tan apretado.
El sudor recorre los músculos del alfa, y el cuello del omega. JungKook se inclina y clava sus dientes en el cuello de TaeSuk volviendo a reafirmar la marca del lazo. El Lee deja de tocarse y araña la espalda del alfa claramente extasiado cuando su orgasmo estalla abrumadoramente entre los vientres de ambos. El impactante placer liberado le deja sin aliento y el alfa se inclina para besarlo lascivamente, mientras embiste desordenadamente pero de forma brusca.
—Voy a correrme—anuncia el Jeon mirando a su esposo que tiembla en sus brazos ante la sobre estimulación.
—Hazlo dentro—pide TaeSuk.
—¿Estás tomando anticonceptivos?
—Sí, ahora hazlo, anúdame alfa—ruega abrazándose a su esposo.
—Buen omega—felicita JungKook antes de penetrar profundamente luego de unas cuantos empujones; el alfa deja escapar un ronco gemido que hace al omega retorcerse al sentir el semen llenarlo. Las caderas del alfa se sacuden levemente antes de quedarse quieto.
TaeSuk gimió antes de besar a Jeon, cuando el nudo en la base del pene del alfa expandió sus paredes.
—Me siento tan lleno—exclama TaeSuk besando a su pareja.
—Quédate quieto amor, o nos podemos lastimar—exclama JungKook antes de girarse en la cama y acomodar a su esposo sobre su pecho—. ¿Cómodo?
—Mucho—contesta TaeSuk acomodando su mejilla contra el pectoral del alfa, escuchando los latidos del corazón del mayor.
—Descansa bebé, porque apenas baje mi nudo vamos por la segunda ronda—y el omega sonrió encantado, mientras el alfa recorre los costados de sus caderas, para después hundir sus dedos en las piernas de TaeSuk.
Los minutos pasaron y cuando el nudo bajo JungKook sonrió mientras su esposo suspiraba sabiendo lo que se venía.
—¡JEON JUNGKOOK!—gritó TaeSuk sentándose en la cama.
JungKook que estaba entrando a la casa con los trillizos y Yoonyo, al traerlos de la escuela prefirió volver a salir con sus hijos.
—Vamos niños, debemos vivir.
—¿Qué le hiciste a mamá?—preguntó Daejun apresurándose a seguir al alfa mayor.
—Sus abuelos no vinieron debido a que su madre no los fue a buscar, parece que recién se levantó y acaba de ver la hora.
—Carajo—exclamaron Taejun y GyeunHyo apresurados.
—¿Ya comprenden?—preguntó el alfa a lo que los niños asintieron.
—¡Oh, oh!—y esa exclamación de Yoonyo los sacó de balance.
—¿Qué significa oh, oh?—inquirió GyeunHyo y Yoonyo señaló detrás de ellos.
—Mami.
Y los cinco sudaron frío.
Resubido
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