Capítulo Único.
Descargó de responsabilidad: Los personajes de Naruto son de Masashi Kishimoto. La historia es de Menma Teorías, osea
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Después de la tormenta, viene la calma.
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Boruto Uzumaki, hijo único de Naruto Uzumaki y Hinata Hyuga. Imperactivo y algo serio. Aunque este último se le pego por su sensei, Sasuke Uchiha.
Siempre había admirado a su sensei, desde que lo conoció lo veía como un ejemplo a seguir.
Cuando tuvo uso de coincidencia, recordaba los momentos felices qué tenía con su padre. La atención y calidez que le brindaba lo alegraba, por otro lado, quería mucho a Hinata, pero siempre había algo que no le cuadraba. Desprendía todo, menos calidez materna.
Su padre se convirtió en hokage, y a causa de eso se alejo por el trabajo que tenia. ¿Le molestaba? Si. El tiempo con su padre había disminuido considerablemente desde que tomo el puesto. Tiempo después conoció a Sasuke, quien lo tomo como discípulo a tanta insistencia. Aun que no parezca, el Uchiha siempre le mostraba su querer a través de pequeñas acciones y una que otra vez felicitaba su trabajo y esfuerzo. Esa calidez que desprendía su padre, también lo sentía en Sasuke.
Recordó una vez que lo abrazo por su cumpleaños, un gran gesto viniendo del Uchiha que le mostró cuanto lo apreciaba. Recordaba las veces que tenia pesadillas por la noche y su padre siempre lo abrazaba, protegiéndolo de todo. Apenas Uchiha se fue, lloro con el pequeño regalo en manos. Hace mucho no sentía aquella calidez, hace mucho no recibía un abrazo de papá.
Ahora sabía que su padre y sensei eran las personas más importantes para él.
Deseó y anhelo tener ese calor que transmitían los dos al mismo tiempo cada vez que lo abrazaban. Sentirse protegido y querido. Como si estuviera en casa.
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— BORUTOOO!! —
— PAPAAAAÁ!! —
Todo había pasado tan rápido.
Fue un tonto al abrir aquel pergamino que claramente tenía con letras grandes "PROHIBIDO ABRIR". Sus genes Uzumakis habían trabajado rápidamente en ese momento.
No sabía donde estaba, pero lo unico que veía era el techo color crema de la habitación.
—"¿Un sueño?" —
Llevó su mano hasta su brazo y se pellizco sintiendo el dolor al instante. No, no era un sueño.
El sonido de la puerta abrirse lo hizo mirar hacia esa dirección, encontrándose con su padre. ¿Era posible que el cabello crezca de la noche a la mañana? Por un momento pensó que era su abuelo Minato, pero los pequeñas y finas lineas de es sus mejillas era la evidencia de que era su papá, aparte de que su abuelo murió hace mucho. Ahora que lo piensa mejor ¿Su padre no tendría que estar trabajando a estas horas?.
— Buenos días hijo. Es hora de desayunar, tu madre me mandó a llamarlos. —
Nunca vio a su padre sonreír luego de que se haya convertido en hokage. Bueno, no tanto como ahora.
Asintió algo aturdido y poco después vio como su padre se iba. Su mirada recorrió todo el cuarto con ojos curiosos. Se detuvieron en un cuadro donde había 6 integrantes. De todas esas personas reconoció a 3. Su sensei, su papá y él. Analizó las otras caras que eran desconocidas para él, pero tan familiares para los demás. Su persona estaba siendo cargada por un chico azabache. La pregunta sigue en su cabeza. ¿Donde esta?
— Oye Boruto, estas listo? —
Apesar de no entender nada prefería investigar solo. Su mejor opción era seguir la corriente.
— Si, ya voy. —
Miro su ropa y el símbolo en su espalda. Era la misma, el símbolo Uzumaki, lo único diferente era el bordado del abanico blanco y rojo delante. Justo en el pecho, el símbolo Uchiha.
