Prefacio.
Era un poco más de medio día cuando Crocodile sintió una pequeña pulsación en el vientre pero decidió ignorarlo; estando en el quinto mes de su embarazo creía que era normal que el bebé se moviera después de todo el obstetra había dicho que se estaría moviendo más a menudo.
Acarició con suavidad la curva de su abdomen... La idea de poder por fin tener un hijo era hermoso estaba feliz aunque algunos lo negaran.
Pero al fin tendría la dicha de ser madre aunque es palabra aún le parecía extraña por el hecho de ser hombre aún así el y Doflamingo estaban extasiados con la idea de por fin ser padres.
El no se hacía más joven y aunque los doctores le advirtieron acerca de los riesgos de un embarazo a su edad no le importó, ya tras varios intentos de quedar embarazado y no lograrlo esto era una especie de milagro para él.
Ni que decir de Doflamingo cuando le reveló que tenía un mes de embarazo y que todo parecía estar completamente bien según su doctor, el rubio se había vuelto aún más loco y receloso con el pelinegro no quería dejarlo solo ni a sol ni sombra pero, trabajo es trabajo y debido a ello tenía que salir más seguido.
Su almuerzo parecía listo al fin pero justo en ese momento se dió cuenta que aquello que creía eran patadas no lo eran... La extraña presión en su vientre y ahora las ganas de expulsar lo hicieron ponerse pálido...
No No No, No podía ser cierto... Aun faltaban 4 meses sin contar que apenas llevaba una semana y media de su quinto mes... No podía estar en labor de parto... No ahora que Doflamingo no estaba y el estaba sólo en la casa.
El pánico lo comenzó a invadir y un escalofrío recorrió su cuerpo completo... Qué clase de broma de mal gusto era esta...
Ahora lo que sabía era contracciones y no patadas llegaban a un ritmo constante...
A cuántas horas estaba el hospital más cercano... Qué tanto tiempo le tomaría conducir desde su casa hasta el lugar...
Reaccionó de inmediato y tomando las llaves de su auto y su cartera se dirigió al garaje... Mientras más rápido se pusiera al volante las cosas resultarían mejor para todos.
Estar sentado y manejar largos kilómetros no estaba facilitando las cosas allí abajo con cada tope que pasaba era más inminente la necesidad de pujar pero no podía pues tenía en claro que hacer eso solo lo lastimados tanto a él como a su bebé.
Algo que lo estaba alarmado mucho era el hecho de que no había líquido alguno en sus pantalones o mejor dicho saliendo de su cuerpo... No había roto agua... Así que tal vez solo se estaba poniendo paranoico por ser su primer embarazo y el doctor lo enviaría de nuevo a casa o algo por el estilo.
Por fin llegó al hospital más cercano no importaba si este no era un hospital privado o si no lo atendería su médico de cabecera o el mejor obstetra de toda España o el continente europeo; solo quería que alguien le asegurará que su hijo estaba bien.
Tal vez esta sería la primera y última oportunidad de ser padres, de poder darle a su esposo un hijo no quería arruinar esto... No ahora que ya estaba a mitad de su tan esperado embarazo... No cuando el cuarto del bebé estaba siendo arreglado... Cuando Doflamingo y él habían comenzado a buscar opciones de nombres para niño o niña... O cuando sus amigos o como los llamaba Doflamingo "familia" esperaban ansioso la llegada del bebé.
Entrar en esa puerta y pedir atención a gritos no era lo que tenía planeado pero a ese punto se encontraba prácticamente desesperado.
Lo llevaron a la sala de emergencias y le comunicaron que pronto habría un doctor atendiendole, esperaba que fuera pronto... El mismo enfermero que lo recibió lo ayudo a cambiarse la ropa que traía puesta por una bata amarilla de hospital, parecía sorprendido cuando notó la prótesis de su mano y un poco intimidado por su cicatriz en la cara... O tal vez fue el hecho de que u hombre de su tamaño y medidas resultaba ser doncel y estaba gestando, cualquier de ellas que allá sido estaba agradecido de que no preguntara y se abstenía a hacer su trabajo.
La mano le sudaba o mejor dicho todo él sudaba... Sentía las contracciones más regulares y el dolor lo hacía prestar la mandíbula con bastante fuerza que casi podía escuchar el crujir de sus dientes...
