Parte 22
Vigesimosegundo Capítulo
Andrea Berroncille
No, no, esto no, la única razón por la cual tomé el puto elevador fue porque Adam iba conmigo y eso me brindaba cierta tranquilidad, pero soportar más de treinta segundos allí dentro no era algo que estuviese en mis planes.
—¿Por qué no se mueve?
—No lo sé, Andrea, parece ser que quedó sin electricidad.
Adam llevaba buen tiempo tocando el botón de ayuda, pero nada sucedía, nadie aparecía, comencé a respirar de forma incoherente mientras sentía que el aire me faltaba, ¡no podía quedarme atrapada aquí! Fui a caminar hasta el principito para decirle algo cuando vi que se quitaba la corbata por completo como si quisiera respirar, él me miró y pude encontrar mi miedo reflejado en sus ojos.
—Estamos atrapados —le dije—, no vamos a salir de aquí, vamos a morir aquí.
—No seas dramática, solo es un problema técnico que va a resolverse, ven aquí.
Me tomó por la cintura para acercarme a su cuerpo y abrazarme, no sabía cuál de los dos necesitaba más ese abrazo.
—¿Cómo puedes decirlo cuando estás igual de asustado?
Él sonrió por encima de mi cabeza.
—Uno de los dos debe ser valiente, ¿no?
—¡Yo soy valiente! —le grité y me separé de él—, es solo que... no me gusta estar encerrada en espacios tan pequeños.
—A mí tampoco, es un pequeño trauma que me dejó mi querida madre.
Entendí entonces varias cosas, el por qué tenía una habitación en un piso inferior en el hospital o por qué nuestra casa tenía tantas ventanas.
—Se supone que uno de los dos debe ser el que no tiene ningún trauma para que pueda ayudar al otro, serás idiota, principito. ¡Ahora vamos a morir juntos!
—Me encanta cuando te pones romántica.
No le reí la broma, sino que estaba dispuesta a responderle cuando el elevador se sacudió como si fuese a caer, me agarré a Adam de inmediato mientras él ya me rodeaba con los brazos, ¿qué estaba pasando? Eso no sonaba a un simple problema técnico. ¡Íbamos a morir!
—De todas las formas que imaginé mi muerte, esta no es la que más me hubiese gustado.
—Andrea, ya tranquilízate, seguro cayó algo arriba del ascensor, y mira, ya se detuvo, estamos bien.
Parecía que lo decía para él mismo, pero no dejó de abrazarme en ningún momento y, aunque sabía que estaba igual de asustado que yo, me daba cierta confianza. Terminamos por sentarnos en el suelo del elevador al pasar de los minutos sin encontrar vía de salida, los teléfonos no funcionaban y no había forma de avisar a nadie, solo quedaba esperar.
Estuvimos en silencio por un rato mientras ambos tratábamos de tranquilizarnos, parecía ser que, por razones distintas, ambos teníamos un pequeño trauma con los espacios pequeños. Cuando yo conseguí calmar mi respiración y mirar a Adam, vi que estaba sudando demasiado, el ambiente en ese momento se me volvió distinto... no podría explicarlo, pero... debía ser valiente por él, quería ayudarlo.
—¿Y por qué tú temes a estar encerrado?
—¿Eso vas a preguntarme?
—No se me ocurre mejor tema de conversación. Además, tengo curiosidad.
Adam se acomodó mejor a mi lado y colocó una mano sobre la rodilla cuando comenzó a contarme todo.
—Fue una vez que estaba huyendo de mi madre, ella y mi abuela no dejaban de discutir todo el tiempo sobre algo relacionado a su primer embarazo que terminó por abortar, me vio espiando y descargó su ira conmigo, mi abuela me gritó que corriera a esconderme y eso hice. Creo que estuve más de veinticuatro horas encerrado en uno de los armarios del sótano. Tenía ocho años en aquel entonces.