Abrio la puerta observo el pasillo, su mirada posó en el chico azabache qué esperaba justo en el inicio de la escalera. Escucho como una puerta se abría atrás suyo y apareció otro chico azabache más pequeño.
— Buenos días. —
— Buenos días, Minato. —
Poco a poco el menor fue bajando las escaleras.
— Buenos días familia. Vamos abajo que mamá ya nos debe estar esperando. — La voz de otro chico sonó.
Bajó con una sonrisa mientras gritaba los buenos días.
— Si, enseguida vamos. Vienes Boruto? —
Su mirada volvió al chico que seguía esperando en la escalera. Asintió, siguiendo a los que aparentemente eran sus hermanos.
Bajo las escaleras lentamente, pasando por la sala viendo los cuadros que adornaban el lugar. Se sentó en la mesa viendo a sus familiares listos para el desayuno.
La puerta de la cocina se abrió dejando ver a un azabache.
— Buenos días niños y dobe. —
Vio como pasaba alrededor de la mesa, dejando un beso en la mejilla a los demás niños y un beso en los labios al rubio mayor.
— Buenos días, Boruto. —
Sintió sus mejillas arder ante el beso en la mejilla que le deba el azabache. Nunca había tenido ese tipo de contacto con su sensei. Hasta los abrazos eran muy escasos.
Desde que conoció a Uchiha, siempre se mostraba como alguien reservado, tanto físicamente y sentimental. Aun que rara vez siempre había un pequeño contacto donde le transmitía su querer.
El desayuno fue una de los momentos más felices de todo. Entre risas y anécdotas surgió una hermosa aura en la familia. Nunca había sentido esto en su vida, paz y tranquilidad. ¿Así se sentía tener una familia completa?
Boruto quiso llorar, se sentía tan feliz. Tan cálido, querido y protegido. Si esto es un sueño u otro tipo de mundo, no quiere regresar nunca más a su realidad.
Un abrazo lo saco de sus pensamientos. Miró al azabache viendo su cara de preocupación.
— ¿Qué pasa Boruto? ¿Por qué lloras?—
Las lágrimas habían surgido inconscientemente sin que él se de cuenta, pero no podía evitarlo, se sentía tan feliz.
Con sus dos brazos abrazo al Uchiha, ocultando su rostro lagrimoso en su estómago, sabiendo que una vez su yo de esta dimensión había estado resguardando en ese lugar.
— Estoy muy feliz. —
Uchiha sonrío enternecido por el acto. Rara vez su hijo siempre se ponía sentimental, aveces le hacía recodar un poco a él cuando estaba con las hormonas del embarazo.
Recordo la vez que le había echo todo un problema a Naruto. Lo había acusado de infiel al pobre rubio por tener un montón de chupetones en el cuello cuando esa misma mañana él le había echo eso para que vean que Uzumaki era solamente suyo. Luego repentinamente lloro de culpabilidad por haber acusado al rubio.
Al menos todos esos meses de embarazo habían valido la pena. Sus hijos eran prueba de ello.
Se felicito a él mismo por haber interrumpido la boda que iban a tener Naruto y Hinata. No solo eso, si no arrastro al rubio a su casa y lo regaño por casarse solo por estar bajo presión social. Luego tuvieron toda la noche llena de acción sexual. Al día siguiente se sintió agotado, el Uzumaki si que tenía mucha resistencia, pero al menos los dos vivían felizmente. Tal vez peleaban mucho, pero casi todas sus peleas eran por cosas infantiles.
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La semana pasó y fue una de las mejores semanas que había pasado en su vida. Su investigación lo dejo de lado. Prefería quedarse ahí.
Aun así le queda la duda. ¿Será un sueño? ¿Un mundo diferente? Tal vez se murió y ahora esta en un mundo más feliz. Aun así toda tristeza, dolor y desesperación por un poco de atención fueron reemplazadas por la paz y felicidad.
No había nada que los separará de su nueva familia. Aun que ¿Y si era otro mundo? Había escuchado un poco sobre jutsus qué llevan a otro mundos o dimensiones. Si era así, él no era el verdadero Boruto. No era su verdadero hijo, pero se convencía de que murió y ahora esta en un lugar más feliz o que solo era una pesadilla todo lo que había pasado.
