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Capitulo 31

Desde el principio me dije a mi misma que si la veía nada seria como antes,que nuestra confianza se habría perdido totalmente, pero todos decimos eso en un momento de orgullo, sabiendo que al ver la persona físicamente el corazón se ablanda.

Nos encontrábamos en silencio mirando como la gente corría de lado a lado, de  esquina a esquina, y cruzaba la calle. Estaba atardeciendo por lo que Nueva York estaba en su máximo esplendor gracias a las luces de los vehículos y edificios, y gracias a un hermoso, casi no notorio, sunset de fondo.

Para mi el ambiente no era incómodo, bueno, creo que lo podía sobrellevar; pero notaba a Gigi bastante incomoda tratando de hablar o empezar la conversación, simplemente terminaba quedándose en silencio en cada intento.

No sabía que decir ni cómo interpretar todo lo que estaba sucediendo, seguía sentida con ella, pero recién en este momento me había dado cuenta de que la extrañaba.
En realidad se veía complicada, así que decidí hacer este momento menos con incómodo para ella y carraspeé la garganta antes de comenzar a hablar.

—Justin me contó que te dió la dirección.

Pareció sorprendida, ya que sus ojos se abrieron y quedó mirándome fijamente. Al parecer estaba sorprendida de que yo misma le hablara y de un tema súper lejano al que debimos tratar.

—Sí... mmm, en realidad sospechaba que estabas quedándote aquí.

—Sí, igual era un poco obvio —no pude evitar reír.

Nuevamente nos volvimos a quedar en silencio y esta vez si me sentí incómoda con aquel silencio. Realmente creí que ella no volvería a hablar, pero su voz se hizo presente en la habitación, dejándome más sorprendida de lo normal.

—Sabes que vengo con una disculpa, Taylor.

Se quedó mirándome tan fijamente, que me perdí en el verde de sus ojos sin saber que decir.

—Al parecer tú no tienes nada que decir —continuó hablando cuando no hubo respuesta de mi parte—, pero yo si y por eso estoy aquí.

En realidad no sabía que decirle y por eso prefería quedarme en silencio.

—Yo... no sé cómo empezar, esto es tan difícil —comenzó a llorar de la nada.

Fruncí el ceño y cuando sollozó me di cuenta que venía con lágrimas retenidas.

—Peleé con Zayn, terminamos y no sé qué hacer, necesitaba una amiga y recién ahí me di cuenta que tú eras la única que me hacia falta y que yo fui la que se equivocó y por eso estoy aquí.

Me costó tomar el peso de sus palabras, pero cuando volvió a sollozar comprendí hasta donde habíamos llegado.

—Discúlpame, Taylor. Por favor discúlpame —se levantó del sofá y se sentó a mi lado—. Sé que fui egoísta y entrometida y que solo pensé en los demás y no en ti. Sé que te dejé sola y me equivoqué, pero por favor discúlpame —comenzó a llorar aún más de lo anterior.

Suspiré sintiéndome más nerviosa que nunca y solo reaccioné a abrazarla. Mientras ella trataba de calmarse yo me quedé pensando en mis siguientes palabras, en que le diría y en la forma en la cual me expresaría.

La verdad me había sentido sola todo aquel tiempo y cuando peleé con Gigi estaba cansada de que me juzgaran por Neels y que pensaran todo el tiempo en los sentimientos de Justin, cuando en realidad yo igual me estaba pudriendo por dentro, eso era lo que me molestaba, y que Gigi me juzgara fue la gota que rebalsó el vaso.

—Por favor tranquilízate —pedí después de algunos minutos escuchando sus llantos—. Sé que estás así por que estás cansada y simplemente con tu supuesta pelea con Zayn explotaste, pero necesitas tranquilizarte.

—¡Perdóname!

—Te perdonó Gigi, pero tranquilízate.

—No siento que tus palabras sean en serio.

Suspiré cerrando lo ojos y me dejé caer en el sofá.

—Me dolió mucho la ultima discusión que tuvimos Gigi y lo sabes. Sabes que en ese tiempo no estaba en mi mejor momento, y que tú me juzgaras y poco menos me tratarás como si yo quisiera hacerle daño a lo demás empeoró la situación.

—No me culpes por eso, Taylor. Justin realmente se veía mal en ese tiempo.

—¡Yo igual estaba mal! —casi grité.