El dichoso doctor no llegaba y para colmo no podía darle medicamento sin la aprobación del doctor así que no quedaba de otra que aguantar el dolor.
El enfermero también parecía nervioso y cada cierto tiempo salía para averiguar si pronto habría un doctor disponible.
Una nueva contracción llegó y estaba vez no resistió lo que su cuerpo demandaba hacer, así que comenzó a pujar con todas sus fuerzas... Dolía, Le dolía como un infierno y sentía que si era necesario sentir todo eso con tal de ver a su hijo estaría dispuesto a sentir este dolor cien veces más.
El enfermero llegó justo a tiempo para ver cómo el pelinegro se ponía rojo por el esfuerzo y salió nuevamente esta vez gritando por el doctor que no llegaba aún.
Por fin, una doctora llegó disculpándose por el retraso pero eso a él poco le importaba solo quería seguir con lo suyo hasta que el bebé saliera y alguien le dijera que estaba perfectamente sano.
Le sacaron las piernas y poniéndose un gorro, cubre bocas y guantes le separó las piernas y hecho un vistazo; en cualquier otra ocasión esto lo hubiese hecho sentir vergüenza e indignación pero ahora no estaba para ponerse remilgoso, la doctora alzó su cabeza y miro de manera preocupada al enfermero que estaba a su lado quien lucía también desconcertado.
Esa mirada no le gustó nada a Crocodile.
- Cuanto tiempo dice que tiene Sr Crocodile? -
- Estoy... E...en mi quinto mes... So...solo llevo unas pocas semanas.-
- Bueno, parece que efectivamente está en labor de parto en este momento y por lo que dice este bebé nacerá prematuro. -
Lo sabía... Sabía que habría riesgos al decidir continuar con esto... Sabía que era egoísta de su parte al hacer pasar a un bebé por todo esto... Por su simple deseo de ser padre pero, no quería renunciar a esta felicidad que había logrado acariciar.
Una nueva contracción y nuevamente pujó ignorando la negación de la doctora y enfermero.
- Por favor llama a obstetricia y verifica que allá una Neonatologa cuanto antes... -
- Si doctor. -
El alivio llegó pronto a su cuerpo al sentir que su hijo por fin había sido expulsado pero ahora solo estaba más nervioso por la saludo del bebé.
Por otro lado la doctora estaba consternada, jamás en sus 14 años como doctora en la sala de emergencias le había tocado ver algo como esto.
Entre las piernas de su paciente había una especie de bola morada y sangrienta, que no era otra cosa más que el saco amniótico y este seguía conectado por el cordón umbilical al cuello de la madre.
Las insistentes preguntas de su paciente por saber cómo se encontraba su bebé la trajo a la realidad.
Tenía que sacar al bebé cuanto antes o las pocas posibilidades de vida se le irían.
- Doctor, la doctora Kureha vendrá lo más pronto posible pero por el momento se encuentra ocupada. -
- Ya intentaste con otro doctor? -
- Sí, el más cercano se encuentra a una hora de distancia. -
Por fin la mirada del enfermero reparo en aquel saco de fluidos y para su asombro algo se movió dentro.
La doctora también noto esto con un bisturí rasgo el saco haciendo que el líquido se desbordará, un bebé que no sobrepasaba los 30 centímetros se encontraba dentro y ahora parecía tomar un color azúl.
Esto preocupó a ambos.
La doctora agarro al bebé y lo traspaso a un área determinada, necesitaba estrellas el liquido que se encontraba obstruyendo su nariz, pero el equipo que tenían ahí era para un bebé con un tamaño promedio, simplemente era demasiado grande como para ser usado en un bebé cómo este.
- Por favor, quiero ver a mi hijo. -
Crocodile sabía que algo andaba mal su hijo no lloraba, ¿ Por que no llora? Sus ojos comenzaron a ponerse rojos y cristalinos...
Las ganas de llorar y sus nervios no iban a ayudar en nada, eso lo sabía perfectamente pero no era capaz de razonar nada en estos instantes...
