Cuarta parte
A la mañana siguiente, Kyungsoo comenzó el día más temprano de lo usual; ni siquiera habían salido los primeros rayos del sol, aunque el cielo ya comenzaba a tornarse claro. Lo primero que hizo fue echar a andar la lavadora, luego preparó el desayuno, finalmente se cambió el pijama por un atuendo casual para salir y sólo cuando hubo completado cada tarea, se dirigió a la habitación de Youngsoo para despertarlo.
Youngsoo, con los ojos apenas abiertos y refunfuñando por haber sido levantado tan temprano, comió toda la comida de su plato mientras Kyungsoo le preparaba un contenedor con el almuerzo para el jardín de niños. Luego de enviar a Youngsoo a lavarse los dientes y cambiarse de ropa, dejaron la casa.
—Papá, mi escuela no es por aquí —dijo Youngsoo al tiempo que miraba por la ventana con ojos desconcertados.
—Aún es temprano, iremos a la fábrica a visitar a tus abuelos antes de tus clases, ¿quieres?
Vio la expresión alegre del niño a través del retrovisor. Youngsoo se había criado los primeros años de su vida en casa de sus padres, de modo que estaba muy apegado a ellos. Incluso después de mudarse, solía verlos con bastante frecuencia. A pesar de eso, Youngsoo se emocionaba cada vez que los veía.
—¡Sí! —De repente, lo miró con curiosidad—. Papá, ¿hoy trabajas?
Kyungsoo asintió vagamente, sin distraerse demasiado del camino. A decir verdad, en ocasiones sentía que abusaba de los privilegios que tenía al ser hijo de los dueños de la fábrica, pues se tomaba largas vacaciones pagadas y asistía a trabajar solo cuando era requerido. Pero habían sido sus padres quienes lo sugirieron en primer lugar, pues no estaban de acuerdo con dejar a Youngsoo a cargo de una niñera y ellos no estaban siempre disponibles para cuidarlo.
Finalmente llegaron, la gente los saludó cuando cruzaron la entrada y se dirigieron a la oficina de sus padres, y a mitad del camino, su padre giró por un pasillo lateral hacia el pasillo por donde iban ellos. Estaba hablando con otros dos hombres, al parecer dándoles indicaciones de algo, pero al notarlos, simplemente se despidió y comenzó a caminar más rápido. Su rostro, antes con una expresión de solemnidad, se trasformó en una mueca más familiar y cálida.
—Mira a quién trajo el viento —exclamó el hombre, abriendo los brazos mientras veía a Youngsoo, quien corrió torpemente por la mochila en su espalda.
—¡Abuelo!
—Mi pequeño vándalo, qué feliz me hace verte —A pesar de que era un hombre de baja estatura, aún conservaba su buen físico y podía levantar sin dificultad a Youngsoo con un solo brazo. Le llenó la cabeza de besos y miró a Kyungsoo con una sonrisa amplia—. Hijo, ¿cómo han estado? Ya era hora de que me trajeras a mi nieto.
El hombre de tocó el hombro con su mano libre y lo acercó para un abrazo.
—Los extrañábamos —dijo—. ¿Mamá está aquí?
—No, tenía otros asuntos.
—De acuerdo —Kyungsoo se rascó la nuca y suspiró—. La verdad es que también vine a ver cómo están las cosas por aquí, ya que me siento culpable por haberme tomado tantos días libres.
No era toda la verdad, aunque tampoco era completamente una mentira. Sí se sentía de ese modo, a pesar de que la principal razón era que necesitaba una excusa para no ver a Jongin ese día, aun si moría de ganar por hacerlo.
—No te sientas culpable, hijo, la prioridad es que pases tiempo con Youngsoo.
Se sintió conmovido. Tenía unos padres muy comprensivos, ya que sabían lo complicado que podía resultar ser padre soltero de un niño pequeño. Estaba consciente de que pocas personas corrían con esa suerte, y por ello estaba tan agradecido.
—Me alegra que hayas venido —dijo su padre de pronto—. Varias máquinas han estado fallando y recientemente perdimos personal, no quise llamarte, pero ya que estás aquí, serás de mucha ayuda.
—Está bien, dime cuáles y las revisaré.
—Muy bien, encárgate de eso, yo llevaré a mi nieto al jardín de niños.