Se quedó en silencio.

Tomé una profunda respiración y traté de calmarme.

—Yo igual estaba mal. ¿Acaso te olvidas de Sofía Richie? Ni siquiera sabes el motivo por el cual terminé mi relación con Justin y solo te preocupabas por decir "pobre Justin" cuando yo me estaba muriendo del dolor por dentro.

—Yo... —se pasó las manos por la cara— Mierda, tienes razón, tú igual estabas mal y yo solo te juzgué por algo que ni siquiera estaba mal y...

—Así es, pero creo que ya no tiene relevancia —la interrumpí antes de que comenzara con otro discurso.

No es que yo fuera una perra, pero sólo quería avanzar y no dar vueltas en lo mismo.

—Si lo tiene... —volvió a quedarse en silencio.

Me miró tan fijamente que me sentí incómoda.

—¿Qué?

—Estás cambiada, Tay.

—Quizás los problemas me han hecho más fuerte.

—Eres fría.

—Lo sé.

—¡Basta! Tú no eres así y yo vine a arreglar esto, no lo hagas más complicado.

Suspiré.

—Te perdono, Gigi. Realmente lo hago. Solo entiende que esto es difícil y a mi realmente me afectó.

Seco sus lágrimas y asintió. Traté de sonreír ligeramente para transmitirle confianza, y creo que resultó, ya que luego hizo algo que me tomó por sorpresa; me abrazó.

Solté un suspiro y la abracé con fuerza de vuelta. No podía desperdiciar su amistad y ser una zorra, la quería y la extrañaba.

—Yo no tengo ni idea de que pasó en el pasado en tu relación con Justin e igual me entrometo en donde no me importa.

—De todas formas yo fui la que arruinó nuestra relación en el pasado por mis celos enfermizos —solté de un momento a otro.

Me quedó mirando fijamente.

Todo el mundo pensaba que Justin me había sido infiel en el pasado y por esa razón todo acabó mal; pero no fue así exactamente. Las cosas venían mal desde hace un tiempo y yo acabé con todo.

—¿Puedo preguntar qué fue exactamente lo que...

—Sí, si hubieron terceras personas, pero no fue infidelidad exactamente —susurré.

—Eso me asusta.

La miré y cerré los ojos tomando una respiración profunda. Era tiempo de dejar salir algunas cosas que tenía retenidas. Quizás Gigi sería una más de las que sabría la verdad y no me importaba, porque a pesar de todo ella era más que una amiga para mi y para Justin, y yo tampoco podía culpar mucho su antigua actitud, porque a pesar de que ella no sabía la verdad, yo siempre era más culpable que Justin.

—Quiero saber lo que sucedió, Taylor.

—Te lo contaré.

Tomé una larga respiración y comencé a recordar cosas que simplemente me gustaría olvidar.

—Todo comenzó con mis celos hacia Elysandra —mordí mi labio inferior recordando a la morena.

El ceño de Gigi se frunció ligeramente.

—¿Quién es Elysandra?  

—Ely, una de las bailarina de Justin. Bueno, ex-bailarina.

—¿La novia de Mario?

—¡La misma! —asentí— Mario igual tiene que ver.

—¿Y qué sucedió? —me miró detenidamente— Justin... mm... Justin...

—No —negué con la cabeza mientras los recuerdos me golpeaban—. Bueno, no me engañó, pero igual la besó. De todas formas todo fue mi culpa.

Su cara se transformó en total confusión, y antes de que comenzara a preguntar yo ya me encontraba lista para explicarle todo lo sucedido en el pasado.

—Yo vivía celando a Justin. No me gustaba su amistad con Elysandra. Sentía que Justin tenía mejor relación con ella que conmigo y eso simplemente me mataba —Gigi se encontraba escuchando con cautela—. Los últimos meses de relación fueron los peores, Justin se comenzó a cansar de mis celos como cualquier ser humano; pero yo simplemente no podía tolerar tener a Justin a miles de kilómetros mientras andaba de tour con ella.

—Creo que te comprendo, pero si Justin no te daba motivos para celarlo ¿por qué lo seguías haciendo?

Negué con la cabeza. Ni yo lo sabía exactamente.

—Repito, su relación con Elysandra era tan genial.

—Eso debo admitirlo, tenían una buena amistad.

Junté los labios sin saber que decir y miré hacia otro lado. No quería ni recordarlo.