La doctora frotaba el cuerpo con insistencia para poder transmitir calor al pequeño cuerpecito del bebé y por fin noto que este comenzaba a tomar un color algo rosado, río con alegría, sí continuaba así hasta que llegará la doctora Kureha el bebé viviría.
- Su bebé está bien no tiene de qué preocuparse... En cualquier momento lo llevarán al área de neonatología donde será internado, yo no podría decirle como se encuentra su bebé en estos momentos pero... Si me atrevo a asegurarle que todo estará bien. -
- Gracias. -
Respiró aliviado... Hasta ese momento su cuerpo se relajo y por fin siento el cansancio de haber dado a luz...
La nueva doctora llegó, algo extravagante en su forma de vestir lo hizo recordar a su extravagante esposo el cual ya debería estar aquí.
Por fin vio a su hijo y sus ojos se llenaron de lágrimas al ver lo pequeño que era, cabía perfectamente en sus manos y ni que decir cuando Mingo lo sostuviera.
También vio a la doctora y enfermero colocar un sin fin de cables alrededor del pequeño cuerpo y no pudo evitar sentirse mal y culpable con sigo mismo.
Se despertó algo desconcertado miro la habitación, ahora estaba en una cama limpia con ropa limpia pero no veía por ningún lado a su bebé.
El enfermero entro por la puerta, era bastante joven por lo visto... O al menos eso aparentaba.
- El hospital a logrado contactar con su esposo, vendrá enseguida usted por lo tanto debería de dormir otro poco; solo durmió una hora. -
- Estoy bien, gracias. ¿Donde está mi bebé? -
Al diablo su esposo, en estos momentos solo quería saber acerca de su hijo o hija.
- El permanecerá en la sala de cuidados intensivos neonatal, peso unos 767 gramos y mide 17. 7 cm, así que permanecerá ahí hasta que los doctores considere te que está sano, por el momento no esta ni en riesgo o sano en su totalidad. -
Era un poco difícil de digerir pero estaba conforme consulta aberrante que había esperanza.
- Quiere saber el sexo de su bebé? -
- No, quiero que mi esposo este aquí para saber eso. -
- Entiendo, sabe es la primera vez que vemos un parto velado en la sala de emergencias. -
- ¿Parto velado? - la cara del pelinegro dejaba en claro que no sabía a qué se refería en castaño.
- Me refiero al hecho de que dio a luz a un bebé con la bolsa intacta, Es muy raro que el saco amniótico no se rasgue al momento de entrar en labor, en su caso no lo hizo, claro que los pocos casos que hay los bebés están a termino. -
- ¿Entonces es más raro que mi bebé haya nacido prematuro y de esa forma? -
- Sí, algo así. -
- Supongo que la tragedia me persigue a donde sea que voy. -
Eso lo dijo con cierta nostalgia y tristeza en su voz... La mirada se veía algo vacía mientras miraba lo que alguna vez fue una mano y pasaba sus dedos en la cicatriz de su cara.
La prótesis estaba en una repisa a un lado de la cama, junto con su ropa y algunas pertenecías que había traído.
- ¿Puedo preguntar qué pasó? -
No quería parecer y sonar entrometido pero el hombre le causaba ese aire de misterio a su alrededor.
- ¿Recuerdas la guerra que hubo en Siria? -
- Sí... yo iba en mi último año de preparatoria cuando se comunicó que ambas partes se retiraban hubo una celebración enorme en casi todo el mundo... Las guerras sólo provocan daño a las perso... -
Antes de acabar la frase comprendió a que punto queráis llegar su paciente.
- Yo era un niño cuando la guerra estalló y se puso en clímax... Vivir con el miedo de no saber si despertarás... Los grupos rebeldes patrullando e invadiendo las casas, violando o asesinando como muestra de ya poder... Tenía ocho años cuando EE.UU mando a bombardear un grupo del estado islámico... Nos tomo por sorpresa y pagamos el precio... yo resulte herido por escombros, una amputación y una cicatriz en mi rostro... Por otro lado el dolor de saber que mi familia moriría a pocas horas de ser rescatada de los escombros.
