Parte 8 y 9
Adam Carver y Andrea Berroncille
Deseo. Eso fue lo que sentí cuando Andrea se me acercó, uno que pensaba incapaz de tener más allá del carnal, pero con esta loca mujer de pronto tenía ganas de conocerla, de saber quién era, de desnudarla y explorar su cuerpo al mismo tiempo que su alma, pero en ella no sentí nada, absolutamente nada se alteraba con mi presencia.
De pronto escucho que nombra a mi madre y me tomé unos segundos eternos para salir del trance, sin embargo, no quise alejarme por completo. La tomé por la cintura para caminar con ella a mi lado entre la multitud de personas y así salir de la pista de baile.
Adam me sujetó por la cintura y llegamos hasta su madre. Patética mujer, así la resumía sin lío, acicalada con joyas, vestido que debía costar un millón de dólares o más debido a las perlas que tenía en cada tela del mismo. Despierte, señora, hello! hay niños muriendo en África.
—Madre.
—Adam.
«Vaya, sí que son cariñosos en esta familia»
—Madre, quiero presentarte a Andrea Berroncille, es la mujer de quien te hablé y de quien estoy profundamente enamorado, por ella he decidido romper mi compromiso con Sandra.
Mi madre me ponía de los nervios de solamente mirarme. Su rostro era imparcial, casi como si no estuviese arruinándole todos los planes de vida que me había hecho. De pronto Andrea se acercó a ella para extenderle la mano, la mujer tenía una sonrisa dibujada en el rostro, como si fuese una delicada princesa.
—Señora Carpentier, me alegra finalmente conocerla, sé que me he hecho tardar en esta última semana, pero... estaba muy asustada de finalmente conocer a la familia de mi Adam.
«¡Luego dicen que yo soy la fría! esta mujer sí que era un cubo de hielo, su saludo más indiferente no pudo ser»
—Encantada. Adam —lo miró—, por favor, querido, ve a conversar con los invitados para que no se aburran.
Claro, madre. Si a fin de cuentas mayor aburrimiento no puede existir que ir a una de estas fiestas.
Como si esta maldita fiesta de ricos fuera la diversión del siglo. Este tipo de cosas están hechas para aburrir a la gente, pero no dije nada, simplemente miré a Adam que por un segundo imaginé, estaría pensando lo mismo que yo, de ser así solamente asintió antes de marcharse.
Andrea Berroncille
Nos hallábamos la Condesa y yo a un extremo del salón, a unos metros de mí estaba sentada la mejor amiga del idiota hijo de ricos junto a Diego que en ese segundo se levantaba para ir a buscar posiblemente la salida, sí, esa tal Harley debía ser muy aburrida.
—Señorita Berroncille. Ahora que hemos quedado a solas me gustaría que me explicase qué hace en mi gala.
La miré fijamente, ¿era uno de esos peces que pierden la memoria?
—Señora, creo ya haber explicado que...
—A mí no me engañas, niña —eso no era bueno— Te conozco, no vienes a estas fiestas, pueden haber transcurrido diez años, pero sigues siendo la misma.
Me paralicé de pronto, traté que no se notara y respiré lo más normal que se podía mientras buscaba otro punto para mirar que no fuese a esa mujer, mi vista se fue posando entonces en la mejor amiga de Adam, estaba sentada a unas mesas de mi localización, de espaldas, así que no podía verme.
Permanecí en silencio mientras observaba a un hombre verter disimuladamente algo dentro de una copa antes de pasársela a Harley, ella la aceptó sin probarla.
Pero no presté atención a esa tontería que ni entendía. Mi vista recorrió el salón como buscando ayuda. Pronto entendí que no existía nadie ahí para ayudarme.
Hacía diez años había tenido el accidente que mi padre ordenó para matarme, el mismo donde había perdido la memoria y me dejó en un coma por meses, recuperarme de eso fue... traumático, aún tenía recuerdos olvidados, aunque la mayoría lo recordaba muy vívidamente, por eso esta mujer frente a mí me desconcertaba, bien podía conocerme completamente, todo de mí, y yo ni saber quién era.
—No esté tan sorprendida, señorita Berroncille, eso le quita el encanto de mujer fuerte que suele mostrar.
—No soy alguien con quien convenga meterse, señora.
En ese entonces juré ver de reojo una sonrisa en el rostro de Harley. ¿Qué estaba pasando aquí?
—Ni yo soy alguien con quien pueda jugar, así que solamente lo repetiré una vez, ¿para qué acaba de entrar en nuestras vidas? ¿Cuál es su plan?
—No hay plan, me enamoré de su hijo, es todo.
Y ella rio a carcajadas. Tuvo que ponerse una mano en la boca para no llamar la atención.