*
"Hola, Kyungsoo.
¿Cómo va tu día? Hoy no te vi en el jardín de niños".
Kyungsoo se limpió la ligera capa de sudor que le cubría la frente con un trozo de papel y miró detenidamente la serie de palabras que saltaban en la pantalla del teléfono. Tuvo una mezcla de emociones mientras leía una y otra vez aquel mensaje, debatiéndose entre responder o no.
Había pasado toda la mañana trabajando, cuando su padre se ofreció a ir por Youngsoo al jardín de niños él no pensó en interponerse, y aproximadamente media hora más tarde, Jongin se contactó con él. Pensó que sería muy descortés de su parte no enviar una respuesta. Así que lo hizo.
"Hola, Jongin, estuve muy ocupado en el trabajo, fue mi padre quien se encargó de llevar y traer a Youngsoo".
Casi al instante, recibió otro mensaje.
"Qué lástima, me habría encantado verte. Suerte en tu trabajo, nos vemos luego".
Kyungsoo suspiró, tratando de no sentirse afectado, aunque era inútil.
"Claro, gracias".
Quizá estaba siendo demasiado seco y tajante, pero en ese momento era lo que creía correcto.
Creyó que Jongin notaría su sutil declinación, pero no lo hizo.
"Entonces, ¿ya pensaron tú y Youngsoo a dónde quieren ir el fin de semana?".
Miró a Youngsoo, quien se hallaba guardando algunos juguetes dentro de su mochila. Kyungsoo pensó que sin duda él estaría feliz de ir a cualquier lugar, pero no quiso preguntarle. En su lugar, volvió a escribir una respuesta.
"Hay algunos problemas en el trabajo, estaré muy ocupado y probablemente se extienda hasta el fin de semana".
Tan pronto como lo envió, se sintió arrepentido. Estaba en una lucha constante entre rechazar a Jongin y querer salir con él para conocerlo mejor. Incluso le pasó por la mente enviar otro mensaje y ofrecer verse otro día, pero antes de poder hacerlo, Jongin se adelantó.
"Está bien, no te preocupes".
Parecía que al fin había entendido, pues no envió más mensajes durante el resto de la semana.
*
Durante los siguientes días, Kyungsoo tuvo el impulso de contactarse con Jongin, de buscarlo y quizá explicarle la razón de su negatividad, pero se dijo que probablemente lo mejor era dejar las cosas como estaban. Así fue como terminó por sumergirse en el trabajo, en tanto que sus padres se encargaban de llevar e ir por Youngsoo.
Ya era viernes y no podía sacarse a Jongin de la cabeza, de modo que se dispuso a arreglar una vieja máquina que tenía meses sin ser utilizada. Mientras trabajaba en la bodega polvorienta, dejó su celular en silencio y casi lo olvidó dentro de su mochila.
Después de algunas horas de trabajo intermitente, observó el reloj colgado en la pared, solo para descubrir que las clases de Youngsoo habían terminado casi media hora atrás y ya deberían estar de vuelta. Supuso que sus padres habían llevado a Youngsoo por un helado, o quizá a comer, así que decidió dejar el trabajo y prepararse para irse a casa una vez que Youngsoo llegara.
Pero cuando pasó el tiempo y aún no volvían, se preocupó un poco y extrajo su teléfono de la mochila para llamarles.
Se preocupó al ver que tenía cinco llamadas perdidas de Jongin, además de una serie de mensajes.
"Hola, llegué al jardín de niños un poco tarde y casi todos se han ido, Youngsoo está solo con la maestra y me preguntó por ti, esperaré hasta que alguien venga por él".
"¿Está todo bien?".
"La maestra se tuvo que ir, pero no te preocupes, yo me quedo cuidando a Youngsoo".
"¿Pasa algo? ¿Necesitas ayuda?".
Kyungsoo sintió que las manos le temblaban, intentó calmarse, pensando en el hecho de que Youngsoo estaba seguro con Jongin y que nada malo había ocurrido, pero fue una tarea difícil. Nunca había sido tan descuidado con nada relacionado con Youngsoo, siempre era puntual y estaba pendiente de él. Agitado, abrió un mensaje que había llegado antes de los de Jongin.
"Hijo, tu padre y yo debemos reunirnos ahora mismo con un cliente muy importante, así que ve por Youngsoo, te veo mañana. Los amo".
