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Capitulo 42

Justin agarró con fuerzas la mano de Taylor, y tiró de ella para acelerar el paso.

"¿Chicos, es verdad que nunca terminaron?"

"Ayer salió el comercial de Calvin Klein, ¿no te ha molestado verlo con aquella chica, Taylor?"

"Todos pensaban que estabas embarazada, Taylor. Nadie pensó en una apendicectomía"

"Pensamos que adoptarían un bebé"

"Justin, es verdad que superaste tus conflictos con Neels Visser y Sofia Richie"

"¿Taylor, qué opinas con respecto de que Sofia Richie haya rechazado el comercial de Calvin Klein?"

Las puertas de la heladería se cerraron y tanto Justin como Taylor soltaron un suspiro de alivio. No era agradable tantos flashes y preguntas incómodas.

-¿Estas bien? -la miró.

-Sí, ya estoy acostumbrada -se elevó de hombros.

Justin le besó la mejilla y la abrazó por la espalda mientras hacían la cola para comprar helados.

Ya habían pasado varios días y la cicatriz de Taylor estaba mejor, le habían quitado los puntos y ya podía comer normal, pero obviamente aún tenía que evitar fuerzas.

Las cosas con Justin habían andado mejor, lo habían conversado varías veces y sin discutir, ya ambos estaban aburridos de la situación, así que simplemente lo arreglaron y lo olvidaron. Aún así era obvio que como pareja seguirían teniendo discusiones, pero ambos lo superarían como lo había hecho últimamente, porque ambos se amaban.

-Buenos días, ¿qué desean pedir? -un moreno les sonrió a ambos. Reconociéndolos.

-Mi novia quiere un helado de frambuesa simple, y yo uno doble de menta -Justin miró detalladamente al muchacho.

-Orden para Justin Bieber -gritó el chico, causando que todos se dieran vuelta a mirar a Justin y a Taylor.

No demoraron más de un minuto en tener los helados listos, cosa por la cual Taylor agradeció, no deseaba permanecer en aquel local con tantas miradas encima.

Salieron del local y nuevamente los flashes los atacaron, en realidad igual sentían flashes desde el interior del local, pero no comparado como cuando estaban fuera.

Entraron al vehículo y el chofer en seguida arrancó.

-¿Están bien? -preguntó el nuevo guardaespaldas, del cual Taylor aún no se aprendía el nombre.

-Sí -Justin sonrió.

Taylor se recostó en el hombro de Justin y se dedicó a comer del helado en todo el camino al hotel.

-Tienes helado aquí -Justin apuntó la mejilla de Taylor, sonriendo-. Te ayudaré.

Le acarició la mejilla, limpiando el resto de helado y luego la besó.

-Definitivamente sabes mejor que mi helado -susurró sobre sus labios.

Taylor rió algo acalorada y le empujó la cabeza para alejarlo.

Llegaron al hotel y en seguida subieron hasta la suite de Justin. Justin aprovechó de desvestirse, quedando en su bañador, y tomó dos toallas de una repisa.

-¿Estas lista?

-Sí -Taylor apareció en un pequeño vestido blanco que cubría su bikini.

Caminaron fuera de la habitación, para bajar a la piscina del hotel. Una vez allí, Taylor no dudó en lanzarse al agua y Justin hizo lo mismo. En seguida la acorraló en una esquina y la volvió a besar.

-¿Te comenté que Mackinley traerá a mi perro? -Taylor acarició el duro abdomen de Justin por debajo del agua.

-¿Tate? -Justin cerró un ojo debido al sol.

--Ajá, tendré que aguantar desorden por dos meses -rió levemente, recordando lo desastroso que era Tate.

-Uf, nuestro hijo -Justin recordó.

-¡Verdad!

Resulta que cuando Justin y Taylor llevaban dos meses de relación, bautizaron a Tate como su primer hijo.

-Al fin tenemos un hijo -Justin sonrió con melancolía.

Taylor sonrió con algo de tristeza y le acarició la mejilla con delicadeza. Le frustraba el hecho de no poder hacer feliz a Justin con eso. Le frustraba no poder hacerlo feliz con un hijo.