Quedé sin palabras ante su anécdota, realmente no esperaba que me dijese algo así, es decir, sabía que su madre no era la mejor persona del planeta, pero no imaginaba que le tuviese un miedo tal como para esconderse de ella por un día entero sin comer ni tomar agua.
—¿Por qué huiste de ella así?
—No dejaba de gritarme que debía haberme matado cuando entré en su vida —silencio se hizo nuevamente hasta que él sonrió para mirarme—, mi abuela fue quien me encontró, no dejó de llorar conmigo en brazos mientras me decía que todo iba a estar bien, que nada iba a pasarme porque ella me cuidaría. Para mí ella fue mi único familiar.
—¿Qué hay de tu padre?
—Nunca quiso meterse entre mi madre y yo, realmente no me hizo nada malo, era muy bueno conmigo, pero... jamás intervino, creo que en cierto punto también le temía a la Condesa.
Él me dejó pensando con esta nueva información, su vida familiar no era la hermosa portada de las revistas que tanto veía, de hecho, había sido tan mala que le había dejado un leve trauma psicológico, básicamente era mi historia, bueno... casi porque a mí sí intentaron matarme.
—No sé qué clase de padres vamos a ser nosotros que nunca hemos tenido una familia de verdad.
Adam me miró en ese momento y me extendió una mano para tomarla, yo lo hice sin siquiera dudar y él me acercó a su cuerpo, quedé entonces entre sus piernas con la espalda contra su pecho mientras el principito me abrazaba por la cintura, su boca besaba suavemente mi cuello, pero lo que provocó en mi cuerpo fue otro tipo de placer, era una calidez extraña y desconocida, una que conseguía tranquilizarme.
—Seremos los mejores padres, Andrea —me susurró en mi oído—, ser padre no es una cuestión de estar preparado porque nunca lo estás, es cuestión de querer estarlo e intentar serlo, yo estoy seguro de que tú serás una madre increíble para nuestro bebé.
Mi corazón latió de prisa en ese momento que se me detenía todo. No, no... él no estaba en lo cierto. ¿Verdad? Alcé mi mirada hacia las paredes del ascensor y tomé una bocanada de aire, me sentía demasiado encerrada, mi límite estaba siendo rozado, podía sentirlo, podía recordarlo.
—¿Por qué hay tan poco aire aquí?
Comencé a respirar con dificultad, abría mi boca en un intento desesperado por conseguir más aire, ¿qué me estaba pasando? Me sentí así hasta que Adam me volteó y quedé justo frente a él, pasó sus manos por mi espalda y cubrió nuestra distancia con un beso, yo cerré los ojos mientras mis manos se dirigían a su rostro, me gustaba esa forma de él besarme.
—Tranquila, respira conmigo —me dijo al separarse de mí—, estaremos bien, lo prometo, solo confía en mí, ¿de acuerdo, princesa?
—No soy una princesa, en todo caso sería reina.
—Lo sé, pero yo te veo como mi princesa. —Ambos estábamos igual de asustados en ese entonces—. Venga, cuéntame algo tuyo ahora, es lo justo.
—¿Qué quieres saber?
Mis manos llegaron hasta su pecho y comencé a jugar con su cadena en lo que terminaba de sentarme con las piernas cruzadas frente a él, Adam todavía me rodeaba con las suyas mientras una de sus manos descansaba plácidamente en mi rodilla y la otra en mi muslo.
—Hay algo en lo que tengo curiosidad desde que me contaste sobre todas las locuras que has hecho a lo largo de los años.
—¿Qué? ¿Quieres saber si estuve con otros hombres? No es una cifra bonita.
—No, eso ya me lo imaginaba —sonrió por un segundo—, lo que me pregunto es por qué paraste, me dijiste que llevabas dos años sin hacer nada interesante, ¿qué te hizo detenerte?
Dejé de jugar con su cadena de pronto y pasé a mirarlo a los ojos. Esa parte de mi vida no se la contaba a nadie, lo sabían Diego y Keala porque la vivieron, pero nunca hablábamos de ello directamente. ¿Por qué demonios se lo quería contar al principito?