No pudo hacer más que culparse por haber puesto el teléfono en silencio, ni siquiera se quería imaginar qué habría ocurrido en caso de tratarse de una emergencia. Apresurado, tomó sus cosas y salió de la bodega. No dejó de caminar mientras marcaba el número de Jongin, se pegó el teléfono a la oreja salió casi disparado al estacionamiento.
—Kyungsoo, ¿estás bien? —Escuchó decir a Jongin en la línea. Detectó la preocupación en su pregunta, así que suspiró para poder hablar con calma.
—Sí, lo siento mucho, estoy en camino.
Quizá Jongin escuchó el pánico en su voz, pues no lo cuestionó más, se limitó a pedirle que condujera con cuidado antes de colgar.
Kyungsoo así lo hizo, a pesar de que ansiaba ir más rápido, se contuvo y fue prudente para evitar accidentes. Se repitió una y otra vez que Youngsoo estaba bien.
Al llegar, aparcó en el primer sitio libre que encontró y bajó rápido del auto. A medida que se acercaba, vio a Jongin parado con las mochilas de los niños, una en cada hombro, y los ojos vigilantes sobre ellos. Youngsoo estaba jugando con Jeonghwan y cuando lo vio, corrió hacia él, le dio un alegre abrazo y antes de que Kyungsoo pudiera reaccionar, el niño ya había vuelto a jugar.
Mentiría si dijera que estaba sorprendido, pues Youngsoo era muy independiente y no solía mostrarse preocupado o triste en su ausencia. Sin embargo, no había tenido tiempo de calmar su propia ansiedad. Ya más tranquilo, miró en dirección a Jongin, quien tenía una expresión que no supo descifrar.
—Lo siento tanto, no sabía que mis padres no vendrían por él —dijo avergonzado, pero Jongin seguía sin decir una palabra—. Perdón por las molestias y por quitarte tu tiempo.
Jongin sacudió la cabeza y le entregó la mochila de Youngsoo.
—No te preocupes, ya había terminado el trabajo de todos modos.
A Kyungsoo le afligió la repentina frialdad de Jongin, pero de inmediato se dijo que era su propia culpa. Él había anulado cualquier posibilidad de una relación entre ellos.
—De cualquier modo, te agradezco muchísimo que hayas cuidado de Youngsoo.
—Está bien —dijo simplemente—. Bueno, ya que estás aquí, supongo que nos iremos.
Aun si sus palabras eran simplistas e impersonales, su actitud y su mirada delataban algo totalmente opuesto. Jongin lo miraba como si en realidad no quisiera irse, no se había volteado ni siquiera un poco.
—Está bien —musitó él, no muy seguro.
Jongin asintió, hizo una extraña mueca y entonces se giró para llamar a Jeonghwan. Tomó al niño de la mano, se despidió de ellos y se dispuso a marcharse.
Kyungsoo observó su espalda y dio un paso, pero entonces se detuvo. Era esa la razón por la que había evitado a Jongin durante esos días, pues sabía que, al verlo en persona, toda su máscara de indiferencia se caería a pedazos.
Y no estaba equivocado.
En ese instante, solo pudo pensar en que quería darse una oportunidad. Quería conocer a Jongin, quería salir con él.
Solo esperaba que no fuera demasiado tarde y que Jongin también estuviera dispuesto a darle una oportunidad.
—¡Jongin, espera!
Jongin detuvo su andar y se giró para mirarlo, dudoso. Kyungsoo suspiró y dijo:
—Yo... yo quisiera agradecerte lo de hoy, ¿te gustaría comer con nosotros?
***
Capítulo sin corregir, me disculpo por cualquier error, luego lo arreglo :c
Originalmente esta parte estaba incluida en el capítulo anterior, pero ya se saben la historia.
Capítulo cortito pq de nuevo mis ojos no dan más y aún me espera una lectura de 50 páginas para una clase de mañana, pero ya saben, prioridades (?
Así queee, entre mañana y pasado estaré publicado ya sea varios capítulos, o un par de capítulos muy largos porque aún falta bastantito de la historia, pero el concurso termina el 10 (para que recuerden seguir en facebook a "La secta del Kaisoo" y voten por esta historia, solo si así lo quieren ♡♡♡)
Les tqmm♡♡
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