—Por algún motivo comencé a juntarme bastante con Mario, pero no fue intencionalmente para causar celos, si no que también desarrollamos una buena amistad —Gigi movió las cejas de arriba a abajo y no pude evitar reír—. Justin se comenzó a poner celoso también y las peleas se volvieron más feas y más constantes, nos gritábamos, nos decíamos cosas hirientes y luego nos reconciliábamos, pero yo comencé a cansarme y varias veces terminamos, pero no durábamos mas de una semana peleados —cerré los ojos—.  Sucedió en Brazil, yo estaba acompañando a Justin en uno de sus últimos conciertos por Latinoamérica. Un sábado por la mañana era día de descanso y fuimos a una especie de parque, ambos andábamos algo enojados por lo que ni nos hablamos en todo el día, y el intencionalmente de acercó más de lo normal a Elysandra. Subieron a todos los juegos juntos, se sentaban juntos, se sacaban fotos juntos y Justin le regalaba los premios. Yo sabía que él lo hacía apropósito, pero en ese momento estaba tan cegada de los celos que terminé haciendo una escena y ahí se desató el comienzo de nuestra ruptura.

«Gruñí cuando Justin abrochó el cinturón de Ely y se sentó a su lado en el carrito de la montaña rusa.

—¿Vamos, Tay? No te quedes abajo por esos dos —Mario me animó a subir.

Negué con la cabeza y él pareció entenderlo. Todos se subieron a la montaña rusa y yo fui la única que se quedó fuera.

Justin me miró por un mini segundo y luego se lamió los labios y pasó un brazo por sobre los hombros de Elysandra. Unas lágrimas se salieron inevitablemente de mis ojos y él claramente las vió, no quito sus ojos de los míos hasta que la montaña rusa comenzó a funcionar.

Solté un sollozo y corrí al baño más cercano.

No era por ser exagerada, pero ya había visto y aguantado mucho, desde que Justin le entregó el peluche, mi mundo se calló y todo se fue a la mierda, y creo que todos lo notaron.

Me encerré en un cubículo y comencé a llorar. No sabía en qué momento mi relación con Justin había llegado a eso.

Pasaron exactamente veinte minutos, hasta que alguien entró al baño. Me concentré en no hacer ruido ya que Justin había rentado el parque de diversiones completo y nadie más que alguien del team podía entrar ahí.

Solté un grito ahogado cuando tocaron la puerta y me abracé a mi misma.

—Sé que estás ahí, deja de hacer show y sal de ahí. Todos te están buscando.

Mi piel se erizó y mis puños se apretaron. Carraspeé mi garganta y lentamente salí del cubículo.

Justin estaba afirmado en la pared, su cara estaba seria y lucia más que cansado.

—No me digas que estoy haciendo show, cuando tu has hecho unas grandes demostraciones de afecto con tu amiguita. Todos se han dado cuenta.

—¿y?

Lo miré a través del espejo y solté un gruñido.

—Mañana volveré a California —susurré y desvíe mis ojos de los suyos.

—Creo que es lo mejor.

Sentí algo quebrarse en mi interior y como mi corazón comenzaba a latir con velocidad al mismo tiempo que sentía un vacío en mi estómago.

—Tienes razón —sequé mis manos con papel higiénico—, solo estoy estorbando —caminé hacia la salida del baño sin mirarlo.

Sin embargo, él no dejaría la conversación hasta a y yo lo sabía, por lo que no me permitió salir del baño y me tiró del brazo para abrazarme y depositar un pequeño beso en mi frente. La forma en la que siempre pretendía arreglar los problemas, pero esta vez no, esta vez me había cansado.

—No estorbas, mi amor —me apretó con fuerza—. Solo perdóname, ¿si?. Mierda, Taylor. Sé que no debí ignorarte así y que no debí actuar de esa forma con Ely. Tú eres mi novia, te amo a ti, pero la pelea de la mañana y el hecho de que hayas hablado con Mario en el camino desde el hotel hasta aquí no ayudó mucho en nuestra situación y me puse más que celoso —habló tan rápido que no logré entender todo lo que dijo.

—Me haces daño con tus actitudes —comencé a llorar—. No soporto verte con esta perra y duele. Estoy cansada, Justin. Necesito volver a California.

—No te vayas, no te...