Luego la UNICEF mando un convocado para ayudar a los niños, 48 millones y entre ellos yo... Mi barco zarpó y ancló en España, fui a un orfanato con muchos otros niños a los cuales no conocía, no hablaba el idioma y me sentía solo... Algunos piensan que es mejor estar fuera de la guerra en mi caso prefería morir en Siria que estar en aquel orfanato a cargo de gente desconocida y que miraba con desprecio a los niños que llegaban a su país a robar comida y vivir como lapas.
Tan pronto como aprendí el idioma escape a las calles... Con lo poco que sabía conseguí trabajo de lava traste, luego fregonero y por último mesero...
Era un buen restaurante en el que conseguí trabajo a dueño no le importó si era español o o no, mientras hiciera el trabajo bien me pagaba y podía llevarme deliciosas sobras de comida de primera a mi ajuguero a que llamaba casa.
Tenía casi 30 años cuando un día llegó un joven al restaurante, lo alquilo todo... Se daría una gran fiesta por su cumpleaños y se nos solicito estar lo más atentos y presentables.
Fue esa noche en la que conocería a mi futuro esposo.
Me toco servir la mesa de junto pero aún así voltee a ver quién era el dichoso festejado... Tenía unas extrañas gafas y un ridículo abrigo de plumas rosadas encima de su traje que podía hacer parecer a más fino guardarropas en una broma de mal gusto.
Un niño paso corriendo entre mis piernas por poco provocó que retira la comida encima de una señora que estaba sentada, pero él me sujeto la bandeja y su otra mano estaba en mi cintura.
No pude ver sus ojos en ese momento pero si podía sentir que su mirada estaba atravesando me de una manera muy singular y única.
Agradecí y pedí disculpas... Pero fue el que me pidió disculpas por las travesuras del niño, la noche siguió sin ningún percance y solo unos días después se convertiría en un cliente frecuente del restaurant.
Siempre venía con alguna excusa o con sus amigos o hermano.
Unos meses después comenzó a dejar girasoles en su asiento, todos eran para mí... Siempre había uno sin falta alguna.
Al principio no entendí lo de la flor y pensé que solo era un obsequio hasta que el Cheff me dijo que el girasol significaba que yo era su sol, me pareció algo ridículo en aquel momento pero no pude dejar de pensar en eso... El siguió diciendo que lo que el quería decirme era que el buscaba mi atención, mi mirada y la calidez que yo irradiaba... Al igual que un girasol joven buscando al sol.
Por fin acepte salir a algún lado con él y descubrí que le llevaban 5 años de más... Él 25 y yo treinta aún así es más alto que yo, seguimos saliendo con regularidad hasta que comenzamos a salir y luego nos comprometimos... Conocí a su hermano y a sus amigos o familia cualquier termino es correcto, a mis 33 estaba celebrando nuestra boda por fin, luego de esos mis intentos por quedar embarazado de su hijo, estaba desesperado por poder darle un hijo... La gente hablaba demasiado y aún si nuestra vida era privada mi incapacidad para poder quedar en estado era nula... Y el por qué no había ya niños en la casa se volvió algo doloroso y un tema poco tolerable... Cualquier lugar al que salía podía sentir las miradas atravesando me o escuchar los susurros de estas personas... Luego el extraño rumor de una infidelidad de parte de mi esposo o una supuesta amante embarazada... El hecho de que yo siguiera trabajando como camarero en el restaurant después de casarme era mal visto parecía que cualquier cosa que hiciera era mal vista por todos.
Decidí o mejor dicho le rogué a mi esposo porque nos fuéramos a vivir lejos de allí, parecía un capricho pero el sabía que mi estabilidad mental estaba casi al borde del colapso y termino aceptando.
Nos mudamos a esta zona rural de España y yo me volví un ermitaño nunca quise salir de casa, siempre mandaba a alguien a hacer la despensa y mi ropa la mandaba a hacer y me la entregaban a la puerta de mi casa donde alguien va y la recoge.
Un día el periódico llegó y había un encabezado... Qué juraba que ya estábamos divorciados... Tuve un ataque de pánico ese día y me encerré en mi habitación por una semana completa... El llegó discutimos hubo uno que otro golpe, arañazos cosas rotas y otras estrellándose en las paredes.
