Capitulo 25
Justin despertó gracias a pequeños besitos depositados en su mejilla por parte de Jazmín. Abrió sus ojos encontrándose con los ojos de la pequeña y automáticamente sonrió.
—Deberías estar durmiendo, Jazzy —susurró mirando el reloj—. Son las tres de la mañana.
—¿De verdad vendrá Taylor? —sonrió acurrucándose bajó las sabanas a un lado de Justin.
—Me lo haz preguntado dieciséis veces y las dieciséis te he respondido lo mismo —bostezó cubriéndola con las mantas.
—Es que no la veo hace mucho tiempo, a ti no te gusta que te pregunten por ella y papá todo este tiempo nos decía a mi y a Jaxon que no te habláramos de ella.
Justin hizo una mueca sintiéndose verdaderamente mal, Jazmín y Jaxon amaban pasar tiempo con
Taylor; pero lastimosamente las cosas se habían complicado hace meses y los pequeños no la habían podido ver.
—Mañana la verás, Taylor está muy emocionada por verte —sonrió.
Jazmín achinó sus ojos y dio pequeños aplausos.
—¿Es verdad lo que decía la gente? Una compañera me decía que ustedes ya no eran novios, y yo le decía que si lo eran.
Justin suspiró y volvió a bostezar.
—Algunas veces las parejas tienen problemas y mucho trabajo, lo que provoca que se alejen; en este caso Taylor y yo nos alejamos, pero ahora somos amigos, muy buenas amigos, Jazmín.
—Pero si ustedes eran novio, no amig...
—Shh, ahora duerme —besó su mejilla y cerró los ojos.
—Pero...
—Si no duermes, le diré a Taylor que no venga a verte.
—Buenas noches, Justin —besó la mejilla de su hermano.
Justin rió en silencio y luego volvió a caer en un profundo sueño.
Despertó a las diez de la mañana, Taylor llegaría al aeropuerto a medio día y sus guardaespaldas irían por ella.
Luego de despertar a Jazmín, entró a la ducha y se tomó dos horas arreglándose y desayunando. Se sentó en la sala de estar a mirar el paisaje y esperó hasta que Taylor llegara. Solo quería verla, estaba ansioso.
Taylor Jones.
Admiré cada pequeña cosa de la ciudad, hace algunos meses no pisaba tierra canadiense y en realidad lo había extrañado; digamos que me gustaba Canadá ya que encontraba que era un país muy bonito.
—¿Sabías que Jeremy ya no vive en la misma casa? —la voz de Mike me sacó de mis pensamientos.
Lo miré con el ceño fruncido y negué con la cabeza.
—Compraron un campo alejado de la ciudad, es gigante y construyeron una casa —Mike sonrió—. Tienen caballos, motos, todo tipo de diversión.
—Todo lo que le gusta a Justin y a su familia —reí.
—Exacto —Mike asintió y luego desvío su vista hasta la ventana.
Hice lo mismo y me concentré en el paisaje.
Sospechaba que faltaba poco para llegar, ya que nos habíamos alejado de la ciudad y la camioneta iba a toda velocidad por un camino de ripio. Luego de varios minutos quedamos frente a un gran portón, el cual se abrió lentamente y nos dio vista a una gigante casa blanca al estilo colonial.
Sentí mis piernas hacerse lana y boté todo el aire contenido cuando entramos a la propiedad; me sentía algo nerviosa, hace muchos meses no veía a la familia de Justin y a él no lo veía hace unas semanas.
Mi corazón se aceleró cuando lo vi salir por la gigante puerta café; llevaba su típica sudadera blanca, junto a unos pantalones caídos y una gorra roja. Se veía hermoso; él era hermoso.
Mike me abrió la puerta y bajé de la camioneta mordiéndome el labio. Miré hacia Justin que aún se encontraba caminando en mi dirección e instantáneamente sonreí. Su cara se veía relajada y tenía una pequeña sonrisa que lograba hacer que las mariposas de mi estómago revolotearan como si tuvieran una fiesta.