—¡Taylor! ¡Aquí estabas! Te buscamos por todo el parque de diversiones, pensamos que habías vuelto al hotel y estábamos preocupados, ¡te podría haber sucedido algo en el camino!.

Justin cerró los ojos suspirando, mientras yo solo pude apretar los labios.

Elysandra se adentró aún más al baño con el oso de peluche que Justin le había regalado y pasó uno de sus brazos por los hombros de Justin descaradamente, mientras él seguía abrazándome, más bien, apretándome hacia su cuerpo para no dejarme escapar.

Yo nunca la había visto como una perra y mucho menos como una víbora; pero estaba tan celosa en ese momento que no pude evitar sentir mucha rabia, y la sonrisa descarada que tenía en la cara me estaba matando.

Golpeé su brazo con furia para que lo sacara de los hombros de Justin y como pude boté el peluche y la empujé.

—Mosca muerta.

Sus ojos se abrieron con asombro y Justin reaccionó apretándome más hacia su cuerpo.

—Taylor, ¿qué sucede? Yo no...

—Cállate —grité histéricamente y luego comencé a llorar.

Necesitaba un vaso con agua y necesitaba que Elysandra saliera de mi vista en ese momento.

—Eres tan perra, lo único que quieres es a Justin y no puedes tenerlo porque es mío. ¡Mío!

Cualquier persona pensaría que estaba loca, pero sólo estaba sufriendo unos malditos ataques de celos, ataques que ella y Justin había provocado.

—¡Bebé, cálmate! —la voz de Justin se escuchó tan cerca.

Me deshice de su agarré y lo apunté con un dedo.

—¡Esto lo provocaste tú y ella! —sollocé.

Comencé a llorar como loca sintiéndome completamente humillada por la mirada de Justin y de ella.

Quería aire, me sentía ahogada.

—Tay, sé que no somos amigas y sé que estás celosa —la mosca muerta comenzó a hablar—, pero con Justin somos amigos y no te queremos hacer daño con nuestra linda amistad, pero...

Me tiré sobre ella sin pensarlo dos veces, solo quería que se callara.»

Gigi me miraba algo asombrada y en silencio. No la culpaba ya que ese recuerdo era uno de los más feos. Ese día había sufrido dos ataques en el mismo lugar, de celos y de pánico.

—¿qué pasó después?

Suspiré y bebí de la botella de agua.

—Le saque las extensiones mientras Justin trataba de alejarnos, llegaron los demás y lograron sacar a Elysandra del baño. Me quedé con Fredo y con Justin en el baño, ahí sufrí un ataque de pánico y finalmente me desmayé y no recuerdo nada más.

—Me imagino que queda mucho por contar, no creo que todo haya terminado ahí.

—Queda mucho, pero lo resumiré.

—Tengo tiempo, Taylor.

Asentí y le sonreí con simpatía.

—Desperté en el hotel y con Justin seguimos peleando, me regañó diciéndome que me comporté como loca en el parque y bueno, finalmente terminamos una vez más. Me volví a California al otro día y estuvimos exactamente una semana sin hablarnos. El tour por Latinoamérica  terminó y todos volvieron a Los Ángeles. Justin me buscó después de un mes, hablábamos pero nada más de cinco palabras. Trate de ignorarlo pero se le ocurrió aparecer en mi departamento un día cualquiera y bueno, terminamos dormidos y desnudos en mi cama.

Gigi comenzó a reírse de la nada con los ojos cerrados. Parecía relajada escuchando la historia.

—¿De qué te ríes?

—Justin siempre me dice que arregle mis problemas con Zayn en la cama, es imbécil.

No pude evitar reír y negué con la cabeza. Carraspeé mi garganta y seguí recordando.

—Después de ello duramos exactamente una semana sin pelear, pero llegó Coachella y ahí todo se fue a la mierda nuevamente. El último día del primer fin de semana Elysandra llegó con Mario y yo desde que la vi supe que nada terminaría bien. Las soporté dos Días, pero cuando la encontré dormida en los brazos de Justin me volví loca.

—¡Espera! —Gigi se alarmó— ¿Los descubriste desnudos?

—No, Gigi. Estaban viendo una película y ella se quedó dormida sobre su regazo.

—Justin es un imbécil, Tay. Él tenía novia, no podía hacer eso con amigas.

—Lo mismo pensé yo, hasta que descubrí que Justin estaba dormido desde la mañana en el sofá y ella se recostó en su pecho sin que él supiera.