-Realmente mueres por ser padre -le besó la punta de la nariz- ¿Debería preocuparme?

-Sabes que jamás deberías preocuparte por nadie, nunca jamás -la abrazó con fuerzas y le acarició el trasero por debajo del agua.

Taylor se mordió los labios pícaramente, causando la risa ronca de Justin.

-Quizás ahora no podemos ser padres, pero podríamos practicar -le acarició los musculosos hombros y envolvió sus piernas en las caderas del muchacho.

Una corriente viajó hasta el miembro de Justin. Volvió a reír y miró disimuladamente a la gente que estaba alrededor de la piscina.

-¿Estas necesitada, princesa Taylor?

-Sí, mi duque. Quiero ir a la habitación ya -le guiñó un ojo.

-Yo soy un rey -peleó.

-Solo vamos a la habitación, Justin -se quejó.

Justin salió de la piscina y en seguida envolvió la toalla en sus caderas, para tapar el pequeño problema que Taylor había causado en sus pantalones.

Taylor rió a sabiendas de lo que había hecho y miró avergonzada a la gente, quien en realidad parecía metida en sus propios asuntos, cosa que ella y él agradecieron.

Llegaron a la habitación y Taylor aprovechó de ir a la cocina para tomar un vaso de agua.

-Ahora vas a pagar lo que has causado allí abajo -se sobresaltó al oír aquello en su oído.

Justin rió levemente y la abrazó por la espalda, dejándola afirmada contra la mesa americana de la cocina.

-Justin -se quejó.

Justin enterró su bulto en el trasero de Taylor, haciéndola soltar un jadeo, y seguidamente bajó su mano para acariciarle la entrepierna.

-Hace semanas no hacemos algo así, ¿me has extrañado? -le besó lentamente el hombro.

-Mucho -suspiró mordiéndose los labios para no gemir.

En realidad desde que habían llegado de China no hacían el Amor, y Justin lo llevaba queriendo desde hace semanas, al igual que Taylor.

-Justin, aquí no -susurró.

-Hay que probar cosas nuevas como en los viejos tiempos, amor -susurró bajándole la parte de abajo del bikini.

En realidad para Taylor era jodidamente excitante estar en medio de la cocina.

Justin seguía abrazando a Taylor por la espalda, por lo que aprovechó de sacarle la parte de arriba y corrió sus manos hacia adelante para acariciarle los senos. Le besó la espalda, volviéndose loco por la suavidad de esta y gruñó con fuerza cuando Taylor gimió.

No tardó mucho en bajar su bañador y en menos de lo previsto, entró en ella con suavidad. Lo hicieron lentamente contra la cocina, Taylor quería besar a Justin, pero se encontraba muy extasiada con el placer dentro de su cuerpo y los besos de Justin en su cuello.

-Explícame el porqué eres tan hermosa -Justin apretó los puntos débiles en el pecho de Taylor-, eres perfecta, perfecta. ¿Comprendes lo hermosamente perfecta que eres?

Taylor cerró sus ojos, sintiendo su estómago bailar del placer y de lo lindas que eran las palabras de Justin, no tardó en llegar a su punto máximo de placer y se dejó caer sobre el pecho de Justin.

Justin sonrió mientras igual llegaba a su climax y la abrazó, besándole la frente con mucha ternura.

Taylor se dio la media vuelta para abrazarlo de frente y finalmente lo besó en los labios. Justin la elevó con sus manos y ella aprovechó de enredar sus piernas en las caderas del muchacho.

El corazón de Taylor latió con fuerzas mientras caminaban a la habitación, y Justin la dejó caer con delicadeza antes de posicionarse sobre ella.

Terminaron haciendo el amor dos veces más en las siguientes cuatro horas, y terminaron con una muy buena sesión de besos calientes en la ducha. Taylor se sentía loca de amor. Justin era tan guapo que no se cansaba de abrazarlo y besarlo. Era un sentimiento infinito.

-Amar es un sentimiento infinito -Justin le susurró cuando ambos estuvieron recostados en el sofá, mirando a la televisión.

