Taylor suspiró y justo en ese momento el timbre de su departamento sonó. Se levantó del sofá con el ceño fruncido y miró por la mirilla encontrándose con una rubia de lentes negros. Abrió la puerta y en seguida Romee se lanzó sobre ella para abrazarla con fuerza.

—¡Te extrañé tanto! Acabo de llegar de Nueva York y cuando estaba pasando por fuera de tu edificio no lo aguanté y detuve el auto, necesitaba verte —habló con rapidez y entró al departamento con varias bolsas— ¡Te traje regalos! En realidad, Victoria's Secret te ha enviado regalos.

La sonrisa de Romee se borró al ver la cara de Taylor y cerró la puerta en seguida.

—¿Qué sucede? —en seguida se acercó a ella.

Esta vez Taylor la abrazó y cerró los ojos con fuerza, necesitaba de una amiga y gracias al cielo Romee apareció como ángel enviado del cielo.

Una semana había pasado, ya era lunes y exactamente mañana era el día esperado. Eso simplemente daba vueltas y vueltas por la cabeza de Taylor, se suponía que nadie debía saberlo,solo ella y Justin, pero no sabía que hacer, no sabía que pensar, no sabía si estaba correcto lo que iban a hacer; aún era temprano después de acabar una relación donde los dos se habían hecho mucho daño.

—Yo... —suspiró— nada, no sucede nada solo estoy teniendo un mal día.

—Un mal día que de resume en Justin Bieber —adivinó la rubia— ¿han hablado? Sigo pensando que deben hacerlo.

—No hemos hablado —mintió, buen en realidad no habían hablado desde que él le pidió que fueran a un lugar donde nadie los molestaría, pero eso no lo debía saber nadie.

—Creo que deberían hablar —la rubia acarició el brazo de Taylor.

Esa frase bastó para que Taylor se sintiera un poco más tranquila y se dijera a ella misma que lo que haría mañana estaba bien.

Se acercaron a la gigante cocina y las dos comenzaron a cocinar, lo cual era una mala idea, porque terminaría en un desastre. Pasaron la tarde comiendo comida no apta para modelos como ellas solían nombrarla y vieron algo de netflix.

—Vogue Magazine me ha llamado para un entrevista —comentó Taylor sin poder guardarlo más.

Los ojos de Romee se abrieron y saltó del sofá.

—Dime por favor que no es una broma y que aceptaste.

—No es una broma, aún no he respondido —la morena bajó la cabeza—, realmente no quiero volver a posar, no quiero críticas de lo gorda que estoy.

—Taylor por favor —pidió—. No dejes que lo que sucedió con Victoria's Secret te afecte en tu carrera de modelo.

—Prefiero esperar un tiempo Romee, en verdad —Taylor se dijo mentalmente que fue una mala idea comentarlo con la rubia.

—Está bien, como tú lo decidas —sonrió levemente y bebió de su jugo—

Quería mantenerlo para ella, pero era difícil, era una oferta muy tentadora, pero había crecido una gran inseguridad en ella como modelo.

—"Sad serenade" ha causado mucha polémica últimamente, pero haz roto algunos récords, está en el top 10.

—Estoy bastante emocionada —Taylor sonrió—, creo que finalmente saldrá el video en algunas semanas.

—Justin va a morir, si es que ya no lo ha hecho al escuchar la canción.

Taylor rodó los ojos y la miró mal, Romee siempre terminaba mencionándole a Justin.

La noche llego y Romee se marchó, había llegado ese mismo día de Nueva York y aún no llega a a su casa. Los nervios en Taylor crecieron y se obligó a ir a dormir, aunque eso no sería posible porque cuando alguien sufría de nervios, todo el mundo sabía que era imposible dormir.

Su teléfono comenzó a sonar y su estómago se dio vuelta al ver el número de Justin, no era un mensaje, era una llamada. Se debatió diez segundos en responder o no hasta que la llamada se cortó y ella suspiró.

—¿Por qué me duele el corazón de esta forma? —se preguntó y marcó el numero de él.

—Hola —su voz ronca erizó cada centímetro de la piel de Taylor Jones.

—Justin...

—¿Qué sucede?

—Eres tú el que me estaba llamando —abrazó la almohada y se mordió con fuerza el labio interior.

Justin igual abrazó la almohada y cerró los ojos tratando de imaginar de que color estarían los ojos de Taylor en ese momento.

—Solo quería saber si te habías arrepentido —musitó—, no quiero obligarte a algo que quizás no quieras hacer.

El silencio se apoderó de la línea. Taylor simplemente no podía responder.

—Oh ya creo que lo entiendo —añadió—. Nunca quise molestarte Taylor, yo solo quería hablar pero si tú no quieres está bien, tendremos que dejar las cosas así.

—Sí quiero —su voz se escucho más débil de lo normal y se maldijo mentalmente.

Esta vez Justin se quedó en silencio sin saber que responder y soltó un suspiro, un suspiro que logró acelerar el corazón de Taylor al otro lado de la línea.

—Entonces mañana nos vemos, después de las ocho.

—¿Dónde? Justin de verdad no quiero ningún paparazzi...

—No te preocupes por eso —rió suavemente, con ternura—, es una pequeña casa alejada de la ciudad por el lado sur, te mandaré la dirección. Nadie lo sabrá.

—Espero que sea así.

—Confía en mi —pidió.

Taylor se quedó en silencio y Justin se maldijo mentalmente, no podía pedirle que confiara en él después de haber traicionado la confianza de la chica, de todas formas no todo era su culpa, Taylor igual era culpable en un montón de cosas.