Quiere vivir en este mundo donde tiene padres que realmente se amen. Quieren vivir en este mundo donde su padre es feliz, donde Sasuke, actualmente su madre, es feliz.
Pero...
— Muy bien niños, es hora de entrenar. —
Tarde o temprano.
— Activen sus Sharingan's. —
Siempre se sabrá la verdad.
— ¿¡DONDE ESTÁ MI HIJO!? —
Los ojos rojos solo lo veían a él con la amenaza representada en sus pupilas.
— ¿¡DONDE ESTÁ!? —
Entonces ¿Siempre fue una dimensión? ¿No pertenecía a ese lugar? Claro, él no tenía sangre Uchiha. No tenía el Sharingan. Sólo tenía la sangre Uzumaki y Hyuga. Trato de engañarse, sabía que trataba sobre algo de dimensiones, pero prefería creer que murió y estaba aquí, tal vez en otra vida.
Las lágrimas calleron de su rostro por la tristeza y pronto sólo empezó a gritar mientras pedía perdón.
No quería irse de ese lugar, pero sabía que ese amor de familia no iba dirigido a él, si no al verdadero Boruto.
Los gritos desesperados qué tanto ocultaba salieron. Por un momento los mayores se vieron reflejados. Apesar de estar rodeados de tanta gente, siempre se sentían solos de niños. Lo que tanto buscaba el rubio era una familia amorosa, donde tu padre no huya de tu madre o que siempre se llene de trabajo por no llegar a casa. No lo soportaba. No era tonto, se daba cuenta de por que papá no venía. Por esa misma razón se distanció de él.
Un golpe en el hombro hizo que se acaricie la parte afectada, viendo que Charasuke.
— Eres un idiota. — Bajo la cabeza ante lo dicho. — Pero, aúnque sea de esta dimensión o otra, siempre serás nuestro hermano. Aunque seguimos algo molestos. —
Las lágrimas surgieron otra vez y solo se lanzó a abrazar al azabache, siendo correspondido por este.
— Perdón por gritarte así, me altere mucho. —
Boruto solo asintió antes de abrazar a Sasuke quien lo abrazo con fuerza para luego poco a poco los demás hermanos unirse al abrazo y por último Naruto quien abrazo a toda su familia.
Al final de cuentas, tenía que regresar a su dimensión original. En toda la búsqueda del pergamino, la familia hizo todo lo posible por pasar sus últimos momento con él y lo apreciaba de verdad. Pero el día había llegado y tenía que volver al lugar donde realmente pertenecía.
Se encontró con su contraparte, era idéntico a él. El rubio Uchiha lo miró de pies a cabeza y sonrió suavemente con una pisca de dolor.
— ¿Vas a estar bien? —
Uzumaki asintió.
— Todo se solucionará. —
Con eso dicho el Uchiha rubio paso por su lado. Dichas palabras lo confundió. ¿A que se refería?
Bajo un poco su cabeza, no quería ver partir a su otra familia. Estaba por alejarse del portal, pero el repentino abrazo hizo que se sorprendiera.
— Cuídate Boruto. —
Mamá.
— Estoy muy orgulloso de ti, Boruto. —
Papá.
— Tal vez nos volvamos a ver pequeño otouto. —
Menma.
— Si es que un día nos volvemos a ver, te voy a contar de todas las gatitas que conquiste. —
Charasuke.
— Siempre seremos tu familia por más que seas de una dimensión diferente. —
Minato.
Una gran sonrisa se formó en su rostro. Una hermoso calor pasó por su pecho.
La familia pronto se fue y todo había terminado. Aun así el calorsito en su corazón aún seguía.
Volteo y se encontró con su padre y su sensei. Los dos lo veían triste, bajo la cabeza, intentando que no vean sus lágrimas.
— Lo siento, yo... Yo no quise. —
Su cuerpo tembló ante los sollozos reprimidos.