Cuando estuvo frente a mi, su olor se coló por mis fosas nasales y mi sonrisa se agrandó. Le dio la mano a Mike en forma de saludo y luego me miró, se lamió los labios y volvió a sonreír. Mi cuerpo se estremeció y me quedé sin aliento, con esas simple acciones él lograba que todo mi interior se encendiera.
Besé su mejilla lentamente y puso una mano en mi espalda baja, apretándome hacia su cuerpo y formando un abrazo. Mi cuerpo se volvió a estremecer cuando su tibio cuerpo me envolvió y me quedé un buen rato ahí, entre sus brazos.
—Al fin estás aquí —susurró en mi oído.
Giré mi cara encontrándome con sus ojos, los cuales me miraban fijamente y en ese mismo instante sentí el calor en mis mejillas.
Él ni siquiera me había dicho un cumplido y yo ya estaba sonrojada, no hacía falta ninguna palabra de su parte para tenerme con los nervios y las sensaciones a flor de piel.
Sus labios estaban a centímetros de los míos y su aurora me rodeaba con fuerza. Quería besarlo, pero no sé si sería lo correcto. Sus labios se veían brillantes ya que anteriormente se los había lamido: me apetecían, me apetecían bastante, así, rosados y brillantes.
Se acercó aún más a mí y por la forma en que sus ojos me miraban, sabía que él igual quería besarme. Apretó mi cintura levemente y finalmente juntó sus labios con los míos. Suavemente cerré los ojos dispuesta a dejarme llevar, pero lamentablemente eso no sucedió, unos gritos nos interrumpieron incluso antes de que nuestros labios se comenzaran a mover.
—¡Taylor!
Me separé de la cara de Justin en seguida, sin romper el abrazo y giré mi cabeza encontrándome con dos pequeños corriendo hacia mi.
No pude evitar reír y finalmente me despegué de los brazos de Justin.
Jazzy saltó sobre mi y Jaxon abrazó mis piernas. Comencé a carcajear con fuerza y de alguna forma los abracé a ambos.
—Veo que no soy la única que los extrañó —susurré.
Jazzy besó mi mejilla y me volvió a abrazar con fuerza; definitivamente estos pequeños eran mi perdición de ternura.
—¿Por qué nos nos venias a visitar? —Jaxon comenzó a saltar a mi lado.
Me quedé en silencio sin saber que responder y carraspeé mi garganta. Ambos pequeños se me quedaron mirando, esperando mi respuesta, y yo simplemente no supe que responder. No es como si pudiera llegar y decirles "peleé con Justin, terminamos y ahora nos estamos dando una oportunidad".
—Ya hablamos de esto, pequeños. Taylor viene recién llegando y ya la están acosando —Justin tomó a Jaxon en brazos y me miró—. Vamos hacia la casa para que ella descanse, fue un largo viaje.
Le agradecí con la mirada por salvarme de aquella pregunta y ambos comenzamos a caminar hacia la casa, el con Jaxon en sus brazos, y yo con a Jazzy quien lo paraba de besar mi mejilla.
—Taylor Jones —una gruesa voz de escuchó en cuanto entré a la casa.
Dejé a Jazzy en el suelo y cuando levanté la vista, Jeremy Bieber me miraba con una sonrisa. Lo abracé en seguida y besé su mejilla.
—Muchos meses sin verte. ¡Estás cambiado!
Comenzó a reír y palmeo mi espalda. En realidad estaba cambiado, sus brazos se notaban más anchos, su cara se veía más definida y podía jurar que tenía muchos tatuajes más que antes.
—No puedo decir lo mismo de ti, veo que las pasarelas y la música te tienen igual de bella.
Negué con la cabeza y golpeé su hombro en forma de juego. Siempre había tenido una confianza especial con aquel hombre, sobretodo porque se parecía a Justin en muchos aspectos.
—Acompañaré a Taylor para que dejé sus cosas en su habitación y descanse —Justin tomó mis maletas y me sonrió.