—Fue... bueno... no es de mis mejores historias.
—Está bien si no quieres decírmelo.
—¿Por qué quieres saberlo?, ¿curiosidad?
—Sí, pero es una curiosidad distinta, quisiera conocerte por completo, Andrea, entenderte y saber cada aspecto de tu vida, si eso no es posible, pues al menos saber lo importante.
Me gustó lo que dijo, más de lo que estaba dispuesta a admitir, terminé por acercarme a sus labios y lo besé sin siquiera pensármelo, el deseo comenzaba a crecer en mi cuerpo, pero era diferente a todo lo sentido en estas últimas semanas juntos, era extraño, había algo extraño en mi interior y no tenía nada en común con mi mocoso. Me separé de su boca solo para ver que Adam mostraba el mismo deseo en sus ojos, se testificó cuando sus manos apretaron con fuerza mis piernas para acercarme más a él, mis brazos rodeaban su cuello y mi boca la sentía cosquillar por volver a besarlo, ¿qué me estaba pasando?
—¿No vas a contarme?
—¿Y si mi secreto es que maté a una persona? ¿Seguirías queriendo estar conmigo?
—Sí —la rapidez de su respuesta me asustó de pronto—, porque te conozco y eres la persona más loca que he visto en mi vida, pero si llegas a matar a alguien es porque en serio merecía una bala en la cabeza. Ahora cuéntame qué pasó de verdad.
Me daba miedo la forma en la cual me conocía y la forma en la cual cambiaba de príncipe dulce a dominante, eso me volvía loca.
—Vale, principito —respiré profundo y humedecí mis labios para hablar—. Todo comenzó una noche que fui de discoteca con unas chicas, tomamos bastante, bailamos, estuvimos con algunos tipos y nos metimos con otros, todo iba genial hasta que nos mezclamos con gente que realmente no debimos mezclarnos.
Le miraba a los ojos fijamente mientras jugaba con su cadena, estaba muy nerviosa al contar esta historia.
—Pensamos que los tipos eran delincuentes normales, pero resultaron pertenecer a un cartel de drogas muy buscado por la gente de alto rango. Ellos mataron a las chicas que iban conmigo y a mí me ofrecieron un trato, solo debía destruir la vida de una familia poderosa para que ellos pudiesen hacer su trabajo.
—¿Qué trabajo exactamente?
—Supuse que usarlos para vender sus drogas, la verdad es que poco me importaba y menos me interesaba si terminaban con mi vida, por eso lo hice, se trataba de molestar a personas que no conocía, era algo a lo que podría dedicarme.
Hice una pausa al recordar.
—Sin embargo... no calculé la dimensión del asunto en su momento y las cosas se salieron de control. Yo hice mi parte, saqué información que podría destruir a esa gente, ellos la usaron, pero luego, no tengo idea de por qué, los mataron frente a mis ojos, me dijeron que no podía decir una palabra de nada a nadie.
—Y tú le contaste a Diego.
—Intentaron ir a por él, ahí es cuando todo adquirió otro nivel para mí, no me importaba que se metieran conmigo, pero con mi hermano jamás —alcé mi mano hasta mi cabello para que se viera mejor la cicatriz cercana a mi oreja—, esto me lo hicieron cuando fui a por ellos.
—¿Los mataste?
—No, alguien más lo hizo, un balcaccie entrometido. En fin, que toqué fondo con eso y me mantuve a la raya por dos largos años, gracias por llegar a rescatarme, principito, porque me estaba aburriendo de lo lindo.
Adam esbozó una sonrisa, y era una sonrisa bastante agradable que repliqué en mi rostro, ¿qué demonios le estaba pasando a mi cuerpo con él? Tenía algo extraño en mi pecho, mi corazón comenzaba a latir más fuerte cuando el silencio se hizo entre nosotros. No entendía nada, menos cuando me acerqué para besarlo porque extrañamente lo deseaba, no por diversión, solo por deseo.