Luego la reconciliación y yo sintiéndome seguro en sus brazos, no había divorcio, no amantes ni hijos a escondidas... Solo gente hablando de más... Solo había una pareja que se resigno a la idea de no tener hijos propios, y mírame... Aquí estoy a mis 42 años y di a luz a un bebé por fin; que no se si está sano o no, pero con todo lo que nos a tocado vivir creo que afrontaremos cualquier otro desafío que se nos ponga enfrente. -
El joven se encontraba completamente sorprendido y admirado... Quien diría escucharía una historia tan increíble cómo está en un día "común" de trabajo, nadie.
Y eso que él solo quería saber acerca de la prótesis y termino sabiendo do gran parte o mejor dicho toda la vida de su paciente.
- ¿Como obtuvo la prótesis? -
- Me la mando a hacer mi esposo, fue un regalo suyo... Yo no podía costear algo tan caro como esto con un salario de mesero o intendente... A menos que juntase varias pagas pero eso implicaría no gastar nada y vivir en Madrid era bastante caro aún si vivías en un ajuguero de ratas como lo era mi apartamento. Así que aprendí a llevar la bandeja en la cabeza y en la otra mano creo que la gente lo veía como un espectáculo. ¿Mmmm por cierto, no me has dicho cómo te llamas?
- Antonio, pero en el hospital, mi familia y amigos me dicen Tony. -
- Es lindo. -
Crocodile le sonrió el enfermero se sonrojó bastante al punto de retorcerse de la vergüenza.
- Y usted, me gustaría saber cómo se llama? -
Con todo lo que pasó ya ni recordaba el nombre del paciente y poco había hecho por ver el registro.
- Mi nombre es Cro... -
- ¡ Croco- Chan ! -
- Señor no puede gritar así en un hospital, mucho menos en esta área... Molesta a los pacientes y residentes, está prohibido. -
- ¡ Croco-Chan! -
- Señor calmese, si no lo hace llamaré a los guardias y pediré que lo saquen del hospital.-
Unos golpes contra la puerta y más gritos de parte de los médicos.
- ¡Seguridad!-
La puerta cedió y un hombre gigantesco entro por ella, Tony podía calcular unos casi 3 metros de altura, era de piel bronceada y cabello rubio corto portaba unas ridículas gafas y un llamativo abrigo rosado de plumas, ese debía ser el esposo de su paciente.
- Mingo. -
De casi solo 3 sancadas el hombre llegó al lado del pelinegro y lo comenzó a abrazar y besar.
- Dios, estás bien? La recepcionista no me quiso decir nada y me preocupe. -
- Estoy bien. -
- Seguro, estás completo; no te falta tu otra mano? -
- Imbécil. -
Doffy abrazo aún más fuerte a Crocodile, Monet había interrumpido una de sus juntas y ella nunca solia hacerlo así que algo enojado recibió la llamada.
Casi le da un ataque de nervios cuando le informaron que su Wani estaba ingresado en el hospital de urgencias y su bebé tan bien; su piel comúnmente morena se volvió blanca cual papel, jodida bromo le estaban jugando... Una vena en su frente salto al momento de pensar que alguien le estaba jugando un broma de verdad... Pero la mujer al otro lado de la línea parecía hablaruy enserio.
Fue Vergo quien lo ayudó al calmarse y evitó que armará cierto espectáculo en la sala de juntas, y no supo en que momento la había abandonado sin dar explicaciones pero ya se encontraba de vino al maldito hospital.
Tal vez no fue muy pasiencia a que la mujer de la entrada le brindará información y decidió y a buscar a su pareja por su propia cuenta pero por todos los dioses, poco le faltaba para entrar en crisis de pánico si nadie le decía que su Crocodile estaba bien.
Ahora estaba en esta anotación y por fin descansaba su alma.
El pelinegro recargo su peso en el pecho de Doflamingo y cerró los ojos... Ahora se sentía más seguro y menso nervioso.
Por otro lado el rubio ya se había asegurado que su lindo morocho estaba bien y aunque esta pregunta podía ser delicada por la posible respuesta tenía que hacerla.
- Amor, ¿que pasó con el bebé?-
La pregunta dejo un poco anodadado a de piel blanca, su bebé... Havaianas está tan empeñado en distraer su miedo y ansias que no se dió cuenta de que aún no le traían posibles resultados.
