Parte 18
Decimoctavo capítulo
Narrador recurrente: Diego Verratti
Adam me había contado de lo ocurrido en el set hacía unos días, que, por extraño que sonase, Andrea parecía haberse puesto sentimental en cuanto al bebé. Mi cuñado no sabía absolutamente nada de las verdaderas intenciones de mi hermana en cuanto a su hijo, y todos pensamos que era mejor mantenerlo así para evitar una catástrofe, pero a cada segundo rezaba por el milagro de que Andrea comenzase a amar a su pequeño.
Me encontraba con ella en otra de las clases pre mamá a las cuales Keala y yo la llevábamos juntos, su mejor amiga se fue del país por una semana y eso me dejaba el reto de cuidar a Andrea yo solo.
—¡Son todos unos estúpidos! ¿Cómo me dicen que ser madre es lo MEJOOOR que pudiese ocurrirte en la vida? —exclamó al exagerar cada palabra—. Primero te sacan a un niño de tu vagina, luego ese mocoso te deja sin pezones al chupártelos, cuando crece quiere imitarte. Eso no es un niño, ¡es una sanguijuela!
Ella se encontraba de pie en medio del salón soltando todo aquello mientras las mujeres la miraban con cara de miedo, la profesora a mi lado solo podía lanzarme miradas respectivas mientras ya iba viendo que esa sería la última clase de Andrea. Bueno, había durado bastante.
—¿De verdad debías hacer eso? —le preguntaba en el exterior del edificio.
—¿Hacer qué? Seamos realistas, Diego, me porté bien por unos meses, es todo lo que podía darte.
—Lo dices como si fuese mi hijo a quien quieres matar. ¿De verdad no puedes ser un poco considerada con toda esta situación?
—No voy a ser madre, grábatelo en la cabeza.
Claro, como si no se hubiese ablandado cuando habló con el niño del set, un momento... y fue ahí donde se me ocurrió. Ella estaba asustada, era algo que ya sabía, pero no le había prestado atención, si conseguía que se viese a sí misma como madre entonces podría comenzar a amar a su hijo, después de todo, ¿no fue eso lo que ocurrió hacía unos días? Se vio a sí misma siendo madre de su pequeño.
—Lo que sea que estés planeando, Diego, no va a funcionar, ambos sabemos que no soy el tipo de persona que va por la vida regando amor. Keala y tú son las únicas personas que tengo porque a ambos los conozco desde mi nacimiento prácticamente, y a ninguno soy capaz de amar más que a mí misma, lo sabes, ¿verdad?
Lo sabía, Andrea solo nos quería por compromiso, entendía que ambos estábamos ahí para ella y por eso debía existir reciprocidad, se preocupaba por ambos, lo sabía, pero no como nosotros a ella. Con cualquier otra persona eso me hubiese molestado, no obstante, la conocía demasiado bien como para saber que tenía su propia forma especial de amar.
—¿Adam está en casa hoy?
—No, el principito idiota contrató a otra empleada, esta es recomendada por Corny, no puedo esperar a llegar a la casa para hacerle su vida miserable. Así que llama ya al taxi.
Hoy estaba siendo niña mimada, genial. Llamé al taxi para evitar problemas y el mismo estuvo delante de nosotros en diez minutos, a eso yo lo llamo un buen servicio. Entramos al carro amarillo mientras le comentaba a mi hermana lo mal que me estaba yendo en la cafetería desde mi ruptura con Angello unas semanas atrás, ¡es que ese tipo era demasiado celoso! Un bombón como no los hay y muy, muy bueno en la cama, pero no podía soportarlo más.
—El mundo está jodido para todos, incluso para quienes no aman y solo buscan el calor de una persona, no puedo imaginar lo difícil que es para aquellos que todavía creen en el príncipe azul —me dijo una vez estuvimos dentro del carro.
Yap, no había bebido, pero se había puesto filosófica. Me acerqué al asiento del chófer para decirle la dirección de la casa de Adam, no sabía si a suerte o desgracia, pero compraron la propiedad bien lejos de la ciudad para evitar a la prensa, así que me costaría una fortuna este viaje. Cuando le terminé de dar las instrucciones vi que el conductor asentía con la cabeza, había algo extraño en ese sujeto.
Puso el carro en marcha y Andrea comenzó a contarme de su día a día con Adam, prácticamente era ella molestándolo mientras su marido trataba de ignorarla. Yo no podía dejar de prestar atención al chófer, tenía algo... familiar.
—¿Y puedes creer que todavía no quiere tener sexo conmigo?
—No sabía que fueses a hacerlo con él, dado que ahora no puedes beber... espera, no te has emborrachado, ¿verdad, nena?
—Te hice una promesa de mantener al mocoso hasta los tres meses y medio, voy a cumplirla, y con respecto a lo otro... no es que me muera por acostarme con él, Adam ni siquiera despierta en mí más de lo normal, pero... sería divertido... y tengo curiosidad porque cuando desperté ese día me dolían ciertas partes que en otras ocasiones no dolían.
—Creo que encontraste a tu alma gemela.
Me distraje mirando al conductor, ahora estaba seguro de que nos conocía y más cuando lo veía atento a la conversación.
—¿Diego? Por favor, dime que no estás pensando en acostarte con Adam. No te culpo, tiene su encanto, y yo personalmente no lo encuentro raro en lo absoluto, cada uno a sus necesidades, pero creo que él no es de tu bando.
—Ya es bastante con que tú quieras, no me metas a mí en eso. De todas formas, bebé, no sé si sea bueno para el embarazo que sigas insistiendo en ese tema.
No quería que Andrea se acostase con Adam, no era correcto, si no había podido detener la boda y el embarazo, al menos evitar que esto llegara más lejos cuando la verdad se supiese.
—¿De qué hablas? Si...
No pudo decir nada porque el carro se detuvo de repente, el conductor se bajó del mismo con extrema rapidez, yo quise seguirlo, pero no me dio tiempo a nada. Todo fue excesivamente rápido.
Y lo sabría después. El carro explotó.
BOOM. El carro explotó. ¿Teorías? Las leo todas. Jeje. ¿Y cómo llamarían este capítulo? Veamos quien tiene el título más interesante.
Voto si aman a Diego y piensan que es el mejor hermano postizo del mundo. Voto si creen que Andrea es demasiado.... ¿Indiferente? Sí, creo que esa palabra no la lastima tanto.
Nos vemos en el siguiente encuentro. Llevo té. Besos😘
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