Brazos rodearon su cuerpo y otro calorcito se instalo en su pecho.
— Estaba tan preocupado por ti, Boruto. —
Se sorprendió un poco antes de aferrarse a su sensei. Otros brazos lo rodearon junto al azabache.
— Casi me matas de un infarto. Perdón, perdón por alejarme de ti, Bolt. No cometeré el mismo error otra vez. Perdón. —
Pronto sus sollozos se convirtió en llanto. Grito y lloro como un niño pequeño. Como aquel niño que lloraba por las noches cuando esperaba a su papá y nunca llego.
—Tranquilo, ya estoy aquí. —
Su visión estaba borrosa, pero veía como su sensei y su papá le sonreían.
— Te queremos. —
Sonrió y pronto sus ojitos se cerraron, junto a su respiración que poco a poco se calmaba.
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Las semanas transcurrieron con normalidad, bueno, así era para los aldeanos de la aldea.
Boruto había presenciado el cambio radical de Hinata. Lucia algo triste y a la vez enojada. Debes en cuando siempre lo miraba con desprecio, pero tampoco le daba importancia.
Ahora no sólo lo miraba con puro desprecio, si no que también lo ignoraba. Que gran cambio.
Una vez lo había echado de casa sin excusa alguna. Solo sabía que estaba enojada y al parecer lo culpaba de algo. Presentía que tenia algo que ver con las peleas que tenia con el Hokage.
Esa noche caminó por las calles oscuras sin rumbo alguno, tampoco es como si tuviera dinero para hospedarse en un lugar. Todo lo dejo en su casa.
No quería molestar a su padre con otro problema. Últimamente había estado haciendo mucho papeleo en algo que no tenía nada que ver la aldea, pero trataba de pasar más tiempo con él y ponerle más atención.
El frío viento soplo a su cuerpo y se estremeció un poco. Las noches siempre eran muy frías.
—¿Boruto? —
Giro su cabeza y vio a su sensei justo atrás de él.
— ¿Qué haces a estas horas en la calle?—
Su mente empezó a trabajar rápidamente. No podía decirle la verdad a su sensei. Sabía que le comentaría su problema a su padre.
— Y no te atrevas a mentirme. —
Bueno, ahora si que estaba jodido. Suspiro pesadamente y miro a su sensei antes de contarle la verdad.
Desde su regreso, Sasuke era más afectuoso con él. Los abrazos fueron más constantes junto a un pequeño toque de dedos en su frente. Realmente no sabía que significaba aquello, pero sentía que era una muestra de cariño muy especial.
El azabache suspiro enojado, maldijo en voz baja y posó su mirada el rubio menor.
— Ven, tengo un departamento cerca de aquí. —
Asintió y se dejo guiar por su sensei. Las luces del departamento estaban prendidas, al parecer el azabache vivía con alguien más en ese lugar.
Entró junto al Uchiha y se encontró con su padre durmiendo en el sofá. Abrió un poco la boca por la sorpresa y luego la cerró. ¿Su padre siempre venía acá a descansar?
— Despierta Dobe. Boruto está aquí. —
El rubio abrió los ojos y se encontró con el azabache y su hijo.
La verdad no sabía nada de lo que pasaba, al parecer su padre y sensei vivían juntos. Quería hacerse la ilusión de que ellos también podrían estar juntos como los de la otra dimensión, pero no quería dañarse con falsas ilusiones.
Cenaron con una hermosa aura familiar. Se sintió feliz una vez más, recordando todos los desayunos, almuerzos y cenas que había estado con su familia de la otra dimensión.
En ningún momento tocaron el tema del por que estaba ahí, pero tampoco es como si quisiera hablar sobre eso.
Se hundió en la suave cama de la habitación de huéspedes antes de ver la puerta donde estaba entrando su sensei y su padre.
— Buenas noches, Boruto. —
Un pequeño beso fue depositado en su frente de parte del Uchiha, haciendo que se sonroje levemente.