El de piel morena sintió al más bajo estremecerse contra su cuerpo era más que claro de que no era una buena respuesta o al menos no la que esperaba.
- Lo día a luz prematuro, él estará en una incubadora por tiempo indefinido hasta que el especialista diga lo contrario. -
Se sentía miserable al decir aquello, se sentía mal por estar feliz de traer a su hijo en esas condiciones... Y era peor por sentirse orgulloso de haberlo hecho.
El rubio lo abrazó con más fuerza de lo normal... Estaba siendouy posesivo y quería privacidad así que los guardias y enfermeros abandonaron el cuarto.
- Debió ser duro para tí estar solo en este lugar... Pero lo hiciste muy bien, manejarse esta situación por tu propia cuenta y eso es algo que yo no habría logrado. -
- Gracias. -
Un beso lleno de amor y devoción fue el que se dieron tras aquellas dulces palabras.
El golpe a la puerta y luego la entrada de la misma especialista de hace un momento fue suficiente para que ambos hombre voltearon a verla.
- Señores u gusto conocerlo, Soy la Neonatologa a cargo de su hijo, un varón por si no lo sabían... Ummm el bebé está en lo que se puede considerar "estable" por el momento no parece tener daño alguno... Pero eso se irá viendo conforme se desarreglada más, cuando logré obtener un tamaño adecuado se le harán pruebas, análisis y algunos estudios para determinar que no haya daños congénitos o en sus capacidades motrices. Por el momento pueden pasar a verlo. -
Crocodile era llevado por doflamingo en silla de ruedas, el parto aún lo tenía debilitado de la cintura para abajo pero las ganas de ver a su hijo por fin era más grandes.
Ambos estaban totalmente cubierto ya que el riesgo de infección o algún virus, germen o microbio podía transmitirse le al bebé el cual ya estaba de por sí muy indefenso.
Si bien no lloro cuando vio a su hijo eso no evitó que sintiera su corazón estrujar cuando lo vio conectado a esos aparatos que eran lo único que permitía que su bebé viviera.
Fue doloroso, nadie quiere ver a su hijo en esas condiciones, ni siquiera cuando está grande y sano... Nunca le desearía esto a nadie.
Siento el fuerte agarre de su esposo en su hombro, esa era la manera en la cual Doflamingo le demostraba su apoyo.
Para doflamingo no era tan diferente, su hijo era más pequeño que su propia mano... Era frágil.
— Sus pulmones aún no se desarrolla así que esta conectado a un respirador, también se está monitoreando los latidos del corazón para que no haya ninguna falla. —
— Cuando podré alimentarlo? —
— Está conectado a una intravenosa hasta que aprenda a tragar o tenga el reflejo nauseoso. —
— Ya... Gracias. —
—Los dejaré aquí y luego el enfermero vendrá para llevarlo a la habitación.—
Su bebé era pequeño, la piel era algo translúcida y dejaba ver los vasos sanguíneos, casi no se movía y no emitía ruido alguno.
Doflamingo fue el primero en introducir su mano entre el hueco de aquel aparato donde se encontraba su hijo, su piel se sentía arrugada y muy delgada...
Sus ojos se nublarse por las lágrimas que no quería soltar...
Crocodile también también tenía su mano en la pequeña carita de su bebé... No había pestañas ni cejas pero parecía tranquilo... Se pregunto si le dolía tener esas agujas enterradas en su piel pero no había manera posible de decir esto.
Los días pasaron hasta convertirse en meses y la primera vez que pudo a alimentar a su hijo se sintió tan bien... Las enfermeras acomodaban los cables mientras el yacía acostado y amamantando a Law... Cómo decidieron que llamarían al pequeño.
La familia de su esposo estaba tan emocionada con la llegada del bebé e incluso se turnaban para quedarse en el hospital hasta que Crocodile pudiera levantarse... O los días en que Doflamingo no podía definitiva mente quedarse con él.
Todos estaban al pendiente de ambos y con el alma en la boca cada que dona el teléfono, es más... Había peleas por ver quién contestaría la llamada aunque finalmente terminaba siendo Vergo o Trébol.
Law crecería como un niño muy sano, sin secuelas de su nacimiento prematuro y se convertiría en un excelente cirujano en un futuro.
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