—Una mosca muerta total.

Asentí.

—Esa fue la gota que colmó el vaso y yo cometí el error más grande.

—¿Cuál?

—Yo no sabía que Elysandra lo había hecho apropósito, por lo que me metí en la cama de Mario apropósito y lo besé, ahí todo se fue a la mierda, Gigi. Justin se volvió loco.

«Cansada de llorar por lo mismo lavé mi cara. Esto no podía seguir así, aún no me entraba en la cabeza porque Justin me estaba haciendo esto, pero si de algo estaba segura era que no se quedaría así.

Sobrevivir con fama, odio y una relación tóxica me estaba llevando a la oscuridad plena.

Justin tenía que probar de su propia medicina y yo lo conseguiría, ya no me importaba dañarlo, quería que él sintiera lo mismo que yo estaba sintiendo en este momento.

Solté un sollozo al imaginármelo besando a Elysandra de la forma en que lo hacía conmigo cuando veíamos películas. Esto no me podía estar pasando a mi.

No quería hacerlo sufrir, pero él debía probar de su propia medicina y después de eso veríamos hasta donde llegaría esto.

Salí del baño y en plena oscuridad me dirigí a mi habitación, pasé por la sala donde se encontraba Justin con la víbora y al ver que ambos se acomodaban para estar más juntos algo se rompió dentro de mi.

Tapé mi boca en seguida para no soltar un sollozo y corrí hasta la habitación más cercana. Ahí recién pude respirar y sentí como el aire volvía a mi.

—¿Tay? ¿Qué sucede?

Me di la media vuelta encontrándome en la habitación de Mario. Solté un sollozo al verlo mirarme extrañado y corrí hacia su cama para abrazarlo al mismo tiempo que comenzaba a llorar.

—¿Quién te hizo esto, Tay? —me recibió en sus brazos y nos recostamos sobre su cama—. Tú no eres así preciosa, tú y Justin se aman. ¿En qué momento les sucedió esto?

No pude responder ya que el llanto salía de mi garganta por si solo.

—¿Cómo sabes que... que estoy llorando por él?

—Porque todas las últimas veces que te he visto llorar es por él. Todo por culpa de Elysandra —comenzó a acariciar mis mejillas.

Cerré mis ojos bajo su tacto y raramente logré tranquilizarme.

—También es culpa de Justin. Él la quiere, estoy segura.

—Taylor, Justin te ama. Esa vez que terminaron en Brazil y volviste a California lloró como una nena de cinco años una noche completa mientras bebía. Elyzandra lo busca, quizás ella lo veía como un amigo al principio, pero al ver que tú la celabas se sintió con derecho y...

—¿Por qué terminase con Ely? —lo interrumpí.

—No me hagas...

—Dímelo, Mario.

—Se fijo en Justin —susurró.

Comencé a llorar nuevamente y él me abrazó.

Era obvio que ella y Justin se traían algo. Aún así no lograba creérmelo, mi relación con Justin era un sueño, era tan linda y ambos estábamos tan malditamente enamorados que aún no podía entender como habíamos llegado a esto.

—Escúchame, Tay. Justin no la quiere, se que los vistes en el sofá, me lo imaginé porque yo igual los vi, pero no es lo que crees porque Justin...

—No lo defiendas, Mario.

Se quedó en silencio mirándome y asintió. Lo abracé con fuerza y me recargué en su pecho. En muy poco tiempo Mario se había convertido en una persona más que importante para mi, me acompañaba en mis penas y era dulce conmigo, era de la misma forma en que Justin se comportaba hace un tiempo atrás, preocupado, atento y dulce. Personalmente yo estaba agradecida de su presencia ya que sin él todo esto hubiese terminado hace mucho tiempo y de la peor manera. Comenzó a acariciar mi cintura y algo extraño e incómodo recorrió mi cuerpo, se sentía incorrecto pero quería dejarme llevar. Lo miré detenidamente encontrándome con la sorpresa de que se encontraba mirándome fijamente. Analicé sus labios y no pude negar que era guapo. Moreno, labios gruesos y ojos encantadores. Se lamió los labios y ese fue el cordón que desató el nudo. Lo besé aún sintiéndome incómoda y avergonzada, sin creérmelo, pero lo que más me sorprendió fue que respondiera mi beso.