— Buenas noches, hijo. —
Un pequeño revuelo de pelo fue el afecto de su padre.
La luz fue apagada y la puerta cerrada. Se tapo con las mantas que le habían dado y se durmió con una linda sensación.
—"Estoy en casa." —
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Boruto siempre tuvo en mente que su mamá era una persona algo falsa. La mujer amable y comprensiva qué mostraba a los demás no era del todo su verdadera personalidad.
Él presenció desde niño los cambios drásticos que tenía su mamá a lo largo del día.
Cada vez que papá estaba en casa, Hyuga se convertía en la mejor esposa de todas. Servía a su marido, cocinaba su comida favorita y procuraba siempre preguntar acerca de su día y como estaba.
Pero eso acababa cuando su papá se iba, en si solo duraba una hora. La sonrisa amable que tenia desapareció y luego posó su mirada en él antes de verlo con desagrado y luego reemplazarlo por una sonrisa.
El pequeño Uzumaki era un ser inocente que en esos momentos no sabia mucho lo que significaba esa sonrisa forzada.
Actualmente, sabe que él no era del agrado de su mamá. ¿Por qué? Se supone que las madres siempre quieren a sus hijos ¿O no?
—Borutoooo. —
Hablando del rey de Roma.
Fijó su mirada hacia la persona que estaba debajo de la rama donde estaba sentado. Hinata lucia totalmente fuera de si.
Su cabello un desastre y esas ojeras que cubrían la parte baja de sus ojos, eran señales de que no durmió por mucho tiempo. Había algo que le daba mala espina.
Bajo de un salto y los brazos de Hyuga lo rodearon al instante. Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo. Miró de reojo a la persona, intentando saber por que el miedo se hizo presente.
—Boruto. Todo va a estar bien mientras estés conmigo. Papá, tú y yo seremos una familia feliz y unida. Solo tienes que estar conmigo para que eso pase. Entendido? —
Se separaron y vio sus ojos blancos, tan llenos de locura y caos. Trago duro e intento alejarse poco a poco.
—¿Mamá estas bien? —
Hinata lo tomo por los hombros con fuerza para que no huya.
—Mejor que nunca hijo. Mientras estés a mi lado, estaré mejor. —
—Hinata, déjalo fuera de nuestro problema. —
Naruto había llegado al lugar. Su mirada examinando a Hyuga como si atacara en algún momento.
Está empujó adelante al Uzumaki menor, tomándolo de los hombros y apretándolos.
—Naruto, nuestro hijo quiere que sigamos juntos, verdad Boruto? —
Como fue que ocurrió todo esto? Sabía que su madre amaba a su padre, si es que esto se podía nombrar amar, pero usarlo como excusa para amarrarlo a su lado era de lo peor. No sabía hasta que punto podía llegar.
—Te dije que no metieras a Boruto en nuestro problema Hinata. —
El Hokage se fue acercando a pasos lentos antes de parar sorprendido.
—Un paso más, voy a llevar a nuestro hijo al otro mundo. —
El afilado kunai rozaba con la garganta del pequeño Uzumaki, abriendo un poco su piel mostrando la pequeña gota de sangre que se deslizaba poco a poco.
Contuvo el aire al sentir el metal cerca de su cuello y miro a su padre pidiendo ayuda.
—Mamá, qué estas haciendo? —
Trato de moverse de forma suave, pero el metal en su cuello se clavaba aun más en su piel. La mueca de dolor alarmó a Naruto, mirando aquel líquido carmesí que baja lentamente. Traga un poco de saliva, analizando la situación.
—"Qué hago? A esto se refieren cuando están contra la espada y la pared? Piensa, tiene que haber una manera de salir de esto." —
<<—Siempre hay una solución al problema, solo que aveces cuesta encontrarlo—>>
La palabras de su sensei resonó en su cabeza, miro detenidamente la situación, buscando un punto débil de la mujer.
Boruto presenciaba como ambos adultos se gritaban, de vez en cuando sentía el kunai alejarse un poco y luego volver acercarse.
Bingo.