—¡Pero nosotros queremos estar con Taylor! —Jazzy elevó los brazos y luego los dejó caer con una mueca.
—Jazzy, Taylor debe descansar —Jeremy habló en voz autoritaria—. Además debes terminar tu tarea para mañana. Es lunes y no haz hecho nada.
—¡No quiero! —se cruzó de brazos.
—Si quieres yo te ayudo a terminar tu tarea —murmuré—, pero más tarde porque quiero ordenar mis cosas.
Jazzy sonrió en grande y asintió.
—¡Regalona! —Justin rió apuntando a Jazzy, antes de tirarme hacia su cuerpo y comenzar a caminar hacia las escaleras.
Llegamos a una habitación gigante y en seguida supe que era la de él, digamos que su cama estaba ordenada y su olor estaba impregnado en cada parte de la habitación.
—¿Qué hacemos en tu habitación? —me dejé caer de espaldas en la cama, manteniendo mi peso en mis codos y lo miré divertidamente.
Cerró la puerta de la habitación y luego me miró.
—Tu habitación está al lado, pero sé que mueres por tomar una siesta después de aquel viaje, ¿y qué mejor que dormir juntos un rato?
Reí negando con la cabeza y un bostezo se me escapó.
—Ven aquí entonces, estoy muriendo —abracé una almohada mirándolo.
Quitó la gorra de su cabeza y luego se quitó la sudadera. Caminó hacia mi y se recostó a mi lado. Nos cubrió con la manta y me abrazó. No pude evitar sonreír y besé su pecho desnudo, extrañaba tanto estos momentos con él, que ahora al estar viviéndolos nuevamente, no podía procesarlo y tampoco creérmelo.
—Duerme —su pecho vibró.
—Abrázame más fuerte —pedí.
Sonrió ligeramente y besó mi frente.
—Creo que no soy él único que te extrañó. Hemos llevado tantos meses separados, que me desespero por estar contigo.
Sonreí mientras mi estómago se apretaba y dejé otro suave beso en su mentón.
—Te quiero mucho, osito.
—Yo más. Volveremos juntos a California, mi jet sale el mismo día que planeas regresar —metió su mano por debajo de mi blusa y mi piel se erizó.
En realidad no me molestaba su mano ahí, pero aún era muy luego y me estaba poniendo muy nerviosa, no podría dormir tranquila así. Si estuviéramos en cualquier lugar me daría lo mismo sobrevivir a los nervios, pero ahora quería descansar y su mano tocando la piel desnuda de mi espalda definitivamente no ayudaba.
La retiré con suavidad y me acurruqué en su cuello.
—Si tu padre entra a la habitación, creerá que de verdad...
—Le dije que somos amigos en estos momentos —me interrumpió—, y no molestará, sabe que te gusta descansar después de cada viaje y por la misma razón se encargó de Jazzy y Jaxon.
Reí y negué con la cabeza lentamente.
—¡Están demasiado grandes! —susurré levantando mi vista para mirarlo— Están más hermosos que nunca.
—Y muy desordenados.
—Los extrañaba, los quiero mucho.
—Ellos igual te quieren mucho. No me dejaron tranquilo en todos estos meses, me preguntaban día y noche por ti, y yo solo quería sacarte de mi mente por un momento —confesó.
No pude evitar hacer una mueca y mordí mis labios. Eso me había dolido un poco, pero no lo iba a culpar, porque yo igual traté de sacarlo de mi mente en todo este tiempo, pero al parecer a ninguno nos funcionó.
—Descansa, Taylor —añadió y besó mi frente—. Tendremos varios días para disfrutar y sobre todo para visitar a una persona especial.
—¿Persona especial? —miré sus ojos mieles.
—Pattie Mallette está en Canadá.
—Definitivamente persona especial —sonreí.
Me recargué en su pecho para quedarme dormida junto a él, como en los viejos tiempos.
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Hice el capítulo corto ya que el siguiente se viene demasiado largo, además tendrá Instagram y será más largo aún; espero que les gusten los capítulos largos.
Fame
Justbiebssg
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