—Esto no está bien, Taylor. Sé que estás dolida y por eso lo haces para desquitarte, no tendría problema en seguirte la corriente, pero hace bastante tiempo asumí que jamás podré tenerte y...

—Solo déjate llevar —lo volví a besar.

Era como si la adrenalina hubiese entrado en mi cuerpo, al mismo tiempo que pensaba en Justin y en Elysandra. No quería besar a Mario, pero entre tantas cosas incorrectas eso se sentía lo más correcto.

—Mario, me quede dormido y Elysandra se recostó sobre mi, he buscado a Taylor por todos lados y estoy seguro que me vio y pensó que me dormí con Ely y...

La voz de Justin se cortó en el aire al mismo instante en que yo empujaba con todas mis fuerzas a Mario para que me dejara de besar.

Pánico invadió mi cuerpo al ver la cara de Justin en shock, y antes de que pudiera hablar o excusarme, Justin ya estaba sobre Mario golpeándolo con fuerzas.»

Sequé algunas lágrimas que cayeron al recordar aquel momento y al sentirme culpable. Gigi me abrazó con fuerzas y respondí su abrazo.

—Eres estúpidamente estúpida, Taylor. Cuando uno se acelera a los hechos siempre comete un error aún más grande.

—Créeme que ahora lo sé.

—Pobre Justin.

—Eso no me ayuda en este momento.

—¿Qué pasó después? —me entregó su botella de agua, ya que la mía ya se había acabado.

—Esa noche todos despertaron y los separaron ya que se pelearon fuerte, Justin no me miró y salió de la habitación de Mario sin hablar. Se emborrachó esa misma noche mientras Ely lo trataba de ayudar, ya que no quería que nadie más que ella se le acercara, ni siquiera yo y lo entendía. Cuando vi que no podía hacer más me fui a mi habitación y cómo estúpida lloré toda la noche. Al otro día me levanté y me lo encontré ya no tan borracho en el living abrazado de la víbora, tomé mis cosas, mis maletas y todo y me fui de allí. Aunque en al principio él no me dejó, se puso a pelear conmigo y a decirme cosas hirientes delante de Ely, y luego de eso no se resigno y me siguió hasta Los Ángeles.

«Arrastré mi maleta hasta el living y traté de ignorar a Justin abrazado de la cintura de Elysandra. Les di una mirada y no lo aguanté

—Cuídalo, Ely —susurré pensando que él estaba dormido, en realidad estaba con gafas y no sabía si tenía los ojos cerrados o abiertos.

—¿Cuidaste tanto de Mario? ¿Por eso no me cuidas tú?

Mis ojos se abrieron al escucharlo y mi corazón comenzó a latir con brusquedad.

—Justin...

—Olvídalo, no quiero una puta aquí.

En cualquier otra circunstancia hubiese peleado con él, pero dejé que me dijera aquello porque sentía que me lo
merecía.

—Mario me comentó esta mañana que tú y Ely en ningún momento quisieron ver una película, y que tú te quedaste dormido antes  y ella llegó después y...

—No me hables del imbécil, y vete de aquí porque no te soporto cerca, puta. Ya hiciste lo que querías y no te quiero cerca, Taylor. Tú no confiaste en mi y tú terminaste siendo la suelta de la relación, adiós. Te quedaste sin fama y sin dinero por estúpida.

Ignoré el hecho de que me acaba de decir que estuve con el por dinero y simplemente me quedé en silencio. Tomé mis maletas con fuerza y corrí fuera de la casa.

Coachella había sido una mierda, necesitaba mi casa y estar sola.

Llegué hasta el jeep y me afirmé en el tratando de recuperar la respiración. Comencé a llorar y no pude evitar golpear las puertas.

—¿Así es como huyes y pretendes terminar todo?

Me di la media vuelta encontrándome con Justin, quien rápidamente me acorraló contra el jeep.

—Eres una mierda, Taylor. Yo te amo maldita sea y me haces esto —se quitó la gafas y las botó la césped.

Me encontré con sus ojos rojos y un círculo morado alrededor de cada uno, algo más se rompió dentro de mi.

»Tu misma lo arruinaste, Taylor«

—Aléjate Justin, me estás haciendo daño y estás algo borracho.

—¡No estoy borracho! —apretó mi muñeca con fuerza.