—YO TE AMO NARUTO. NADIE PUEDE HACERTE MÁS FELIZ QUE YO. ESE ESTÚPIDO UCHIHA JAMÁS TENDRÍA QUE HABER NACI-
El brazo de la mujer fue empujado con fuerza, tambaleando un poco para atrás. En cámara lenta, el niño rubio se alejaba poco a poco de ella. En un intento de cumplir con lo que dijo, intento clavarle el objeto metálico.
—SHANNAROOOO—
Un dolor en su costado se presentó antes de caer al suelo, quedando un poco incrustada.
La mujer pelirosa se levantó lentamente viendo a la Hyuga con furia. La obsesión de esta llego a tal punto donde era capaz de matar a su propio hijo.
Haruno se acercó a paso lento a su amigo rubio, antes de sonreír levemente al niño Uzumaki. Los dos estaban bien, si algo les pasaba a los dos seguramente Uchiha la mataba.
—Sakura..—
—Siempre tienes que meterte en problemas Naruto. Desde que éramos genin siempre me protegiste, ahora déjame protegerte junto a tu familia.—
Naruto sonrío antes de asentir y agradecer internamente a la Haruno. Luego miro al Uzumaki quien seguía algo asustado después del suceso.
Se acercó rápidamente y lo envolvió en un abrazo, demostrándole que esta seguro.
Pronto los anbus llegaron y arrestaron a la Hyuga por atentamiento al Hokage.
Capaz no todo terminó bien para todos, pero al menos su corazón le decía que esto ya terminó y por fin podría vivir en paz.
La calma después de la tormenta.
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Una nueva vida, un nuevo comienzo y una nueva felicidad.
Boruto siempre quiso un hermano, más no pudo por el hecho de que su padre no quería juntarse más con Hyuga.
Aun así después de todo lo que paso, Sasuke y Naruto llegaron a un acuerdo con Orochimaru y gracias a este pudieron tener un hijo de los dos.
Menma, lo recordaba bien. En la otra dimensión el azabache era el hermano mayor, pero ahora los papeles cambiaron. Por un momento tuvo miedo de que lo dejaran de lado o que se vuelva a repetir la historia, pero si pasaba lo último, él haría todo lo posible que su pequeño hermano no sufra por eso.
Afortunamente ninguno de sus pensamientos se cumplieron y estaba feliz.
Papá vivía más en casa que la oficina, Sasuke reducir sus viajes de dos semana a tres días y él pasaba en compañía de su hermano todo el tiempo.
—Algún día seras una gran persona Menma. —
El pequeño bebé se río y balbuceo. Acostó su pequeña cabeza en el pecho de su hermano mientras cerraba los ojos dispuesto a dormir.
Boruto río levemente ante eso. Se acomodo mejor en su cama y abrazo al bebé. En algún punto se quedó dormido, muchas emociones por hoy, aparte que Menma era una pequeña costa revoltosa.
— Llegamos. —
Nadie respondió ante eso, extrañados se subieron a las habitaciones al ver que no había nadie en la cocina o en la sala. Ambos adultos se pararon y vieron adentro de una habitación, los pequeños ronquidos fue los que le llamo la atención. Al ver solo encontraron a los hermanos Uzumaki durmiendo.
Los dos sonrieron y Sasuke saco una pequeña manta antes de taparlos.
Al final todo termina feliz para todos.
Bueno, no todos, Hinata sigue con visitas psicológicas, pero fuera de eso todo bien.
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Fin
Espero que le haya gustado este pequeño fic. Les soy sincera, no me gusto mucho, pero ebria subir algo para que se acuerden de mi. 😍
Sigo escribiendo algunas historias. Así que muy pronto voy a seguir subiendo más. Este fic no tiene una trama tan interesante, pero los siguientes si van a serlo.
¿Les gusto?
Si
No
Sean sinceros.😠👊
Esta imagen es un pequeño Spoiler de la siguiente historia.
Escriban sus teorías aquí.
Eso es todo me despido. Bye bye.❤️
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