-¿Infinito? -ella elevó una ceja.

Justin le besó los nudillos de la mano derecha y luego quedó acariciando con suavidad la mano de la chica.

-Infinito porque cuando uno ama, siente que el sentimiento nunca acaba, puedes quitarte las ganas besando, acariciando o haciéndole el amor a esa persona, pero al acabar, sigues queriendo más, sigues amando a esa persona con locura. Es un sentimiento infinito y nunca se va. Te hace sentir feliz y emocional a la vez. Es genial amar, por lo menos a mi me encanta amarte -se elevó de hombros.

Taylor sonrió con dulzura, comprendiendo cada una de la apalabras de Justin, exactamente porque ella sentía lo mismo cada vez que estaba con él. Taylor siempre había soñado con un príncipe azul, y cada vez que miraba a Justin, era como si ya lo hubiese encontrado.

-Te amo mucho.

-Yo igual te amo -Justin le levantó la blusa y le besó el vientre-. En un futuro, cuando tengamos un hijo, no quiero que te asustes pero cuando pensé que estabas embarazada y me mandaste al diablo, en mi soledad estuve pensando en posibles nombres para el bebé.

Taylor rió negando con la cabeza y le puso atención.

-Estuve pensando en que si hubiese sido un hombre, podríamos ponerle Josh o Ryan -la miró-, me gustan esos nombres de varón.

-¿Y si fuera mujer? -Taylor elevó una ceja algo emocionada.

-Me gustaría llamarla Elizabeth o Courtney.

-Courtney me gusta -Taylor elevó una ceja-, también me gusta Francia.

-Francia es precioso -Justin la miró.

Taylor asintió y le sonrió.

-Siempre te quedas callada después de que hacemos el amor -él la miró.

-Y tú siempre hablas mucho y tienes esa voz ronca, que por cierto es muy excitante -le pellizcó el hombro.

-¿Te parezco excitante? -elevó una ceja.

-Muy -Taylor se mordió el labio.

Ambos terminaron riendo y luego se besaron un largo rato, antes de que Taylor debiera volver a su departamento.

Cuando Taylor estuvo sola en la oscuridad de su departamento, se tomó con fuerza de la cabeza. ¿Qué iba a hacer? No sabía cómo es que ese sentimiento de ansiedad se había metido en su cuerpo, tampoco como es que un pensamiento no salía de su cabeza. No podía ser posible, ella no quería eso y ahora parecía considerarlo.

Francia, Josh, Courtney, Ryan.

Justin había pensando en nombres de bebés cuando pensaba que ella estaba embarazada.
Taylor ahí terminó de comprender lo emocionado que había estado Justin pensando que ella estaba embarazada. No lo podía creer. Y ahora que lo pensaba mejor y veía la ilusión de Justin, lo estaba considerando y eso la aterraba, estaba considerando tener un hijo a los veinte años.

Miró las pastillas anticonceptivas que le había recetado la doctora antes de darla de alta. Las miró muy seriamente, con el estómago explotando en nervios.

Justin, Justin, Justin. Como le emocionaba pensar en él. Después de todo no era tan mal pensar en un hijo, tenían dinero, poder y se amaban. Taylor estaba considerándolo.

Su teléfono comenzó a sonar, y al ver el nombre de Justin no lo pensó mas. Tomó todas las cajas de pastillas y las lanzó al basurero. Lo haría, lo haría por Justin. Sin importar las consecuencias.

Sintiéndose con mucha adrenalina por lo que acababa de hacer, se metió bajo las sabanas y abrazó la almohada antes de contestar.

-Buenas noches, te amo mucho -susurró Justin, antes de colgar.

-Igual te amo y mucho.

La llamada se cortó y ambos se quedaron dormidos con una sonrisa en la cara. Agregando el hecho de que Taylor demoró más en dormirse, pensando en cómo se embarazaría rápido.



justinbieber: ¡Tate está por llegar a California! ¿Debería estar emocionado? @taylorjones




Queda 1 capítulo y el epílogo.

Fame
Justbiebssg

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