—Disculpe que le diga esto, pero no es capaz de amar. Es usted Andrea Berroncille, ¿o cree que he olvidado lo que le hizo a mi familia hace años? Eras una niña y ya podías perfectamente matar a una persona —me paralicé más cuando ella se acercó para quedar a centímetros de mí—, le seguiré el juego, veremos hasta donde llega esa fama bajo cero que quiere mantener, veremos hasta dónde mi hijo le cree sus mentiras.
—Si sabe quién soy...
—Tengo una ligera intuición de lo que planea, y me aprovecharé de esto por completo, hacerla descubrir... pues, solo me retrasaría para lograr mi cometido, ¿entiende ahora cómo es esto? Si usted sigue en mi vida, la destruiré antes de que consiga salirse con la suya, si se marcha... bueno, digamos que tendrá más ventaja.
No dijo nada más, se dio media vuelta para pasar a saludar a algunos invitados. ¿Yo? Yo permanecí quieta, pestañeando varias veces para creerme lo que sucedía. ¿De dónde me conocía? Debía averiguar rápidamente quién era esa mujer antes de que todo el plan se fuese junto a los mil demonios.
Adam Carver
Vi a mi madre alejarse de Andrea y rápidamente me despedí del hombre con quien hablaba, nada bueno podía ser eso porque la mujer estaba como paralizada, recorrí el enorme salón lo más rápido que pude hasta llegar a ella y la tomé por ambos brazos para mirarla, estaba en otro planeta porque no me dijo nada inmediatamente.
—¿Andrea? ¡Andrea!
—¿Eh?
—¿Estás bien? ¿Qué te dijo mi madre?
No me respondió y supuse que nada bueno podía haber sido, terminé por tomarla por la cintura para llevarla hasta la mesa nuestra que estaba vacía, le coloqué la mano en la espalda para sentarla y seguidamente me senté a su lado.
—¿Andrea?
—Sí, deja el drama, Adam, no pasa nada.
—Pues no pareces como si todo estuviese bien, ¿qué te dijo mi madre?
—Lo que se esperaría de una madre que protege a su hijo.
Mi madre nunca había sido la mejor del mundo, si protegía algo era su reputación, dinero y orgullo. Sin embargo, no quise corregirle, tampoco detenerla cuando tomó la copa de champán de la mesa para tomársela completa, esta vez sin elegancia alguna. La detuve cuando iba por la mitad y se la quité de la mano, Andrea quiso replicarme, así que me terminé lo que quedaba de la copa.
La coloqué en la mesa sin dejar de mirar a la mujer a mi lado. Unos minutos después fue su insinuación la que me sorprendió.
—¿Bailamos? Solo quiero despejar y no eres mal bailarín, Adam, hasta podría conseguirte profesores.
—Si dijiste que soy bueno.
—Uno no busca enseñanza solamente cuando es malo, se debe mejorar aquello en lo que es bueno.
¿De dónde me salía esta desnudista tan filosófica? Pero no quise decirle nada más y me levanté para ofrecerle mi mano y así ir a bailar. Ella era rara, misteriosa, del tipo de mujer que nunca había conocido. Lo normal después de una taque de pánico, es pues... entrar en pánico, ella no, ella quería bailar. ¡Pues bailemos! Nada podía salir mal.
...
Unas horas después
Recorría con mi boca su piel mientras iba quitándole la poca ropa que se entrometía entre nosotros. No la necesitábamos, eso me hizo sonreír justo en el momento que besaba sus labios y abría la puerta de la habitación porque me moría del deseo por tenerla.
Estrellé a Andrea contra la pared mientras contemplaba su pecho desnudo, fascinante, había querido tenerla así desde que la vi con ese vestido.
Sentía mi cabeza dar vueltas y la habitación derramándose, pero no me importaba, solo podía pensar en ella. Andrea me tomó por los hombros para colocarse encima de mí en la cama y luego se acercó hasta mis labios para mordérmelos. Cuando se separó a escasos centímetros, el deseo que corría por mi cuerpo era el de explorarla a ella por completo.
—Tengamos la mejor noche de nuestras vidas, Adam Carver.
Ahora sí es todo el capítulo. ¿Qué les pareció el giro? ¿Qué creen que pueda suceder?
Nota: la historia no es erótica, pero sí contiene escenas íntimas sin llegar a ser explícitas, en este capítulo la escena no puede ser larga porque lo sucedido esa noche intensa es un misterio😉
Aclaro para que todos queden contentos. Si no les gustan lo erótico pueden seguir leyendo sin problema porque no es una trama.
El punto realmente es el mensaje de la historia. Veamos si lo adivinan. Recuerden dejar votos, comentarios y compartir. Besos y nos vemos😘
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