Sin embargo, no pude llegar a sus labios porque el ascensor volvió a moverse, esta vez con mayor intensidad, me asusté de inmediato y la mano que estaba en el pecho de Adam me decía que él también tenía miedo porque su corazón latía rápidamente. Otro ruido y esta vez más fuerte, me abracé al principito a medida que escondía los gritos atorados en mi garganta, sentí sus manos enrollarme mientras el miedo crecía.
—Vamos a morir, vamos a morir aquí encerrados.
—Andrea, cariño, no vamos a...
El elevador volvió a moverse y yo apreté mis labios para no gritar del pánico. Sentí la respiración acelerada de Adam contra mi cabello mientras sus manos me apretaban con más fuerza.
—¿Por qué diablos cogimos el ascensor? Por los mil demonios, ¡somos idiotas!
—¿Sabes? Siempre imaginé que si tú quedabas en una situación como esta ibas a actuar totalmente diferente al resto.
—¿Qué? ¡Tengo un trauma con los espacios cerrados, principito!
—Sí, bueno, eres Andrea Berroncille, pero supongo que no eres invencible, puedes derrotar a un cartel poderoso, pero nada puedes hacer de quedar encerrada en un elevador, entiendo, hasta superman tenía sus debilidades.
—¡Yo no tengo debilidades!
Me separé de él de inmediato y me levanté del suelo hasta quedar de pie, alisé mi ropa y miré a Adam imitar mi gesto hasta quedar frente a mí. ¡¿Cómo se atrevía a decir que era débil?! ¡Perdió todo el juicio!
—Yo no tengo miedo y vamos a salir de aquí porque no soy ninguna imbécil que pueda morir en un ascensor.
Él me miró con una extraña sonrisa en el rostro, me crucé de brazos, molesta, cuando de pronto comenzamos a escuchar un ruido diferente venir desde la puerta. Estaba a punto de correr asustada hasta Adam, pero mi brillante orgullo se activó en mi cuerpo y permanecí impávida sin decir palabra.
A los pocos minutos pudimos ver que finalmente las puertas del ascensor se abrían para mostrar a un grupo de hombres desaliñados con barras de metal en mano.
—¡Señor Carver y señora Berroncille! Es un gusto encontrarlos a salvo —exclamó el inepto.
Yo permanecí de brazos cruzados mirando a los hombres que habían abierto el elevador.
—¡Sois unos idiotas inútiles!, ¿les parece divertido haberse tardado tanto? Quiero que sepan que quedan despedidos.
Encaminé el paso al salir de ese ascensor del infierno mientras escuchaba las exclamaciones de los hombres.
—Pero señora... hubo un robo en la tienda, los ladrones desconectaron todo por una hora entera, actuamos tan rápido como pudimos.
—¿Un robo?, ¡¿qué imbécil se atreve a robarle a Andrea Berroncille?!, ¿están dementes? Esto no se queda así.
Salí de ahí con Adam pisándome los talones, no podía creer que finalmente estaba respirando aire puro, ¡había salido del elevador! ¡Sin morir! ¡Y unos imbéciles habían robado mi tienda!
—Cariño, ¿no tienes algo que explicarme?
Me volteé hacia Adam.
—Ah, sí, la tienda es mía porque la compré hace unos años y ahora, si me disculpas, debo despedir a medio personal y encargarme de atrapar a los idiotas que nos dejaron atrapados.
—Eso fue solo casualidad, Andrea.
—Nada en esta vida es casualidad, Adam.
Balcaccie: son más conocidos en la primera capital de Las Monarcas: San City, pero tienen influencia en toda la isla. Principalmente son oficiales encargados de liberar las calles de vagabundos y tratar con pandillas o crímenes menores.
Hola! ¿Les gustó el capítulo? Háganlo saber por los comentarios.
🌟 Voto si piensan que Andrea ya está cayendo por Adam.
🌟 Voto si aman lo tierno y atento que es Adam con ella.
Compartan en sus redes si son fans de esta pareja. Y nos vemos en la próxima aventura😘
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