Lo miré por última vez a los ojos, antes de empujarlo y subir al jeep en tres segundos.
Trató de detenerme al tratar de abrir mi puerta, pero el seguro se lo impidió. Aceleré a fondo y rápidamente salí de los condominios privados de Coachella.

Pude respirar cuando llegué al semáforo, pero al ver un Ferrari azul por el espejo retrovisor todo mi cuerpo se desvaneció.

Llegué a Los Ángeles en exactamente una hora, tomé una pista rápida y tráfico igual ayudó. Bajé del jeep en mi edificio, al mismo instante en que Justin estacionaba su Ferrari en medio del estacionamiento.
Corrí al elevador y él no alcanzó a entrar cosa que agradecí, pero al llegar a mi piso me encontré con la sorpresa de que corrió por las escaleras.

Entré al departamento con él detrás de mi y me afirmé en la pared.

—Déjame Justin, ya acabamos con esto.

—No acabaré hasta hacerte saber lo puta que has sido.

Algo en mi se encendió y exploté agarrando con brusquedad la lámpara más cercana que encontré.

—¡Se acabó! —grité lanzando la lámpara al suelo— ¡Todo se acabó!

Lo miré y noté como sus ojos se abrían sorprendidos, trató de acercarse a mi, pero él mismo se detuvo y su expresión cambió repentinamente de arrepentimiento a enojo.

—¡Estoy jodidamente de acuerdo! No te soporto —soltó atacándome con la mirada—, espero que no te arrepientas de alejarte de mí, de mi fama y de mi dinero, te convienen y te convenían mucho, nena.

Sentí todo dentro de mi revolotearse y me acerqué para darle una bofetada, pero me agarró la mano quedando a centímetros de mí. Miró mis labios y trato de acercarse pero lo empujé. El no me podía estar diciendo semejante estupidez después de todo lo que habíamos vivido juntos.

Antes de que notara por milésima vez mis lágrimas, me giré y le di la espalda.

—Lárgate, Justin. No te quiero ver.

Sentí su mano en mi hombro y rápidamente la saqué con un manotazo.

—¡Vete! —grité y lo miré— ¡No te quiero ver! No te quiero insultar más. ¡Por favor lárgate!

Apretó la mandíbula y me miró fijamente antes golpear la mesa y marcharse.

Finalmente marcharse y tal vez para siempre».

Gigi me abrazó con fuerza al darse cuanto que nuevamente comencé a llorar. Había sido duro, la ruptura había sido oscura y yo fui la mayor culpable de que fuera tan dolorosa, pero las cosas ya habían pasado y el tiempo no se podía retroceder.

—Escúchame, Taylor —acarició mi cabeza—. Sé que ambos sufrieron mucho y sé que ninguno se fue infiel porque todo fue un malentendido, pero no puedes vivir culpándote por algo que ya pasó y que hasta Justin superó. Lo importante es que quedó en el pasado y que tú con Justin están de lo mejor juntos nuevamente.

—Lo sé, Gigi; pero aún me duele, le hice mal a Justin y ambos sufrimos mucho y todo por mis celos enfermizos.

—Ambos tienen culpa, pero como te dije, debes superarlo para poder avanzar.

—No quiero que Justin se aburra de mi porque quiero ir lento. No quiero.

—Y él no lo hará porque te ama, porque ambos superaron el pasado y están nuevamente juntos, tú debes avanzar y aunque demores mil años él te esperará y saber por qué.

—¿por qué?

—porque lo de ustedes es amor real y eso nadie lo podrá cambiar —sonrió y secó mis lágrimas—. Justin y tú se aman como locos, Taylor. ¡Lo superarás!

Asentí y sonreí secando algunas lágrimas. Eso era lo que importaba ahora, que con Justin estábamos nuevamente juntos y ambos nos amábamos más que nunca.

Ya era tiempo de dejar ir el pasado.



—————
Por fin se sabe el motivo por el cual terminaron. Reitero, NINGUNO DE LOS DOS FUE INFIEL, todo fue un mal entendido en el pasado ya que ambos se amaban como locos.

Para las que no entendieron; todo lo que está en cursiva y con «» sonsflashbacks (pequeños recuerdos del pasado) y Taylor le cuenta a Gigi todos esos recuerdos para explicarle porque terminó su relación con Justin en el pasado.

Creo que es uno de los capítulos más largos que he escrito así que déjenme un voto y un comentario si les gustó.

Fame
Justbiebssg

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