—Nos vemos mañana, Justin.

—Adiós.

La llamada se cortó y Justin como Taylor sintieron un vacío, esa llamada había derribado tristes muros de cemento en sus corazones.

Justin rocío algo de perfume en su cuello y tomó las llaves de la camioneta, nadie lo reconocería en aquella camioneta.

—No irás a ninguna parte sin tu guardaespaldas —Scooter lo miró desde la puerta—, ni siquiera haz dicho dónde vas. Te puede pasar algo Justin, secuestro, acoso, accidente...

—Tengo cosas que hacer, varias veces he salido solo.

—Pero con guardaespaldas encubiertos —Scooter se pasó las manos por la cara con frustración—, si tan solo me dijeras donde vas...

—No te diré nada.

—¡Basta de meterme en problemas! ¡Nos tienes a todos cansados! —gritó Scooter.

Justin se giró lentamente y miró fijamente a Scooter, esas palabras simplemente lo habían tocado en el fondo de su corazón.

—Si te tengo tan cansado, solo déjame en paz —gruñó tomando su teléfono y saliendo de la habitación.

—¡Justin vuelve acá! —Scooter lo llamó, siguiéndolo. El sentimiento de culpa comenzaba aparecer— No quise decir eso.

Justin no respondió y simplemente desapareció del lugar, dejando a Scooter y a los guardaespaldas completamente preocupados.

—Síganlo —ordenó Scooter.

—Justin no quiere que lo sigan —Mike respondió—, acaba de desactivar el gps de la camioneta y dio la orden de que ningún guardaespaldas lo siguiera.

—No sé que sucede con él —susurró Scooter llevándose las manos a la cabeza—. Tiene una maldita entrevista y lo ha olvidado.

—Déjalo Scooter —Mike pidió y golpeó su espalda—. Está pasando por un mal momento, toda la gente lo presiona y nosotros estamos haciendo lo mismo.

Scooter asintió y se sentó en el sofá a pensar donde podría estar yendo Justin en ese momento.

Justo cuando la luz se apagó cerró la puerta de la cabaña con fuerza y volvió a encenderla. Sopló sus manos al ver que tenían polvo y levantó la vista, todo seguía igual que antes, de la misma forma en que lo había dejado hace un año.
La cabaña estaba genial, genial para estar en tranquilidad, se encontraba lejos de California a dos horas en vehículo y estaba en una parcela gigante, detrás de un bosque donde nadie podría encontrarla.

Se dedicó a limpiar y a ordenar cada detalle del lugar, hasta que dieron las ocho y se dedicó a descansar y a pensar un momento, si bien no se equivocaba, Taylor debía estar saliendo de su departamento, lo que significaba que en dos horas más estaría ahí junto a él.

Miró la habitación de la cabaña con mucho detenimiento, bueno, aquella habitación le traía muchos recuerdos que jamás podría olvidar. En esa habitación le había hecho el amor a Taylor Jones por segunda vez como correspondía. La primera vez no estaba planeada, Justin quería darle algo mejor justo en aquella cabaña con velas, con cena y algo más romántico, pero todo se adelantó cuando la cosa se puso difícil con ellos la noche anterior en la habitación de un hotel y Justin cuando vio que Taylor de verdad quería hacerlo no pudo decirle que no, así que la cabaña y la gran cita fue al día siguiente donde lo hicieron por segunda vez, completamente enamorados.

El motor de un vehículo se sintió y Justin en seguida volvió a la sala, por la ventana se vio el auto de Taylor frente a su camioneta y su corazón comenzó a latir con fuerza cuando la vio bajar de él.
Le abrió la puerta antes de que ella llamara al timbre y la quedó mirando.

—Hubiese sido más sencillo si me hubiese dicho desde un principio que estaríamos en esta cabaña —sonrió la morena y golpeó levemente el hombro de Justin—. Tus indicaciones me confundían demasiado, hasta que use mi inteligencia y adiviné que sería esta cabaña el lugar.

Justin no pudo evitar reír y se hizo a un lado para que Taylor entrara.

—Pensé que ayer lo habías adivinado cuando lo mencioné por el teléfono.

La tensión había crecido con el silencio y Taylor se sentía algo incomoda con eso. No sabía que hacer ni que decir y la mirada de Justin hacia que quisiera salir corriendo de ese lugar.

—No pensé que siguieras teniendo esta cabaña —Taylor murmuró mirando todos los lugares, seguía igual que la última vez que estuvo ahí—, si bien lo recuerdo, dijiste que la compraste solo para tener un lugar donde huir...

—donde huir contigo —completó él—. ¿Te puedo dar un abrazo?

Quería tanto abrazarla, la extrañaba mucho, quería tan solo abrazarla para sentir como la tensión dejaba su cuerpo y sentirse como en casa finalmente.

Taylor suspiró repitiéndose a ella misma que no debía privarse de nada, que si lo quería abrazar que solo lo hiciera, que si debía decirle algo que solo lo hiciera, por algo estaban ahí en este momento.

Se acercó ella a él y sin dejar de mirar los ojos de Justin lo abrazó con todas sus fuerzas, sintiendo su olor, la calidad de su cuerpo y su respiración completamente tranquila.

Esa noche sin duda sería larga para ambos.

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Hoy subiré quizás dos capítulos, solo quiero decirles que Lovers terminó así que lo más probable tengan capítulos diarios.

Fame
Justbiebssg